Edad Media La guerra de los Cien Años El ejército francés durante la guerra de los Cien Años

Composición

El ejército francés, se componía de contingentes feudales, tropas reclutadas por contrato y mercenarios extranjeros.

En el sistema político se componía de 5 grandes ducados, 47 condados, 12 vizcondados, numerosos chatellanies que era un castillo y sus territorios aledaños, se estima que en Francia había 50.000 familias nobles, de las cuales entre 2.400 a 4.000 tendrían el rango de caballeros o superior, que podían movilizar sus propias fuerzas bajo su estandarte, que iba desde varios hombres de armas (gens d’arms o gendarmes), hasta cientos de ellos en el caso de  la alta nobleza.

La unidad fundamental era la lanza. Cada lanza en esta época se componía de: Un nombre de armas o gendarme, un paje para ayudar al caballero, uno o varios escuderos, y varios arqueros a caballo y a pie, varios infantes y un varlet o sirviente para las tareas serviles e impedimenta. En total, una lanza podía tener entre 4 y 10 hombres.

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Lanza francesa a finales del siglo XIV y principios del XV (de 4 a 10 hombres). Arriba un paje llevando de la mano el destrero; detrás el gendarme montando un palafrén; detrás un escudero o ecuyer que lleva el casco, la lanza y escudo del caballero, montando un palafrén; detrás otro escudero o coutilleur con lanza corta. Debajo dos arqueros montados en rocines y un varlet o sirviente montado en un rocín llevando de la rienda, otro con la impedimenta, detrás dos infantes provistos de armas astiles.

El principal problema del ejército francés era el poco control que tenía el rey sobre los nobles. Cuando llamaba a la movilización, tardaban mucho tiempo en reunirse, y algunos ni siquiera acudían, por eso cuando los ingleses realizaban las cabalgadas el ejército inglés, estos  llegaban tarde y les daban tiempo a saquear.

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Evolución de las armadura de 1330 a 1450. Fuente www.deviantart.com

También el ejército francés adolecía del problema de mando, muchas veces los nobles competían entre ellos dando lugar a problemas. Para ello se nombraba un condestable que era el jefe de la caballería, y que siguió usándose hasta su abolición por Richelieu en 1627, y los marshasl o mariscales, que eran jefes de grandes unidades, su principal obligación era mantener la disciplina y asegurar los suministros durante la campaña. Pero al parecer casi nunca resolvieron los problemas de mando.

El reclutamiento de infantería o servitum debitum, se colapsó y todo lo que quedó fue la una carta de servicio durante el tiempo del colapso del orden, en el que se permitía a los paisanos tomar armas para defenderse. El tipo de armas que emplearon eran armas de astil  (pole arms), es decir, añadían un mando largo a las herramientas que disponían (hachas, martillos, cuchillos, etc.).

Para resolver el problema de la movilización, el rey acudió cada vez más a reclutas contratados por contrato que dependían directamente del rey, normalmente eran infantería y a mercenarios.

En 1351, bajo Juan el Bueno, mediante una ordenanza determinó la organización de todas las tropas, la  infantería formaría en unidades llamadas connétablies de 25 a 30  hombres, para la caballería se estableció en 25 el número mínimo de hombres de armas que un chavetaine o capitán podía dirigir bajo su estandarte.  Su equipamiento y paga fueron fijadas. Pero mucho más importantes fueron las reformas provocadas por Carlos V.

Consistían en primer lugar en el establecimiento permanente del ejército del rey con preponderancia en bandas mercenarias. El rey apenas hacía intento de inscribir a los hombres de armas individualmente. Más bien, se extendió una práctica que apareció ya en el siglo XIII, se basaba en routiers, líderes de bandas mercenarias, para el alquiler de sus tropas. Había tenía otra alternativa, ya que el estado de guerra se había convertido casi permanente desde mediados del siglo XIV, aumentado considerablemente el número de las compañías de mercenarios, que se sumaban atraídas por la paga y el saqueo.  El sistema aseguraba un núcleo permanente de tropas, pero no sin inconvenientes. Estos aventureros se agrupaban alrededor de sus capitanes, y los capitanes tenían dificultades para mantenerlos bajo disciplina. El fraude también era común, siempre existía el peligro de que los capitanes, que no eran demasiado escrupulosos, hicieran declaraciones falsas a los de pagadores, mostrando más tropas de las que en realidad poseían.

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Evolución de los yelmos de 1330 a 1500

Los routiers de la guerra de los Cien Años eran fuerzas montadas. Sus principales guerreros eran hombres de armas, a veces acompañados de infantería montada, incluyendo arqueros montados. Por ejemplo, las compañías que operan en Auverne en septiembre 1363 se estimaban en 2.000 lanzas de hombres de armas y 1.000 de infantería montada. Además, las compañías podrían estar acompañadas por grupos de saqueadores. Una route que opera en los alrededores de Beaune, en septiembre 1364 fueron contadas 120 «buenas lanzas», otros 100 combatientes «sin incluir saqueadores», lo que sugiere estos últimos no fueron considerados como de importancia militar. Las compañías más grandes de routiers podrían estar sorprendentemente bien organizadas. Cada uno de ellas tenía una estructura de mando con un personal que incluso incluía secretarios para recoger y distribuir su botín. Algunos de los grupos tenían sus propios uniformes, como las famosas Bandas Blancas (Blanches Bandes) del arcipreste Arnaud de Cervole, que estaban integradas solo por mercenarios franceses.

Para combatir estos abusos, que habría sido fatal para sus finanzas, si se permitían, Carlos V, al igual que sus predecesores, ordenó que las comprobaciones (montres) fueran tan frecuentes y exactas como fuera posible. Pero por encima de todo hizo todo lo posible para tener el ejército bajo un mejor control y hacer unidades orgánicas con un orden de batalla, una fuerza fija con cuadros y personal calificados. Se estableció que cada compañía tuviera 100 lanzas.

Este ejército fuertemente constituido por Carlos V sufrió seriamente de la desorganización general que marcó el siguiente reinado.

Carlos VI instauró la uniformidad en las compañías del rey, deberían usar la misma uniformidad para crear espíritu de compañerismo. Fuera de la corte también los trajes y las insignias se utilizaban para demostrar lealtad, así los habitantes de París adoptaron capuchas rojas y azules para demostrar la lealtad al político Etenne Marciel. En 1410 un grupo parisino, los cabochiens, adoptaron gorros azules, mientras que sus rivales los adoptaron blancos. Durante otro periodo los borgoñones adoptaron un gorro ladeado a la derecha, mientras sus rivales, los armañacs lo hacían hacia la izquierda. Entre tanto hubo un  intento de insignia nacional militar, Juan, conde de Armañac, ordenó a sus seguidores llevar una cruz blanca en su vestimenta para diferenciarse de la cruz roja inglesa y de la cruz negra de los bretones.

En 1370 el escudo de la casa real francesa se simplificó a tres flores de lis, y se estableció la Oriflama como pendón de guerra de los reyes de Francia, era de color rojo de sangre, con un sol con sus rayos que se prolongan hacia sus tres colas.  La última vez que se hizo uso de ella fue en la batalla de Azincourt (1415), siendo rey de Francia Carlos VI, pues su sucesor, Carlos VII,  empleó la bandera blanca, que constituyó la nueva enseña de la casa real francesa.

Restaurarlo fue una de las tareas principales de Carlos VII; tarea que resultó difícil y que solo podría llevarse a cabo por etapas, entre los intervalos de las campañas.

En 1433 finalizó el conflicto entre los borgoñones y los armañacs tras 25 años de duración, firmando la paz de Arras. Como consecuencia que el país se vio inundado por soldados desmovilizados llamados los écorcheurs (desolladores), porque desalojaban a sus víctimas de todo cuando llevaban encima. La anarquía se adueñó de Francia y en algunas provincias se produjo emigraciones en masa.

Carlos VII, nombró al condestable Arturo de Monfort, conde de Richemont para reorganizar el ejército con el propósito de crear la paz social, creando una fuerza policial capaz de acabar con los écorcheurs y routiers  que eran bandas formadas por las antiguas compañías o routes que se disolvieron.

Creó 15 compañías de ordenanza del rey, que eran unidades  de 100 lanzas, cada lanza comprendía 6 hombres: un hombre de armas (gens d’armes o gendarme), un coutilier o escudero, 3 arqueros o ballesteros,  uno de los cuales montado y un varlet o sirviente. De caballos  disponía como mínimo un caballo de guerra o destrero y dos caballos palafrén o couser.

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Lanza de las compañías de ordenanza del rey: un hombre de armas (gens d’armes o gendarme), un coutilier o escudero, 3 arqueros o ballesteros, uno de los cuales montado y un varlet o sirviente.

El hombre de armas o gendarme, era el jefe de la lanza. Debía estar equipado con un bascinte  (yelmo con visera) a una armadura completa (armadura de placa, las mejores eran las italianas), una espada y una lanza. El coutillier o escudero estaba equipado con un casco, protección corporal (armaduras antiguas) y en las piernas, una espada, un cuchillo. Los arqueros llevaban un casco sin visera, protecciones para los brazos, arcos o ballestas. El varlet o sirviente no combatía, se hacía cargo de los asuntos materiales para el grupo, custodiaba el equipaje, pero tenía que defenderse en caso de ataque. Con el tiempo, los caballos también llevaban armadura.

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Caballería francesa siglo XV. Autor Andrey Karashchuk

El hombre de armas no era necesariamente un noble, pero debía de disponer de los medios financieros para proporcionar el equipo solicitado. Algunos arqueros o coutilliers fueron reclutados de entre los nobles que no podían permitirse el equipo de la profesión. Estas compañías estaban pagadas por las provincias y estaban mandadas por un noble de confianza.

En 1448 se crean los arqueros francos (francs archers), llamados así porque estaban exentos de impuestos, cada grupo de 50 hogares, proporcionaban un arquero o ballestero, en total se llegaron a seleccionar 8.000 bajo el mando de oficiales competentes. Estaban en sus casas, pero eran inspeccionados regularmente para comprobar sus habilidades, en campaña cobreaban 4 francos al mes.

Estos arqueros francos nunca fueron más que una fuerza auxiliar. Solamente hay una analogía distante y vaga entre ellos y la infantería nacional de los estados modernos. En el campo de batalla jugaron una parte muy poco importante comparada con los  contingentes feudales, que aún continuaban siendo elevadas en ciertos reinados.

El sucesor de Carlos VII Luis XI añadió  su número y en 1469 los reorganizó. El reino, en lo que se refiere a los arqueros, se dividió en cuatro mandos principales. Cada comando tenía que aportar 4.000 de infantería (alabarderos, arqueros, ballesteros) y 500 zapadores. Los infantes alabarderos (french voulgier), aunque la voulge era más parecida a un cuchillo de carnicero y se usaba principalmente para cortar, posteriormente se le añadieron punta y gancho.

También había otras especialices, cuando los franceses atacaron Calais en 1406 emplearon 2.700 hombres de armas, 71 carpinteros para máquinas de guerra, 1.860 zapadores para cavar minas o trincheras, 322 carreteros y 49 artilleros.

Respecto a los mercenarios extranjeros, se emplearon ballesteros flamencos, ballesteros genoveses, piqueros suizos, ragazins de los Alpes. Se contrataban unidades completas que, a diferencia de los routiers, estaban organizados, instruidos y disciplinados.

 

Artillería

En 1338, un documento francés describe la adquisición de flechas de hierro y azufre, con el que fabricar pólvora para disparar flechas  utilizado pot-de-fer, en un ataque naval contra Southampton.

En 1339, los franceses utilizaron cañones (pot-de-fer) en Perigord; y en Cambrai contra Eduardo III.

En 1340, los franceses  utilizaron pot-de-fer en Quesnoy.

En 1345, los franceses tenían 24 cañones hechos en Cahors para el asedio de Aiguillon.

En 1371, Dover tiene 9 cañones y Calais tiene 15 cañones.

Las primeras referencias del empleo de artillería de asedio por los franceses fue en 1375, durante el asedio de Saint-Sauveur-le-Vicomte, las tropas francesas rompieron con éxito las murallas de la fortaleza con 32 bombardas que pesaban más de 1 tonelada, y disparaban bolas de piedra de 50 kg. Los ingleses quedaban muy atrás en los acontecimientos, ya que solo tenían un par de esas armas antes de 1400.

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Bombarda de asedio francesa protegida por un mantelete, al lado los bolaños

Entre 1400 y 1430, toda una serie de innovaciones interconectadas mejora sinérgicamente la potencia y la eficiencia de pólvora de artillería. El nuevo proceso de refinación de hierro y el aumento de las habilidades de los armeros, hizo que el coste de los cañones, que tenían un precio en proporción directa a su peso, se redujera significativamente (aproximadamente un tercio).

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Pequeñas bombardas o bombardelles francesas

Más o menos al mismo tiempo se produjo la evolución en la fabricación de la pólvora. Hacia 1400, las recetas de la pólvora llegaron muy cerca de las proporciones ideales de salitre, azufre y carbón. Hacia 1420  apareció una nueva técnica de fabricación de pólvora,  los ingredientes se mezclan juntos en húmedo y después se seca en hornos, tenía muchas ventajas sobre la pólvora anterior de  «serpentina», que se mezclaba en seco, y que tendía a separarse en sus elementos componentes cuando se transportaba. La nueva pólvora permitía la quema progresiva, produciendo una explosión más potente, este nuevo proceso hizo que la pólvora fuera más potente y más barata. Estos desarrollos, junto con el uso de bolas de hierro y plomo, dieron lugar a armas de fuego más largas y de menor calibre, y el desarrollo de armas individuales, entre las que se encuentran la culebrina, curtall, serpentinas, halcón y arquebus.

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Tiradores de armas de fuego individuales (handgunner o handgonnes) a la izquierda handguns o bâton à feu, centro culebrina (couleuvrin a main), a la derecha arquebus (precursor del arcabuz)

El empleo de las armas de fuego individuales (handguns o bâton à feu) era parecido al de los ballesteros. Utilizaron el escudo grande (mantelete o pavés) para disparar desde una posición cubierta protegida. Su baja cadencia de fuego, significaba que tenían que ser empleados en gran número para que fueran eficaces en las tácticas. Sin embargo, las armas de fuego individuales eran más baratas de producir que las ballestas y se necesitaba menos instrucción para manejarlas.

Las armas de fuego individuales no eran un arma noble y los artilleros eran generalmente ignorados en las crónicas medievales. Sin embargo, en 1.429 durante el sitio inglés de Orleans, el artillero francés Jean de Montesiler demostró notable puntería haciendo blanco sobre objetivos individuales enemigos. La narración sugiere que el arma de fuego individual pudo haber sido una culebrina (couleuvrin a main).

En  1435 armas de fuego individuales  (culebrinas y manum), apoyados en soportes, fueron usados en Ruán.

Los franceses establecieron parques de artillería: en Dax, en 1442, en Mauléon en 1449, y al Guissen en 1449.

La artillería era cara. Ya en 1442, el gobierno francés estaba gastando más de dos veces más en el tren de artillería, que lo que gastaba en material de guerra más tradicional como flechas, lanzas, arcos, etc.

En 1449, la artillería francesa bajo la dirección de los hermanos Bureau demostró un éxito sorprendente en asedios sin el uso de las bombardas “gigantes”. Los franceses hicieron énfasis en un gran número de armas, estandarizaron los calibres a solo un par de ellos y creando una base logística altamente organizada. Existe la posibilidad de que estuvieran utilizando la nueva pólvora.

En 1450 los franceses emplearon dos armas de tipo culebrina que obligaron a los arqueros ingleses a romper su formación tradicional defensiva en Formigny. La cuestión no se decidió por las armas de fuego, que los ingleses consiguieron capturar, sino por la caballería pesada francesa que atacó a los ingleses en la zona expuesta de sus defensas.

Entre 1450-70, aparecen los primeros veuglaires, en ingles fawler, eran cañones ligeros largos que se utilizaban en campaña o en defensa de asedios. El veuglaire era tenía una longitud de más de 2 metros, y un peso desde 150 kg a varias toneladas. Eran armas de retrocarga, y, por lo tanto, utilizaban la recámara o mascle donde se colocaba la pólvora y  la caña o tombe donde se colocaba la bola, estaba rodeada de aros de refuerzo. Normalmente, cada pieza llevaba varias recámaras para facilitar la carga.

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Veuglaire o fawler era un cañón ligero largo que se cargaba por detrás por la recámara

En 1453 los franceses emplearon cerca de 300 armas de fuego (artillería y armas de mano) en la batalla de Castillon.

En 1454, el poco peso de los veuglaires, hizo que pudieran ser montados sobre cureñas de dos ruedas en Rouen.

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Veuglaire o fawler sobre ruedas, solían llevar varias recamaras o mascles

Ejército francés de 1494 Carlos VIII invadió Italia con un tren de artillería altamente desarrollado y cañones montados en carros con muñones, también empleó los ribauldequin o ribaulds o cañones de órgano, un carro en el que iban montados varios cañones.

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Artillería francesa 1430-53: (1) Sirviente de un ribauldequin o ribauld o cañón de órgano. (2) Ayudante levantando el mantelete. (3) tirador o handgonne disparando un arquebus. Autor Angus McBride para Osprey
Entrada creada originalmente por Arre caballo! el 2015-09-08. Última modificacion 2022-05-29.
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