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Antecedentes
En el año 902 y 906 se sabe que las tropas de la Gran Moravia derrotaron a fuerzas magiares. Animado por varias victorias militares de menor importancia sobre las fuerzas húngaras en retirada, Luis el Niño en 907 hizo una llamada general para concentrar un gran ejército bávaro cerca del castillo de Enns; con el fin de lograr una victoria decisiva contra los húngaros, consiguiendo reunir 100.000 efectivos entre los que se incluía un arzobispo, tres obispos y 35 condes.
La ofensiva se inició a mediados de julio de 907, que avanzó en dos grandes columnas a lo largo del río Danubio que avanzaron por ambas orillas del río, iniciando la marcha el 17 de junio. La columna del sur era la que tenía menos efectivos, unos 40.000 hombres e iba mandada por Theotnar, arzobispo de Salzburgo. Los barcos en el Danubio llevaron aproximadamente de 10 a 12 mil hombres, en los buques que transportan suministros. La columna del norte era más grande, estaba bajo el mando del conde Leopoldo (Luitpold), tenía unos 45.000 efectivos y en ella iban las tropas de élite.
Árpád, líder de los húngaros, tenía una red de inteligencia en toda Europa y que le advirtió desde el principio sobre los preparativos de una guerra contra ellos, sus escuadras de reconocimiento le tenían informado de los movimientos de tropas a lo largo del Danubio.
Los ejércitos combinados tribales húngaros serían unos 40.000 jinetes, que se dividían en cuatro divisiones o tumen, cada una con 10.000 hombres. La primera división o tumen la mandaba él mismo, mientras que las otras fueron mandadas por sus hijos: Tarhos (43), Üllo (41) y Jutas (35). Árpád naturalmente era el comandante en jefe de todo el ejército.
Su principal objetivo era impedir la reunión de las fuerzas de invasión. Lo primero que hizo mandar un tumen frente a cada una de las columnas para hostigar su avance.
La columna del sur, aprovechando las mejores condiciones de marcha, adelantó a la del norte, y el 24 de junio alcanzó y cruzó el río Wienerwald. Entonces, siguiendo la orilla del Danubio, continuó a buena velocidad hacia la zona de la cuenca vienesa.
El 25 de junio, las fuerzas magiares que habían desplegado a ambos lados del Danubio, de acuerdo con los planes previamente acordados, se dirigieron a destruir y hundir la flotilla en el Danubio. Para lograrlo lanzaron una lluvia de flechas incendiarias contra las naves, así como el envío de buceadores bajo los barcos para hundirlos. La flotilla fue destruida o hundida en un 95 %.
Primera fase
Al día siguiente 26 de junio, la columna invasora del sur, habían alcanzado el río Fisha, que eran donde los húngaros les estaban esperando. Al verse atacados, se fortalecieron en el terreno, hostigados por los jinetes arqueros, no obstante pudieron continuar su avance, siendo atacados constantemente por los jinetes arqueros magiares que disparaban y huían, frenado su progresión. La columna norte aceleró la marcha para sobrepasar a los húngaros, y cruzar el Danubio para atacarlos por retaguardia, cruzando el río Morva y dirigiéndose a Pressburgo (Bratislava), donde cruzaría el Danubio, pero fueron hostigados por otro tumen que frenó su avance.
El 27 de junio, la columna del norte (la de Baviera) alcanzó la entrada occidental de las marismas en la región de Stockerau. Aceleró su marcha a través de Morvamező, para poder adelantar a las fuerzas húngaras y llegar a la orilla del río Morva, a tiempo para efectuar el cruce.
Los bávaros del lado sur del río avanzaron más, y el 29 de junio alcanzó la zona de Hainburg, donde tomaron el control de una parte de la orilla del río conveniente para el cruce. Fue entonces cuando la acción aumentó en intensidad. Otros escalones de las fuerzas principales húngaras llegaron desde los asentamientos más distantes en los primeros días de julio y ocuparon posiciones de emboscada en varios puntos.
Los destacamentos húngaros que frenaban a los bávaros del sur, habían estado luchando sin descanso durante siete días, y habían atraído a los atacantes hacia una zona donde podían ser cercados por tropas emboscadas de los otros dos tumen.
Mientras tanto, las cosas se volvían agrias para los húngaros del lado norte. A pesar el tumen encargado de frenar la columna de Leopoldo (Luitpold), estaban ampliamente superados en número, y encima contaban con las tropas de élite. El ejército de Leopoldo atravesó el río Morva y se acercó a unos 15 km de Pressburgo, llegando a la Puerta Dévényi. La magnitud de la amenaza obligaba a tomar una decisión rápida y de inmediato informaron a Árpád, líder de las fuerzas que combatían en el otro lado. No había otra opción que forzar una victoria rápida sobre las fuerzas de Theotmar y darse prisa apara ayudar a los magiares del norte.
El choque decisivo entre ambas partes tuvo lugar el 4 de julio, la columna del sur de Theotnar fue atacada y atraída a una emboscada donde Árpád tenía oculta parte de sus fuerzas, la columna fue rodeada por los tres tumen y destruida completamente.
Segunda fase
En esa misma noche Árpád, mandó a todas sus fuerzas, que aún conservaban su capacidad de combate, cruzar el Danubio para coger por sorpresa al conde Leopoldo (Luitpold). Esto no fue una tarea fácil para estos hombres cansados después de una dura batalla; pero consiguieron hacerlo sin ser detectados. Al amanecer atacaron el campamento que no estaba fortificado cogiéndolos por sorpresa. No estaban organizados para el combate y la mayor parte de la fuerza de invasión fue muerta, se formaron montones de cadáveres en las llanuras de Pozsony.
Varios miles fueron capaces de retirarse y trataron de reagruparse, sin embargo, fueron continuamente acosados con éxito por la caballería ligera húngara. Solamente un pequeño número logró llegar a la fortaleza de Ennsburg. (Austria). Cuando estaban dentro, un ejército húngaro desfiló delante de la fortaleza con la esperanza de hacer salir a los defensores.
Los guardias reales y restantes fuerzas de la fortaleza, con la esperanza de obtener algún éxito en su propio terreno, atacaron el ejército húngaro. Los húngaros fingieron una retirada y atrajeron a sus atacantes lejos de su fortaleza. Los húngaros de la época podían disparar realizar el tiro parto durante la huida. Los bávaros fueron conducidos a una trampa preparada con fuerzas ocultas en los bosques cercanos, dieron media vuelta y las fuerzas emboscadas cerraron la trampa, eliminando a todos los bávaros.
Secuelas
El emperador germano tuvo que huir tan rápido de la zona para salvar su vida que dejó atrás todas sus pertenencias, incluso su trono. El conde Leopoldo (Luitpold) y el arzobispo Theotmar de Salzburgo cayeron en la batalla.
Árpád perdió a dos de sus hijos en las batallas, y él mismo sufrió tales heridas graves que murió un par de semanas después. Fue enterrado con respeto en una tumba secreta, cerca de la montaña Nagykevly, para poder descansar en paz.
La consecuencia de esta batalla fue que durante 120 años la frontera entre el Imperio Germánico y Hungría fue el río Enns, ya que nadie se atrevió a atacar a los húngaros. En cambio, los húngaros atacaron a los germanos con regularidad.
Al año siguiente, el 2 de agosto de 908, se produjo otra batalla conocida como la batalla de Eisenach en Turingia. Las fuerzas de Turingia y Sajonia, bajo el mando de Burchard, duque de Turingia, se enfrentaron a los húngaros. No hay muchos detalles de esta batalla, pero se sabe que fue una aplastante victoria de los magiares, y el comandante del ejército germano Burchard, duque de Turingia, fue muerto; junto con Egino, duque de Turingia; y Rudolf I, obispo de Würzburg; junto con la mayor parte de los soldados germanos. A continuación los húngaros saquearon Turingia y Sajonia hasta el norte de Bremen, volviendo a casa con el botín.