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Final de la guerra de la Independencia de los EEUU
En el Tratado de París de 1783, Gran Bretaña cedió el control de la región, pero las naciones nativas no formaron parte en las negociaciones, y los nuevos Estados Unidos ya no estaban obligados por los tratados británicos con las naciones nativas. El general de brigada Allan Maclean en el fuerte Niágara informó que las naciones nativas no podían creer que el Rey entregaría su tierra a los Estados Unidos, ni que los Estados Unidos los aceptaría. Muchos prefirieron comerciar con los británicos en lugar de los nuevos Estados Unidos, y los agentes británicos continuaron operando en la región occidental e influenciaron a los residentes. Los iroqueses y las tribus occidentales se reunieron en la bahía Sandusky en el mismo año y, después de escuchar los ideales pan indios de Joseph Brant y Alexander McKee, prometieron que nadie concedería tierras a los Estados Unidos sin el permiso de toda la asociación. Sin embargo, la lucha en el oeste no terminó con el tratado. 40 indígenas de Pennsylvania y Virginia fueron asesinados por norteamericanos en la primavera de 1784, y los conflictos continuaron en Kentucky.
Los Estados Unidos recientemente creados eran financieramente frágiles; necesitaba la paz para reducir los gastos militares, pero también quería pagar deudas vendiendo tierras que los británicos habían cedido, como lo hicieron los británicos después de la guerra de Franco-India. En 1784, los Estados Unidos negociaron el Tratado del fuerte Stanwix (1784), en el que los negociadores iroqueses cedieron el control de las regiones occidentales. Sin embargo, las naciones iroquesas se negaron a ratificar el tratado porque regalaba demasiada tierra, y la Confederación Occidental se negó a reconocer cualquier derecho de los iroqueses a ceder el control de las tierras que los iroqueses no ocupaban. En el año siguiente, el Tratado del fuerte McIntosh (1785) intentó abrir la mayor parte del país de Ohio a los asentamientos estadounidenses. Esto unió a las tribus de la Confederación Occidental en oposición a la invasión estadounidense en sus territorios.
Formación de la Confederación Occidental
La cooperación entre las tribus nativas americanas de la Confederación Occidental había vuelto a la era colonial francesa. Había sido renovada durante la guerra de la Independencia de los EEUU. En las reuniones de 1783 y 1784, las naciones nativas trabajaron para formalizar una unión para defenderse de los Estados Unidos. La confederación se reunió formalmente en el otoño de 1785 en el fuerte Detroit, proclamando que las partes en la confederación tratarían conjuntamente con los Estados Unidos; prohibiendo a las tribus individuales tratar directamente con los Estados Unidos y declarando al río Ohio como el límite entre sus tierras y las de los colonos estadounidenses. Sin embargo, un grupo de los shawnees, delawares y wyandots acordaron permitir el asentamiento de los Estados Unidos en una extensión de tierra al norte del río Ohio en el Tratado del fuerte Finney de enero de 1786.
Este tratado provocó una erupción de violencia entre los habitantes nativos y los colonos estadounidenses. Ese año, un mensajero de Wyandot llamado Scotosh advirtió al Congreso que las naciones Wabash, Twightwee y Miami interrumpirían a los topógrafos estadounidenses, y el Congreso prometió represalias si eso ocurriera. El Tratado del fuerte Finney fue rechazado por un consejo de 35 naciones nativas de septiembre de 1786, incluidos representantes británicos, que se reunieron en un pueblo wyandot (hurón) en el Alto Sandusky. La incursión de Logan en el territorio de Shawnee ocurrió semanas después, lo que endureció las opiniones de los nativos sobre las relaciones con los Estados Unidos. Ese diciembre, un consejo en el río Detroit envió una carta al Congreso de los Estados Unidos firmada por once naciones nativas, que se refirieron a sí mismas como «las Naciones Indias Unidas, en su Consejo Confederado«.
En julio de 1787, el Congreso aprobó la Ordenanza del Noroeste de 1787, organizando formalmente todo el Territorio del Noroeste bajo el control de los Estados Unidos, y prohibió la toma de tierras indias “sin su consentimiento”. Meses después, en octubre de 1787, el Congreso respondió a la carta de las Naciones Indias Unidas ordenando al gobernador del nuevo Territorio del Noroeste, el general Arthur Saint-Clair, que “restableciera la paz y la armonía” con las naciones nativas. El Congreso no tomó más medidas en 1787, porque estaba absorto en el debate sobre la propuesta de Constitución de los Estados Unidos. La Confederación se reunió en el río Maumee en otoño de 1787 para considerar una respuesta de los Estados Unidos, pero como aún no la habían recibido, lo aplazaron.
Arthur Saint-Clair no llegó al territorio hasta el verano de 1788, cuando invitó a las naciones indias americanas a un consejo en el fuerte Harmar ese otoño, para negociar los términos por los cuales Estados Unidos podría comprarles tierras y evitar la guerra. La vista del fuerte Harmar y la cercana Marietta al norte del río Ohio convenció a algunos de que las negociaciones con los Estados Unidos eran necesarias. En las reuniones previas a la negociación, Joseph Brant ofreció un compromiso a otros líderes nativos americanos: permitir los asentamientos estadounidenses existentes al norte del río Ohio y trazar un nuevo límite en la desembocadura del río Muskingum.
Otros líderes se enfurecieron por las incursiones estadounidenses en todo el Ohio y rechazaron el compromiso de Brant. Una delegación de wyandots ofreció un cinturón de paz a la delegación de Miami, pero se negaron a aceptarlo. Uno de los wyandots lo colocó sobre el hombro de Little Turtle, sin embargo, el líder de Miami lo tiró al suelo. Brant luego envió una carta a Saint-Clair solicitando que las negociaciones del tratado se llevaran a cabo en un lugar diferente; Saint-Clair se negó y acusó a Brant de actuar para los británicos.
Ante esto, Brant decidió boicotear las negociaciones con Estados Unidos y sugirió que otros hicieran lo mismo. Alrededor de 200 indios estadounidenses moderados llegaron al fuerte Harmar en diciembre y acordaron concesiones en el tratado del fuerte Harmar de 1789, que trasladó la frontera y nombró a Estados Unidos como soberano sobre las tierras nativas. Para aquellos que se habían negado a asistir o firmar, el tratado reforzó el apetito de los Estados Unidos por las tierras nativas en la región sin abordar las preocupaciones de las naciones nativas.
La confederación era una asociación flexible de tribus principalmente de habla algonquina en la zona de los Grandes Lagos. Los wyandots (hurones) eran los padres nominales, o la tribu principal que garantizaba la confederación, pero los shawnees y miamis proporcionaron la mayor parte de las fuerzas de combate. Otras tribus en la confederación incluyeron la Confederación Delaware (Lenape), el Consejo de los Tres Fuegos (ojibwes, odawas y potawatomis), kickapoos, kaskaskias y wabashs (weas, piankashaws y otros).
En la mayoría de los casos, una tribu entera no estaba involucrada en la guerra; las sociedades indias generalmente no estaban centralizadas. Los pueblos y guerreros individuales y jefes decidían sobre la participación en la guerra. Cerca de 200 guerreros cherokees de dos bandas de los pueblos de Overmountain lucharon junto a los shawnees desde el inicio de la Revolución a través de los años de la Confederación India. Además, el líder cherokee de Chickamauga (Ciudad Baja), Dragging Canoe, envió un contingente de guerreros para una acción específica.
Algunos guerreros de las tribus Choctaw y Chickasaw del sureste, que habían sido enemigos tradicionales de las tribus del noroeste, sirvieron como exploradores de los Estados Unidos durante esos años.
Influencia británica
Aún opuestos a los Estados Unidos, algunos agentes británicos en la región vendían armas y municiones a los indios y alentaron los ataques contra los colonos estadounidenses. Alexander McKee, un agente británico nacido de una madre shawnee, fue una figura central en la confederación. Trabajó para unir a las diversas naciones y bandas de nativos americanos en la región, pero también representó los intereses de Gran Bretaña.
El teniente gobernador británico John Simcoe, veterano de la guerra de Independencia de los EEUU, estaba encantado con los fracasos de los Estados Unidos y esperaba la participación británica en la creación de un estado de barrera neutral entre los Estados Unidos y Canadá. En 1793, sin embargo, Simcoe cambió bruscamente la política y buscó la paz con los Estados Unidos para evitar abrir un nuevo frente en las guerras Revolucionarias Francesas. Simcoe trató cordialmente a los comisionados de los Estados Unidos, Benjamin Lincoln, Beverly Randolph y Timothy Pickering, cuando llegaron a Niágara en mayo de 1793, buscando una escolta a través de los Grandes Lagos para evitar el destino de John Hardin y Alexander Truman en 1792.
La incursión de Logan 1786
Las partidas de guerra lanzaron una serie de incursiones aisladas a mediados de la década de 1780, lo que dio como resultado un aumento del derramamiento de sangre y la desconfianza. En abril de 1786, una milicia de Vincennes atacó una aldea en el río Embarras, obligando a los piankeshaws a alejarse y consolidarse cerca del río Vermilion. Más de 400 piankeshaws y weas regresaron con un grupo de guerra en julio, pero fueron persuadidos de no atacar Vincennes.
Ese otoño, los generales George Rogers Clark y Benjamin Logan lideraron dos columnas de la milicia de Kentucky en incursiones punitivas contra las aldeas nativas americanas al norte del río Ohio. La fuerza de Clark, considerada la columna principal, partió en septiembre y marchó hacia el norte a lo largo del río Wabash hacia el país de Illinois. Se vio obstaculizado por problemas logísticos causados por la escasez de agua en el río, y cuando llegó a la desembocadura del río Vermilion en octubre, tuvo que hacer frente a un motín y la deserción masiva. Clark regresó con los restos de su fuerza a Vincennes, su reputación en ruinas.
Mientras tanto, el general Logan reclutó y adiestró para su columna secundaria de soldados federales y montó milicias de Kentucky contra varias ciudades de Shawnee a lo largo del río Mad . La nación Shawnee se dividió en su respuesta a los colonos de los Estados Unidos, pero los colonos de Kentucky no hicieron distinción entre aldeas hostiles y amigas. Las aldeas shawnees a lo largo del río Loco estaban defendidas principalmente por no combatientes mientras los guerreros cazaban o atacaban los fuertes en Kentucky.
Logan quemó las ciudades nativas y los suministros de alimentos, y mató o capturó a numerosos nativos. Contra las órdenes de Logan, el capitán Hugh McGary asesinó a un anciano jefe de los shawnees llamado Moluntha, que era considerado amigo de los Estados Unidos y que incluso había izado una bandera rayada para dar la bienvenida a los hombres de Logan. Logan continuó a otras 7 aldeas, matando, torturando o capturando a decenas de aldeanos, incluidas mujeres y niños. La milicia también saqueó sus bienes y quemó sus cultivos antes de regresar a Kentucky.
La incursión de Logan devastó a la nación Shawnee, cuyos sobrevivientes lucharon ese invierno debido a las cosechas destruidas, pero también unió a los shawnees contra los Estados Unidos. Los informes de la incursión de Logan alarmaron al consejo confederado en Detroit en noviembre, y las incursiones de los shawnees en Kentucky fueron reportadas en diciembre de 1786.
Las incursiones de los nativos americanos a ambos lados del río Ohio resultaron en un aumento de las víctimas. A mediados y fines de la década de 1780, los colonos estadounidenses al sur del río Ohio en Kentucky y los viajeros al norte del río Ohio sufrieron aproximadamente 1.500 bajas. Los colonos tomaron represalias con ataques contra indios. En 1789, el nuevo secretario de guerra de los Estados Unidos, Henry Knox, argumentó que el Congreso había provocado a los nativos americanos al reclamar la posesión de sus territorios.