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Llegada al poder
Nada más alcanzar el poder, lo afianzó mandando matar a sus hermanos y sobrinos. Era esta una costumbre que había sido practicada en la dinastía otomana, entre otros, por su abuelo Mehmed II.
Durante el sultanato de su padre, fue nombrado gobernador de Trebisonda, en la costa del mar Negro. Allí aprendió las cuestiones administrativas y el sistema militar del Imperio. Gobernó la región con mucho éxito, mejorando las relaciones de los otomanos con los estados vecinos. Organizó tres campañas a Georgia para combatir sus continuas propagandas anti-otomanas. En 1508 invadió Kars, Erzurum y Artvin. Todos los georgianos que vivían en esas regiones se convirtieron al Islam.
Selim era alto, fuerte, valiente y resistente. Como jinete era brillante y un esgrimista exitoso; destacándose además en la lucha y en el tiro con arco. Tenía un espíritu militar, pero al mismo tiempo era aficionado a las artes. Poseía una gran educación, estando interesado en la ciencia y la teología, además de las cuestiones gubernamentales.
Poseía un carácter modesto; acostumbraba a comer un solo tipo de comida en un plato de madera. No era propenso a la vanidad. Era buen administrador, nunca despilfarró el dinero del Imperio; durante su reinado, el tesoro estaba completamente lleno.
Durante su reinado las fronteras europeas permanecieron relativamente tranquilas. Desde 1503 no se habían reanudado las hostilidades con Venecia, a la que habían concedido renovación de sus privilegios comerciales, ampliados entonces a Siria y Egipto. En las fronteras húngaras y polacas, se evitaron los enfrentamientos, esto permitió a Selim la creación de un gran arsenal en Estambul, comenzando la renovación de la flota.
Guerra con los safávidas
Las campañas de Selim I se dirigieron fundamentalmente contra el este. Los safávidas de Persia eran chiitas y trataban de expandir su influencia en el imperio Otomano fomentando toda clase de rebeliones, su apoyo a Ahmed en su lucha contra Selim, constituyó el pretexto para poner en marcha una poderosa campaña contra el shah Ismail I.
La campaña comenzó el 24 de abril de 1514, y fue precedida, como medida preventiva, por una purga de los chiitas de la zona. Mientras los safávidas estaban siendo invadidos en el este por los uzbekos. El estado uzbeko había ganado importancia por Abu I-Fath Muhammad, que había caído en la batalla contra Ismail solamente unos pocos años antes. Intentando evitar tener que luchar una guerra en dos frentes, Ismail empleó una política de tierra quemada contra Selim en el oeste, junto con el empleo de emboscadas y huidas.
El ejército de Selim que eran unos 80.000 efectivos, con unos 150 cañones, estaba descontento por la dificultad de abastecer al ejército a la luz de la campaña de tierra quemada de Ismail, el terreno extremadamente duro en las montañas armenias y el hecho de que estaban marchando contra los musulmanes. Los jenízaros incluso dispararon sus mosquetes en la tienda del Sultán en un momento de protesta. Cuando Selim se enteró de que el ejército safávida se encontraba en Chaldiran, rápidamente se movió para obligarle a presentar batalla, en parte para sofocar el descontento de su ejército.
Los otomanos desplegaron, a la manera tradicional, las fuerzas provinciales en las alas y los profesionales en el centro con la artillería pesada y miles de jenízaros equipados con arcabuces tras una barrera de carros. Los safávidas disponían de unos 65.000 efectivos, pero aunque sus fuerzas eran menores, disponían de más caballería, no tenían artillería ni armas de fuego a su disposición, ya que esas armas iban contra su honor. Desplegaron también en tres grupos, con las alas más potentes.
La batalla de Chaldiran tuvo lugar el 23 de agosto de 1514, los safávidas atacaron las alas otomanas en un esfuerzo por evitar que los efectos de la artillería otomana que estaba posicionada en el centro. Sin embargo, la artillería otomana era altamente maniobrable y los safávidas sufrieron pérdidas desastrosas. Aparte de la superioridad del armamento otomano, también perdieron debido a la mala planificación y a la poca de disciplina de las tropas.
Los turcos tuvieron unos 2.000 muertos, mientras que los safávidas unos 5.000, el sah Ismail I fue herido y casi resultó capturado. Después de su victoria, los otomanos capturaron la capital safávida de Tabriz el 7 de septiembre, primero la saquearon y después la evacuaron. Dos de sus esposas y harén entero fueron capturados por Selim, una de ellas fue casada con uno de los estadistas de Selim.
Sin embargo, Selim no pudo seguir adelante tras Tabriz debido al descontento entre los jenízaros. Durante la retirada de las tropas otomanas, fueron intensamente acosados por la caballería ligera georgiana del ejército de safávida, incluso profundamente dentro del imperio otomano.
El imperio otomano anexionó con éxito Anatolia Oriental (que abarca Armenia Occidental) y Mesopotamia septentrional de los safávidas. Sin embargo, estas áreas cambiaron de manos varias veces durante las décadas siguientes; dando lugar a la segunda guerra otomana-safávida (1532-55).
La derrota chiíta en Chaldiran puso fin a los levantamientos chiítas en el Imperio otomano, sin embargo, los safávidas hicieron drásticos cambios en su ejército. A partir de entonces, las armas de fuego se hicieron parte integral de los ejércitos persas y el hijo de Ismail, Tahmasp I, desplegó cañones en batallas subsiguientes.
Conquista de Siria y Egipto
En el siglo XVI los mamelucos de Egipto se debatían en una profunda crisis política y económica. El régimen se hacía cada vez más impopular por la subida de impuestos debido a la pérdida de mercados producida por la expansión de los portugueses en Goa (India), Hormuz (Persia) y Malaca (Malasia). En este contexto, los mamelucos no podían esperar ninguna ayuda de sus súbditos en caso de producirse un conflicto. Los mamelucos apoyaban a cualquier enemigo de los otomanos que eran su principal amenaza.
Los renovados reclamos de los otomanos de los territorios de Dulkadır condujeron a la confrontación con los mamelucos, los soberanos nominales de estos. Cuando el gobernante Alaüddevle no prestó atención a las demandas otomanas de sometimiento, Selim lo derrotó y lo ejecutó en 1515, instalando a un sobrino y rival de Alaüddevle como cliente de Estambul y enviando la cabeza del gobernante muerto al sultán mameluco Qansuh al-Ghawri en El Cairo. La victoria contra los Dulkadırs llevó a la confrontación directa entre otomanos y mamelucos.
Los mamelucos eran suníes, al igual que los otomanos. Los sultanes mamelucos también eran los protectores de La Meca y Medina. Para justificar su ataque, Selim acusó a los mamelucos de oprimir a los musulmanes y justificó la guerra contra ellos con una presunta alianza mameluco-safávida, declarando que «el que ayuda a un hereje (es decir, los safávidas) él mismo es un hereje«.
Los dos ejércitos se encontraron al norte de Alepo, en la localidad de Marj Dabik el 24 de agosto de 1516. En la batalla las armas de fuego otomanas y la deserción en el campamento de los mamelucos, resultado de la intensa propaganda enemiga en los meses anteriores, sellaron el destino de los mamelucos. El sultán mameluco al-Qansuh Ghawri murió, al parecer, de un ataque al corazón, los restos de sus tropas huyeron. Alepo se entregó el 28 de agosto, y un mes más tarde lo hacía Damasco. Nombró gobernadores para cada una de las ciudades importantes y dejó una fuerza importante en Gaza, para vigilar los accesos a través de la ruta del Sinaí.
Pese a la facilidad con que los mamelucos habían sido derrotados, Selim dudaba en continuar la invasión de Egipto, por ello envió al nuevo sultán Tuman bey una embajada en la que se le ofrecía la paz si Egipto se convertía en un estado vasallo de los otomanos.
Tuman en vez de responder, envió los restos de su ejército a recuperar Gaza. Los mamelucos fueron rechazados y los otomanos siguieron al ejército mameluco en retirada a Egipto, el 17 de enero de 1517 entraron en Egipto y le causaron una segunda y aplastante derrota el 23 de enero de 1517 en la batalla de Ridaniya, en las afueras de El Cairo. Aunque los restos del ejército mameluco ofrecieron una fuerte resistencia, esta se derrumbó cuando el sultán Tuman bey fue capturado y asesinado. Con él murió el sultanato mameluco que había gobernado durante más de 250 años en Egipto y Siria. Sus territorios fueron incorporados al imperio otomano como las nuevas provincias de Alepo, Damasco y Egipto.
Para más información de las batallas de Marj Dabik y de Ridaniya ver el capítulo los mamelucos- final del sultanato mameluco de Egipto
Selim reclamó para sí el título de califa (en árabe significa el «sucesor» de Mahoma), el cual considera a su portador como el principal gobernante civil y religioso de todo el Islam, tanto chií como suní.
Muerte de Selim I
Selim murió en Corlu el 22 de septiembre de 1520, abrumado por una enfermedad en el noveno año de su reinado. Tenía unos 50 años. Oficialmente, se dice que Selim sucumbió a la sirpencia, una infección de la piel que había desarrollado durante sus largas campañas a caballo. Sin embargo, algunos historiadores sugieren que murió de cáncer o que fue envenenado por su médico. Otros historiadores dicen que la muerte de Selim coincidió con un período de plaga de carbunco o ántrax en el Imperio, y han agregado que varias fuentes implican que Selim mismo sufrió de la enfermedad.