Edad Media Guerras italianas medievales Batalla de Montaperti (1260)

Tuvo lugar el 4 de septiembre de 1260 en Monteperti, en la Toscana, entre las ciudades de Siena y Florencia, dos de las ciudades estados más importantes del Medievo italiano.

Antecedentes

Los güelfos apoyaban el poder terrenal del Papa y los gibelinos al emperador del Sacro Imperio Romano, en el centro y norte de Italia. Los términos vienen de la italinización de los apellidos de dos familias alemanas que rivalizaban por el poder en el siglo XII el Imperio Germánico: los Wuelf (de aquí güelfo) y los Weiblingen (gibelino).

La lucha por el poder entre el Papado y el Sacro Imperio Romano, que había surgido con la querella de las Investiduras, que comenzó en 1075 y terminó con el Concordato de Worms en 1122. Sin embargo, la división entre güelfos y gibelinos en Italia se mantendría hasta el siglo XV.

A principios del siglo XIII, Felipe de Suabia, un weiblingen (gibelino), y su yerno Otón de Brunswick (un güelfo), eran rivales para el trono imperial. Felipe estaba apoyado por los gibelinos como familiar de Federico I, mientras que Otón estaba apoyado por los güelfos. Felipe heredero Federico II, era un enemigo de ambos, de Otón y del Papado.

Después de la muerte de Federico II en 1250, los gibelinos fueron apoyados por Conrado IV y más tarde por Manfredo, mientras que los güelfos fueron apoyados por Carlos de Anjou.

La competencia entre Siena y Florencia por la conquista de los mercados financieros británicos y franceses, cuestiones territoriales y hegemonía (el límite sur del florentino llegó casi a las puertas de Siena) significaba que las tensiones entre las dos ciudades seguían siendo graves. Cualesquiera que fueran los motivos de fricción entre Siena y Florencia; la causa que desencadenó la guerra, fue que los acuerdos celebrados entre los dos municipios en 1255, al final de una guerra. Esta había terminado de manera desfavorable para Siena y en la que, se firmó una alianza con los florentinos y el compromiso de no acoger a nadie declarado maldito de Florencia, Montepulciano y Montalcino. Los sieneses en 1251, mientras estaban vinculados por un pacto de asistencia mutua con los gibelinos florentinos, así que cuando en 1258 fueron expulsados ​​de Florencia, Siena los recibió, saltándose el tratado firmado tres años antes.

La consecuencia inmediata fue la reanudación de la guerra, dando lugar inicialmente a varios eventos con la participación de los pueblos de Grosseto, Montemassi y Monteano cuyos güelfos fueron capaces de animarlos a rebelarse contra el Siena. Esta ciudad, que tenía un tratado de alianza con el rey Manfredo desde 1259; había recibido refuerzo en algunas compañías de caballeros alemanes bajo el mando del primo del rey de Nápoles, el conde Giordano de Anglano. En febrero 1260 se habían recuperado la lealtad de Grosseto y en marzo inició operaciones adecuadas para la reconquista de Montemassi y Monteano.

En abril 1260, la Liga fue al rescate de los güelfos de Maremma, reclutaron un ejército de unos 30.000 hombres y el 18 de mayo estaban acampados en las inmediaciones del monasterio de Santa Petronila, a poca distancia de la puerta norte de Siena, la puerta de Camollia. Los caballeros germano-sieneses atacaron el mismo día en el campamento enemigo.

El 20 de mayo, el ejército güelfo retiró el cerco de Siena, una parte continuó saqueando los alrededores, mientras que la mayor regresó a Florencia. La actividad de Siena se dirigió hacia sus dos principales amenazas; Montepulciano que se entregó en julio, y Montalcino con su posición estratégica en la Via Francigena, era una verdadera espina clavada en el sistema comercial y militar de Siena.

Los güelfos florentinos regresaron de nuevo a finales de agosto, con un gran ejército de 30.000 soldados de infantería y 3.000 de caballería para llevar ayuda a Montalcino. Seguros de su fuerza, los comandantes florentinos eligieron la ruta directa a Siena. El 2 de septiembre, asentaron el campamento en Pieve d’Asciata, y enviaron dos embajadores para entregar un ultimátum al consejo de los Veinticuatro, que gobernaba la ciudad de Siena.

La respuesta de los Veinticuatro, fue que el ejército campaña de Siena respondería dignamente al insulto recibido. Las resoluciones posteriores del consejo fueron que los caballeros alemanes, fuerza insustituible ejército sienés, se les pagaría el doble para motivarles mejor en la batalla.

El 3 de septiembre, el ejército gibelino sienés con unos 20.000 hombres, de los cuales 1.800 eran jinetes, se dirigieron desde la actual puerta de Pispini en dirección a la colina de Repole.

Desde el campo de güelfo, que ya había sido trasladado a la ladera de la colina Cortinas, era posible observar parcialmente los movimientos gibelinos. Estos, aprovechando esa oportunidad, dieron la vuelta, según la leyenda, tres veces a todo el ejército ante la vista del enemigo con el objetivo de dar la impresión de tener un ejército tres veces más grande de lo que era en realidad.

Despliegue inicial

La noche del 3 al 4 los gibelinos la pasaron entre continuos ataques al campo güelfo y la mañana del 4 de septiembre, mientras que los güelfos comenzaban a desmantelar el campamento, el ejército gibelino, se dividió en cuatro grupos.

  • El primero constaba de 200 de infantería y 200 de caballería bajo el mando del conde de Arras, tenía que pasar inadvertido por detrás de la colina de Monselvoli y situarse a retaguardia de los güelfos-florentinos.
  • La vanguardia estaba dirigida por el conde Giordano de Anglano, estaba compuesta por 600 caballeros alemanes y 600 infantes milicianos de Siena.
  • El grueso, que estaba mandado por el conde Aldobrandino Aldobrandeschis, se componía de 600 caballeros toscanos y 1.700 infantes sieneses y aliados.
  • La retaguardia se componía de 200 jinetes sieneses y centenares de frailes armados y estaba mandada por Niccolo de Bigozzi, su misión era proteger el carroccio de Siena, estaba dispuesta para proteger al grueso.

El plan de batalla, era simple cuando la vanguardia y el grueso acometiesen al ejército güelfo, a pesar de tener el sol de frente y atacar en contra pendiente; en el momento oportuno, se daría la orden de atacar al grupo del conde de Arras, que les atacaría por retaguardia.

Primera fase

Al amanecer el conde de Arras cruzó el río Arbia por un vado, se dirigió hacia al sureste y se situó al sur del monte Monselvoli para preparar la emboscada.

Mientras el ejército seguía el camino para cruzar el río por el puente, y marchaba hacia el norte paralelamente al Arbia. El ejército gibelino, que se componía de unos 30.000 infantes y 3.000 jinetes, avanzaron hacia al sur con la infantería delante y la caballería detrás, siguiendo las faldas del monte Monselvi, para tener la ventaja del terreno. Finalmente, desplegó la caballería al norte frente a los jinetes alemanes, y la infantería al sur frente al grueso.

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Batalla de Montaperti (1260). Despliegue inicial y primera fase

Segunda fase

El ataque se inició probablemente a las 10:00 horas, cuando el caballero alemán de Astimbergh Gualtieri inició la carga con la caballería gibelina de la vanguardia seguida de la caballería del grueso, en Costaberci. A continuación la infantería gibelina inició el ataque cuesta arriba contra la güelfa que se encontraba en la ladera del monte Monselvi.

La batalla se prolongó con los florentinos ganando gradualmente debido a su superioridad numérica, los 1.600 jinetes sieneses tuvieron que soportar los embates de alrededor de 3.000 florentinos, así mismo la infantería sienesa tuvo que retroceder al llano empujada por los florentinos.

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Batalla de Montaperti (1260). Segunda fase
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Batalla de Montaperti (1260). Autor Luca Ferroti

Tercera fase

Hacía las 15:000 horas, Niccolo de Bigozzi, viendo la caballería gibelina en apuros, cargó con sus 200 jinetes sieneses, abandonado la protección del Carroccio, envolviendo por la izquierda a sus adversarios. En esa etapa de la batalla tuvo lugar el episodio de la traición de Bocca degli Abati, un gibelino florentino que luchaba con los güelfos; cargó contra el abanderado de la caballería florentina y cortó la mano que sostenía la bandera de batalla florentina, causando confusión y desorden en las filas güelfas.

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Batalla de Montaperti (1260). Tercera fase

A las 18:00 horas, el conde de Arras recibió la señal de salir de su escondite y atacar por retaguardia, con sus 400 jinetes cargó contra los güelfos, que fueron completamente sorprendidos. Se dice que el mismo conde atravesó la garganta del general florentino Lacopino Rangoni de Módena. La muerte del capitán florentino desencadenó la desbandada del ejército güelfo, que comenzaron a huir en distintas direcciones, perseguidos por los gibelinos decididos a hacer lo que se convertiría en la «agonía» y la «gran matanza que hizo el río Arbia se volviera rojo«.

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Batalla de Montaperti (1260). Final

Secuelas

El campo güelfo fue saqueado y su Carroccio capturado, se reunieron 9.000 animales entre caballos, bueyes y mulas, se tomaron las banderas y estandartes, incluyendo la bandera de Florencia que se ató a la cola de un burro y arrastrada en el polvo.

Las pérdidas de los güelfos fueron unos 10.000 muertos y 15.000 prisioneros, de los cuales 2.500 y 1.500, respectivamente, eran florentinos. Mientras que los gibelinos perdieron 600 hombres con 400 heridos.

Después de la batalla de Montaperti, Siena convirtió en el baluarte gibelino, siendo excomulgados todos sus ciudadanos por el Papa Alejandro IV; muchos extranjeros y algunos dirigentes güelfos de Italia tomaron pretexto de la excomunión para dejar de pagar sus deudas a los mercaderes de Siena, infiriendo un golpe muy grave para la economía de la ciudad.

Después la dinastía de los Hohenstaufen perdieron el Imperio, cuando Carlos de Anjou ejecutó a Conradin en 1268; los términos de güelfos y gibelinos se asoció con las familias y las ciudades individuales, en lugar de la lucha entre el Imperio y el Papado.

En ese período, la fortaleza de los gibelinos italianos era la ciudad de Forlì, en Romaña. Esa ciudad se quedó con las facciones gibelinas, en parte como una forma de preservar su independencia, más que por lealtad al poder temporal. Como Forlì era nominalmente de los Estados Pontificios, el papado intentó varias veces para recuperar el control de Forlì, a veces por la violencia o por tentaciones.

Entrada creada originalmente por Arre caballo! el 2017-08-07. Última modificacion 2022-05-31.
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