¡Ayúdanos a mejorar el blog!
Si ves alguna palabra mal escrita, o frase que no tenga mucho sentido, es muy fácil hacérnoslo saber. Sólo tienes que seleccionar las palabras que te resulten sospechosas y pulsar las teclas CONTROL y ENTER. Se abrirá un formulario con el texto seleccionado, y con pulsar enviar recibiremos tu notificación.
También puedes abrir el formulario pulsando el siguiente botón
Antecedentes
Los éxitos militares y diplomáticos de los Antígonos naturalmente crearon malestar entre los demás diádocos, que consideraron oportuno dejar de lado cualquier diferencia por un tiempo y enfrentar la amenaza unidos. Mientras Demetrio pasaba el invierno inmerso en los placeres que Atenas le brindaba, Casandro envió a su vecino Lisímaco, una fuerza militar al mando de Prepelao, mientras él avanzaba contra Tesalia. Las tropas de Lisímaco estuvieron activas primero en la costa norte de Asia Menor y luego atacaron las ciudades de Eólida y Jonia (entre ellas se encontraban Éfeso, Sigeo y Colofón), que estaban custodiadas por hombres de confianza de Antígono. Los hombres enviados por Demetrio impidieron con éxito la captura de Abidos.
Antígono, que en ese momento residía en Antigonea (Antigonia), se colocó al frente de un cuerpo expedicionario encargado de la tarea de interceptar a Lisímaco y volver a recuperar los territorios perdidos. Después de una serie de éxitos, se encontró con las tropas de Lisímaco a las que había cortado su ruta de abastecimiento. Este último, temiendo la falta de suministros, pensó que era mejor esperar la llegada de Seleuco antes de entrar en batalla. Por lo tanto, acampó cerca de Doruleion (cerca de la moderna ciudad de Eskisechir), una zona cuya orografía la hizo fácil de defender.
Sin embargo, Antígono lo asedió y lo puso en una posición precaria, lo que lo obligó a retirarse. Pero a medida que empeoraba el tiempo, Antígono no pudo perseguir a Lisímaco, por lo que tuvo que escapar y establecer un campamento de invierno. Él hizo lo mismo, mientras enviaba mensajeros a Grecia para convocar a Demetrio a su lado, ya que era evidente que se acercaba una batalla decisiva contra los otros diádocos.
Demetrio estaba invadiendo Tesalia en la primavera de 302 AC, desbordando las Termópilas con su flota. Sus principales logros en la zona habían sido la conquista y concesión de autonomía a Larisa, Andrones, Feres y Pteleon, así como otras operaciones similares en los alrededores. Casandro estaba en la zona con fuerzas considerables, por lo que los dos rivales evitaron la batalla.
Arregló rápidamente un armisticio con Casandro, y pasó a Asia, desembarcando en Éfeso, que se puso bajo su control. Casandro, desde la partida de Demetrio, se ocupó de restablecer su autoridad en Tesalia y la Fócida, amenazando a Argos, en el Peloponeso. Derrocó a Pirro de Épiro, y le reemplazó por Neoptólemo.
Demetrio desembarcó con sus fuerzas en Éfeso, de donde expulsaron la guarnición que Prepelaos había colocado poco tiempo antes, y luego recuperaron las ciudades perdidas en la región más amplia del Helesponto. Al llegar a Ponto, colocó una guarnición de 3.000 infantes y 30 barcos, y luego distribuyó a sus soldados entre las diversas ciudades durante el invierno.
La llegada de Demetrio a Asia puso a Lisímaco en dificultades. Los refuerzos que recibió de Casandro fueron barridos por Demetrio, así que se retiró a Heraclea Póntica para pasar el invierno, y esperar la llegada de Seleuco, que inverna en Capadocia. En cuanto a Ptolomeo, cometió un error importante, pues habiendo invadido Celesiria, y preparándose para recibir a Seleuco, se batió en retirada, por la falsa noticia de una victoria de Antígono.
En cuanto Seleuco supo que se avecinaba una guerra contra su mortal enemigo Antígono, modificó su postura respecto a los monarcas de los reinos hindúes contra los que estaba luchando. Envió emisarios ofreciendo un tratado de paz y una relación matrimonial como prueba de su voluntad decidida de mantener dicha paz. El monarca principal de la zona accedió y se llegó a un acuerdo por el que Seleuco renunciaba a sus pretensiones de restaurar el Imperio de Alejandro en tales regiones. A cambio exigió la entrega de 500 elefantes adiestrados para la guerra de Chandragupta Maurya. Estos elefantes jugarían un papel esencial en los acontecimientos que se avecinaban.
Seleuco reunión en Babilonia un poderoso ejército de 20.000 infantes, 12.000 jinetes y casi 500 elefantes, además 120 carros falcados o escitas, y marchó hacía Frigia para unirse a Lisímaco.
Antígono contaba, con 70.000 infantes, 10.000 jinetes y 73 elefantes de guerra, mientras que la coalición había reunido 60.000 infantes, 15.000 jinetes, 400 elefantes y 120 carros de guerra falcados. Entre sus fuerzas se encontraba Pirro de Épiro.
Despliegue inicial
El plan de batalla en ambos ejércitos era el habitual, las falanges en el centro, flanqueadas por la caballería.
Antígono que tenía 81 años dispuso su ejército:
- Ala derecha: Demetrio con su mejor caballería unos 5.000, al mando de Demetrio, en el ala derecha.
- Centro: bajo su mando con 8.000 falangitas macedonios, 25.000 falangitas katoikoi de Asia Menor y 15.000 hoplitas mercenarios.
- Ala izquierda: Andrónico de unos 5.000 jinetes ligeros. Consciente del menor valor de la caballería de este flanco, desplegó sus pocos elefantes en esta zona.
Seleuco, a la vista de los elefantes de la parte contraria, colocó 100 de sus elefantes enfrentados a ellos. El resto 300 los guardó como reserva a la vista de cómo fuera el desarrollo de la batalla bajo su mando directo.
- Ala izquierda: Pleistarco con unos 5.000 jinetes ligeros persas.
- Centro: al mando de Lisímaco con 12.000 falangitas macedonios cedidos por Casandro, y 30.000 infantes persas.
- Ala derecha: mandada por Antíoco hijo de Seleuco con unos 10.000 jinetes, de los cuales unos 3.000 eran griegos y el resto eran persas.
Primera fase
Comenzó la batalla cuando Demetrio, a la cabeza de su mejor caballería, atacó a Antíoco, hijo de Seleuco, que fue derrotado y abandonó el campo de batalla siendo perseguido por Antioco que se alejó del campo de batalla.
Al mismo tiempo, elefantes de Antígono y Lisímaco apoyados por su infantería ligera, avanzaron lucharon como si la naturaleza les había acompañado por igual en valor y fuerza», lo que sugiere que también fueron iguales en número.
Seleúco, viendo que Demetrio se había alejado del campo de batalla, ordenó a los 300 elefantes de reserva que avanzasen y cortaran el camino de regreso de Demetrio. Se vio incapaz de superar la formidable barrera que suponían más de 300 elefantes con arqueros en sus lomos disparando flechas contra sus jinetes. Parte de su caballería se pasó al enemigo, desalentada ante la capacidad del enemigo y el resto fue masacrada por los elefantes.
Segunda fase
La lucha en el centro estaba muy igualada y el resultado era incierto. Privado del apoyo de la caballería, en la que confiaba, las falanges de Antígono resistieron largo tiempo. Pero mando volver la caballería de Antíoco que se dividió en dos partes, una atacó directamente el flanco derecho de infantería de Antigono y la otra reforzó el flanco derecho, poniendo en fuga a la caballería de Antígono, poniéndola en fuga y atacando a la falange por restaguardia. Seleuco envió caballería ligera a hostigar los flancos. Sus falanges perdieron terreno ante el empuje combinado de infantería y caballería contraria. El propio Antígono cayó de su caballo y fue rematado en tierra.
A la vista del desastre en que todo podía terminar, Demetrio pudo evitar que la mitad de su ejército siguiera igual camino, ordenó formar las falanges en doble orden de batalla y se retiró del campo de batalla. Logró salvar así la mitad de los efectivos de las falanges y la mitad de la caballería, consiguiendo llegar a Éfeso con 4.000 jinetes y 5.000 falangitas.
Las bajas del ejército de Antígono ascendieron a 25.000 hombres y el ejército aliado debió de sufrir bajas mínimas, de 1.000 a 3.000 hombres. Tras la derrota, Demetrios, se dirigió a Macedonia.
Secuelas
Tras la victoria se produjo un nuevo reparto de los antiguos territorios de Alejandro. Lisímaco se hizo con el control de Tracia y de la mayor parte de Asia Menor; Ptolomeo conservó Egipto y sumó las regiones de Licia, Panfilia, Cilicia, Pisidia y Palestina; Casandro mantuvo en su poder Macedonia y Seleuco mantuvo sus dominios en Asia.