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Fue llamado por los cristianos Amurates III, era el hijo mayor del sultán Selim II y su concubina Nurbanu Sultán (Cecilia Baffo) y sucedió a su padre en 1574. Su ascensión marca el principio de la decadencia del poder otomano, que tan solo había sido mantenido bajo el reinado de Selim II gracias al genio del todopoderoso gran visir Mehmed Sokollu. Este permaneció en el poder hasta su asesinato en octubre de 1579, y tras su muerte la autoridad del sultán Murad III fue socavada ininterrumpidamente por las influencias del harén y las concubinas de palacio.
El reinado de Murad estuvo marcado por las continuas guerras con Persia y los estados cristianos europeos representados por el reino de Hungría, Transilvania y el Sacro Imperio Romano Germánico, volviéndose un personaje de importancia durante la guerra de los Trece Años. Su reinado se caracterizó por el deterioro social, económico y social que padeció el Imperio otomano iniciando la decadencia del mismo.
La corrupción alcanzó todos los niveles de las estructuras administrativas y militares. El nepotismo se extendió a todos los rincones del estado otomano; los impuestos alcanzaron niveles altísimos debido a los enormes gastos ocasionados por las largas guerras. La crisis económica producida por la bajada del precio de la plata debido a la llegada de plata masiva desde América, y los privilegios comerciales otorgados a los navegantes ingleses, le obligaron a efectuar devaluaciones de la moneda entre 1584 y 1586.
El número de jenízaros aumentó considerablemente hasta alcanzar 26.000 miembros en 1595, principalmente debido a la política vigente de reclutamiento indiscriminado, lo que provocó que se convirtiera en un cuerpo de rufianes que amenazaba tanto a la población urbana como a la rural. Entre sus derechos logrados por medio de motines estipulaba que se les aumentaran los salarios, derecho a casarse, derecho a tener riquezas y por último y lo más inaceptable hasta el momento, la herencia de su puesto a su descendencia. Se convirtieron en una pesadilla para el Imperio otomano al provocar numerosos alzamientos.
Las condiciones en el Imperio fueron de mal en peor. Las bandas de bandidos se hicieron más grandes y más descaradas en sus ataques, cobrando un peaje cada vez mayor en las ciudades y pueblos de las provincias. Con el tiempo, estos grupos se unieron en ejércitos rebeldes llamados celalis, liderados por una abigarrada sucesión de comandantes. Los celalis más importantes se centraron en Anatolia. Mientras tanto, las guerras en Hungría y Persia junto con una nueva rebelión en Siria dejaron a las fuerzas otomanas incapaces de manejar la revuelta. La violencia desató una avalancha de refugiados, conduciendo un círculo vicioso de desesperación, anarquía y fuga.
La situación de los campesinos empeoró considerablemente y se vieron obligados a abandonar sus tierras a causa de las deudas contraídas para poder pagar los impuestos.
Guerra Otomano-Safávida (1578-90)
Los otomanos comenzaron la guerra con el objetivo de conquistar Azerbaiyán y el resto del Cáucaso. Los otomanos bajo el mando de Lala Mustafá pachá tomaron Tiflis en 1578, más tarde, en 1585, tomarían Kars y Tabriz, tras lo cual Georgia pasó a ser un estado vasallo del Imperio otomano.
En 1588 el comandante otomano Farhād pachá avanzó con su ejército entrando en Karabakh para enfrentarse a luchar contra los georgianos y conquistarles. Muchas de las tribus que formaban el Quizilbash (unión de jefes tribales que apoyaban a los Sahs safávidas) se rindieron ante los otomanos sin apenas oponer resistencia. Como resultado de ello, los otomanos obtuvieron el control efectivo de Azerbaiyán y del Cáucaso en la zona del mar Caspio.
Batalla de Cildir (1587)
La batalla principal fue el 9 de agosto de 1587 cerca de un pequeño fuerte llamado Cıldır en el noreste de Anatolia. El comandante del ejército otomano era Lala Mustafá pachá y el comandante del ejército persa era Tokhmaq Khan Ustajlu, que había representado a Persia en Estambul después del acceso de Murad III. Tokhmak Khan también tenía un ejército georgiano bajo su mando, Georgia era un vasallo persa (y sus familias reales estaban emparentadas por matrimonio). Tokhmak Khan trató de envolver al ejército otomano y estaba a punto de triunfar cuando el comandante otomano Özdemiroğlu Osman pachá intervino y lo derrotó.
Aunque los persas trataron de atacar a las unidades de suministros otomanas después de la batalla, se vieron obligados a retirarse y, cuando se destruyó un puente durante esta retirada, perdieron más tropas. Estas derrotas dejaron el Cáucaso a la conquista otomana. Lala Mustafá pachá pronto conquistó Tiflis, la capital georgiana. El siguiente paso fue la conquista de Derbent (actual república de Daguestán en Rusia). Con esta conquista, los otomanos pudieron llegar al mar Caspio.
Batalla de Torches (1583)
Cuando el ejército otomano regresó a su base principal en Estambul, los persas bajo el imán Kulu comenzaron a recuperar algunos de sus antiguos territorios. Aunque un ejército del Kanato de Crimea (que era un vasallo otomano) bajo Adil Giray Khan fue enviado al Cáucaso en el verano de 1579 como refuerzo, fueron derrotados por Hamza Mirza y Mirza Salman, y Adil Giray Khan fue tomado prisionero, y puesto en Qazvin, donde fue ejecutado más tarde. En consecuencia, Osmán pachá tuvo que retirarse al norte del Cáucaso. En 1582, los otomanos enviaron una segunda fuerza de refuerzo bajo Cafer pachá, el gobernador de Kaffa, para restaurar el dominio otomano en la zona.
Los persas con 50.000 hombres bajo el imán Kulu, junto con irregulares georgianos, atacaron nuevamente en la primavera de 1583. En un primer choque entre las unidades de vanguardia de ambos ejércitos, los otomanos fueron derrotados el 25 de abril de 1583. El choque principal ocurrió en Baştepe cerca de Derbend el 9 de mayo. En el lado otomano, Osmán pachá se colocó en el centro, Cafer pachá estaba en el flanco izquierdo y Haydar pachá, el gobernador de Sivas, estaba en el flanco derecho. En el lado persa, el imán Kulu estaba en el centro, Rustem Khan estaba a la derecha y Burhaneddin a la izquierda. El resultado de la batalla no fue concluyente al final del primer día, pero la batalla continuó durante la noche, ambos lados usaron antorchas. En el segundo día, hubo una pausa momentánea en el combate. Pero en el tercer día, un ataque general otomano marcó el final de la batalla. El ejército persa fue derrotado y los prisioneros de guerra persas excedieron de los 3.000.
La paz de Estambul (1590)
Con esta victoria, los otomanos pudieron establecer el control de todo el Cáucaso. Después de otras victorias otomanas en el sur con la conquista de Tebriz, ambas partes acordaron la paz. Según el tratado de Ferhat pachá de 1590, los persas reconocieron las conquistas otomanas tanto en el Cáucaso como en Azerbaiyán moderno, así como en el oeste de Irán.
La Paz de Estambúl hizo concluir la guerra el 21 de marzo de 1590. En el tratado, el Imperio persa confirmaba y respetaba las conquistas otomanas, así como se comprometían a terminar con la propaganda chiita en los territorios otomanos y a terminar con la persecución de los suníes en suelo persa.
El advenimiento de la guerra otomano-safávida desvió temporalmente el interés otomano de los asuntos europeos, donde el Imperio otomano había estado activo con la alianza franco-otomana y el apoyo de la revuelta Holandesa, en un interesante episodio de relaciones mutuamente solidarias entre el Islam y el Protestantismo.
La Larga Guerra contra los Habsburgo o guerra de los Trece Años (1593-1606)
Batalla de Sisak o de Sisek (22 de junio de 1593)
En agosto de 1591, sin una declaración de guerra, Telli Hasan pachá, beylerbey otomano del eyalet de Bosnia y visir, atacó Croacia y llegó a Sisak o Sisek, pero fue repelido después de cuatro días de lucha. Tomás Erdody, ban (gobernador) de Croacia, lanzó un contraataque y se apoderó de gran parte de la región de Moslavina. El mismo año Hasán pachá lanzó otro ataque, tomando la ciudad de Ripac en el río Una. Estas redadas obligaron a Erdody a convocar una reunión del parlamento croata en Zagreb el 5 de enero de 1592 y declarar un reclutamiento general para defender al país.
Estas acciones fueron alentadas por Estambul y en junio de 1592 Hasan pachá capturó a Bihac y dirigió sus fuerzas hacia Sisak por segunda vez. La caída de Bihac causó temor en Croacia, que había mantenido la frontera durante décadas. Hasán pachá también capturó y quemó con éxito el campamento militar del ban en Brest el 19 de julio de 1592, construido por Erdody unos meses antes cerca de Petrinja. El campamento tenía alrededor de 3.000 hombres, mientras que las fuerzas otomanas eran unos 8.000. El 24 de julio, los otomanos comenzaron a sitiar a Sisak, pero levantaron el asedio después de 5 días de enfrentamientos y grandes pérdidas, dejando devastada la región de Turopolje. Estos eventos alentaron al Emperador a hacer más esfuerzos para detener a los otomanos, las acciones fueron detenidas por la llegada del invierno.
En la primavera de 1593, Hasán pachá reunió un gran ejército en Petrinja y el 15 de junio nuevamente cruzó el río Kupa y comenzó su tercer ataque contra Sisak. Su ejército tenía unos 15.000 efectivos de los sanjaks de Klis, Lika, Zvornik, Herzegovina, Pojega y Cernik. Sisak estaba defendido por 800 hombres mandados por Matija Fintić, quien murió el 21 de junio, y Blaz Durak, ambos de Kaptol, sede del arzobispo católico de Zagreb. El 7 de junio, la ciudad estaba bajo un intenso fuego de artillería y se envió un mensajero pidiendo ayuda al ban de Croacia.
Los refuerzos liderados por el coronel general austriaco Ruprecht von Eggenberg, el ban Tomás Erdody y el coronel Andreas von Auersperg llegaron cerca de Sisak el 20 de junio. Sumaban alrededor de unos 5.000 efectivos de caballería e infantería y acamparon en Novigrad. Allí esperaron al conde Georg Zriny con su grupo de soldados, pero en vano, según Valvasor, ya que no pudieron asistir. Mientras tanto, se llevó a cabo un consejo de guerra para discutir si proceder con un ataque o no. Después de múltiples debates en los que se declaró la fuerza mínima del ejército en oposición a la fuerza superior del enemigo, los croatas en particular votaron en contra de la ofensiva.
La decisión se tomó cuando un mensajero llegó con las palabras: “Si Sisak no se libera hoy, es seguro que caerá mañana”. Finalmente estas palabras de Auersperg: “No es una cuestión de números; debemos pedirle a Dios la victoria”. Rödern y Eggenberg compartieron su opinión, y los otros ofrecieron su consentimiento formal y el ataque fue decidido para el día siguiente, el 22 de junio.
Antes de la batalla, Hasán pachá ordenó a un comandante militar reconocido, cruzar el río y reconocer a las fuerzas enemigas. Cuando regresó informó que una batalla terminaría mal, ya que los Habsburgo tenían una fuerza muy superior (probablemente refiriéndose a su mayor cantidad de armas y municiones). Hasán pachá que estaba jugando al ajedrez en ese mismo momento; le respondió severamente: «¡Maldito seas, despreciable! ¡Temer a los números: fuera de mi vista!», y luego montó en su caballo y comenzó a movilizar a las fuerzas otomanas a través de los puentes que había ordenado construir previamente.
En la mañana del 22 de junio, los cristianos se movieron contra los otomanos. Hasán pachá cruzó el río Kolpa con la infantería liderada por Memi, bey de Zwornik. Ocultó parte de su fuerza en un bosquecillo, con la esperanza de atraer a los cristianos y poder rodearlos fácilmente. En su retaguardia tenía el río, a su izquierda el río Odra, que fluye inmediatamente hacia el Kolpa en ese punto; y a la derecha estaba el puente que había cruzado para tomar su posición y que se suponía que debía mantener y asegurar el contacto con su campamento y el ejército en el lado más alejado de la Kolpa, ambos estaban ocultos por una colina fortificada. Hasán solo había cruzado con 18.000 hombres, el núcleo de su ejército, el resto lo dejó en la retaguardia.
Sobre las 12:00 horas, las fuerzas cristianas se dividieron en tres líneas de batalla, las fuerzas de Erdödy, las fuerzas Auersperg y las fuerzas de Rödern. Las fuerzas de Erdödy que estaban en vanguardia, iniciaron el ataque, estaban formados por húsares e infantería croatas. El primer asalto fue rechazado por 1.000 jinetes seleccionados de la caballería otomana que estaban en posición avanzada. Se retiraron a la segunda línea de batalla dirigida por Auersperg. Este último ordenó a sus fuerzas moverse rápidamente; los croatas cargaron con fuerza, y varios capitanes avanzaron con sus regimientos, «los carintianos y croatas, los hombres de Rödern y los hombres de Karlstadt, los Grün y los Weissröchlein, y la infantería alemana«. Empujaron con tal furia los flancos turcos que los obligaron a regresar al río Kupa.
El ejército de Hasán pachá fue acorralado entre los ríos Odra y Kupa, con el puente sobre Kupa tomado por soldados de Karlovac. La guarnición de Sisak dirigida por Blaz Durak realizó una salida y atacó a las fuerzas otomanas restantes que estaban sitiando a Sisak. Atrapados entre dos frentes, los otomanos entraron en pánico y comenzaron una retirada caótica, tratando de atravesar a nado el río Kupa y llegar a su campamento. Mientras los arcabuceros de Stephan Graf von Blagay y Jakob von Prank, habían avanzado en buen orden, ya habían tomado el puente. Hasán pachá se dirigió al puente, pero fue rechazado por los arcabuceros.
La batalla duró alrededor de una hora y terminó en una derrota total de los otomanos. Predojevic no sobrevivió a la batalla. Entre los comandantes otomanos que murieron o se ahogaron se encontraban Mehmed, sanjakbey de Herzegovina; Dzafer, sanjakbey de Pakrac-Cernica; el hermano de Hasán, Arnaud Memi, sanjakbey de Zvornik; y Ramazan, sanjakbey de Pojega. Ibrahim, sanjakbey de Lika logró escapar. Las pérdidas otomanas totales fueron de alrededor de 8.000 muertos o ahogados. El ejército cristiano capturó 2.000 caballos, 10 banderas de guerra, falcones y municiones de artillería abandonados por los otomanos. Las pérdidas del ejército cristiano fueron ligeras, se menciona solo 50 bajas. El cuerpo de Hasán pachá fue sacado del agua y decapitado, su cabeza junto con la de otros personajes eminentes fueron enviadas a Viena.
La Europa cristiana estaba encantada con los informes grandiosos de la victoria en Sisak. El Papa Clemente VIII elogió a los líderes militares cristianos, enviando una carta de gratitud al ban Erdody, mientras que el rey Felipe II de España nombró a Erdody un caballero de la Orden de San Salvador. La Arquidiócesis de Zagreb construyó una capilla en el pueblo de Greda, cerca de Sisak, para conmemorar la victoria y decretó que se celebrara una misa de gratitud cada 22 de junio en Zagreb. El manto de Hasán pachá fue entregado a la Catedral de Ljubljana. Blaz Durak, comandante de la guarnición de Sisak, fue galardonado por el parlamento croata por su contribución a la victoria.
A principios de 1594, los serbios en Banat se levantaron contra los otomanos. Los rebeldes, en el carácter de una guerra santa, portaban banderas de guerra con el ícono de San Sava. Los estandartes de guerra fueron consagrados por el patriarca Jovan Kantul, y el levantamiento fue ayudado por los metropolitanos serbios ortodoxos Rufim Njegus de Cetinje y Visarion de Trebinje. En respuesta, el gran visir otomano, Koca Sinan pachá, exigió que se trajera la bandera verde del profeta Mahoma de Damasco, para contrarrestar la bandera serbia; y ordenó que el sarcófago que contenía las reliquias de San Sava fuera retirado del monasterio de Mileseva y trasladado a Belgrado en un convoy militar. En el camino, el convoy otomano mató a todas las personas en su camino como una advertencia a los rebeldes. Los otomanos incineraron públicamente las reliquias de San Sava en una pira en la cima de la meseta de Vracar el 27 de abril y esparcieron las cenizas.
En 1595, el Papa Clemente VIII organizó una alianza de potencias europeas cristianas para oponerse al Imperio otomano (la Santa Liga del Papa Clemente VIII); el tratado fue firmado en Praga por el Sacro Emperador Romano; Rodolfo II y Segismundo Báthory de Transilvania. Aron Vodă de Moldavia y Miguel el Valiente de Valaquia se unieron a la alianza ese mismo año. Los Habsburgo españoles enviaron un ejército de 6.000 soldados de infantería experimentados y 2.000 de caballería de los Países Bajos bajo Karl von Mansfeld, comandante en jefe del ejército español de Flandes, que tomó el mando de las operaciones en Hungría.
El objetivo de los otomanos de la guerra era tomar Viena, mientras que la monarquía de los Habsburgo quería recuperar los territorios centrales del reino de Hungría controlados por el Imperio otomano. El control sobre la línea del Danubio y la posesión de las fortalezas ubicadas allí era crucial. La guerra se libró principalmente en la Hungría real (en su mayoría occidente de Hungría y el sur de Eslovaquia), Transdanubia, Croacia real y Eslavonia (parte de la Croacia actual). En el Imperio otomano, parte de Rumelia (actual Bulgaria, Serbia y Valaquia).
En 1595, los cristianos, liderados por Mansfeld, capturaron Esztergom y Visegrád, ambas eran fortalezas estratégicas en el Danubio, pero no se embarcaron en el asedio de la fortaleza clave de Buda. Los otomanos lanzaron un asedio de Eger, conquistándolo en 1596.
En los Balcanes, en 1595 una flota española de galeras de Nápoles y Sicilia, bajo Pedro de Toledo, marqués de Villafranca, saqueó Patras, en represalia por las incursiones turcas contra las costas italianas. La redada fue tan espectacular que el sultán Murad III discutió el exterminio de los cristianos de Estambul en venganza, pero finalmente decidió ordenar la expulsión de todos los griegos solteros de la ciudad. En los años siguientes, las flotas españolas siguieron atacando las aguas del Levante, pero no hubo represalias de la guerra naval a gran escala entre cristianos y otomanos. En cambio, fueron corsarios como Alonso de Contreras, quien tomó el papel de hostigar a la vela otomana.
En el frente oriental de la guerra, Miguel el Valiente, príncipe de Valaquia, comenzó una campaña contra los otomanos en el otoño de 1594; conquistando varios castillos cerca del Bajo Danubio, incluidos Giurgiu, Braila, Harsova y Silistra, mientras que sus aliados moldavos derrotaron a los ejércitos otomanos en Iasi y otras partes de Moldavia. Miguel continuó sus ataques profundos en el Imperio otomano, tomando los fuertes de Nicópolis, Ribnic y Chilia e incluso llegando hasta Edirne (Adrianópolis). En un momento sus fuerzas estuvieron a solo 24 kilómetros de la capital otomana, Estambul.
Batalla de Caluagareni (23 de agosto de 1595)
Sin embargo, se vio obligado a retroceder a través del Danubio, y los otomanos a su vez lideraron una contraofensiva masiva con unos 100.000 efectivos, bajo el mando de Koca Sinan pachá; que tenía como objetivo, no solo recuperar sus posesiones recientemente capturadas, sino también conquistar Valaquia de una vez por todas. El impulso fue inicialmente exitoso, logrando capturar no solamente a Giurgiu sino también a Bucarest y Targoviste, a pesar de encontrarse con una feroz oposición en Calugareni el 23 de agosto de 1595. En ese punto, el ejército otomano se volvió complaciente y dejó de perseguir al ejército valaco en retirada, centrándose, en cambio, en fortificar Targoviste y Bucarest y considerando que su tarea estaba casi hecha.
Miguel tuvo que esperar casi dos meses para que llegara la ayuda de sus aliados, consiguió reunir unos 16.000 hombres y 12 cañones de campaña grandes, con destacamentos de Transilvania. Al ser muy inferior en número, Miguel el Valiente estratégicamente situó sus fuerzas cerca de un campo pantanoso (cerca del río Neajlov) que negaría la superioridad militar del ejército otomano. Al sur de la aldea de Caluagareni, donde el río Calnistea desemboca en el río Neajlov, el terreno es un pantano fangoso, rodeado de bosques. Un puente estrecho sobre el río Neajlov era un punto de paso obligatorio. La batalla tuvo tres fases diferentes.
Primera fase
El día 23 de agosto de 1595 comenzó con sondeos de caballería. La caballería valaca sorprendió a la caballería otomana frente al pueblo y la empujó sobre el río Neajlov. Michael el Valiente se colocó con 10.000 tropas y 10 cañones al norte del río Neajlov y al sur del pueblo. El mercenario de Székely, el capitán Albert Király, estaba a cargo de la reserva de 6.000 soldados de Székely. La reserva se ubicó bastante lejos, al noroeste de la aldea, para detener cualquier posible ataque desde la dirección de la aldea de Singureni.
Después de la escaramuza de caballería, Koca Sinan pachá envió una fuerza de 12.000 hombres. Miguel el Valiente esperó a que las fuerzas otomanas cruzaran el río y, después de un intenso bombardeo de artillería, atacó ferozmente empujando a los turcos hacia el río. La primera fase de la batalla terminó favorablemente para los valacos
Segunda fase
La segunda fase comenzó al mediodía, cuando Sinan pachá lanzó un ataque decisivo con todas las fuerzas que tenía en ese momento. Los jenízaros realizaron un ataque frontal sobre el puente, mientras que otras fuerzas hicieron una doble maniobra de envolvimiento, Mehmet Satirghi pachá en el este y Hasán pachá (beylerbey de Rumelia) en el oeste, pasando Neajlov por el puente de Singureni. Los jenízaros atacaron no solo en el puente, sino que también usaron troncos y tablas para ayudarlos a cruzar el pantano. Inicialmente, su ataque fue detenido, pero la caballería otomana logró cruzar el río a través de un vado en el este y amenazó al ala izquierda de Valaquia. Miguel se retiró, abandonando todos sus cañones. Reunió a sus tropas al norte de la aldea donde detuvo el avance otomano. La segunda fase de la batalla terminó favorablemente para los otomanos.
Tercera fase
La tercera y última fase de la batalla tuvo lugar durante la tarde y comenzó con un fuerte ataque frontal de Valaquia, dirigido por Miguel el Valiente. El Capitán Cocea acababa de regresar de una misión de exploración con 400 soldados de caballería y sus nuevas fuerzas fueron utilizadas en este ataque en una maniobra de envolvimiento. Las tropas de Mehmed Satirgi pachá fueron empujadas a los jenízaros y las fuerzas otomanas estaban abarrotadas en un estrecho espacio al norte del río Neajlov. El contraataque de Valaquia llegó al puente y los cañones fueron recuperados y utilizados para infligir muchas bajas a los otomanos.
Sinan pachá trató de restaurar la situación avanzando con su guardia personal, pero las fuerzas otomanas se dispersaron en desorden cuando la caballería del capitán Cocea los atacó por la retaguardia. Los valacos atacaron el campamento otomano simultáneamente, que estaba cerca de la aldea Hulubesti. En la retirada desorganizada, la leyenda cuenta que Miguel el Valiente, fiel a su nombre, tomó un hacha de batalla y desmontó a Sinan pachá de su caballo cayendo al pantano, pero fue salvado por uno de sus esclavos. Los valacos no pudieron perseguir a los otomanos que huían porque Hasán pachá apareció en su flanco derecho. Miguel el Valiente se volvió con todos sus hombres contra Hasán pachá y derrotó a sus fuerzas.
Secuelas de la batalla
Las bajas se estiman en al menos 1.000 hombres para los valacos, mientras que las bajas otomanas se estiman en 13.000. Miguel el Valiente sabía que todavía era superado en número, y durante la noche retrocedió hacia el norte. Abandonó Bucarest y Targovişte, deteniéndose en el campamento de invierno en Stoienesti, cerca del paso de Rucar-Bran.
Sinan pachá capturó la capital, Bucarest, y dejó allí Mehmed pachá con 10.000 soldados, luego capturó Targoviste, donde dejó otras 1.500 y 30 cañones. La mayor parte del ejército otomano avanzó hasta Stoieneşti, donde tomó posiciones frente al ejército de Valaquia, pero no atacó.
El 6 de septiembre, el príncipe de Transilvania Segismundo Báthory llegó con alrededor de 7.500 soldados de caballería para apoyar a Miguel. A principios de octubre llegaron otros 1.500 soldados del imperio de los Habsburgo y 300 de la Toscana. Con estos refuerzos, atacaron a los otomanos y finalmente los derrotaron en Targovişte (18 de octubre), Bucarest (22 de octubre) y Giurgiu (26 de octubre). La batalla de Giurgiu en particular fue devastadora para las fuerzas otomanas, que tuvieron que retirarse a través del Danubio en desorden.
La guerra entre Valaquia y los otomanos continuó hasta finales de 1599, cuando Miguel no pudo continuar la guerra debido al escaso apoyo de sus aliados.