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Antecedentes
El duque de Somerset después de ganar la importante batalla de Pinkie, aunque obligado a regresar a Inglaterra debido a las maquinaciones formadas en su contra; sin embargo, su flota continuó rastreando las costas escocesas, y, se hicieron con las fortalezas en las islas de Frith of Forth.
El 20 de septiembre de 1547 apareció una flotilla inglesa frente a Broughty Craig, cuyo castillo, construido a orillas del río Tay, fue asediado durante dos semanas por Andrew Dudley, hermano de John Dudley, I duque de Northumbria (Northumberland). El castillo se rindió y Andrew Dudley fue puesto al mando del mismo, quedando con una guarnición de 100 soldados y 3 barcos. Rápidamente identificó el castillo como inadecuado para la guerra moderna y contrató a un ingeniero italiano, Giovanni de Rossetti, para actualizar sus defensas se abastionó el fuerte y se construyó un foso en el lado terrestre. En 1548, se habían gastado casi 20.000 £ en ese trabajo, dinero que los ingleses simplemente no tenían.
La posición del antiguo castillo en sí era ventajosa para la guerra moderna, ya que se descubrió que la corriente rápida del río hacía que el bombardeo naval no fuera práctico.
La ciudad de Dundee aceptó apoyar a la guarnición y resistir al gobernador de Escocia, el regente Arran el 27 de octubre de 1547. El alguacil de Dundee, John Scrimgeour, y los baillies (concejales) y el consejo firmaron el acuerdo, aunque bajo la coacción de las dos naves de guerra de Dudley.
Mientras el duque de Somerset se había marchado con su ejército del sudeste de Escocia, el conde de Lennox, que había sido recibido y distinguido por Enrique VIII, honrado por su alianza, entró en el reino por el oeste, y su presencia en todas partes se extendió terror. El regente Arran, en todo momento tímido, contempló a este nuevo rival con consternación, pero para ocultar su temor recogió los restos dispersos del ejército escocés derrotado en Pinkie, y marchó para reconquistar el castillo de Broughty.
El asedio
Arran se presentó con unos 8.000 efectivos y 8 cañones ante la fortaleza desde el 1 de octubre de 1547 hasta el 1 de enero, cuando se vio obligado a levantar el sitio, con la pérdida de toda su artillería. El conde de Argyle intentó capturar el castillo el 22 de noviembre de 1547 y nuevamente en enero de 1548 con 150 hombres dirigidos por el soldado Duncan Dundas, sin éxito. Thomas Wyndham llevó dos barcos más en diciembre de 1547 y quemó la abadía de Balmerino el día de Navidad. El 12 de enero de 1548, cien mosquetes fueron entregadas desde Berwick, con barriles de pólvora, mechas, balas, plomo y moldes de balas.
Los ingleses, envalentonados por su éxito, saquearon Dundee y otros lugares, y fortificaron el cerro de Balgillo, casi una milla al norte de Broughty, donde algunos vestigios de sus fortificaciones aún pueden verse.
Cuando el conde de Argyle fue informado de que los ingleses estaban asolando el condado de Forfar, y habían derrotado cada intento de oposición por parte de Maule de Panmure, y Halyburton; el preboste de Dundee, reunió a sus vasallos, y marchó a Broughty, hizo una tregua con la guarnición acordando una fecha para su entrega, pero antes de su vencimiento, los ingleses habían enviado tales socorros que se vieron obligaron a levantar el sitio y retirarse.
El señor D’Esse, al ser informado del estado de cosas en Droughty, envió al conde Rimgrave con sus compañías de alemanes, y al señor D’Etauges con una de franceses, siguiendo él con el resto de sus fuerzas en persona con la mayor expedición. La empresa fue proyectada y conducida con todo el secreto y la prudencia imaginables; pero no fue posible ocultar esos movimientos a los ingleses, quienes cuando se enteraron, demolieron las fortificaciones que habían comenzado y continuaron diligentemente durante el espacio de ocho días en Dundee, saqueando las casas e incendiando la ciudad, regresando a sus fuertes en Droughty y Dalgillo Hill.
Los ingleses fueron afortunados de contar con fieles espías para sus intereses en esa ocasión, pero cuando el conde Rimgrave y el señor D’Etauges que iban por delante, entraron a Dundee se encontraron que en la ciudad solo había unos pocos hombres y algunas mujeres pobres, que se esforzaban por apagar las llamas encendidas por los ingleses.
Dos días después de esta decepción, los oficiales mencionados se dirigieron al frente de sus compañías a la nueva fortaleza construida por los ingleses en Droughty. Avanzaron tan cerca, que los que pudieron lanzar desafíos al pie de las murallas. Los defensores decidieron hacer una salida, pero los alemanes les obligaron a retroceder a su fuerte, y allí se encontraron con el grueso de sus fuerzas, y se encontraron al alcance la artillería del lugar, por lo que se retiraron hacia Dundee.
El señor D’Esse ordenó a Dundee que se fortificara, para evitar que los ingleses recibieran apoyos, para lo cual dejó siete compañías de franceses y dos de escoceses en el lugar, con zapadores, cañones y las municiones necesarias. Él luego regresó a Edimburgo, y para aliviar la fatiga de sus soldados, envió los restos del ejército a descansar en las ciudades de St Andrews, Perth, Aberdeen, Montrose, y en algunas aldeas del condado de Fife.
Andrew Dudley fue sucedido por John Luttrell que había sido el comandante en Inchcolm. El 11 de mayo de 1548, el comandante inglés en Haddington, Gray de Wilton le escribió a Luttrell que no podía esperar más provisiones debido a la llegada de la flota francesa. El 16 de junio de 1548, llegaron 16 galeras francesas y dos barcos anclaron e intentaron bombardear Broughty. Sin embargo, la fuerte corriente impidió los disparos.
El señor D’Etauges era el comandante de la guarnición de Dundee, que consistía en su propia compañía a caballo, siete compañías de infantería francesa y dos de escoceses, una a pie y la otra a caballo. De esta forma, los ingleses no se atrevieron a salir de los muros, o si lo hacía, estaban seguros de estar siempre al alcance de arcabuz de sus propios muros. El señor D’Etauges los infravaloraba y un día decidió salir con una comitiva de 7 jinetes. Los ingleses al verlo intentaron capturarlo, Beauchatel con 25 jinetes acudió en su ayuda, pero fue rodeado por los ingleses que lo hicieron prisionero, siendo llevado inmediatamente a su fuerte. Finalmente los franceses se retiraron.
Los ingleses conservaron la posesión del castillo de Broughty hasta que fueron expulsados, por una fuerza de escoceses, franceses y alemanes, bajo el mando del señor Des Thermes, el sucesor de D’Esse. El 20 de febrero de 1550, los franceses y los escoceses lograron capturar un fuerte subsidiario también retenido por los ingleses a corta distancia hacia el norte en la colina Balgillo, y al día siguiente el castillo de Broughty se rindió.
El castillo fue luego desmantelado, y aunque fue reparado en el siglo XIX como parte de la defensa costera del río Tay, actualmente está convertido en un museo.