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Géza (971-977)
Entre 971 y 997 el Príncipe Géza fue la máxima autoridad magiar, y adoptó el cristianismo católico, extendiéndolo entre sus súbditos, y bautizándose tanto él como su hijo con el nombre de Esteban (István). Géza fue un líder pacifista, que se aventuró en escasos conflictos y afianzó varios matrimonios entre sus hijos y otras casas reales europeas, con el objetivo de reafirmar la autoridad de los húngaros en Panonia. Si bien anteriormente, debido a la influencia bizantina había adoptado el cristianismo ortodoxo, la necesidad de mantener buenas relaciones con sus vecinos germánicos le hizo adoptar finalmente el católico.
Con la muerte de Géza, su hijo Esteban se convirtió en el nuevo príncipe de Hungría en 997 y dos años después recibió una corona y el título rex del Papa Silvestre II, con lo que quedó fundada una nueva entidad política, el Reino Magiar de Hungría (Magyar Királyság). Posteriormente, el rey fue canonizado, siendo conocido como San Esteban (Szent István).
Esteban I el Santo (997-1038)
Esteban I comenzó su gobierno como Gran Príncipe de los húngaros, con una rebelión interna liderada por el noble Koppány, un pariente lejano suyo. Según las leyes antiguas húngaras, el miembro mayor de la familia heredaba el trono del Principado, sin importar que fuese hijo o descendiente directo del fallecido monarca. Por otra parte, según las costumbres cristianas introducidas por Géza, el heredero sería el hijo mayor de este. Así, Koppány intentó reclamar el trono húngaro por medio de las leyes antiguas y su alzamiento concluyó en la batalla de Veszprém en 977 con el apoyo de tropas germanas.
Con el matrimonio de Esteban y Gisela de Baviera, muchos nobles alemanes habían venido con la princesa a Hungría. Entre ellos se hallaba el conde Vencelino de Eassburg, a quién le fue confiado el mando en la batalla contra Koppány. Los caballeros Hont y Pázman también habían venido desde Suabia junto con sus fuerzas, uniéndose a las fuerzas germánicas. El noble Csanád, de las tierras húngaras del este, fue el otro comandante.
La batalla se libró junto a Veszprém, probablemente donde se halla actualmente el asentamiento de Sóly. Koppány fue vencido, ejecutado y posteriormente descuartizado. Sus cuatro pedazos fueron colocados en las cuatro ciudades más importantes de Hungría para la época (Veszprém, Gylaferhérvár, Gyor y Esztergom) como advertencia para todos aquellos que deseasen retar el poder central del nuevo rey.
En agradecimiento por su labor, la Iglesia Católica coronó rey al joven Esteban y le prestó su apoyo para crear la estructura administrativa y legislativa necesaria para fundar el nuevo Reino de Hungría. De este modo, se organizó una administración central y otra periférica, dividiéndose el territorio en condados y obispados. Así mismo, se introduce el uso de la moneda y se promulgan un par de códigos legislativos para regular la vida de los súbditos con cierta seguridad jurídica. A la vez que se impone el feudalismo en el nuevo reino, la Iglesia recibe numerosas dádivas y beneficios, proliferando la construcción de iglesias, abadías y monasterios, siendo la lengua oficial el latín hasta 1844.
De esta manera, luego de asegurado su poder, fue coronado en el 1000. Esteban I se vio obligado a dirigir sus ejércitos contra uno de sus propios parientes conocido como Gyula el Joven, el líder de Transilvania que se oponía a la nueva reorganización territorial. San Esteban y su comandante Doboka derrotaron a Gyula en la batalla de Szászváros se libró en 1003, acabando con la organización tribal de esa región y de inmediato se establecería el obispado de Transilvania.
Después de vencer a Gyula, otros líderes húngaros amenazarían con imponerse sobre Esteban, entre ellos Ajtony, el líder de la región de Maros-vidék. Ajtony no aceptaba totalmente las reformas impuestas por Esteban, y cobraba impuestos sobre la sal propiedad del rey, que provenía de Transilvania. De esta forma, los ejércitos reales comandados por el comandante Csanád vencerían y darían muerte a Ajtony en la batalla de Nagyősz en 1008, consolidando más aún el poder de San Esteban en los territorios húngaros del Sur.
En 1018, Esteban se alió con el emperador bizantino Basilio II el Matabúlgaros, para llevar a cabo una campaña contra el zar búlgaro Samuel. La batalla concluiría con una victoria para Esteban y personalmente vencería a Keán, uno de los líderes búlgaros.
Después de la muerte del emperador germánico Enrique II, su sucesor Conrado II decidió incorporar el reino de Hungría al imperio Germánico. En 1030 llevó a cabo una incursión en territorio húngaro, Esteban I (1046-61) y su hijo Emerico practicaron la táctica de tierra quemada y se retiraron al interior del reino. Las tropas de Conrado II se adentraron en territorio húngaro y se vieron enfrentadas a serios problemas por la escasez de alimentos y provisiones. De esta forma, los alemanes tuvieron dificultades para atravesar los pantanos y estepas del oeste de Hungría, chocando cerca de la ciudad de Győr contra las tropas húngaras dirigidas por Emerico, hijo del rey Esteban. La derrota fue inminente y se vieron forzados a retirarse de inmediato, siendo perseguidos por los húngaros hasta Viena. En 1031 Esteban y Conrado II firmaron un tratado de paz. A imitación de los ejércitos europeos, Esteban creó la caballería pesada húngara, manteniendo también la caballería ligera.
Emérico falleció poco después a causa de las heridas sufridas durante una partida de caza. El desconsolado monarca decidió entonces nombrar como sucesor suyo a un sobrino, Pedro Orseolo (1038-46).
Pedro Orseolo (1038-41) (1044-46)
Pedro Orseolo fue coronado en 1038 tras la muerte de Esteban I, quién demostró tener un carácter muy distinto al de su primo y su tío. Pronto tuvo que enfrentarse a los nobles descontentos que pusieron a la cabeza de la revuelta a Samuel Aba, quien había tomado por esposa a una hermana del fallecido Esteban. Así, en 1041, Orseolo huyó al Sacro Imperio y Samuel Aba recibió la corona húngara. Su reinado transcurriría lleno de escándalos y masacraría a decenas de nobles húngaros y germánicos que habrían apoyado a Orseolo durante su reinado.
En 1044, Orseolo regresó a Hungría con tropas germánicas y recuperó el trono, dando muerte a Samuel Aba después de la batalla de Ménfő, haciéndose con el poder y reanudando el vasallaje al emperador germánico Enrique III. Entonces, el descontento de los húngaros paganos motivó la revuelta de Vata en 1.046, que estuvo acaudillada por el pagano Vata. Este hizo que los hijos de Vazul regresaran a Hungría y así, Andrés y Bela, junto con los paganos, lograron recuperar la corona de Hungría en 1046. Orseolo fue apresado y ejecutado.
Andres I el Católico (1046-61)
Andrés I fue coronado rey de Hungría y asistió fuertemente al papado y al cristianismo, comprometiéndose a sofocar los levantamientos paganos y a traer el orden al reino. Andrés I solo consiguió acabar con la amenaza pagana. Después de la muerte de su hermano, Levente en 1047, quien se había unido a las fuerzas paganas y abandonado el estilo de vida cristiana.
En el año 1051, los ejércitos del Sacro Imperio Romano, bajo el mando de Enrique III el Negro, trataron de conquistar de nuevo Hungría. Enrique entró en territorio húngaro con un enorme ejército y marchó sin impedimento alguno hasta la ciudad de Székesfehérvár, el rey Andrés I de Hungría y su hermano menor Béla, volvieron a practicar la táctica de tierra quemada, evitando el enfrentamiento directo; pero durante la noche las fuerzas húngaras atacaban esporádicamente al ya extenuado ejército germánico. De esta forma, torturados por el hambre, Enrique decidió regresar hacia la frontera húngara, retrocedieron perseguidos por los húngaros, hasta que llegaron al bosque Vértes, donde los húngaros finalmente entraron, se enfrentaron a su enemigo. La batalla no resultó fácil para los húngaros, pero al final, según las crónicas, los soldados germanos arrojaron sus armas y pesadas armaduras huyendo a toda velocidad fuera de los territorios de Hungría. Según la leyenda, la zona obtuvo el nombre de Vértes, después de que los germánicos dejasen todo el campo de batalla cubierto por sus armaduras.
Al año siguiente 1052, Enrique III lo volvió a intentar, pero esta vez lo intentó por el Danubio, su flota fluvial avanzó desde territorio germánico a través del río y se dispuso a asediar la ciudad de Pozsonyi o Bratislava. Tras poco tiempo de asedio, según la leyenda húngara, varios guerreros magiares perforaron durante la noche los cascos de los barcos germanos; consiguiendo hundir varios de sus buques y obligando al ejército de Enrique III a volver de nuevo a suelo seguro, abandonando Hungría y definitivamente sus pretensiones de someter el reino a vasallaje.
En 1059 Andrés I llamó a su hermano menor Béla a la ciudad de Várkony, donde le hizo prometer que el joven Salomón sería el heredero al trono húngaro. Béla lo aceptó de momento, pero considerando que su sobrino era muy pequeño para gobernar, en 1060 regresó con el ejército de su aliado, el príncipe polaco Boleslao II. Entonces se libró la batalla junto al río Tisza, donde Andrés I tuvo que huir hacia el oeste y finalmente murió en Moson. Tras la muerte de Andrés I, Béla fue coronado rey y Salomón se vio forzado a huir al imperio germánico.
Salomón I (1061-74)
En 1068, los cumanos y los rumanos, entraron en territorio húngaro bajo el mando del caudillo Ozul. A su paso por la región de Transilvania quemaron y robaron todo, y cuando se disponían a abandonar el reino, el rey y sus primos decidieron enfrentarse a ellos y evitar su huida. Según las crónicas, el jefe Ozul había pensado que podría vencer fácilmente a los húngaros, pero sus espías le revelaron que los ejércitos de los tres primos eran difíciles de derrotar. Así ocupó la colina Cserhalom.
Los húngaros atacaron la colina con tres contingentes y fueron recibidos por una densa lluvia de flechas cumanas. Si bien ambos bandos sufrieron enormes pérdidas, finalmente los cumanos huyeron y dejaron la victoria a los húngaros, que liberarían una importante cantidad de húngaros apresados por los invasores.
Posteriormente, los príncipes y el rey Salomón se enfrentaron al Imperio bizantino, que buscaba expandir sus fronteras hasta más allá de Belgrado, e incitó a los ejércitos pechenegos y cumanos a atacar el reino húngaro en varias ocasiones. En 1071 los soldados bizantinos de Belgrado llamaron a los cumanos, quienes invadieron y saquearon las ciudades de Zimony y Szarém. Al enterarse de esto, las tropas reales húngaras avanzaron hacia Belgrado y después de dos meses de asedio lograron tomarla exitosamente. Sin embargo, en 1072 las fuerzas del emperador bizantino Miguel VII Ducas retomaron la ciudad de Belgrado, en vista de lo cual los ejércitos de Géza y Salomón atacaron a los bizantinos, conquistando hasta la ciudad serbia de Niš, la cual se rindió finalmente a mediados de 1072.
Crecieron las tensiones con su primo Géza por el reparto del botín y Salomón lanzó un ataque contra el campamento de su primo Géza, sucediéndose la batalla de Kemej el 26 de febrero de 1074. Géza fue derrotado y se vio forzado a huir. Esta acción desencadenó la batalla de Mogyoród el 14 de marzo de 1074, en esta ocasión, Géza fue asistido por su hermano y por el duque Otón I de Moravia. De esta manera, juntos vencieron a Salomón, destronándolo.
Geza I el Magno (1074-77)
La ayuda de Otón a Géza era el vasallaje al Imperio germánico. En agosto de 1074 entró el ejército germánico, pero Géza tomó ejemplo de la estrategia de su padre Béla I y su tío Andrés I de Hungría, practicando de nuevo la táctica de tierra quemada; destruyendo todos los víveres en el oeste de Hungría, lo cual forzó al emperador a detenerse y a abandonar el territorio húngaro en septiembre.
Geza gobernó por escasos tres años, durante los cuales se mantuvo un constante asedio contra la ciudad de Bratislava, donde se hallaba encerrado el depuesto Salomón. Murió el 25 de abril de 1077, posiblemente a causa de heridas de guerra recibidas en la batalla de Mogyoród.
Ladislao I el Santo (1077-95)
En 1089, luchó contra los cumanos que ocupaban Moldavia y Valaquia más allá del río Olt. Construyó las fortalezas de Szörényvár y Gyulafehérvár. En 1085, Ladislao enfrentó al ejército cumano del comandante Kutesk y lo derrotó en la batalla de Kisvárda, consiguiendo que una parte de los invasores adoptasen el estilo de vida húngara cristiana.
En 1091, Ladislao I de Hungría anexionó Croacia, rey croata Dmitar Zvonimir había muerto sin dejar herederos, Ladislao se dirigió a Croacia con su ejército para reclamar el trono.
Aprovechando que el ejército estaba en Croacia, una ola de fuerzas cumanas entró en el Reino de Hungría por el estrecho de Tölcsvár en Transilvania y destruyeron las provincias de Bihar y de Békés. Los cumanos se preparaba para huir con un botín, cuando junto al río Temes fueron sorprendidos por el rey Ladislao que regresaba de Croacia, los cumanos fueron derrotados.
El siglo XII fue relativamente tranquilo y Hungría desarrolló progresivamente un sistema de tipo feudal según el modelo de la Europa Occidental. La producción de grano aumentó, completando así la ganadería, pero los métodos de cultivos seguían siendo muy primitivos, ya que los granjeros cultivaban la tierra hasta dejarla exhausta, tras lo que emigraban a nuevos terrenos. Minas de oro, plata y sal constituían los principales ingresos reales. Pese a que se acuñó moneda, el ganado continuó siendo la principal unidad de cambio
Béla III (1172-92)
El emperador Manuel I Comneno de Bizancio, que no tenía descendientes, encontró una manera diplomática, de unir a Hungría con el Imperio bizantino. En 1163, de acuerdo con el tratado de paz, Bela, el hermano menor del rey de Hungría Esteban III, fue enviado a Constantinopla para estudiar bajo la tutela personal del emperador. Como era pariente de Manuel, Bela fue bautizado bajo la fe ortodoxa con el nombre de Alejo ó Alexis, y se le dio el título de déspota (un título que acaba de crear para él), y quiso que se casase con su hija María Comnena. En 1165 fue nombrado como heredero al trono bizantino. También era el heredero del trono de Hungría y podría ser fácilmente el lazo de unión entre los dos estados.
Batalla de Zemún o de Zimonyi (1167)
El aumento del poder militar bizantino bajo la dinastía de los Comnenos causó la rivalidad entre el Imperio bizantino y Hungría en los Balcanes. Aunque los conflictos estuvieron limitados hasta los tiempos de Manuel I Comneno. El objetivo principal de Manuel era revivir el antiguo Imperio Romano. Manuel lanzó con frecuencia campañas contra Hungría y ayudó a los pretendientes a la corona húngara. Por otra parte, Hungría ayudó a los serbios contra los bizantinos.
En 1164 Esteban III no entregaría los territorios exigidos, lo cual motivaría al emperador bizantino, avanzar hasta el corazón de Hungría, hasta Bács, después de que Esteban III continuase negándose a entregar los territorios, protegido por tropas germánicas y checas. Sin embargo, Manuel I utilizaría al rey checo Vladislao II, los monarcas llegaron a un acuerdo por el cual Esteban III nuevamente renunciaría a Dalmacia y a Croacia, e inclusive hasta a Sirmia y Manuel I renunciaría a su apoyo a Esteban IV.
En 1165, los húngaros fieles a Esteban III atacaron a Esteban IV y lo envenenaron en Zimony. En junio del mismo año, Manuel Comneno lanzó un ataque contra los húngaros. Esteban III renunció una vez más a los territorios de Croacia y Dalmacia. El emperador bizantino los ocuparía gracias al apoyo de tropas venecianas. Ya para la primavera de 1165, Esteban III ocupó los territorios de Sirmia. Para expulsarlo, Manuel Comneno envió tres ejércitos: uno liderado por Béla, hacia la frontera del Danubio; los otros dos, desde Galicia y Moldavia. Gracias a la intervención del suegro de Esteban III, Enrique Jasomirgott, duque austriaco, se firmó la paz. A finales de 1165 los ejércitos húngaros capturaron a Béla, el regente bizantino, y ocuparon una porción de Dalmacia.
Pero en 1167 el rey Esteban aún vivía y se negó a dar a Manuel los territorios del ducado de Bela (Croacia y Dalmacia). Esto provocó la guerra entre Hungría y el Imperio bizantino que fue terminada en la batalla de Zemún o de Zimonyi.
Ni el rey ni el emperador estuvieron presentes personalmente en la batalla. El ejército húngaro era de unos 15.000 hombres y estaban ayudados por un contingente de caballeros austriacos dirigidos por el conde Dones.
Durante el comienzo del verano de 1167, el ejército bizantino estaba liderado por Andrónico Kontostephanos logró atraer a una gran fuerza húngara cerca de Sirmium, tenía un unos 20.000 efectivos, compuesto por un tercio de extranjeros y dos tercios de unidades nativas. El plan de batalla bizantino había sido diseñado por el emperador Manuel (previa consulta a sus astrólogos) y Contostephanos estaba obligado a seguirlo.
Desplegó en dos líneas y una reserva:
- La primera línea estaba compuesta por caballería ligera con jinetes turcos y cumanos en el centro y con caballería pesada, mercenarios occidentales en los flancos, eran las unidades que habían marchado en vanguardia.
- La segunda línea fue infantería pesada reforzada con arqueros selyúcidas con la caballería pesada también en sus flancos. Estaba distribuida en tres divisiones. La del centro estaba mandada por el propio Kontostephanos, estaba constituida por las unidades de guardias imperiales, incluyendo los varegos y Hetaireiai, unidades de mercenarios italianos de Lombardía (probablemente lanceros) y una unidad de 500 infantes pesados serbios. Inusualmente, Kontostephanos también tenía a los compañeros del emperador (los oikeoi) bajo su mando. La división de la izquierda, que había sido la segunda división en la marcha, estaba compuesta por unidades regulares bizantinas y aliadas dispuestas en cuatro taxiarchias o «brigadas» bajo el mando de Demetrios, George Branas, Tatikios Aspietes y Kogh Vasil. La división de la derecha que había sido la tercera división en marcha estaba compuesta de unidades de élite bizantinas y los mercenarios alemanes, junto con algunas unidades turcas. Esta división estaba mandada por Andronikos Lampardas y, probablemente, Juan Kontostephanos. Cerca de cada división lateral, y siguiendo la práctica bizantina estándar, se colocaron unidades de koursores para cubrir los flancos bizantinos o para flanquear al enemigo y atacar su parte trasera en caso de que surgiese la oportunidad (prokoursatores en el flanco derecho y defensores en el izquierdo).
- La reserva estaba situada detrás de la división del centro, estaba compuesta de tres taxiarchias de la infantería y de arqueros, con un número de turcos pesados (probablemente también infantería).
El conde Dones, general húngaro centró toda su caballería pesada (húngaros y austriacos) en la primera línea del centro. En los flancos y en la segunda línea del centro eran caballería media. No tenía ni reserva y ni infantería.
El comandante húngaro, Dénes, conde de Bács (llamado Dionysios en fuentes bizantinas), formó su ejército, que incluía aliados alemanes, también en tres divisiones en una sola línea de batalla amplia. La de los flancos eran caballería media y la del centro pesada. Choniates describe al ejército húngaro como compuesto de caballeros, arqueros e infantería ligera. Los ejércitos húngaros contemporáneos a menudo carecían de infantería y las fuentes bizantinas posiblemente se refieren a los sirvientes y otros seguidores del campamento como infantería.
Los soldados del primer rango de la caballería húngara se describen como fuertemente blindados, y montados en caballos blindados.
La batalla comenzó con los jinetes-arqueros bizantinos avanzando hacia las líneas enemigas disparando flechas para incitarlos a montar una carga, ante la cual se retirarían. Esto fue exitoso, y toda la línea húngara avanzó.
La izquierda bizantina, con la excepción de las brigadas encabezadas por Kogh Vasil y Tatikios, fue empujada de inmediato hacia atrás y se rompió, dirigiéndose hacia el río, donde volvió a formar rápidamente.
El centro, la caballería pesada húngara simplemente pisoteó la caballería ligera bizantina, que se retiró inmediatamente, pero se topó con la infantería pesada que había formado en falange.
Mientras tanto, el ala derecha bizantina, su caballería también era derrotada por el ala izquierda de Hungría, parte de la reserva bizantina en una dura lucha detuvieron el ala derecha húngara.
Una vez detenida la carga húngara, la derecha bizantina contracargó, y al mismo tiempo las unidades de la izquierda bizantinas reagrupadas también volvieron a participar en la batalla, atacando a los húngaros que estaban atrapados por las dos taxiarquías que no se habían retirado. Con la victoria bizantina en las alas y el fracaso del centro húngaro, la batalla estaba perdida. Se produjo una lucha mortal con los catafractos bizantinos que recurrieron a sus temibles mazas de hierro. La batalla había llegado a un punto decisivo. Kontostephanos, reconociendo la crisis de la batalla, empleó sus reservas restantes. Contraatacó en el centro y ordenó avanzar a la infantería en todo el frente, haciendo retroceder a las fuerzas húngaras. Las divisiones enemigas comenzaron entonces a romperse en desorden y todo el ejército húngaro se dio a la fuga.
Fuentes bizantinas también mencionaron la superioridad de las armas de las tropas imperiales. Cuando se rompían las lanzas ambos húngaros y bizantinos utilizaron espadas, cuando las espadas se rompían los bizantinos utilizaban mazas, pero los húngaros se quedaban sin armas.
Los bizantinos capturaron el estándar húngaro principal, que fue montado en un carro tirado por bueyes similar a un carroccio italiano. El caballo de batalla del conde Dénes también fue capturado, aunque el comandante húngaro logró escapar. Muchos de los húngaros que huían fueron muertos o capturados por una flotilla bizantina que operaba en el río Danubio que necesitaban cruzar para llegar a la seguridad. Cinco altos comandantes húngaros con el título żupan fueron capturados, junto con otros 800 soldados. Más de 2.000 armaduras fueron tomadas de los muertos e innumerables cascos, escudos y espadas. Al día siguiente, el ejército bizantino saqueó el campamento abandonado.
Los húngaros pidieron la paz en los términos de los bizantinos y reconocieron el control del Imperio sobre Bosnia, Dalmacia, Croacia al sur del río de Krka así como Fruška Gora. También acordaron proporcionar rehenes para asegurar el cumplimiento de los acuerdos; y pagar a Bizancio un tributo y suministrar tropas cuando se le pidiera.
Con esta victoria el Imperio bizantino se aseguró los territorios recientemente incautados y puso fin a la guerra.
Bela III (1172-96)
En 1169 nació el hijo de Manuel y se cambió el plan de la unión dinástica bajo Bela. Este perdió el título de déspota (que se convirtió en un césar) y su compromiso con la hija Manuel fue roto. Se casó con la media hermana de la emperatriz: Anna (o Agnes) Chatillon de Antioquía. (Hija de Reinaldo de Chatillon).
En 1172 fue invitado al trono de Hungría y con la ayuda de Manuel se convirtió en el rey de Hungría como Bela III. Manuel y Bela mantuvieron estrechas relaciones. Después de la muerte de Manuel, Bela lanzó una campaña para salvar a Alejo II, (y de paso recuperó los territorios perdidos después de la batalla de Zemún).
En 1189, a petición del emperador germánico Federico I Barbarroja, envió a su hermano Geza, con el que mantenía malas relaciones, a la Tercera Cruzada con un ejército de 2.000 soldados húngaros. Una vez concluida, Bela III llamó de regreso a las fuerzas húngaras, pero Geza decidió permanecer en Constantinopla y desposarse con una noble bizantina, para evitar cualquier tipo de enfrentamiento con su hermano.
Bela intentó recuperar Dalmacia para el reino de Hungría mediante dos guerras contra la república de Venecia, pero no tuvo demasiado éxito. Sostuvo continuas guerras contra Polonia por la posesión del principado de Halice.
Bela III fue uno de los reyes más poderosos e importantes de la dinastía de Árpád. Gastaba anualmente 23.000 kg de plata pura, sobrepasando al rey de Francia (17.000 kg) y doblando a la corona inglesa. Consiguió frenar la hegemonía bizantina en los Balcanes. Los nuevos métodos de cultivo y la puesta en explotación de nuevas tierras generaron excedentes suficientes para mantener una nueva clase de artesanos. En el siglo XIII, los nobles húngaros vendían oro, plata, cobre y hierro con Europa occidental a cambio de bienes de lujo.