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Se libró el 12 de julio 1416 en San Egidio, cerca de Umbertide (centro de Italia) entre el líder Braccio de Montone y las tropas de Perugia, bajo Carlos Malatesta. La victoria fue de Braccio y resultó en la conquista.
Antecedentes
Dos filosofías rivales dominaron los conceptos tácticos de principios del siglo XV en Italia: los Bracceschi, que supuestamente se habían destacado por el uso flexible de pequeños destacamentos y fomentar la iniciativa entre los líderes más jóvenes, y los Sforza, que se concentraron en el uso de fuerzas concentradas y la programación de todos los asaltos.
Sin embargo, la victoria del padre de una de estas escuelas, Bracchio de Montone, finalmente ganó el control sobre su propia ciudad.
Brachio un condotiero de Perugia, se aprovechó de un lapso de la autoridad papal sobre los Estados Pontificios para atacar a Perugia. Habiéndole sido dado Bolonia por un Papa entonces depuesto, vendió esa ciudad a sus propios ciudadanos y utilizó su precio de 82.000 florines para ampliar su propio ejército de mercenarios. Los perugianos, sin embargo, no solamente opusieron una resistencia efectiva, sino que pagaron otro condotiero, Carlo Malatesta, para que marchase en su ayuda con 5.000 hombres.
Desarrollo de la batalla
Bracchio y Malatesta se encontraron el 15 de julio 1416 a las afueras de la aldea de San Egidio, cerca de donde la carretera de Perugia a Asís cruza el río Tíber.
Ninguno de ellos poseía un gran ejército, y la batalla parecía un asunto ya concertado.
Malatesta, como un seguidor de la escuela Sforza, formó a sus tropas en un amplio semicírculo entre el Tíber y las colinas, con la esperanza de atraer a Bracchio a un ataque impetuoso y rodearlo, disponía de una fuerza de 3.000 jinetes. Malatesta se retiró a su tienda a esperar la evolución de los acontecimientos. El centro de la formación que era el más fuerte estaba mandado por Angelo de la Pergola.
Bracchio, sin embargo, dividió sus fuerzas en pequeñas compañías y uso la técnica de la rotación. Los soldados luchaban muy duro durante un breve espacio de tiempo y se retiraban a descansar, siendo relevados por otra compañía. Como era un día muy caluroso, había colocado barriles de agua a retaguardia para que pudiesen beber hombres y caballos.
Estas escaramuzas se prolongaron durante siete horas. Tal vez las sólidas filas de Malatesta no lograban atacar a su fragmentado enemigo debido a que su comandante aún esperaba atraer a todo el ejército de Bracchio hacia su trampa. Pero no fue así, y reaccionó demasiado tarde.
Tropas de Malatesta, estaban sedientos, agotados y torturados por el calor y el polvo en sus armaduras, se autorizó a que en grupos de dos fuesen al río para beber y refrescarse. Algunos fueron sin autorización, y este deambular sin coordinación llevó la confusión y el desorden a las fuerzas de Malatesta. Bracchio aprovechando la desorganización de su rival, ordenó un ataque general que cortó la formación enemiga en tres partes, derrotando por completo a su exhausto enemigo, Angelo de la Pergola consiguió escapar con 400 jinetes a Foligno. La mayor parte del ejército fue capturado.
Secuelas
El ejército de Malatesta sufrió 300 muertos, pero gran parte de su ejército fue capturado, incluyendo él mismo que aún estaba sentado en la mesa de su tienda y su primo Galeazzo Malatesta. 3.000 caballos fueron capturados. Las bajas de Brachio fueron 180.
Brachio después de la batalla conquistó Perugia, los miembros de la familia que gobernaba Perugia, los Michelotti, fueron hechos prisioneros siendo posteriormente ejecutados. Brachio se nombró señor de Perugia y para defender la ciudad creó la milicia.