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Organización del viaje
Fernando de Magallanes nació en Sabrosa, distrito de Vila Real, en la región norte de Portugal, en 1480.
En marzo del año 1505, con 25 años, Magallanes se alistaría en la armada de la India Portuguesa, una flota de 22 barcos fue enviada para instalar a Francisco de Almeida como primer virrey de la India. Se sabe que permaneció ocho años, y que estuvo en Goa, Cochín y Kilwa, participando en varias batallas, entre ellas la batalla naval de Cananor en el año 1506, donde fue herido. En 1509 partió con Diego Lopes de Sequeira a la primera embajada en Malaca, después de llegar a Malaca en septiembre, fueron víctimas de hostigamientos, y decidieron retirarse.
Al servicio del nuevo gobernador, Alfonso de Albuquerque, participó junto con su amigo Juan Serrão en la conquista de Malaca en 1511.
En el año 1517, Magallanes fue Sevilla con el cosmógrafo portugués Rui Faleiro, organizador científico del primer viaje de circunnavegación alrededor de la tierra. En la Casa de la Contratación encontraron aceptación para el proyecto, que daría a España la oportunidad de llegar a las Molucas por el oeste, es decir, por los mares que no están reservadas a los portugueses, según el tratado de Tordesillas. Se puso en contacto con Juan de Aranda, y ambos consiguieron que en 1519 llegase su proyecto expedicionario a manos de Carlos I quien recibió al portugués en Valladolid.
El cartógrafo de origen portugués Diogo Ribeiro quien comenzó a trabajar en España desde el 1518, en la Casa de Contratación en Sevilla, participó en el desarrollo de mapas utilizados para el viaje. Después de desacuerdos con el cosmógrafo Rui Faleiro, Fernando de Magallanes continuaría el proyecto con cinco naos: la capitana Trinidad (110 toneladas y 55 tripulantes), la Concepción (90 toneladas y 55 tripulantes), la Victoria (85 toneladas y 42 tripulantes), la Santiago (75 toneladas y 32 tripulantes) y la San Antonio (120 toneladas y 60 tripulantes), en total 256 hombres, cargadas de provisiones previstas para dos años (galletas, sardinas arenques, higos y siete vacas que les proporcionaban leche fresca). Fue la llamada flota de las Malucas.
Travesía atlántica
La escuadra partió de Sevilla el 10 de agosto de 1519, la flota descendió por el Guadalquivir hasta llegar a su desembocadura, en Sanlúcar de Barrameda (Cádiz), puerto del océano Atlántico. Durante las siguientes semanas, Fernando de Magallanes y los capitanes de las naos iban y venían a Sevilla en sus falúas para atender diversos imprevistos y allanar algunas dificultades mientras se acabó de avituallar la escuadra.
La expedición zarpó de Sanlúcar de Barrameda el 20 de septiembre, se dirigió a las islas Canarias haciendo escala en Tenerife. Continuaron la navegación pasando frente a las islas de Cabo Verde y las costas de Sierra Leona. Tras bordear la zona cercana a la costa norte de África, la flota navegó a través del Atlántico hacia América. El 3 de octubre de 1519, el tiempo empeoró con viento, borrascas y corrientes de agua, por lo que la flota tuvo que detenerse por miedo a naufragar, navegando sin rumbo fijo hasta que pasara la tempestad. Durante esas tormentas, vieron frecuentemente los fuegos de San Telmo.
Bordeando la costa de Brasil, llegaron a la bahía de Santa Lucia (Río de Janeiro) el 13 de diciembre, donde hicieron un breve descanso, continuaron hacia el sur y exploraron la gran boca del río Solis (Río de la Plata) haciendo escala el 12 de enero. Siguieron por el litoral de la Patagonia, llegando al puerto San Julián el 31 de marzo, donde buscaron refugio para pasar el invierno. Las provisiones se agotaban, los días se hacían más cortos y los hombres tenían frío. Magallanes decidió entonces reducir las raciones de comida.
Paso del estrecho de Magallanes
Los capitanes Juan de Cartagena, Antonio de Coca, Gaspar de Quesada y Luis de Mendoza se amotinaron contra el Almirante por desacuerdo con el mando, pretendiendo regresar a España por considerar que la expedición había fracasado, al no haber encontrado hasta entonces el paso al océano Pacífico. Entre los amotinados estaba Juan Sebastián Elcano. Esta insurrección fue reprimida con la muerte de Mendoza, capitán de la Victoria. Magallanes condenó a muerte a Quesada, que fue ejecutado, y desterró a Juan de Cartagena y al clérigo Pedro Sánchez de la Reina, que fueron abandonados en aquellas tierras cuando partieron. Perdonó a más de 40 hombres por ser necesarios para la expedición.
Después de cinco meses de espera, durante el cual el Santiago, que hacía un viaje de reconocimiento se hizo añicos contra las rocas en la desembocadura del río Santa Cruz, y su tripulación pudo ser rescatada; pero al fin Magallanes había encontrado el estrecho que actualmente lleva su nombre, pero él le bautizaría como estrecho de Todos los Santos en honor a ese fecha (1 de noviembre de 1520).
Entre el 21 de octubre y el 27 de noviembre de 1520, pasó el estrecho que une los dos océanos. Cruzarlo fue muy difícil, dado lo complicado de la costa. Para ello una nave se adelantaba en exploración buscando el mejor camino y volviendo sobre sus propios pasos para hacerse seguir por el resto hasta la zona explorada. Una vez terminadas estas minuciosas etapas consiguieron salir del laberinto hacia el océano Pacífico. El 28 de noviembre salieron al mar del Sur, al que denominaron con el nombre de mar Pacífico o mar de las Damas por los suaves vientos alisios que soplaban.
Durante el paso del estrecho se perdió otro barco, pero esta vez durante un motín en el San Antonio al mando del portugués Esteban Gómez, que abandonaba la flota por falta de víveres para volver a España, el 1 de noviembre de 1520 y retornó a Sevilla llegando el 6 de mayo de 1521.
Muerte de Magallanes
Por el océano Pacífico navegaron durante tres meses en condiciones calamitosas, los marineros murieron a mansalva al carecer la tripulación de agua y provisiones frescas y, en consecuencia, padecieron de escorbuto. Cuando los víveres se agotaron, llegaron a alimentarse de cuero, ratas, y todo lo que encontraban.
El 6 de marzo de 1521, cuando ya la tripulación estaba diezmada por el hambre, abordaron la isla de Guam, perteneciente ahora al archipiélago de las islas Marianas, que ellos llamaron islas de los Ladrones, que las llamaron así porque los indígenas entraban en los barcos y robaban todo cuanto encontraban. Continuaron hacia el oeste en dirección a las Filipinas.
El 16 de marzo, llegaron a la playa de San Lázaro, en Cebú, isla perteneciente al archipiélago de Filipinas, donde establecieron buenas relaciones con los nativos. Las tripulaciones se abastecieron, descansaron y se recuperaron.
Para asegurar una alianza con un jefe indígena de la región, Magallanes se propuso derrotar a su enemigo Lapulapu, el jefe de la isla de Mactán. Antes del ataque, Magallanes envió emisarios a Lapulapu para que cesara en su empeño de combatir y se sometiera a la Corona española, oferta que Lapulapu rechazó, siendo así considerado aún hoy como un líder independentista en Filipinas.
En la madrugada del 27 de abril de 1521, Magallanes y 50 de sus hombres llegaron a la playa de Mactán para luchar contra Lapulapu y 1.000 de sus hombres. Magallanes estaba tan seguro de su victoria que pidió a los otros capitanes que no se involucraran en la lucha. Como la marea estaba baja tuvieron que dejar los barcos lejos de la costa, con lo que Magallanes y sus hombres llegaron agotados por haber tenido que caminar casi un kilómetro por el agua.
Ya en la playa, a medida que avanzaba la batalla, los hombres de Magallanes empezaban a quedarse sin municiones y los de Lapulapu avanzaban. Un indígena le clavó una lanza en la pierna a Magallanes, haciéndolo caer. En ese momento todos los indígenas corrieron a él y lo lancearon, falleciendo en combate. Los españoles perdieron la batalla y Magallanes había caído en combate sin haber llegado siquiera a las Molucas, las islas de las Especias, que se encontraban a solo unos días.
A su sucesor, Duarte Barbosa, lo mataron a traición en Cebú, junto a 30 de sus hombres en un banquete trampa organizado por el Rajá. El resto de la expedición decidió abandonar Cebú y en la isla Bohol acordaron, al quedar solamente 108 hombres para gobernar las tres naves, quemaron la que en peor estado se encontraba, que era la Concepción, distribuyéndose entre las otras dos. También se decidió nombrar como jefe de la expedición a Juan López de Carvalho, hasta entonces piloto mayor de la flota.
Llegada a las Molucas
A finales de septiembre de 1521, los miembros de la expedición acordaron destituir a Carvalho como capitán general por mala conducta, nombrando a Gonzalo Gómez de Espinosa su nuevo jefe, capitán de la Trinidad. También se acordó poner a Juan Sebastián Elcano al frente de la Victoria. Dispusieron continuar la navegación hacia las islas de las especias. Llegaron a las islas Molucas el 7 de noviembre de 1521, atracando en la isla de Tidore al día siguiente. Se había elegido Tidore como puerto de arribada porque habían oído que era el que tenía más clavo que el resto de las islas. Es más probable que esta decisión se hubiese tomado al saber que los portugueses se habían granjeado prácticamente la amistad del gobernante de Ternate.
El sultán Tidore se acercó a los barcos españoles en una canoa, fue llamado Almanzor por los españoles, y comenzaron a comerciar.
El 18 de diciembre de 1521, con las dos naves cargadas de clavo, se dispusieron para partir de regreso a España. Sin embargo, ese mismo día se descubrió una vía de agua en la Trinidad, haciendo necesaria una larga reparación. Se acordó que la Victoria volviera a España por la ruta de la India y que la Trinidad se quedase en el puerto de Tidore para ser reparada y regresar por el Pacífico hasta Panamá. El día 21 la Victoria partió en solitario hacia el oeste con 60 hombres incluyendo 13 tidoreses.
Espinosa completó la reparación de la Trinidad el 6 de abril de 1522 y se hizo a la mar con 53 hombres, pero los continuos temporales impidieron su avance, y una fuerte tormenta daño gravemente la nave. Pidió auxilio al capitán portugués António de Brito que se encontraba cerca, lo que ocasionó que los 17 hombres que quedaban en la embarcación fueran hechos prisioneros por los portugueses. Cinco de ellos, entre los que se encontraba Espinosa, regresaron a Europa y serían liberados en 1527.
Retorno a España de Elcano
Elcano, al mando de la Victoria, atravesó el océano Índico y dando la vuelta a África, evitando cuidadosamente los puertos africanos, controlados por los portugueses, completó la primera circunnavegación del globo. Regresó a la costa española y recaló en Sanlúcar de Barrameda el 6 de septiembre de 1522.
Elcano, deseoso de llegar a Sevilla, apenas se detuvo en Sanlúcar de Barrameda. El mismo día de la llegada tomó a su servicio un barco para remolcar la Victoria por el Guadalquivir hasta Sevilla, por el mal estado en que se encontraba la nave. Los oficiales de la Casa de la Contratación de Indias de Sevilla prepararon una lancha con 12 remos, cargada de provisiones frescas. Dos días después atracaba en Sevilla la Victoria. En el muelle esperaban las autoridades de la ciudad y los miembros de la Casa de la Contratación en pleno, junto a un numeroso público que contemplaba la llegada de la desvencijada nave. Aquel día los navegantes no desembarcaron. Solo lo hicieron a la mañana siguiente, en camisa y descalzos, con cirios en las manos y en procesión. Se dirigieron a la iglesia de Nuestra Señora de la Victoria y a la capilla de la Virgen de la Antigua de la Catedral de Sevilla, a la que se habían encomendado antes de iniciar el viaje. La nao Victoria fue descargada.
Secuelas
En 1525, poco después del regreso de la expedición de Magallanes, Carlos V envió una expedición dirigida por García Jofre de Loaisa para ocupar las islas Molucas, alegando que estaban en su zona, según el tratado de Tordesillas. Esta expedición incluía a los navegantes españoles más notables: Juan Sebastián Elcano, que perdió la vida entonces, y al joven Andrés de Urdaneta. Llegaron con dificultad a las Molucas o islas de las Especias. El conflicto con los portugueses ya establecidos en las inmediaciones ocasionaría enfrentamientos a causa de la posesión.
Puesto que no había un límite establecido por el este, en el año 1524 ambos reinos habían tratado de encontrar la ubicación exacta del antimeridiano del tratado de Tordesillas, que dividía el mundo en dos hemisferios iguales y para resolver el problema de las Molucas. Una junta se reunió varias veces sin llegar a un acuerdo, y cada uno dio las islas a su soberano. Se alcanzó un acuerdo solo con el tratado de Zaragoza, firmado el 1529 entre España y Portugal, atribuyéndose las Molucas a Portugal y Filipinas a España.