¡Ayúdanos a mejorar el blog!
Si ves alguna palabra mal escrita, o frase que no tenga mucho sentido, es muy fácil hacérnoslo saber. Sólo tienes que seleccionar las palabras que te resulten sospechosas y pulsar las teclas CONTROL y ENTER. Se abrirá un formulario con el texto seleccionado, y con pulsar enviar recibiremos tu notificación.
También puedes abrir el formulario pulsando el siguiente botón
Antecedentes
La batalla de Panion o de Panio también llamada de Banias, se libró en el año 198 AC entre los ejércitos seléucida y ptolemaico durante la Quinta guerra Siria. Las fuerzas seléucidas estuvieron encabezadas por su propio rey, Antíoco III »Megas», mientras que las ptolemaicas por Escopas de Etolia, siendo finalmente el bando seléucida el vencedor de la batalla.
Antioco III Megas, había reformado su ejército tras la derrota en la batalla de Rafia. Había establecido un centro de adiestramiento en Apamea y sus fuerzas de élite eran 150 elefantes indios, los hipaspistas argiraspidos o escudos plateados, copiado de los diádocos dado el éxito que había tenido estas fuerzas durante la batalla de Rafia y que eran mucho más ofensivos y móviles que los falangitas, su número era normalmente de 3.000.
También introdujo los catafractas (kataphraktoi) fruto de su campaña contra Diodota de Bactria y Arsaces de Partia del 210 al 206 AC, cuyos caballos solo iban protegidos en la parte frontal. Según Diodoro llegó a disponer de 9.000 jinetes pesados de los cuales 1.000 serían la Agema o Guardia Real, 1.000 hetairoi o compañeros, 6.000 catafractas cuyos jinetes iban completamente protegidos y los caballos solamente parcialmente con armadura de láminas y 1.000 nisaioi completamente protegidos tanto jinetes como los caballos. Los catafractas debido al peso y a las protecciones únicamente cargaban al trote. También podía reclutar fuerzas de su vasto imperio en el caso de necesidad como árabes, sakas, partos, etc.
Tratando de aprovechar las ventajas de esta agitación, Antíoco III conocido como el “Megas” preparó una segunda invasión de Celesiria. Llegó a un acuerdo con Filipo V de Macedonia para conquistar y compartir los territorios de los Ptolomeos de ultramar, pero esta alianza no duraría mucho. Antíoco avanzó en dos columnas una a lo largo de la costa y la otra por el interior hacia Jerusalén, arrasando la región a su paso.
Los egipcios solicitaron la ayuda a Escopas de Etolia, que acudió con un ejército y al mismo tiempo movilizaron las fuerzas del país, consiguiendo reunir un ejército principalmente de machimoi o falange ptolemaica es decir la infantería egipcia entrenada y equipada al modo macedónico, esta falange había sido empleada en la batalla de Rafia con 48 filas de fondo. También reclutaron mercenarios principalmente gálatas o keltoi, así como fuerzas de Judea entre los que se encuentran sus famosos honderos.
Las fuerzas de Escopas hicieron que Antíoco sufriera un revés en Gaza y tuviese que replegarse, llegó incluso a recuperar Sidón que estaba en manos seleúcidas.
En el 200 AC, emisarios romanos llegaron a Filipo y Antíoco exigiendo que se abstuviesen de invadir Egipto. Los romanos así no sufrirían alteración alguna en la importación de granos de Egipto, clave para la manutención de la masa de la población de Italia. Como Antíoco no había planeado invadir Egipto en sí, cumplió voluntariamente las demandas de Roma.
En la primavera del 198 AC, las fuerzas de Escopas se dirigieron hacia el norte, por el interior, siguiendo el lago Tiberiades y el río Jordán, llegando al pie del Monte Hermón al norte del río Banias. Allí cerró el paso a Antíoco III que venía de Damasco después de pasar el invierno.
El número de fuerzas enfrentadas no se conoce con exactitud, se dice que estaban igualados en infantería, pero los seléucidas eran superiores en caballería, en conjunto las fuerzas deberían ser similares a la batalla de Rafia.
Despliegue inicial
Escopas situó sus fuerzas entre las dos colinas de Tell Hamra y Tell Azzazxiyat ocupando un frente de 3 a 4 km. El río estaba delante de su formación hacia el sur.
- Ala derecha situó la caballería etolia y griega.
- Centro situó la falange etolia, mercenarios y a continuación los machimoi o falange ptolemaica es decir la infantería egipcia entrenada y equipada al modo macedónico, que había sido reclutada recientemente siendo muy inferiores a la falange seléucida, posiblemente usó 32 filas de fondo.
- Ala izquierda situó a la caballería egipcia entrenada y equipada de forma similar a la caballería de los compañeros y a la que denominó michimoi sippei, así como la Agema o guardia real egipcia.
Antíoco desplegó:
- Ala derecha frente a la caballería egipcia, situó bajo el mando de su hijo Seleuco la mitad de su caballería ligera y detrás de ésta los catafractas.
- Centro bajo el mando de Antípatro situó los hipaspistas o argiráspidos, la falange seléucida denominada katoikoi y a continuación la infantería persa o kardakes o cardaces y a continuación los aliados árabes.
- Ala izquierda al mando de Toante situó la otra mitad de su caballería ligera y detrás los jinetes sobre dromedarios.
- Reserva bajo su mando directo bajo su mando directo dispuso la Agema o guardia Real, los elefantes y carros falcados.
Desarrollo de la batalla
Antíoco dio orden de iniciar la carga de caballería por ambas alas. Las previsiones se cumplieron. Sus catafractas, el frente de su hijo Seleuco, pronto arrollaron y pusieron en fuga a los jinetes egipcios que debían hacerles frente. En el otra ala los jinetes etolios aguantaron algo mejor.
A continuación Antíoco dio la orden de avanzar a sus infantes. Los dos ejércitos entraron en contacto y comenzó la lucha cuerpo a cuerpo. Pero Antíoco había aprendido la lección de Rafia y no se dedicó a perseguir a sus huidizos jinetes egipcios como hiciera 17 años antes, sino que giró hacia su izquierda para envolver a las falanges egipcias por retaguardia, dejando algunos jinetes para vigilar a los jinetes egipcios.
En el centro la falange seléucida se replegó ordenadamente y dejó paso a los elefantes que cargaron contra la formación egipcia a la que desbarataron.
Los catafractas con sus lanzas y su invulnerabilidad ante las armas de la infantería pronto rompieron la formación en falange de los egipcios que quedó aprisionada contra los elefantes y la falange seleúcida, produciéndose la desbandada. Antíoco mandó perseguirlos con los carros falcados.
Escopas viendo su flanco izquierdo totalmente destruido, reagrupó las fuerzas que pudo principalmente jinetes y falangitas etolios así como algunos mercenarios, en total unos 10.000 hombres, e inició una retirada ordenada hacia la ciudad de Sidón distante unos 45 km, otros contingentes ptolemaicos huyeron a Jerusalén, Fenicia, Samaria y Decápolis.
Esopas desde Sidón envió una petición de auxilio a Alejandría, pero en Egipto no había más fuerzas para poder socorrerles. Antíoco sitió la ciudad y llegó a un acuerdo con Escopas, dejándole marchar junto con sus oficiales, pero retuvo a los demás prisioneros, hasta que conquistó toda le Celesiria, liberándoles a continuación.
Consecuencias
La pérdida de Celesiria, unida a problemas internos, llevaron a Ptolomeo V a pedir la paz en el 195 AC, fijándose como condiciones el reconocimiento de la posesión seléucida de Celesiria y la boda de Ptolomeo V con la hija de Antíoco, Cleopatra.
Antíoco III siguió con su plan expansionista que le llevaría a enfrentarse con los romanos siendo derrotado definitivamente por estos en la batalla de Magnesia.