¡Ayúdanos a mejorar el blog!
Si ves alguna palabra mal escrita, o frase que no tenga mucho sentido, es muy fácil hacérnoslo saber. Sólo tienes que seleccionar las palabras que te resulten sospechosas y pulsar las teclas CONTROL y ENTER. Se abrirá un formulario con el texto seleccionado, y con pulsar enviar recibiremos tu notificación.
También puedes abrir el formulario pulsando el siguiente botón
Los ejércitos italianos medievales estaban compuestos por las levas militares del contado o zona de influencia y se denominaban masnada (mesnada), los valvasoni o milicias de las ciudades y los mercenarios o condotieros (condottari).
Las milicias urbanas o valvasoni
Eran la fuerza principal de las ciudades estado, eran reclutadas cuando las circunstancias lo requerían. El reclutamiento en las ciudades como norma era desde los 18 años hasta los 60, en Florencia entre 15 y 60, y en Siena 20 y 60, en Venecia entre 15 y 35.
Se dividían en cuatro clases: caballería, infantería pesada incluidos los paveseri o paveseros, infantería ligera, y los arqueros (que incluían a los ballesteros).
La caballería estaba compuesta por la caballería noble o pesada (caballeros) que iban completamente protegidos incluso los caballos y la no noble o villana (clase media alta) que era caballería más ligera. Los venecianos los denominaban elmetti a los que llevaban la armadura completa y utili a los que iban menos protegidos. Los florentinos denominaban consortes a la caballería pesada y compagni a la caballería ligera que en su mayoría eran escuderos y que avanzaban detrás de los consortes.
El desprecio de los jinetes hacia los infantes hizo que apareciera la ballesta, que los colocaba casi en igualdad de oportunidades. Para proteger a los ballesteros mientras cargaban la ballesta (su frecuencia de disparo era de 2 disparos por minuto) se creó un cuerpo llamado paveseri o paveseros que llevaban un gran escudo o pavés para protegerlos mientras cargaban el arma (eran similares a los sparabara persas).
La infantería la componían la clase media y artesanos. La proporción entre infantes (pedites) y jinetes (milites) solía ser de 10 a 1. Se reclutaban por distritos, en Venecia había seis distritos y se les denominaba sestieri.
Una vez reclutados los infantes eran agrupados en unidades que variaban en tamaño, dependiendo de las condiciones locales, la unidad normal era la veinticinquina o una unidad de 25, que se agrupaban en compañías de 100.
Para la instrucción, sobre todo con arcos y ballestas, se promocionaban concursos de tiro, en el caso de infantería y pavesari, se entrenaban enfrentando grupos de distintos distritos de una misma ciudad, que a veces acababan en auténticas batallas campales con heridos.
La proporción en la infantería variaba, pero en Montaperti en 1260, los florentinos de las 6.000 milicias urbanas, 4.000 eran piqueros, 1.000 eran arqueros y 1.000 eran ballesteros.
En un registro de Venecia en 1228 se dice que 30.000 venecianos llevaban armas. En 1303 el gobierno dio la orden de que en cada barco debía contar con 30 ballesteros que podían ser empleados como remeros, situándoles en las filas centrales. Si disponían de 3.000 barcos hace suponer que el número de ballesteros venecianos se acercaban a los 100.000, también participaron como mercenarios en otros ejércitos, en la batalla de Kulikovo en 1380 había 6.000 ballesteros venecianos en las filas del ejército mongol o tártaro.
Milicias rurales o masnada
El área rural de influencia o contado, proporcionaba también levas militares o masnada, que era la fuerza principal de los señores en su área, estaba salpicado de castillos que pertenecían a señores que normalmente vivían en la ciudad. Los reclutados se denominaban contadini. Proporcionaban caballería ligera que normalmente se empleaban como exploradores y hostigadores, los más famosos fueron los stradiotti reclutados en Albania y Dacia que se foguearon en la guerra contra los turcos, llevaban lanza corta y jabalinas, arcos y espadas ligeras; e infantería ligera que se empleaban como hostigadores y gastatori o trabajadores.
La proporción entre la milicia urbana y rural variaba, por ejemplo el ejército de florentino en Montaperti en 1260 tenía 8.000, es decir, era el 50 %; sin embargo, el ejército florentino contra Pistoia en 1302 eran 5.000 de 7.250, es decir el 75 %.
El carroccio
Muchas ciudades italianas tenían un carro ceremonial llamado el corroccio, era una especie de altar de la guerra donde se realizaban ceremonias religiosas antes de la batalla, tenía cuatro ruedas e iba tirado por bueyes. Era una plataforma rectangular sobre la que se alzaba el estandarte con los colores de la ciudad y a veces una cruz.
Durante la batalla el carroccio estaba protegido por los guerreros más valientes en el ejército, y servía tanto ce punto de reunión y como el paladio de honor de la ciudad; su captura por el enemigo era considerado como una derrota irremediable y la humillación. Fue empleado por primera vez por los milaneses en 1038, y jugó un gran papel en las guerras de la Liga Lombarda contra el emperador Federico Barbarroja.
El carroccio florentino iba generalmente seguido por un carro más pequeño que lleva la Martinella, una campana que se usaba para señales militares. Cuando la guerra se consideraba probable, la Martinella se ponía en la puerta de la Iglesia de Santa María en el Mercato Nuovo en Florencia para advertir a los ciudadanos y enemigos. En tiempos de paz el Carroccio era en el mantenimiento por una gran familia que se había distinguido por servicios a la república.
El carroccio florentino fue capturado por las fuerzas gibelinas de Castruccio Castracani en el 1325 en la batalla de Altopascio, tras lo cual fue exhibido por los vencedores, en un triunfo que tuvo lugar en las calles de Lucca.
Fabricación armamento
Los italianos eran famosos en la fabricación de armamento, proliferaban los centros de fabricación de armas, siendo sus armaduras las mejores de Europa. Eran famosos los ferrari (herreros), los spadari (fabricantes de espadas), los frezeri (fabricantes de arcos) y corazzeri (fabricantes de armaduras). Los corazzeri y los spadari estaban autorizados a firmar sus productos, se hicieron famosos los spadari Missaglia y los corazzeri Negroni de Milán.
El centro más importante era Milán, que podía producir 4.500 armaduras al año. El precio de una armadura alcanzaba los 100 escudos de oro, el valor del trabajo de un obrero durante 20 años, pesaban alrededor de 25 kilos y el peso se distribuía uniformemente adaptándolas al cuerpo, y estaban diseñadas para aguantar el impacto de los proyectiles de la época. Los petos eran la parte más importante y la más fuerte.
Otro centro de armas era Florencia que en 1427 disponía de 20 corazzeri, y 31 spadari, siendo Ucello el más famoso.
Los mercenarios o condotieros
La importancia de los mercenarios surgió cuando disminuyó la milicia urbana o cuando el campo no proporcionaba soldados. El resultado es que aparece el condotiero o condottieri, jefe mercenario que se ponía al servicio del que le pagaba mediante un contrato o condotta, de ahí su nombre.
Los condotieros consideraban la guerra como un verdadero arte. Sin embargo, sus intereses no eran siempre los mismos que los de los estados a cuyo servicio estaban. Buscaban riqueza, fama y tierras para sí, y no estaban ligados por lazos patrióticos a la causa por la que luchaban. Eran célebres por su falta de escrúpulos: podían cambiar de bando si encontraban un mejor postor antes o incluso durante la batalla. Conscientes de su poder, en ocasiones eran ellos los que imponían condiciones a sus supuestos patronos.
La organización base de los condotieros era la compañía, mandada por un capitán. El número de sus efectivos siempre fue muy variable en función del momento y la importancia de la compañía, pudiendo ser desde poco más del centenar a algunos millares. Cubrían todas las especialidades militares de la época, desde la infantería a la caballería pesada. Cada uno de los hombres aceptaba la condotta con su capitán, que era un contrato verbal o escrito.
La administración de la compañía era supervisada por un collateralli, que representaba los intereses del estado, en el siglo XV este cargo pasó a ser permanente y era el responsable de la comida, armas y la paga de los salarios. También mantenía la disciplina y el orden dentro de los campamentos.
En un principio estas compañías eran pequeñas, pero en el siglo XIV algunas alcanzaban hasta los 800 efectivos. Los gobernantes preferían hacer un contrato con un capitán de prestigio de una gran compañía en vez de con un montón de pequeñas compañías.
Así es que las grandes compañías tuvieron que subcontratar a otras compañías menores. En este caso el primer capitán o gran condotiero firmaba otra condotta con estas compañías, hasta alcanzar el número de efectivos suficientes. Otras veces varias pequeñas compañías se juntaban para subsistir, nombrando a un capitán que representaba a todos.
En el siglo XIV había compañías que alcanzaban los 800 efectivos, el número de mercenarios no italianos era considerable, había 10.000 jinetes alemanes, aunque también había piqueros suizos, almogávares, provenzales, flamencos, castellanos, franceses e ingleses. En el siglo XV casi todos los profesionales de las armas eran italianos.
La unidad básica de los condotieros era la lanza, estaba formada cinco hombres. Un caballero al que denominaban caporale, un escudero, hombres de armas, arqueros, y escopeteros o schioppeteri, que llevaban un arma de fuego o scuiopetto, que no era más que un cañón de muy pequeño calibre sujeto a una madera. Su número fue aumentando con el tiempo al tiempo que disminuían los arqueros y ballesteros. En 1482 el ejército milanés tenía 1.200 schiopetteri frente a 233 ballesteros.
Las lanzas en los Estados Pontificios recibían en nombre de corazza. Cinco lanzas constituían un puesto, y cinco puestos (25 lanzas) formaban un escuadrón, una banda (bandiera) estaba compuesto de varios escuadrones (50 a 100 lanzas).
Normalmente, a las compañías les seguían grupos de paisanos denominados questatori o devastadores, que practicaban el saqueo y la tierra quemada de las tierras que conquistaban los condotieros.
En el siglo XV se desarrolló el concepto jerárquico de casa, que constituía no solo el capitán, caballeros y hombres de armas, sino que también incluía los collateralli, los trompeteros y los sirvientes. La casa constituía el núcleo central de la gran compañía y les daba un sentido de pertenencia, que en algunos casos le permitió servir como capitán general de un ejército. Segismundo Malatesta no fue solo un gran condotiero, sino que llegó a ser el dirigente de Rimini.
El primer ejército mercenario bien organizado fue la Gran Compañía, dirigida primeramente por el caballero suabo Werner de Urslingen y luego por Montreal de Albarno y Konrad von Landau. Llegó a contar con un ejército bien organizado de 9.000 hombres armados. Urslingen impuso a sus tropas una severa disciplina, pero también estableció un reparto equitativo de las ganancias. La Gran Compañía recorrió Italia, dedicándose al pillaje y a exigir dinero, con la excusa de la protección, a todos los gobiernos locales. Sus capitanes obtuvieron enormes sumas a cambio de los servicios de sus tropas: durante el mismo año, de 1353, Montreal de Albarno cobró 16.000 florines de Pisa, otros 16.000 de Siena, 25.000 de Florencia y 50.000 de Rímini.
La Gran Compañía fue derrotada en 1362 por un nuevo ejército mercenario, compuesto de hombres de varias nacionalidades, la Compagnia Bianca («Compañía Blanca«) del inglés John Hawkwood, que empleaba tácticas militares más avanzadas.
El éxito del ejército de Hawkwood hizo que surgiesen rápidamente tropas similares bajo el mando de capitanes italianos, como la Compañía de San Jorge de Ambrogio Visconti, que en un principio tenía 3.000 efectivos en 1342, 10 años más tarde alcanzó los 10.000 de los cuales 7.000 eran jinetes, 2.000 ballesteros y otros 2.000 seguidores. Su organización era impresionante, con una intendencia establecida y un sistema judicial independiente, llevando inclusoun cadalso portátil.
Hubo otras grandes compañías como la Compañía de la Estrella de Astorre Manfredi, Compañía del Sombrerito de Niccolò da Montefeltro; y la Compañía de la Rosa de Giovanni da Buscareto y Bartolomeo Gonzaga.
A principios del siglo XVI, sin embargo, fueron incapaces de hacer frente con sus tácticas anticuadas y sus armaduras medievales a los ejércitos modernos de las potencias europeas que invadieron Italia, y terminaron por desaparecer hacia el año 1550.