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Los cumanos habían proporcionado santuario a los Merkit y otros refugiados, víctimas de las guerras de Gengis Kan durante su ascenso al poder mongol. Albergar «esclavos» en la cultura de las estepas se refiere a los vencidos que huyeron, y era una afrenta para los mongoles. Los cumanos habían usado el mismo lenguaje para dirigirse a los bizantinos cuando estos dieron refugio a los ávaros derrotados.
Como la mayoría de los demás pueblos de la Europa medieval del Este, los cumanos pusieron resistencia contra el avance implacable de los mongoles dirigidos por Jebe y Subotai.
Los mongoles avanzaron a las montañas del Cáucaso en la búsqueda de Muhammad II, el shah del Imperio Corasmio (Khwarezmid), y encontraron y con las fuerzas de Googia, la caballería cumana de la Guardia Real del rey Jorge IV de Georgia fueron derrotados por los mongoles.
Cuando cruzaron los montes del Cáucaso, las fuerzas cumanas, búlgaras, jázaras y alanas intentaron emboscar a los mongoles, el kan Kotian aceptó un soborno de los mongoles y se retiró, y en consecuencia el resto fueron atacados y masacrados en Subcaucasia. Los kanes cumanos Danylo Kobiakovych y Yurii Konchakovych murieron en la batalla.
Cuando los mongoles se acercaban Rusia, el kan Koten huyó a la corte de su hijo político, el príncipe Mstislav el “Temerario” de Galich, donde le entregó numerosos regalos como caballos, camellos, búfalos y niñas.
Cuando le estaba presentando estos regalos le dijo lo siguiente: «Hoy los mongoles nos han quitado nuestra tierra y mañana vendrán y tomarán la tuya«. Los cumanos fueron ignorados durante casi un año. Pero cuando la noticia llegó a Kiev de que los mongoles avanzaban a lo largo del río Dniéster, la Rus respondió. Mstislav de Galich organizó un consejo de guerra en Kiev, a la que asistieron Mstislav Romanovich, el príncipe Yuri II de Vladímir-Suzdal y Mstislav Svyatoslavich de Chernigov. Los príncipes prometieron apoyo a los cumanos de khan Koten y se formó una alianza entre la Rus y cumanos.
Se decidió que la Rus y cumanos se moverían hacia el este para buscar y destruir cualquier fuerza mongola que se encontrasen. Los príncipes de la Rus, entonces, comenzaron reunir sus ejércitos y se trasladaron hacia el punto de encuentro. El ejército aliado de la Rus y los cumanos contaba con cerca de 80.000 efectivos
La batalla del río Kalka en 1223 fue una estrepitosa derrota para las fuerzas aliadas. En el caos los cumanos lograron retirarse (ver el capítulo: los mongoles- Primera invasión mongola de Europa).
Durante la Segunda invasión mongola de Europa del Este en 1237 los cumanos ofrecieron una gran resistencia, después de muchas derrotas y al menos una victoria, se produjo la gran emigración.
Istvan Vassary establece que después de la conquista mongola, «comenzó una migración a gran escala de los cumanos.» Un grupo se fueron a vivir con los búlgaros del Volga, que no habían sido atacados todavía. Otros grupos se trasladaron a Anatolia, Kazajistán y Turkmenistán.
Otro grupo se dirigió a Bulgaria. Los cumanos cruzaron el Danubio, y esta vez el zar Iván Asen II no pudo controlarles, como a menudo lo había hecho antes; la única posibilidad que le quedaba por era dejarles marchar a través de Bulgaria, en dirección sur. Pasaron a través de Tracia y llegaron tan lejos como las ciudades de Adrianópolis y Didimótico, saqueando ciudades y el campo a su paso, al igual que lo habían hecho anteriormente. El conjunto de Tracia se convirtió, como Acropolita dijo, en un «desierto escita.»
Otros grupos siguieron al kan Koten hasta Hungría, donde pidió asilo al rey Bela IV de Hungría, que les ofreció refugio. En 1239 el rey de Hungría Bela IV y los húngaros dieron la bienvenida a los cumanos en Hungría recibiéndoles en el paso de Radna con una gran ceremonia en el día de Pascua. Kotian acordó convertir a su pueblo, que eran unas 40.000 familias, al catolicismo, y ser leal a Hungría.
El rey Bela esperaba utilizarlos como tropas auxiliares contra los mongoles, que ya estaban amenazando a Hungría. Les asignó partes del centro de Hungría.
En marzo de 1241, los mongoles habían tomado Galich y estaban a punto entrar en Hungría. El resentimiento húngaro hacia los cumanos, cuyos grandes rebaños habían destruido tierras de cultivo y las formas nómadas, entraron en conflicto con las comunidades húngaras.
Bela IV consideró necesario dar refugio al kan Kotian y su familia en un palacio real en Pest. Un grupo de soldados alemanes y húngaros, muy probablemente instigada por el duque Federico Babenberg de Austria, montó un asalto al palacio y asesinaron al kan Kotian y su familia. Los cumanos, desilusionados, desesperados, y furiosos, exigieron venganza sobre los húngaros desertando en el mayor momento de necesidad. Huyeron a los Balcanes, arrasando a su paso y destruyendo todos los pueblos húngaros que encontraron en su camino.
El 12 de abril los mongoles aniquilaron al ejército húngaro cerca del pueblo de Mohi, en la batalla de Mohi.
El golpe final llegó en 1241, cuando terminó el control cumano en las estepas del Ponto y la confederación cumana dejó de existir como entidad política. Con las tribus cumanas restantes dispersas, o bien se convertían en súbditos y se mezclaban con sus conquistadores mongoles como parte de lo que iba a ser conocido como la Horda de Oro (Kanato cumano) y la Horda Nogai; o huían hacia el oeste, al Imperio bizantino, al Segundo Imperio Búlgaro, o al Reino de Hungría.
Otros cautivos cumanos fueron enviados a Egipto para ser vendidos como esclavos; estos esclavos iban a convertirse en mamelucos, algunos de los cuales alcanzaría el rango de Sultán, o mantenían el poder regional como emires o beys. Algunos de estos cumanos, entonces convertidos en mamelucos, lucharían contra los mongoles de nuevo, derrotándolos en la batalla de Ain Jalut y la batalla de Elbistan.