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Antecedentes
Bajo la presión de Bertrade, madre de Carlos y Carloman, se había negociado una alianza con Didier, rey de los lombardos, un pueblo pagano de origen germánico (este último era un aristócrata que había tomado por la fuerza la corona lombarda tras la muerte de Astolfo en el año 757). Ansioso por establecer una alianza con los francos, Didier donó a sus hijas en matrimonio a sus nuevos socios: en 770, Carlos se casó con Desirée; y Tassilon III, duque de Baviera, se casó Liutberge. Hay que tener en cuenta que el rey de los francos ya tenía una concubina, Himiltrude (la pareja había tenido un hijo en 769, llamado Pipino el Jorobado), a la que repudió para la ocasión.
Esta alianza entre el reino franco y Lombardía, fue muy criticada por el Papa Esteban III.
A la muerte de Carlomán con 20 años, en diciembre del 771, dejó a Carlos o Carlomagno como único rey de los francos. Gergerva, la viuda de Carlomán, a continuación decidió refugiarse en Lombardía, para llevar a sus hijos, Pipino y Syagrius, fuera del alcance de su tío.
Carlomagno estaba en malas relaciones con la corte lombarda de Pavía, había repudiado a Desirée en 771 por su infertilidad.
Desiderio rey de los lombardos, se apoderó de los territorios pontificios y puso sitio a Roma. El Papa Adriano pidió ayuda a Carlomagno.
Cruce de los Alpes
En la primavera de 773, Carlos convocó a todas sus fuerzas militares para la gran invasión de Lombardía. No se dispone de datos sobre la fuerza numérica, pero si se conoce que, con el fin de hacer el descenso más lo más rápidamente posible, cruzó los Alpes por dos pasos: Mont Cenis y del Gran San Bernardo. Eginardo, que acompañaba al rey cruzó por Mont Cenis, habla con sentimiento de las maravillas y los peligros del pasaje. La otra columna por el paso del Gran San Bernardo iba mandada por el duque Bernardo.
Enfrentamiento con los lombardos
Los francos cuando descendieron se encontraron a Desiderio que los estaba esperando atrincherado en Susa. Se volvieron contra su flanco y pusieron el ejército lombardo en fuga, dejando todas las ciudades de la llanura a su suerte.
Desiderio con parte de sus fuerzas se dirigió a Pavía, su amurallada capital, mientras su hijo Adelgis con el resto, se dirigió a Verona.
Carlomagno, acompañado por el duque Bernardo, fue tomando las ciudades abandonadas a su suerte y finalmente llegó a Pavía en septiembre de 773, poniendo sitio a la ciudad.
Poco después de Navidad, Carlomagno retiró del asedio una parte del ejército que empleó en la captura de Verona, donde Adelgis estaba levantando un nuevo ejército. Tomaron la ciudad y allí se encontraron a Gerberga, mujer de Carlomán y sus hijos. La historia no dice nada de su destino, es probable que la encerrasen en un claustro.
Los francos persiguieron al joven príncipe hasta el litoral adriático. Desde allí Adelgis huyó hacia Constantinopla a fin de solicitar la ayuda de Constantino V Kopronymos, que por entonces estaba en guerra con Bulgaria.
Carlomagno reanudó el asedio de Pavía que se prolongó hasta la primavera de 774. A cambio de sus vidas, los lombardos se rindieron y abrieron las puertas de la ciudad a comienzos de la estación estival. Encerró a Desiderio en la abadía de Corbie y su hijo Adelgis murió en Constantinopla.
En Pavía se apropió de la corona de hierro, la que ciñó, proclamándose rey de Lombardía. Carlomagno dividió el reino lombardo en veinte condados francos y restituyó al Papa sus territorios.
Secuelas
A pesar de la victoria, los territorios italianos continuaban inestables: en 776, se rebelaron los duques de Friuli y de Spoleto. Carlomagno se desplazó apresuradamente desde Sajonia a Italia a fin de combatir a los sediciosos, que fueron completamente derrotados y el norte de Italia quedó pacificado. Los francos tomaron el ducado de Friuli, cerca del Véneto (Venecia estaba bajo el dominio bizantino).
En 787 Carlomagno dirigió su atención hacia Benevento, donde el duque Arechis reinaba de forma independiente; tras asediar Salerno, el duque ofreció su vasallaje. Sin embargo, cuando murió en 792, Benevento volvió a proclamar su independencia bajo su hijo, Grimoaldo III. Aunque los ejércitos de Carlomagno y sus hijos le atacaron en repetidas ocasiones, al no regresar el monarca franco al Mezzogiorno, estos territorios nunca volverían a ser sometidos. Este control franco del sur de Italia pasó a los bizantinos, pero estos, enredados en la guerra contra los musulmanes y los búlgaros, no pudieron intervenir en la península Itálica.