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Alzamiento de Ivan y Pedro Asen
A finales del siglo XII los bizantinos estaban en declive tras una serie de guerras con los húngaros y los serbios. En 1185 Iván y Teodoro (que posteriormente cambió el nombre a Pedro) Asen (que en relatos de la época son descritos de origen valaco) encabezaron una revuelta contra el dominio bizantino y Teodoro mismo se declaró zar Pedro IV, reclamando con firmeza a heredar la autoridad del Primer Imperio Búlgaro. Después de poco más de un año de guerra, los bizantinos se vieron obligados a reconocer la independencia de Bulgaria, aunque la lucha continuó.
El movimiento libertador fue originado y vigorosamente continuado por los valacos, los antepasados de los actuales rumanos, que estuvieron acompañados por los búlgaros, y en cierta medida por los cumanos del otro lado del Danubio. Los pueblos que participaron en la rebelión y formaron parte del nuevo estado ciertamente incluían búlgaros de habla eslava y, junto a ellos, valacos (y en pequeña medida, griegos y cumanos): Pedro se nombró así mismo «zar de los búlgaros, griegos y valacos«.
En el verano de 1185 una imagen milagrosa de San Demetrio de Salónica se encontró en Tarnovo y los hermanos Asen afirmaron que el santo había abandonado Salónica con el fin de ayudar a la causa búlgara. Eso tuvo un gran impacto psicológico en la población religiosa. Entre el otoño de 1185 y la primavera de 1186 todo el norte de Bulgaria, con la excepción de Varna, fue liberada. En verano, el emperador bizantino Isaac II Ángelo logró superar los pasos de montaña e invadió Mesia. Asen se retiró al norte del Danubio, cuando los bizantinos volvieron a Constantinopla, volvió con más auxiliares cumanos y pronto la guerra continuó hasta el sur de Tracia. Un general hábil, Asen golpeó de manera rápida y permanentemente hostigando a los enormes ejércitos bizantinos.
Después de que su segunda campaña en Mesia diera como resultado el fallido sitio de Lovech en 1187, el emperador bizantino Isaac II Ángelo se vio forzado a reconocer la independencia búlgara.
Hasta 1189, las dos naciones cumplieron el tratado. Los búlgaros utilizaron este tiempo para organizar su administración y su poder militar. Cuando los soldados de la Tercera Cruzada llegaron a las tierras búlgaras en Niš, Asen y Pedro ofrecieron ayudar al emperador del Sacro Imperio Romano Germánico Federico I Barbarroja con una fuerza de 40.000 búlgaros, valacos y cumanos en contra de los bizantinos. Sin embargo, las relaciones entre los cruzados y los bizantinos se calmaron y la propuesta búlgara fue rechazada.
Batalla de Tryavna o del paso de Tryavna (1190)
Los bizantinos prepararon una tercera campaña de venganza por las acciones de Bulgaria. Al igual que las dos anteriores invasiones, se las arreglaron para superar los pasos de los montes Balcanes. En un principio, los bizantinos pensaron en pasar por la costa, cerca de Anquialo, pero luego decidieron cruzar el peligroso paso Rishki y pasar por la ciudad de Preslav. El ejército macharía rumbo a la capital búlgara, Tarnovo. El ejército bizantino estaría compuesto por de 20.000 a 30.000 hombres. Al mismo tiempo, los bizantinos habían enviado a su flota a bloquear el río Danubio, para evitar que a través de este llegaran los auxiliares cumanos que habían ayudado a los búlgaros durante las primeras campañas bizantinas en Mesia.
El sitio de Tarnovo fue estéril. La defensa de la ciudad fue dirigida por el mismo Asen. Los bizantinos combatían con desgana a pesar del entusiasmo de Isaac II, el cual comandaba al ejército en persona, junto con muchos de sus cortesanos, generales y sirvientes. Con trabuquetes y pedreros bombardearon las murallas de Tarnovo, los bizantinos habrían podido tomar la ciudad, de haber peleado con ánimo y coraje, pero no fue así; muchos soldados no habían recibido su paga desde hacía varios meses, y estaban cansados de combatir a los búlgaros que siempre atacaban desde sus montañas y apoyados por los temibles cumanos, paganos sanguinarios que combatían de una manera incomparable. En Tarnovo, la moral de los búlgaros se mantenía bien alta, y el propio Asen se batía con coraje frente a los sitiadores.
Asen decidió poner en acción su trampa. Envió al campamento bizantino a un falso desertor, el cual venía con malas noticias para Isaac. A pesar de los esfuerzos de la flota bizantina por bloquear el Danubio, los cumanos habían cruzado el río y estaban en camino a Tarnovo, para liberarla del asedio y aniquilar al ejército imperial. Ante el aterrador avance del ejército cumano, el emperador ordenó la retirada inmediata del ejército bizantino de las murallas de Tarnovo, y consultó con sus mejores generales cual sería la salida más rápida, de aquellas inhóspitas tierras búlgaras.
La ruta de salida más rápida, era el peligroso paso Tryavna; en efecto, Asen sabía que el emperador y el ejército imperial, enterados por obra del falso desertor de la inminente llegada de los cumanos, buscarían la salida más rápida del territorio búlgaro, asustados por aquellos paganos e inmisericordes guerreros escitas. Fue entonces que Iván Asen, con ayuda de sus mejores hombres, preparó una trampa que a la larga resultaría fatal para el ejército bizantino.
La marcha del ejército bizantino hacía el paso Tryavna era lenta. Los desmoralizados soldados sentían que una vez más los búlgaros salían victoriosos y para colmo muchos deseaban llegar pronto para recibir su merecida paga.
El ejército imperial penetró en Tryavna de la siguiente manera: la vanguardia estaba conformada, al parecer, por soldados de caballería, los cuales avanzaron rápidamente. En el centro iban Isaac II, con las posesiones de la tienda imperial (es decir, la corona imperial, el estandarte, etc.), la Guardia Varega, y el cortejo de nobles que acompañaban al emperador en sus campañas en Mesia. Finalmente, en la retaguardia se encontrarían algunos peltastos, psiloi (arqueros), y quizás algunos catafractos.
Iván Asen había llegado antes que el ejército imperial al inhóspito paso, y puso a su ejército en posiciones que hicieran difícil la contraofensiva bizantina. Valacos, búlgaros y cumanos estaban preparados para atacar a los bizantinos a punta de flechazos desde las alturas de Tryavna. El objetivo de Asen era capturar al Basileo y tomarlo prisionero, aunque había una gran probabilidad que Isaac II cayera en combate.
Por esta razón, Asen decidió que la vanguardia cruzara tranquilamente el paso, pero en el momento que pasaba el centro, los búlgaros atacaron salvajemente al Emperador y a sus soldados. Al comienzo, la embestida búlgara fue detenida por la valentía y coraje de los guerreros bizantinos, e incluso Isaac II alentó a sus hombres para que resistieran el ataque búlgaro. Pero en el momento en que los cumanos y valacos empezaron a lanzar piedras y rocas inmensas desde las alturas, muchos guerreros entraron en pánico, e incluso el mismo Emperador temió por su vida.
Viendo que la derrota era inminente, y que de un momento a otro los búlgaros eran capaces de caer sobre los diezmados bizantinos; el emperador ordenó a la Guardia Varega abrirse paso entre los hombres, para facilitar el paso para la huida del emperador. La Guardia Imperial mataba a lanzazos a aquellos soldados bizantinos que, aterrados como estaban por el ataque búlgaro, estorbaban la huida de Isaac II. Esta acción le valdría al Emperador el desprecio de muchos altos mandos del ejército imperial, e incluso a los mismos soldados nativos. Los cuales vieron en este acto cobarde y ultrajante, que el Emperador no se preocupaba por el bienestar y la seguridad de su ejército, además de su incompetencia al batallar a los búlgaros.
La fama de valiente y gran guerrero que Isaac II había ganado en sus anteriores campañas búlgaras, donde combatió al lado de sus hombres en primera línea, se perdió definitivamente en Tryavna. Esta fue una de las razones por las cuales muchos generales de renombre, apoyaron la revuelta de Alejo Ángelo, hermano de Isaac II, el cual, a la sazón, se mostraría aún más ineficaz que su hermano durante su periodo como emperador de los romanos (1195-1203).
Durante la huida de Isaac y los sobrevivientes del ejército bizantino, perdieron muchos enseres entre los que se encontraban en la tienda imperial; el casco de oro que los emperadores llevaban a sus campañas, el estandarte imperial con fragmentos de la Vera Cruz, la corona imperial, entre otras posesiones que emperadores anteriores solían llevar al campo de batalla.
Los ornamentos imperiales bizantinos capturados fueron tratados como reliquias por Asen y sus sucesores, los cuales los usaron en procesiones reales en la capital búlgara (Tarnovo) y además fueron añadidos a las joyas de la tesorería imperial de los zares de Bulgaria. Cuando Iván Asen III huyó del país y buscó refugio con Miguel VIII Paleólogo, el emperador pudo recuperar aquellos valiosos ornamentos imperiales.
Batalla de Arcadiópolis (1194)
Después de la gran victoria búlgara en la batalla de Tryavna en 1190 sus tropas búlgaras lanzaron ataques frecuentes en Tracia y Macedonia para liberar todas las tierras búlgaras. Los bizantinos no podían enfrentarse a la rápida caballería búlgara que atacaba desde diferentes direcciones en una vasta zona. Hacia 1194 Iván Asen I había tomado la importante ciudad de Sofía y sus alrededores, así como el alto valle del río Struma, desde donde sus ejércitos avanzaron intensamente en Macedonia.
Para distraer su atención, los bizantinos decidieron atacar en dirección al este. Se reunieron el ejército oriental bajo su comandante Alejo Gidos y el ejército occidental bajo su domestikos Basilio Vatatzes para detener el peligroso aumento del poder búlgaro. Cerca de Arcadiopolis, en el este de Tracia, se encontraron con el ejército búlgaro. Después de una feroz batalla los ejércitos bizantinos fueron aniquilados. La mayor parte de las tropas de Gidos murieron y tuvieron que huir para salvar su vida, mientras que el ejército occidental se había sacrificado totalmente y Basilio Vatatzes fue asesinado en el campo de batalla.
Después de la derrota Isaac II Ángelo tuvo que pedir la ayuda del rey húngaro Bela III. Bizancio atacaría desde el sur y Hungría invadiría las tierras búlgaras del noreste y tomar Belgrado, Branicevo y finalmente Vidin, pero el plan fracasó.
Batalla de Serres (1196)
Iván Asen I demandó la devolución de todas las tierras búlgaras, sabiendo que era imposible que los bizantinos aceptaran, por lo que continuó la lucha. En marzo de 1195 Isaac II logró organizar una campaña contra Bulgaria, pero fue depuesto por su hermano Alejo III Ángelo y la campaña falló también.
Ese mismo año, el ejército búlgaro avanzó hacia las profundidades del suroeste y llegó a las proximidades de Serres tomando muchas fortalezas en su camino. Durante el invierno, los búlgaros se retiraron hacia el norte, pero al siguiente año reaparecieron y derrotaron a un ejército bizantino, bajo el mando de Isaac Sevastokrator cerca de la ciudad. En el curso de la batalla, la caballería búlgara rodeo a los bizantinos que sufrieron fuertes bajas y su comandante fue capturado.
De regreso a la capital búlgara Tarnono, poco antes de llegar a la ciudad, Iván Asen I fue asesinado por Ivanko, su primo que había sido sobornado por los bizantinos. Sin embargo, sus intentos de detener a los búlgaros fracasaron: Ivanko no pudo tomar el trono y huyó a Constantinopla.
Kan Kaloyan (1197-1207)
Según se estipulaba una de las сláuѕulaѕ del Tratado de Paz con el Imperio bizantino, Kaloуan, el hermano menor de Asen y Pedro, debía permanecer como rehén en Constantinopla como garantía del tratado. Dos años más tarde Kaloyan, logró fugarse y regresar a Bulgaria con sus hermanos para contribuir en el gobierno de las tierras liberadas. Asen y Pedro fueron víctimas de una conspiración y Kaloyan Asen (1197-1207) fue coronado emperador a principios de 1197, inmediatamente mostró su decisión de continuar la guerra con los bizantinos por todos los medios y liberar todas las tierras búlgaras. También pidió al Papa Inocencio III ser nombrado Zar como sus predecesores por el Papa.
El enviado de Inocencio III llegó a Bulgaria a finales de diciembre de 1199, llevando una carta del Papa a Kaloyan. Inocencio declaraba que le habían informado que los antepasados de Kaloyan habían venido «de la ciudad de Roma». La respuesta de Kaloyan, escrita en la antigua Iglesia eslava, no se conservó, pero su contenido puede ser reconstruido sobre la base de su posterior correspondencia con la Santa Sede. Kaloyan se denominó «emperador de los búlgaros y valacos«, también afirmando que él era el sucesor legítimo de los gobernantes del Primer Imperio búlgaro. Pidió una corona imperial al Papa y expresó su deseo de poner a la Iglesia de su reino bajo la jurisdicción del Papa.
Asedio de Varna (1201)
Los bizantinos capturaron Ivanko y ocuparon su tierra en 1.200. Kaloyan lanzó una nueva campaña contra los territorios bizantinos en el 1200, se apoderó del fuerte castillo de Constancia y luego dio un golpe en dirección contraria y sitió la última fortaleza bizantina al norte de las montañas de los Balcanes, Varna.
Varna estaba defendida por una numerosa guarnición, incluidos los mercenarios occidentales, que se sabía que eran los soldados más valientes del ejército bizantino. Para tomar la fortaleza, los ingenieros búlgaros construyeron una enorme torre de asedio que era más amplia que el foso exterior. Con la ayuda del equipo de asedio, el ejército búlgaro fue capaz de cruzar el foso y llegar a las murallas de la ciudad y al tercer día del asedio, el 24 de marzo 1201 los búlgaros penetraron en la fortaleza.
Kaloyan no dudó en matar a todos los defensores a pesar de que era la Pascua. Los bizantinos fueron arrojados en una fosa y enterrados vivos. Quería venganza por los 14.000 soldados búlgaros que fueron cegados por Basilio II llamado Bulgaroktonos (mata búlgaros). Kaloyan y se llamó a sí mismo Romanoktonos (mata romanos).
Después de eso, destruyó los muros de la ciudad y regresó a la capital Tarnovo. A finales del año, Bulgaria y Bizancio comenzaron la negociación que concluyó con un tratado de paz a principios de 1202. Los búlgaros aseguraron sus nuevas conquistas y ahora eran capaces de enfrentarse a la amenaza de Hungría al noroeste. Después de varias batallas en el valle del río Morava, los húngaros fueron derrotados.
Batalla de Adrianópolis (1205)
Kaloyan envió embajadores a los cruzados que estaban sitiando a Constantinopla, ofreciéndoles apoyo militar si «lo coronaban como rey de Valaquia», sin embargo, los cruzados los trataron con desdén y no aceptaron su oferta. Los cruzados capturaron Constantinopla el 13 de abril y eligieron Balduino IX de Flandes como rey del reino Latino y decidieron dividir el Imperio Bizantino entre ellos.
Aprovechando la desintegración del Imperio bizantino, Kaloyan capturó los antiguos territorios bizantinos en Tracia, y dio refugio a los refugiados bizantinos y propició disturbios y levantamientos en Tracia y Macedonia contra los latinos. Los refugiados prometieron al zar la corona imperial a cambio de expulsar a los latinos.
Los burgueses griegos de Andrinópolis (actual Edirne) y los pueblos cercanos se levantaron contra los latinos a principios de 1205. Kaloyan prometió que les enviaría refuerzos antes de Pascua.
Kaloyan, zar de Walachia y Bulgaria, fué a socorrer a Adrianópolis (Edirne) con un gran ejército. Trajo consigo búlgaros, valacos unos 40.000 hombres y 14.000 jinetes cumanos que nunca habían sido bautizados.
Los cruzados que Geoffry Marshal, y Manasés de l’Isle debían proteger el campamento, mientras que el emperador Balduino y todo el resto del ejército deberían dejar el campamento y enfrentarse a Kaloyan.
Kaloyan estaba en ese momento tan cerca, que acampó en unas cinco leguas de los cruzados. Kaloyan envió a sus cumanos por delante para hostigar el campamento enemigo. Un grito se elevó por el campamento, y los cruzados se precipitaron al encuentro de su enemigo. Después de perseguir a los cumanos que estaban ligeramente protegidos. La derrota de los cumanos resultó ser una derrota fingida, porque cuando los cruzados cansados de perseguir, quisieron regresar al campamento, los cumanos se dieron la vuelta y comenzó a disparar contra ellos, hiriendo a una buena parte de sus caballos.
Cuando los cruzados regresaron al campamento, los barones se reunieron con el emperador Balduino. En el consejo, acordaron que si Kaloyan atacaba de nuevo, ellos se pondrían en orden de batalla delante del campamento, y no perseguirían al enemigo cuando se dieran la vuelta.
Al día siguiente, mientras que los cruzados celebraban una misa, los cumanos atacaron de nuevo. Los cruzados corrieron a las armas, y desde el campamento formaron con todos sus batallones, tal como habían acordado.
Conde Luis salió el primero con su batallón, y comenzó a perseguir a los cumanos, envió un mensajero para instar al emperador para que lo siguiera. Conde Louis continuó la persecución de los cumanos durante al menos dos leguas, y los alcanzó.
Los cumanos se volvieron contra ellos, y empezaron a disparar. Conde Luis, que había sido el primero en atacar, fue herido en dos partes y se había caído de su caballo. Con los cumanos y valacos acercándose a las filas de los cruzados, uno de sus caballeros de nombre de Juan de Friaise, desmontó y lo subió de nuevo en su propio caballo. Algunos de los caballeros rogaron al conde Luis volver al campamento, pero se negó.
El emperador, que estaba bajo una gran presión sobre su lado, llamó a sus caballeros, diciéndoles que no iba a huir, y ordenó a sus hombres que permaneciesen a su lado. La desesperada lucha que siguió duró varias horas, pero al final, todos los cruzados fueron muertos o huyeron del campo. En el campo de batalla siguieron el emperador Balduino, que juró no huir, y el Conde Luis. El emperador Balduino fue hecho prisionero y el Conde Luis fue asesinado. 300 caballeros perecieron en la batalla.
La batalla fue una completa victoria búlgara, que destruyó casi por completo al ejército latino y del emperador Balduino nunca se volvió a saber, se dice que fue cegado y murió en cautiverio.
El dogo Enrico Dandolo llevó las fuerzas restantes de vuelta a Constantinopla y logró contener a los búlgaros hasta la llegada del nuevo emperador, Enrique. Sin embargo, esta derrota quebró el poder franco, acabando con el objetivo de conquistar todo el Imperio bizantino, ya que dio tiempo a los exiliados a organizar la defensa en lo que serían el Despotado de Epiro y el Imperio de Nicea.
Batalla de Rusion (1206)
A mediados de enero de 1206 el ejército búlgaro marchó hacia el sur. Parte de sus tropas sitiaron Adrianópolis y el otro bajo el mando de Kaloyan se dirigió a Rusion. De acuerdo con su plan de batalla, quería forzar a los latinos a salir de la fortaleza. Para ello, una pequeña compañía de incursores cumanos capturó un castillo pequeño e insignificante en las proximidades de Rusion. Alrededor de 120 caballeros y muchos soldados de caballería salieron de Rusion y cabalgaron toda la noche. En la mañana del 31 de enero llegaron al castillo, pero descubrieron que los búlgaros lo habían abandonado y se volvieron a Rusion. Mientras tanto, 7.000 búlgaros dieron la vuelta contra los cruzados y tomaron posiciones a 7 km ante las murallas de Rusion. Los defensores de la fortaleza eran pocos y solamente podía ver desde las torres. Desde allí podían ver el ejército latino que se aproximaba dividido en cuatro destacamentos.
La batalla comenzó en la retaguardia. Un destacamento latino fue atacado por otra fuerza búlgara y a pesar de la desesperada resistencia fue derrotado. Los sobrevivientes se unieron con las tropas que les precedían y pronto dos destacamentos cruzados fueron derrotados. La batalla tuvo lugar mientras los ejércitos estaban en marcha y las masas de soldados combatientes avanzaban lentamente hacia Rusion.
A unos 2 km de la fortaleza, la formación de batalla cruzada se derrumbó bajo los ataques búlgaros de ambos lados. Los caballeros lucharon con valentía y la mayor parte de ellos perecieron. Solamente 10 de los 120 caballeros lograron llegar a Rusion. Miles de soldados rasos fueron muertos o capturados en la batalla. Todos los comandantes cruzados perecieron. Los restos del ejército derrotado abandonaron Rusion y buscaron refugio en la cercana ciudad de Rodosto.
Rodosto era una ciudad bien fortificada con una gran guarnición veneciana reforzada con los sobrevivientes de Rusion y un destacamento de unos 2.000 hombres que llegaron después. Sin embargo, cuando llegó Kaloyan, los defensores entraron en pánico y tras una corta batalla, fueron derrotados por completo y Rodosto fue saqueada. Pronto muchas ciudades más fueron capturadas como Perint, Çorlu, Arcadiópolis, Messina, Daonion. Los búlgaros sitiaron la importante ciudad de Didimoteico, que fue tomada al año siguiente.
Iván Asen II (1218-1241)
Tras la muerte de Kaloyan en 1207, el primo de Iván Ase, Boril (1.207-1.218), usurpó el trono y le obligó a huir al principado ruso de Halych-Volynia. Durante su reinado, el país perdió los territorios significativos con Hungría, el Imperio Latino y el Despotado de Épiro.
Con el apoyo ruso, Iván Asen regresó a Bulgaria en 1218 derrocó con éxito a su primo y fue coronado como zar. Una vez establecido en el trono, Iván Asen II se dedicó a recuperar las pérdidas que sufrió Bulgaria durante el reinado de Boril.
La llegada de Andrés II de Hungría durante la Quinta Cruzada en 1218, ofreció la oportunidad de establecer una alianza matrimonial y obtener la devolución de los disputados territorios de Belgrado en el Danubio como dote de la princesa Ana María de Hungría. Iván Asen II también hizo una alianza con Teodoro Comneno Ducas de Épiro en el sur, aunque este último había expandido su control sobre varios territorios búlgaros habitados, incluyendo Ohrid. La alianza fue cimentada con el matrimonio de la hija de Iván Asen II con el hermano de Teodoro, Manuel.
Una vez asegurado por el tratado, Teodoro logró conquistar Tesalónica al Imperio latino, así como tierras búlgaras en Macedonia, incluyendo Odrin.
Después de la muerte del emperador latino Roberto de Courtenay en 1228, Iván Asen II fue considerado la opción más probable para la regencia de Balduino II. Teodoro pensaba que Bulgaria era el único obstáculo hacia su camino a Constantinopla y en inicio de marzo de 1230 invadió el país, rompiendo el tratado de paz y sin una declaración de guerra.
Batalla de Klokotnitsa (1.230)
Teodoro Comneno convocó a un enorme ejército que incluía mercenarios occidentales (15.000 a 20.000 efectivos). Él estaba tan confiado de su victoria que tomó toda la corte real para sí mismo, incluyendo su esposa e hijos. Su ejército se movía lentamente y saqueó los pueblos en su camino.
Cuando el zar búlgaro se enteró de que el estado fue invadido, reunió un pequeño ejército de unos 10.000 efectivos, de los cuales unos 3.000 eran cumanos y rápidamente se dirigieron hacia el sur. Durante cuatro días los búlgaros cubrieron la distancia en un tiempo, tres veces más rápido que el ejército de Teodoro durante una semana.
El 9 de marzo, los dos ejércitos se encontraron cerca del pueblo de Klokotnitsa. Se cree que Iván Asen II ordenó que el tratado roto de ayuda mutua fuera pegado en su lanza para ser utilizada como una bandera.
Era un buen táctico, desplegó la infantería en el centro y en las alas la caballería, manteniendo una reserva de caballería oculta para usarla en el momento oportuno. Comenzó el ataque, probablemente lo iniciarían los epirotas, y consiguió envolver al enemigo por las alas, se sorprendió al enemigo.
La batalla continuó hasta el atardecer y en el momento culminante empleo la caballería de reserva. Los epirotas fueron derrotados por completo, solamente una pequeña fuerza bajo el hermano del déspota Manuel logró escapar del campo de batalla. El resto murieron en el combate o capturados, entre ellos la corte real de Épiro y el mismo Teodoro.
Después de la victoria, el Despotado de Epiro pasó a ser vasallo tributario de Bulgaria.
El Patriarcado ortodoxo búlgaro fue restaurado en 1235 con la aprobación de todos los patriarcados orientales, poniendo así fin a la unión con el Papa. Iván Asen II tenía fama de ser un gobernante sabio y humano, y estableció relaciones con el occidente católico, especialmente con Venecia y Génova, para diversificar el comercio de su país. El país disfrutó de una economía floreciente, las relaciones comerciales se diversificaron hacia el año 1235 y Bulgaria había organizado una marina de guerra. En el último año de su reinado, derrotó a un destacamento de tártaros que atacaron a Bulgaria tras su incursión devastadora en Hungría.