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Demetrio Poliorcetes, el hijo de Antígono avanzó con un ejército hacia Egipto. Los asesores de Demetrio le aconsejaron que no se midiera con Ptolomeo, que tenía más experiencia que él. Pero Demetrio, que tenía el mando, no aceptó la recomendación y dispuso el enfrentamiento.
El encuentro entre ambos ejércitos se produjo al sur de la ciudad de Gaza. Ptolomeo formó su ejército que no tenía elefantes.
Despliegue inicial
Demetrio y Pitón contaban con 11.000 infantes pesados que formaban sus falanges, 2.500 infantes ligeros, 4.400 jinetes y 43 elefantes, y los desplegaron de la siguiente forma:
- Ala izquierda bajo su mando: 2.900 (200 era su agema o guardia personal compuesta por amigos entre los que se encontraban Pitón y Boito y cuya misión era proteger a Demetrio, 800 compañeros, el resto eran jinetes de todo tipo) 1.500 infantes ligeros (1.000 arqueros y lanzadores de jabalinas y 500 honderos persas) y 30 elefantes de guerra.
- Centro: 11.000 infantes (2.000 falangistas macedonios, 1.000 falangistas lirios y paflagonios, y 8.000 hoplitas mercenarios) y 13 elefantes de guerra con infantería ligera.
- Ala derecha: 1.500 jinetes bajo el mando de Andrónico que formaba en ángulo para evitar la lucha.
Ptolomeo contaba con 18.000 infantes y 4.000 jinetes y desplegó sus fuerzas:
- Ala derecha: 3.000 jinetes pesados bajo su mando y de Seleuco.
- Centro: bajo el mando de Eudamos con 18.000 infantes de los cuales unos 2.000 eran falangistas macedonios, 6.000 eran jóvenes reales que se encontraban en Egipto por orden de Alejandro de Macedonia y el resto unos 10.000 era infantería egipcia.
- Ala izquierdo: 1.000 jinetes bajo el mando de Tiepolemos.
Ptolomeo dispuso su mejor y más numerosa caballería en el ala derecha, bajo su mando. Contempló cómo Demetrio le oponía asimismo el grueso de la suya. Para paliar la desventaja de no disponer de elefantes ideó una estratagema: Elaboró los abrojos lo que podíamos llamar las primeras minas, es decir púas de hierro unidas por cadenas que la infantería ligera debería colocar con el fin herir las plantas de las patas de los elefantes cuando estos las pisaran al avanzar. Dio órdenes al resto de su ejército para que no entrase en combate o lo retrasara todo lo posible, pues pensaba que la batalla la decidiría su ala derecha de caballería.
Desarrollo
Los planes sucedieron como Ptolomeo había pensado. Demetrio dio orden a sus elefantes de avanzar y cuando estos se lanzaron contra la caballería de Ptolomeo, con la caballería de detrás. Cuando los elefantes habían cubierto más de la mitad de la distancia, dio la señal de que los porteadores egipcios que llevaban las minas, las colocaran delante de la infantería ligera, estableciendo una especie de campo de minas protegido por la infantería ligera, y una vez establecido se retiraron.
Cuando los elefantes de Demetrio, pisaron los abrojos punzantes o minas, se detuvo el avance, algunos elefantes se volvieron y arrollaron a su propia infantería ligera y los que intentaron cruzar, sus conductores fueron abatidos por la infantería ligera.
Aprovechando la confusión, Ptolomeo dio orden a su infantería ligera de avanzar, así como envolvió con su caballería a los elefantes, cargando contra la caballería adversaria de flanco.
Batalla de Gaza 312 AC. La caballería de Ptolomeo se enfrenta y derrota a la caballería de Demetrio, poniéndola en fuga. Autor Igor Dzis
En medio del desorden, agravado por la pérdida de los elefantes, la infantería ligera de Demetrio rompió la formación y echó a correr. Los jinetes de también se dieron a la fuga dejando solos a los compañeros y la agema o guardia real que fueron rodeados, Pitón y Boito murieron y finalmente Demetrio pudo huir.
La infantería mercenaria, dejaron las armas y se rindieron, el resto se retiró a Gaza. En las puertas de Gaza se originó una gran confusión, algunos de su caballería prefiere rescatar su equipaje y cuando llegaron las tropas de Ptolomeo nadie fue capaz de cerrar las puertas a tiempo» con el resultado de que los perseguidores consiguieron entrar dentro de los muros, y la ciudad pasó a manos de Ptolomeo.
La derrota de Demetrio fue flagrante, tuvo 1.500 muertos la mayoría de caballería, 8.000 prisioneros y 40 elefantes capturados. No hay datos de las bajas de Ptolomeo.
Secuelas
Ptolomeo se fue con su ejército contra las ciudades de Fenicia, conquistando Tiro y Sidón. Demetrio, necesitando soldados, se retiró a Tripoli (ciudad del actual Libano) junto con lo que quedaba de sus fuerzas. Envió un mensaje a su padre pidiendo refuerzos lo antes posible. Allí reunió a los hombres que anteriormente habían guarnecido Cilicia y varias ciudades que había ocupado el enemigo. Ptolomeo eligió entonces a Cilys, uno de sus socios macedonios, para acabar con las fuerzas de Demetrio expulsándolo por completo de la Celesiria. Este último, sin embargo, fue informado por sus espías de que Killis había acampado en un momento sin tomar ninguna precaución particular. Por lo tanto, dejando atrás el equipaje, se movió en un instante con soldados ligeramente armados y atacó el campamento temprano en la mañana, causando estragos.
Cuando Antígono fue informado de la noticia, se sintió particularmente complacido de que su hijo pequeño hubiera revertido la situación gracias a sus propios esfuerzos y pronto los dos hombres unieron sus fuerzas. Por su parte, Ptolomeo se vio obligado a tomar la difícil decisión de retirarse de nuevo a Egipto, donde podía defenderse con mayor comodidad. Pero antes de abandonar Celesiria a sus enemigos, Ptolomeo saqueó las principales ciudades que había capturado: Acre en Fenicia, Jope en Samaria y Gaza en Siria.
Antígono sabía que su hijo era un buen estratego y que Ptolomeo era un mal enemigo. Aprovechando su prestigio marchó sobre Fenicia y las ciudades que habían abierto sus puestas a Ptolomeo, las volvieron a abrir, entonces a Antígono. Las ciudades lo único que querían era vivir en paz y les daba igual depender de un diádoco u otro. Ptolomeo, sabiendo que Antígono era más duro de pelar que su hijo, retrocedió a sus posiciones en Egipto.
Regreso de Seleuco a Babilonia
En la primavera de 311 AC, Ptolomeo dio a Seleuco una pequeña fuerza de 800 de infantería y 200 de caballería para que pudiera regresar a Babilonia que había sido su satrapía y donde todavía tenía partidarios. Seleuco fue capaz de reclutar otros 3.000 hombres de los pueblos y las colonias griegas a lo largo de la ruta y recapturar Babilonia rápidamente. Pero el gobernador dejado por Antígono, Nicanor sátrapa de Media y aliado de Antígono, armó contra él otro ejército con 10.000 infantes y 7.000 jinetes con fuerzas de Media y Aria y se lanzó en búsqueda del supuesto usurpador.
Seleuco no podía hacer frente a su enemigo en campo abierto, así que huyó hacia Babilonia. Nicanor persiguió a Seleuco que disponía de unos 3.000 infantes y 400 jinetes. Cruzó el Tigris y, al enterarse de que el enemigo estaba a unos días de distancia, escondió a sus soldados en las marismas adyacentes, con la intención de hacer de un ataque sorpresa.
Cuando Nicanor llegó al Tigris y no encontró al enemigo, acampó en una de las estaciones reales, Nicanor creía que habían huido a una distancia mayor de lo que era realmente. Cuando llegó la noche y el ejército de Nicanor mantenía una guardia escasa y negligente, Seleuco cayó sobre ellos de repente, causando gran confusión y pánico. Realizó una masacre en el campamento rival matando a Evangoro, el sátrapa de Aria, y en la confusión, un gran número de sus hombres se rindieron y aceptaron luchar con Seleuco, que entonces tenía cerca de 20.000 hombres.
Tras haber salido de Babilonia huyendo, retornó triunfante, con un ejército casi cuadruplicado y con gran prestigio. Pero todavía no era lo suficientemente potente para hacer frente a Antígono en batalla abierta, así que acto seguido, ante la inexistencia de fuerzas importantes en las satrapías orientales, Seleuco las invadió y se anexionó Media, Elam y Pérside.
Paz del año 311 AC
Casandro fue nombrado regente, con la sede de su poder en Macedonia, Ptolomeo y Lisímaco conservaron sus territorios, mientras que Asia pasó a manos de Antígono, incluyendo Gaza que permaneció bajo su poder, pero Babilonia quedó en manos de Seleuco.
En Grecia seguía la lucha entre Casandro, hijo del difunto Antípatro, regente de Macedonia nombrado por Alejandro, y Polemón, el sobrino de Antígono. Este se había hecho con el control del Peloponeso y la parte de Grecia situada debajo de la Tesalia.
Con Antígono dueño absoluto de Asia Menor, y con su sobrino Polemón amenazando a Macedonia desde el Sur, Casandro temió que, en cuanto Antígono terminara su operación contra Ptolomeo, podría invadir Grecia atravesando el Helesponto y recibir el apoyo de su sobrino desde el Sur. Y poco podría hacer Lisímaco en la Tracia contra el poderoso Antígono.
Con el fin de poner fin a las tensiones se entablaron conversaciones de paz. Los generales se reunieron en el 311 AC para volver a realizar un nuevo reparto de los antiguos territorios de Alejandro. La noticia le llegó a Ptolomeo y este también se apresuró a mandar emisarios a Antígono pidiendo la paz.
La paz se firmó de nuevo en el 311 AC, y se repartieron el poder: Casandro seguiría como estratego con sede en Macedonia; nadie hablaba de regente. Pero las ciudades griegas recuperarían su independencia y las guarniciones macedónias saldrían de ellas. Lisímaco seguiría con su Tracia, sin embargo nada más. Ptolomeo se mantendría en Egipto. Para Antígono sería todo lo demás, incluidos los tesoros que había afanado en las capitales persas. Seleuco, ni contaba. No obstante se estableció que a la mayoría de edad del hijo de Alejandro, hijo de Roxana, residentes ambos en Macedonia, pasaría a ser el dueño del Imperio. Mientras tanto, lo gobernarían los actuales diádocos.
Guerra de Babilonia o Babilónica
Los acuerdos de paz no se hicieron extensibles a Seleuco, por lo que estalló la guerra conocida como Guerra Babilónica.
Solo Seleuco estaba desafiando a Antíoco y ordenó a su hijo atacar y apoderarse de Babilonia. Demetrio marchó con 15.000 soldados de infantería y 4.000 de caballería para retomar la región. En 310 AC, mientras Seleuco hacía campaña hacia el este, Demetrio llegó a Babilonia. Seleuco había dejado una pequeña fuerza en la ciudad bajo el mando de un almirante y un geógrafo llamado Patrocles. Seleuco había reclutado no solamente a los macedonios y griegos en su ejército, sino también a la población local.
Los defensores lanzaron ataques guerrilleros con las jóvenes tropas de Patrocles y lograron detener a Demetrio utilizando canales de riego para inundar la zona.
Antes de que llegara a la ciudad Demetrio, Patrocles ordenó la evacuación de los civiles de la ciudad y luego se retiró con sus tropas a las dos ciudadelas de Babilonia. Demetrio, que capturó la ciudad sin oposición, sitió las ciudadelas.
Finalmente, los soldados de Demetrio lograron capturar y saquear una de las ciudadelas. A pesar de este éxito, Antígono le ordenó regresar a Asia Menor. En el 309 AC, Demetrio marchó hacia el oeste con la mayor parte de su ejército, pero dejó a Arquelao, uno de sus generales de confianza, con 6.000 soldados y órdenes de tomar la ciudadela restante. Mientras tanto, Seleuco, que se había negado a distraerse de su campaña oriental, regresó y comenzó a recuperar Babilonia.
En agosto de 310 AC, Antígono pudo abrirse camino hasta Babilonia, hubo luchas callejeras, pero no pudo tomar todos los edificios y se vio obligado a retroceder después de una fuerte resistencia. El anciano monarca se vio obligado a retirarse al norte, sin embargo, regresó al año siguiente.
Se encontró con el ejército de Seleuco en las afueras de Babilonia en abril del 309 AC. La noche anterior al día en que los dos ejércitos debían enfrentarse, Seleuco ordenó a sus hombres que comieran sus raciones. A la mañana siguiente, mientras el ejército de Antígono desayunaba, los soldados de Seleuco atacaron a los soldados de Antígono y lograron una victoria total.
Seleuco, después de una vasta campaña contra Arquelao, que parecía haber causado una devastación generalizada, recuperó la satrapía. Finalmente, las tropas de Arquelao se rindieron mientras, pero Arquelao logró escapar a Antigonia (Siria).
Después de esto, Seleuco fue el gobernante de un vasto territorio que se extendía desde Irak hasta Afganistán.
En Grecia seguía la lucha entre Casandro, hijo del difunto Antípatro, regente de Macedonia nombrado por Alejandro, y Polemón, el sobrino de Antígono. Éste se había hecho con el control del Peloponeso y la parte de Grecia situada debajo de la Tesalia.
Con Antígono dueño absoluto de Asia Menor, y con su sobrino Polemón amenazando a Macedonia desde el Sur, Casandro temió que, en cuanto Antígono terminara su operación contra Ptolomeo, podría invadir Grecia atravesando el Helesponto y recibir el apoyo de su sobrino desde el Sur. Y poco podría hacer Lisímaco en la Tracia contra el poderoso Antígono.
Así que ambos diádocos decidieron que lo mejor era hacer la paz con Antígono. Y así se lo propusieron. La noticia le llegó a Ptolomeo y éste también se apresuró a mandar emisarios a Antígono pidiendo la paz.
La paz se firmó de nuevo en el 311 AC, y se repartieron el poder: Casandro seguiría como estratego con sede en Macedonia; nadie hablaba de regente. Pero las ciudades griegas recuperarían su independencia y las guarniciones macedónicas saldrían de ellas. Lisímaco seguiría con su Tracia, pero nada más. Ptolomeo se mantendría en Egipto. Para Antígono sería todo lo demás, incluidos los tesoros que había afanado en las capitales persas. Seleúco, ni contaba. Pero se estableció que a la mayoría de edad del hijo de Alejandro, hijo de Roxana, residentes ambos en Macedonia, pasaría a ser el dueño del Imperio. Mientras tanto, lo gobernarían los actuales diádocos.