¡Ayúdanos a mejorar el blog!
Si ves alguna palabra mal escrita, o frase que no tenga mucho sentido, es muy fácil hacérnoslo saber. Sólo tienes que seleccionar las palabras que te resulten sospechosas y pulsar las teclas CONTROL y ENTER. Se abrirá un formulario con el texto seleccionado, y con pulsar enviar recibiremos tu notificación.
También puedes abrir el formulario pulsando el siguiente botón
Periodo Cretácico
Durante el periodo Cretácico (145-66) que era el tercer periodo de la era Mesozoica (252-66) las temperaturas ascendieron hasta alcanzar su máximo punto hace unos 100 millones de años, en los cuales no había prácticamente hielo en los polos. Las temperaturas en la superficie del océano tropical debieron haber sido entre 9º y 12° C más cálidas que en la actualidad, mientras que en las profundidades oceánicas las temperaturas debieron ser incluso 15 o 20° C mayores.
Después del Cretácico medio las temperaturas iniciaron un lento descenso que fue acelerándose progresivamente y, en los últimos millones de años del período, la media de las temperaturas anuales del oeste norteamericano había disminuido desde los 20° C hasta los 10° C.
Comenzó la rápida dispersión de las plantas con flor con ayuda de los insectos, desde abejas y avispas hasta hormigas y escarabajos. Las magnolias, ficus y sasafrases rápidamente superaron en número a los helechos, coníferas y cícadas.
La fauna del Cretácico estaba dominada por los dinosaurios alcanzaron una gran radiación adaptativa. Es por ello que existían una gran cantidad de especies con modos de vida y morfologías muy dispares. En el Cretácico tardío se diversificaron los anquilosaurios, que habían aparecido en el periodo Jurásico. Eran con frecuencia animales de gran tamaño, de hasta 10 metros de longitud y 6 toneladas de peso. Se especializaron en el blindaje, con presencia de placas óseas bajo la piel del dorso, cuello, cola y flancos, así como de refuerzos óseos en el cráneo, e incluso de protuberancias óseas por encima de los ojos. Poseían pequeños cuernos óseos en la cabeza y variadas pautas de espinas, también óseas, dispuestas sobre el dorso.
Los mamíferos son un componente pequeño de la fauna. Destacan la familia de las musarañas que empezaban a corretear por los bosques.
Hace 66 millones de años, se produjo la desaparición de los dinosaurios, sobre la que hay diversas teorías, la más extendida es que un asteroide cayó en algún lugar de la Tierra y a continuación se evaporó. Un cráter de 180 kilómetros de ancho formado en la península de Yucatán de México, llamado Chicxulub, se ha descubierto desde entonces y se ha fijado su antigüedad en 65 millones de años. Otra teoría es una gran actividad volcánica que ocurrió en esas fechas cuyos gases y polvo ocultaron la luz solar. Otros científicos dicen que fueron ambas.
Periodo Paleógeno (66-23)
El final de los dinosaurios finalizó el periodo Cretácico (145-66) que era el tercer periodo de la era Mesozoica (252-66) y dio comienzo a la era Cenozoica (66-23) en la que nos encontramos actualmente. Esta era esta dividida en tres periodos Paleógeno (66-23), Neógeno (23-2,5) y Cuaternario o actual que empezó hace 12.000 años.
El periodo Paleógeno (66-23), que a su vez se divide en 3 épocas: Paleoceno (66-56), Eoceno (56-34) y Oligoceno (34-23).
El Paleógeno o Cenozoico temprano (65-23) tiene una duración de unos 43 millones de años. Marcó un tiempo de transición en la historia de la Tierra. El cambio climático más profundo fue el enfriamiento de las regiones polares. En el ámbito global se formaron cadenas montañosas actuales en América del Norte (Sierra Nevada y Montañas Rocosas) y en Europa (Alpes, cadenas Ibéricas, Béticas, Pirineo y Cantábrica).
Durante el Paleógeno se produjo la tercera y última fase de la desintegración del continente Pangea, que se había iniciado al principio del Cretácico. Norteamérica y Groenlandia finalmente se separaron de Eurasia. Los océanos Índico y Atlántico continuaron expandiéndose. Mientras tanto, Australia y la India se mueven en dirección noreste a una velocidad de 5-6 centímetros por año. Australia se separó de la Antártida y se mueve rápidamente hacia el norte. La Antártida permanece muy cerca o en el Polo Sur desde la formación de Pangea (hace 280 millones de años).
A comienzos del Paleógeno, las temperaturas eran relativamente altas y alcanzaron su máximo durante el óptimo climático del Eoceno, para después producirse un rápido enfriamiento.
En la fauna Paleógeno la mayoría de los mamíferos eran criaturas pequeñas parecidas a modernos roedores, y ningún mamífero era mayor que un perro, entre ellos se encontraba el condilartro que era omníboro. Incluyó los grupos que sobrevivieron del Cretácico (multituberculados, marsupiales didélfidos, ungulados primitivos semejantes a un mapache, y una serie de mamíferos insectívoros). También aparecieron los primeros primates y en el Paleoceno medio los antecesores de los modernos carnívoros.
Época del Paleoceno (66-56)
Clima del Paleoceno
El clima era cálido, uniforme y muy húmedo, sin grandes contrastes entre el ecuador y los polos. Las selvas tropicales y paratropicales se extendían a latitudes mucho más altas que en la actualidad. Los bosques subtropicales llegaban casi hasta las regiones polares, donde se transformaban en bosques de hoja amplia y caduca desconocidos hoy en día, adaptados a las estaciones de noche perpetua o de día continuo.
Flora del Paleoceno
Las coníferas dominaron todos aquellos lugares en los que la temperatura era más baja. Estas coníferas se extendían por aquellas regiones cercanas a los polos. Otro de las plantas que continuaron su diversificación fueron las angiospermas. Estas plantas se mantienen en la actualidad.
Fauna del Paleoceno
En cuanto a la fauna del Paleoceno, los animales que pudieron sobrevivir a la extinción de los dinosaurios, tuvieron la oportunidad de diversificarse y expandirse por diversos terrenos de todo el planeta. Aprovecharon la ocasión de que ya no estaban los dinosaurios, que eran los mayores depredadores de todo el planeta.
Entre los grupos de animales que pertenecieron a la fauna del Paleoceno y que se extendieron en mayor proporción fueron los mamíferos, las aves, reptiles y peces.
Entre las aves se distinguió el Gastornis, conocidas como aves del terror. Tenían un gran tamaño de más de 2 metros de altura que no tenían la capacidad de volar. Poseía un gran pico que muy fuerte, que según unos era para romper huesos y extraer el tuétano y según otros para romper nueces o semillas. Para unos científicos sus hábitos eran carnívoros y eran temibles depredadores para muchos animales, para otros eran predominantemente herbívoros.
A lo largo de este periodo de tiempo muchas especies de aves que persisten en la actualidad se desarrollaron y surgieron gracias a las condiciones ambientales. Entre este grupo de aves encontramos a las gaviotas, búhos, palomas y patos, entre otras.
En cuanto a los mamíferos, fue el grupo más exitoso dentro de la fauna del Paleoceno. Destacaron los placentarios, los monotremas y los marsupiales.
El grupo de placentarios se convirtió en el más diverso y exitoso. Incluyen insectívoros, roedores, lémures, primates, creodontos (depredadores), plesiadapiformes (de aspecto similar a una ardilla), protoungulados, incluyendo condilartros (herbívoros) y carnívoros mesoniquios y ungulados primitivos, a partir de los cuales evolucionaron diversos grupos, como los équidos, los rinocerontes, los cerdos y los camellos, y los antepasados de carnívoros modernos (miácidos).
Entre los marsupiales se encuentran los canguros que eran muy pequeños y no muy numerosos.
Los monotremas fueron animales cuya característica se asemejaba a los reptiles y a las aves. Su cuerpo está cubierto por vello pero eran ovíparos. Entre ellos se encuentran el ornitorrinco y la equidna.
Epoca del Eoceno (56-39)
Clima del Eoceno
A principios del Eoceno, las altas temperaturas calentaron los océanos y crearon un ambiente húmedo y caluroso, donde se podían encontrar bosques que se extendían de polo a polo. Excepto las regiones desérticas más secas y extremas, la Tierra se encontraba completamente cubierta de bosques.
Los bosques templados llegaban hasta los mismos polos, mientras que los climas tropicales lluviosos llegaban hasta los 45° de latitud norte.
El enfriamiento global que tuvo lugar hace 48,5 millones de años, a mediados del período, a causa del crecimiento descontrolado del helecho flotante de agua dulce llamado Azolla, que cubrió la superficie del océano Ártico durante casi un millón de años. Este es un helecho de crecimiento rápido. Estas plantas absorbían grandes cantidades de dióxido de carbono y nitrógeno de la atmósfera, que al morirse quedaba depositado en el fondo oceánico. Lo que provocó que la cantidad de dióxido de carbono de la atmósfera terrestre disminuyera drásticamente, contribuyendo así a incrementar un enfriamiento global que ya había comenzado tímidamente algunos millones de años atrás.
El océano Ártico redujo su temperatura desde 13º C al inicio del Eoceno, hasta los actuales -9º C, y el resto del planeta sufrió bajadas similares de temperatura. Posiblemente fue la primera vez en la historia de la Tierra, que hubo capas de hielo en ambos polos.
Flora del Eoceno
Un régimen más frío y seco se abatió sobre la tierra, y las heladas invernales reaparecieron en las latitudes altas. La vegetación tropical quedó restringida al ecuador, y más cerca de los polos se desarrolló un nuevo tipo de paisaje: el bosque templado mixto, similar al que hoy cubre Canadá y el norte de Europa.
A finales del Eoceno el interior de los continentes ya había comenzado a desecarse, y en algunas zonas los bosques comenzaban a reducirse considerablemente. La hierba, que acababa de aparecer, se encontraba confinada en las riberas de los ríos y todavía no se había extendido por las sabanas y llanuras.
Fauna del Eoceno
Las aves fueron aquellas especies que más se desarrollaron gracias a las condiciones ambientales favorables. Los gastornis siguen viviendo y se le suman otras de gran tamaño como las phorusrhacidae, algunos de cuyos ejemplares llegaban a medir hasta los 3 metros de altura. Al no ser voladoras se piensa que llegaban a alcanzar velocidades de hasta 50 km por hora. Eran ágiles depredadores de pequeños animales entre los que incluían algunos mamíferos.
Los pingüinos eran otro grupo de aves no voladoras. Existieron ejemplares que medía 1,7 metros y pesaban 100 kilos. Este grupo de aves ha sobrevivido hasta la actualidad y se ubican principalmente en la Antártida en el polo sur.
Los primeros mamíferos acuáticos completamente marinos aparecieron hace unos 45 millones de años. Los ambulocétidos fueron las primeras ballenas existentes en este planeta. Tienen una longitud de más de 3 metros y su peso podía rondar los 120 kg. Tenían un aspecto similar a los cocodrilos aunque con extremidades más largas. Estas extremidades servían como aletas para poder desplazarse. Su dieta era carnívora.
Los reptiles existieron y se desarrollaron a buen ritmo. Los que más existieron fueron las serpientes de gran tamaño, llegando a tener más de 10 metros de longitud en algunos ejemplares.
En cuanto los mamíferos terrestres se fueron diversificando cada vez más, especialmente los ungulados, y algunos carnívoros de gran tamaño.
Los ungulados continuaron evolucionando durante el Eoceno. Los artiodáctilos (varios dedos) aparecieron a principios de esta época, hace 54 millones de años, y a finales del Eoceno ya se habían diversificado en los tres subórdenes actuales: Tilopodos (camélidos), Suinos (cerdos), y Ruminantes (ovejas, cabras, y vacas). La gran expansión de los Perisodáctillos, que los desplazaron hacia hábitats menos prósperos, y la aparición de hierba en el Eoceno, condicionaron el desarrollo del particular aparato digestivo que poseen los artiodáctilos y que más adelante les ayudaría a desbancar a los perisódactilos como los herbívoros dominantes.
Los depredadores creodontos se extendieron por todo el planeta menos Sudamérica y Oceanía que eran islas. Se dividieron en dos grandes grupos, los oxiénidos y los hienodóntidos. Los primeros, más antiguos, aparecieron en Norteamérica, y se extendieron al Viejo Continente durante este periodo.
Eohippus o Hyracotherium
El Eohippus es conocido como el “caballo del alba”, su nombre significa “caballo del Eoceno”. El término Eohippus está siendo sustituido por «Sifrhippus». Del árabe “sifr”, cero, y del griego “hippos”, caballo.
Sus orígenes podemos encontrarlos en América del Norte de donde se supone paso a Asia llegando a Europa, habitó desde hace 55 hasta hace 50 millones de años. Tenía una alzada que oscilaba entre los 30 y los 40 cm de altura. Poseía cuatro dedos en las extremidades anteriores y tres en las posteriores, lo que indica un estado de transición.
La forma del cráneo evidencia una especialización en lo que respecta a la alimentación a base de hojas, o ramoneo; estaba adaptado para vivir en un ambiente de tipo selvático. Seguramente tendría algún tipo camuflaje en su capa, lo que le permitiría esconderse rápidamente y pasar desapercibido en ese tipo de terreno, donde no era necesario tener patas largas para correr largas distancias.
Su dentadura estaba formada por dientes cortos tuberosos, que permitían solamente masticar aplastando el alimento, solo aptos para comer plantas suaves y jugosas.
La dieta de Eohippus era principalmente hojas, frutos, hierbas y bayas.
Conformación: Las manos y los pies tenían almohadillas similares a los encontrados en un perro, pero no cascos. Tenían el cuello corto y la espalda arqueada. En cuanto a los dientes tenían tres incisivos, un canino, cuatro premolares y tres molares en cada lado de la mandíbula.
Su dispersión geográfica, junto a la gran similitud entre los ejemplares de Europa y el de América, compartida por muchos otros mamíferos que vivieron en el mismo período, implica que era posible emigrar de una a otra zona antes del eoceno medio, hace unos 49 millones de años. Una de las rutas de la migración debió de ser atravesando el océano Atlántico, entonces mucho más estrecho.
Sin embargo, después del Eoceno inferior parece ser que ya no se utilizó esta ruta migratoria debido al progresivo ensanchamiento del océano por la separación de los continentes. Es más, a partir de entonces, la única vía entre ambos continentes practicable para los caballos y otros mamíferos terrestres fue el istmo que actualmente cubren las aguas del estrecho de Bering. Los Eohippus o caballos tetradáctilos se bifurcaron en dos subespecies: el Orohippus que siguió evolucionando en Norteamérica y el Paleotherium o Paleoterio que vivió en Europa y que en un principio fue confundido con el tapir que se extinguió posteriormente.