Edad Moderna Conquistadores españoles Cristóbal Colón

Primer viaje o del Descubrimiento (1492-93)

Viaje de ida

El 17 de abril de 1492, en la localidad de Santa Fe, en la provincia de Granada, se firmaron las capitulaciones de Santa Fe, que serían los acuerdos a los que llegaría Cristóbal Colón con los Reyes Católicos para llevar a cabo el viaje a las Indias. Por estas se concedía el título vitalicio y hereditario de «almirante de la Mar Océana«, el título de «virrey y gobernador» de las tierras que descubriera en nombre del Reino, el derecho a recibir la décima parte de las riquezas y mercancías, la autoridad para lidiar en los problemas que se originasen sobre riquezas, y el derecho a contribuir con la octava parte de la expedición a cambio de obtener una octava parte de los beneficios obtenidos.

Palos de la Frontera estaba obligada, en virtud de la citada real provisión, a suministrar dos carabelas totalmente pertrechadas, que recibirían el nombre de la Pinta y la Niña. La Santa María sería la nao capitana, era un barco propiedad de Juan de la Cosa, natural de Santoña, en Cantabria, pero vecino del Puerto de Santa María.

Pero la marinería de la zona, que no era obligada por la real provisión, no estaba dispuesta a formar parte de la expedición con un desconocido, como lo era Colón para aquellos hombres. Contactó con Martín Alonso Pinzón al que logró convencer y este a su vez convenció a sus hermanos Vicente Yáñez y Francisco Martín, consiguiendo reclutar 90 tripulantes necesarios.

Las naves partieron de Palos de la Frontera el 3 de agosto de 1492, Colón mandaba la nao capitana la Santa María, Martín Alonso Pinzón era capitán de la Niña, Vicente Yáñez Pinzón era capitán de la Pinta. En una semana llegaron a la isla de la Gomera en las islas Canarias donde realizaron algunas reparaciones y los últimos aprovisionamientos, la carabela Pinta y sustituyó sus velas triangulares originales por unas cuadradas, convirtiéndose en la nave más rápida de la flotilla.

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Embarcación y partida de Colón del puerto de Palos el 3 de agosto de 1492. Autor Ricardo Balaca.

No fue hasta el 6 de septiembre en que levaron anclas, Colón pensaba que la distancia entre España y Japón sería de entre 3.000 y 5.000 kilómetros, cuando la distancia real es de unos 19.000. Tuvieron una travesía bastante tranquila, sin grandes problemas, el 14 de septiembre los de la Niña dijeron haber visto un par de dos especies de aves. El día 16 de septiembre Colón llega al mar de los Sargazos, poblado por una gran cantidad de algas.

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Viajes de Cristóbal Colón.

El 25 de septiembre, a Martín Alonso Pinzón le pareció ver tierra pero no fueron más que unas nubes bajas. El 7 de octubre abandonaron el paralelo 24 que habían seguido y les habría llevado hasta la península de Florida y tomaron rumbo suroeste en dirección a las islas Bahamas.

El día 10 de octubre, los marineros presentaban muchas quejas, pero Colón les convenció para que esperasen diciéndoles que su propósito era llegar a las Indias. Ya habían visto vegetación en el agua y aves, lo cual indicaba que podría haber tierra cerca. El 11 de octubre Colón dijo ver una lucecita y cuando amaneció fue Rodrigo de Triana un marinero de la Pinta el que dio el aviso de tierra. Era la primera vez documentada que un europeo veía tierras americanas, se había producido el descubrimiento de América.

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Los tres barcos de Colón durante el primer viaje 1492. A la izquierda con velas triangulares la carabela Niña con velas triangulares capitaneada por Martín Alonso Pinzón, en el centro la nao Santa María capitaneada por Colón, a la izquierda la carabela Pinta, que cambió sus velas triangulares en la Gomera, capitaneada por Vicente Yáñez Pinzón.

Exploración de las Antillas

Por la mañana del 12 de octubre, Colón, ataviado con sus mejores ropas y portando el estandarte real, encabezó la comitiva que se acercó a la orilla de una playa de arenas blancas. Era la isla de Guanahaní, bautizada inmediatamente como San Salvador por parte de los recién llegados.

Sorprendidos, los habitantes de aquella isla, pertenecientes a la cultura de los taínos, observaban el acercamiento del bote que transportaba a los extraños seres que para ellos eran los españoles. Al desembarcar, Colón y los taínos intercambiaron gestos y objetos. Fue un primer encuentro pacífico y amistoso, tal como consta en el diario del Almirante. Pero lamentablemente, esta situación no se prolongaría por mucho tiempo.

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Desembarco de Colón en América 12 octubre 1492. Autor José Garnelo.

De San Salvador prosiguieron viaje por las Bahamas y descubrieron una pequeña isla que Colón llamó Santa María de la Concepción (el actual Cayo Rum o Cayo Samaná) y otra pequeña a la que llamó Fernandina (actual Long Island) en honor al rey Fernando. Unos días más tarde descubrió otra isla a la que llamó Isabela (actual Crooked), en honor a la reina Isabel. Posteriormente, se dirigieron a la costa oriental de la actual Cuba que llamaron Juana (en 1515 el nombre de Juana sería reemplazado por el de Fernandina, porque no se consideraba apropiado que el rey Fernando tuviera dedicada solamente una isla tan pequeña como la de las Bahamas); pensó que aquello ya era el continente asiático. Pero al ver que no existían grandes ciudades ni civilizaciones importantes, sino pequeñas aldeas de nativos primitivos se debió de sentir desconcertado y decidieron seguir navegando en pos del continente; dejando atrás la isla de Cuba y llegando a la isla de Haití a la que Colón llamó isla la Española (actual Haití y república Dominicana). Allí contactaron con los nativos que les contaron que en la región llamada Cibao encontrarían oro y riquezas. Colón confundió ese nombre por su parecido con el de Cipango (Japón).

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Primer viaje de Colón 1492. Exploración de las Antillas.

El 21 de noviembre, Martín Alonso Pinzón decidió separarse de Colón y tomó rumbo el este, hacia una isla que los indios llamaban Baveque. Pinzón descubrió siete islas de las actuales Bahamas y Turcas y Caicos, así como los bajos de Babueca. Allí encontraron perlas rojizas y después pusieron rumbo al sur.

Colón continuó navegando por la costa de Cuba hacia el este y el 6 de diciembre avistó el extremo oeste de una gran isla que bautizó como La Española. Llamó a un pequeño golfo con forma de puerto San Nicolás, por ser descubierta el día de ese santo. Navegó hacia el este por la costa norte de la isla, donde encontró la isla de la Tortuga, y fue todo su viaje investigando, con la ayuda de guías indígenas, la procedencia del oro. Navegando hacia el este de la isla encontró un cabo que llamó cabo Santo y, más al este, el 4 de enero de 1493, avistó un gran monte metido en el mar parecido a una isla, que llamó monte Cristi, y que actualmente da nombre a toda esa región de la isla.

Naufragio de la Santa María y el fuerte de Navidad

Colón estableció contacto a través de diversos enviados con uno de los caciques indígenas de La Española, Guacanagari. En la Nochebuena de 1492, en la isla de La Española, la nao Santa María encalló en un arrecife y no hubo forma de salvarla. El agua inundó el casco y la nao tuvo que darse por perdida. Colón recibe ayuda del cacique indígena para rescatar a la tripulación y la carga.

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Naufragio de la nao Santa María, los indios ayudan a desmantelar la nave

Posteriormente, Colón se entrevistó con el cacique personalmente, el cual le otorgó regalos entre los que estaba una caja con oro, y acordaron que los españoles protegerían el cacicazgo de Maraná de Guacanagari del cacique caníbal de la isla llamado Caonabo, del cacicazgo de Maguana. Para esto, antes de marcharse dejaría un asentamiento en la isla con 40 hombres en una pequeña fortaleza a la que llamaron fuerte Navidad, realizado con los restos de la Santa María. Su misión era el de explorar la isla Española y entablar relaciones amistosas con los nativos preparando el terreno para cuando volviesen en un segundo viaje y continuar con la colonización de la isla.

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Construcción del fuerte de navidad con los restos de la nao Santa María

El 6 de diciembre la Niña se reunió con Colón.

Viaje de regreso

El 13 de enero de 1493, se produjo en el golfo de las Flechas, en La Española, una escaramuza. Unos siete españoles bajaron de las barcas a tierra y los indios los atacaron, fue el único acto violento de la expedición.

El 15 de enero, Colón toma la decisión de partir, y el 16 las carabelas Pinta y Niña abandonan la Española con rumbo a España. Según Las Casas, Colón ordenó a los castellanos que se quedaron en la isla que acatasen lo que dijera el cacique Guacanagari y no saliesen de sus dominios. En La Niña se embarcaron varios objetos recogidos en la expedición así como 10 indios, dos de ellos hijos de Guacanagari.

El 14 de febrero de 1493, se cruzaron con una fuerte tempestad que estuvo a punto de hacer naufragar las embarcaciones.

La Pinta fue la primera en regresar a la península Ibérica, arribando a Bayona, en Galicia probablemente hacia finales de febrero de 1493. Martín Alonso Pinzón escribiría varias cartas con el descubrimiento a distintos puntos de España y, por supuesto, a la Corte, que se encontraba en Barcelona, y esta noticia llegaría a la Corte el 4 de marzo.

Tras esto, Martín Alonso partirá con la Pinta rumbo a Palos.

Por su parte, la Niña de Colón sufrirá un encuentro, aparentemente involuntario, con Portugal. A causa del temporal Colón se ve obligado a atracar en las Azores, islas a 850 millas de Portugal y controladas por este país. Allí, Colón fue arrestado y liberado posteriormente para, a causa de otro temporal, terminar atracando en Lisboa el 4 de marzo, donde se entrevistará con el Rey Juan II de Portugal y le informará de su descubrimiento.

Tras su encuentro con el rey de Portugal, Colón leva anclas de la Niña en Alhandra (cerca de Lisboa) el 13 de marzo. Navegó hasta el puerto de Palos, donde llegó el 15 de marzo. La Pinta llegó a Palos el mismo día que la Niña pero Martín Alonso de Pinzón, gravemente enfermo, falleció en La Rábida alrededor del 31 de marzo.

Colón fue recibido por los Reyes Católicos en el monasterio de San Jerónimo de la Murtra, en Badalona, cerca de Barcelona, en abril 1493. Allí, Colón se puso de rodillas frente a los reyes, les pidió darles las manos y, habiéndoselas ofrecido se las besó. Entonces, los Reyes, en un gesto de honor, le hicieron levantarse y le ofrecieron una silla para que se sentara. Les presentó a los indios que había traído. Sus hombres portaban jaulas con cacatúas, grandes ratas indias y pequeños perros que no podían ladrar. Abrieron barriles con extraños pescados en salazón y arcas con algodón, áloe, especias y pieles de grandes iguanas. Les mostraron arcos, flechas y porras, y el Almirante les habló de los caribes devoradores de carne humana o caníbales. Luego les mostró el oro: coronas de oro, grandes máscaras decoradas con oro, ornamentos de oro batido, pepitas de oro, polvo de oro.

En la catedral de Barcelona serían bautizados seis indios en presencia de los Reyes Católicos.

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Cristóbal Colón frente a los Reyes Católico 1493. Después de su primer viaje, es recibido en el ayuntamiento de Barcelona. Autor Juan Cordero.

Segundo viaje de Colón. Primera colonización (1493-96)

Preparativos

Para su siguiente viaje, Colón contó con muchos y mejores medios que en el anterior. Este ya no era simplemente un viaje de expedición, sino uno de conquista y colonización de las nuevas tierras descubiertas. Colón estaría al mando de una flota con 17 barcos, 5 naos y 12 carabelas, y con una tripulación de 1.500 hombres. Entre los personajes que financiaron la expedición se encuentra Pedro Portocarrero que prestó a su primo el rey Fernando el Católico 2 cuentas (2.000.000) de maravedíes para financiar los gastos del viaje.

En la tripulación iba fray Bernardo Boyl, un reputado clérigo de la Corte, acompañado de un grupo de monjes franciscanos. Bernardo Boyl tenía un permiso del papa Alejandro VI (Borgia) para erigir iglesias, predicar y aplicar penitencias. Además, se encontraba el jefe militar de la expedición, Pedro de Margarit. Otros de la tripulación eran Diego Colón (hermano de Cristóbal Colón), los hermanos Niño, Pedro de Las Casas (padre de Fray Bartolomé de Las Casas), Alonso de Ojeda (que se convertiría en un famoso conquistador), Ramón Pané (que se convertiría en el primer etnógrafo de América), Juan Ponce de León (que a la postre sería otro conquistador), Miguel de Cuneo, Diego Alvar Chanca, el cartógrafo Juan de la Cosa, y Antonio de Torres.

Una vez que Colón zarpó con esta tripulación, llegó desde Francia su otro hermano, Bartolomé Colón, y los reyes de España ponen a su servicio 4 carabelas, con las que zarpó para encontrarse con Cristóbal Colón ya en las nuevas tierras.

El viaje

El 25 de septiembre de 1493, Colón zarpó de Cádiz. La flota llegó el 2 de octubre a Gran Canaria y, desde allí, a la isla de Gomera. Por las calmas del mar tardaron 3 días en llegar a San Sebastián de la Gomera, donde fueron recibidos por la gobernadora, doña Beatriz de Bobadilla con la que, según la relación de este viaje que hizo Miguel de Cuneo, el Almirante en otro tiempo tuvo amores. El Almirante, con toda su flota, estuvo dos días en la isla. Partirán el 13 de octubre de las Canarias.

Colón distribuyó entre los capitanes de las naves un pliego cerrado con el itinerario que solamente debería de ser abierto en caso de que alguna tempestad o catástrofe los separase del grueso de la expedición. El Almirante guardaba celosamente sus secretos con el objetivo de que no le surgiese competencia en su colonización de las Indias, quería para sí todo el monopolio americano.

El 3 de noviembre, arribó a las costas del mar Caribe, donde navegó descubriendo varias islas del archipiélago de las Antillas Menores. A la primera isla que descubrió en este viaje la llamó la Deseada, en el extremo oriental de las Pequeñas Antillas. Recorrieron la isla Dominica y tomaron posesión solemne en tierra de la isla que llamó Marigalante, que tomó el nombre de la nao capitana de la expedición. Luego fondearon junto a la isla que llamó Guadalupe. Después, llegó a Montserrat y a Antigua. Posteriormente, atravesó el archipiélago de las Once Mil Vírgenes.

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Segundo viaje de Cristóbal Colón (1493-96)

Siguieron navegando rumbo norte encontrándose con otra gran isla, a la que llamaron Santa María de Guadalupe. Fondearon y desembarcaron buscando el contacto de los lugareños, pero en su gran mayoría huyeron hacia la montaña dejando todas sus posesiones y viviendas a merced de los visitantes. Colón, al igual que en el primer viaje, ordenó a toda su tripulación que no se robase ni rompiese nada para no crear mala imagen.

En la costa de una isla encontró a 12 mujeres desnudas y 2 muchachos, todos de la tribu de los arauacos, que resultaron ser esclavos de los caribes, indígenas caníbales que habían ocupado aquellas islas y atacaban habitualmente el resto de islas caribeñas. Les comentaron a los españoles que ellos no eran de allí sino de Boriquén, actual Puerto Rico, y que querían irse con ellos, ya que cuando se marchasen los caribes volverían y probablemente, tras sacrificarlos, serían comidos.

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Segundo viaje de Colón con 5 naos y 12 carabelas, desembarco en las Pequeñas Antillas.

Le hablaron muy bien de las riquezas que allí encontrarían y la amabilidad de los habitantes. El 19 de noviembre de 1493, cuando los navíos entraron en la bahía Boquerón de dicha isla, los indios saltaron al agua y nadaron hacia la costa. Colón bautizó esa isla como San Juan Bautista, aunque 18 años después Ponce de León bautizaría el puerto principal de la isla como Puerto Rico y ese nombre denominaría a toda la isla. En un desembarco en la cercana isla de Santa Cruz la expedición vivió una dura pelea contra indios caribes de la que salieron victoriosos pese a la braveza de los indios.

Destrucción del fuerte de Navidad

El 22 de noviembre de 1493, Colón regresa a la Española, en la noche del 27 de noviembre las naves castellanas fondearon frente al lugar donde habían construido el fuerte de Navidad casi un año antes. La oscuridad imposibilitaba ver si había bajos o elementos peligrosos en el agua por lo que optaron por esperar al día siguiente para acercarse más a la costa y desembarcar ya con la luz del día. No vieron ningún movimiento ni luces en tierra, incluso dispararon sus lombardas y no obtuvieron respuesta alguna. Antes de desembarcar en la zona, concretamente en el puerto de Monte Cristo, vieron dos cadáveres flotando en el agua, pero no pudieron averiguar si eran cristianos o nativos por su avanzado estado de descomposición. A las pocas horas encontraron otros dos cadáveres siendo uno de ellos barbudo, lo cual era indicio de que seguramente fueran españoles, los nativos americanos eran imberbes. Los peores augurios se batieron sobre la expedición.

El fuerte había sido incendiado y las 39 personas habían sido ejecutadas por los indios.

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Cristóbal colón frente a los restos del fuerte de Navidad

Los indios de Guacanagarí explicaron a los españoles, que a su vez le explicaron a Colón, que ha sido obra de Caonabo. Colón se entrevistó con el cacique guacanagarí, que les contó que Caonabo, uno de los caciques más poderosos de la isla y de origen caribe; celoso del poder de los invasores, observó que el grupo dejado en el fuerte se había dividido en dos por disensiones entre ellos provocadas por el oro y las mujeres. Uno de estos grupos decidió abandonar el fuerte e internarse en la isla en donde fue fácilmente cazado por los guerreros de Caonabo. Inmediatamente, estos se dirigieron al fuerte para terminar con los restantes marineros que allí permanecían junto a Diego de Arana. El poblado guacanagarí también fue arrasado y quemado, como bien pudo comprobar Colón al visitarlo disipando las pocas dudas que pudiese tener sobre la lealtad del cacique taíno.

Fundación de la Isabela

Colón decidió fundar un asentamiento más al este, también al norte de la isla, y fundó la ciudad de la Isabela, llamada así en honor a Isabel I, el 6 de enero de 1494 y nombra de alcalde a Antonio de Torres. Sería el primer centro urbano fundado en América, pero iba a tener una vida muy efímera, en menos de cinco años sería abandonada y convertida en una auténtica ciudad fantasma. Los hallazgos de minas de oro en el sur de la isla llevaron a los colonos hacia esa zona fundándose la ciudad de Santo Domingo de Guzmán.

Asegurada la Isabela de posibles rebeliones y dejado a cargo de su hermano Diego Colón la vigilancia de la ciudad y la escuadra, Cristóbal Colón marchó el 12 de marzo en búsqueda del Cibao con 400 soldados y un buen número de indios. El objetivo de la expedición era construir una fortaleza en las montañas y un emplazamiento que permitiera la explotación de las minas. También tenía previsto enfrentarse a Caonabo y obtener una victoria que fuera una muestra del gran poder de los cristianos.

El camino era muy difícil y tan solo se podía subir el curso de los ríos a través de una estrecha vereda india que solo permitía el paso simultáneo de una persona, al paso se le dio el nombre de puerto de los Hidalgos. Una vez pasado dicho puerto, se apareció una inmensa llanura con exuberante vegetación a la que llamó la Vega Real.

Llegaron al río Yaguí, al que Colón llamó río de las Cañas, sin saber que este era el mismo río que desemboca en Monte Cristi y al que llamó anteriormente río del Oro.

Por fin arribaron a las montañas del Cibao donde el panorama se complicó por lo escarpado del terreno y el cansancio acumulado. Colón decidió enviar unas mulas de vuelta a la Isabela a por más provisiones, las que tenían se estaban agotando. En él discurrían arroyos que transportaban partículas de oro, lo que convenció a Colón de que allí habría muchas minas de oro en las cercanías. También hallaron ámbar, lapislázuli y cobre. Estaban a dieciocho leguas (90 km) de la Isabela. Mandó construir un fuerte, al que llamó fuerte de Santo Tomás, como apoyo para la explotación de las minas y punto de partida de nuevas expediciones hacia el interior de la isla. Allí dejó a Pedro de Margarit al mando de 56 hombres y regresó hacia la Isabela con la idea de zarpar a explorar las islas de Cuba y Jamaica en busca de la deseada Tierra Firme o por lo menos de un paso que llevase hasta ella.

Búsqueda de tierra firme

El objetivo de Colón era llegar a tierra firme, así es que partieron de La Isabela en 3 carabelas con 96 expedicionarios en dirección nordeste en busca del continente. Cinco días después, se encontraban en la isla de Cuba, en una gran bahía a la que llamó Puerto Grande, actual Guantánamo; en donde se abastecieron de agua y de pescado ofrecido por los propios nativos que les creían hombres enviados por el cielo a los que había que agasajar y venerar. En Guantánamo preguntaron a los indígenas si por esa zona había oro y les dijeron que allí no, pero que navegando cinco días al el sur había una isla llamada Lamahich (Jamaica) en donde sí había.

Continuaron hasta el cabo de la Cruz, en donde pusieron rumbo sur hacia Lamahich (Jamaica). Allí les esperaba una comitiva no muy amistosa. Se produjeron varios enfrentamientos con el resultado de unos 20 indios muertos. Al día siguiente estos belicosos indígenas se rindieron y ofrecieron alimentos y regalos a los visitantes, que respondieron con otros regalos. Se les preguntó si había oro en esa isla y respondieron que no.

Tras cuatro días de descanso en Jamaica retomaron la búsqueda de la tierra firme y recorridas varias leguas por costa jamaicana y viendo que el paisaje era siempre el mismo decidieron volver a Cuba para seguir navegando por su costa sur. Una vez allí se encontraron con un número interminable de pequeñas islas, archipiélago al que el Almirante puso el nombre de Jardín de la Reina.

Estuvieron durante varias semanas hasta llegar a la isla de San Juan Evangelista, actual isla de Pinos, en donde repusieron agua y el Almirante decidió que si no habían encontrado la forma de dar la vuelta a Cuba era porque era tierra firme. Hizo firmar un documento a sus tripulantes en el que se afirmaba dicho extremo y dieron media vuelta para regresar a la Isabela.

Batalla de la Vega Real o del Santo Cerro (27 de marzo de 1495)

Caonabo hizo un llamamiento a los principales caciques para crear una alianza y atacar la Isabela, pero no consiguió el apoyo del cacique del Marién, Guacanagari, que se lo contó a Colón.

Caonabo atacó la fortaleza de Santo Tomás, y se encargó a Alonso de Ojeda, con tan solo 15 hombres, que lo capturase. Ojeda se internó en el corazón del territorio enemigo, y en un momento de descuido consiguió capturarlo, siendo enviado a la Isabela a entrevistarse con Colón; que mandó enviarlo a España para que parlamente con los Reyes, teniéndole por un líder indígena importante en la isla, pero en el camino el barco se hundió y Caonabo murió. Los indios de cuatro de los cinco cacicazgos de la Isla decide atacar la Isabela para rescatar a Caonabo y expulsar a los españoles. El puesto de Caonabo fue ocupado por su hermano, Manicatex. El cacique Guacanagari, permaneció al lado de Colón y le alertó del ataque, con lo que Colón prefiere librar la batalla fuera.

La batalla de la Vega Real o del Santo Cerro o de Jáqimo tuvo lugar a unos 100 kilómetros al sudeste de La Isabela el 27 de marzo de 1495, Colón salió de la Isabela con 200 infantes, 20 jinetes y otros tantos perros de presa y con varios cientos de guerreros de Guacanagari.

El ejército de la alianza indígena era muy superior en número se estima en unos 30.000. Bartolomé Colón ordenó que las fuerzas se separasen en dos grupos para atacar a la alianza indígena por dos flancos, para dar así la impresión de ser muchos más. Además, Alonso de Ojeda iría con un ataque frontal.

Los primeros disparos de los arcabuces, las descargas de ballestas, la visión de los caballos y de los perros de presa, además de la organización del ataque, provocó que los de la alianza indígena huyeran aterrorizados.

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Batalla de la Vega Real o del Santo Cerro (27 de marzo de 1495). Auto John Fleury.

Manicatex fue capturado. La mujer de Caonabo, Anacaona, huyó al cacicazgo de su hermano en Xaragua, en el extremo occidental de la isla. Tras esa batalla, todos los caciques de La Española se sometieron al poder español, al menos de momento. Al estar pacificada la Isla en el interior, Colón se adentró en la zona de la Vega Real y fundó Concepción de la Vega, en origen como una fortaleza llamada La Concepción, y que se convertirá en la mina de oro más rica del Caribe.

Del 14 al 15 de septiembre de 1494, cuando Colón se encontraba en la isla de la Española, observó un eclipse lunar. Comparando sus horas del comienzo y fin con las registradas en las observaciones de Cádiz y Sao Vicente (Portugal), de dichos cálculos, dedujo definitivamente la esfericidad de la Tierra ya descrita por el científico clásico Ptolomeo.

A finales de 1494, regresó Antonio de Torres a la Isabela con una flota de cuatro carabelas con refuerzos. Las carabelas regresaron a España el 24 de febrero de 1495 con un cargamento de 400 esclavos indios. En octubre de 1495 los reyes enviaron una flota de cuatro carabelas en las que iba Juan Aguado a investigar sobre las dotes de Colón como gobernante para informar a los Reyes.

Regreso

El 10 de marzo de 1496, Colón partió de regreso a España en una flota de dos embarcaciones, la Niña y la India, siendo este último el primer barco europeo construido en América. El 11 de junio regresaron a Cádiz.

El 12 de junio de 1496, los Reyes fecharon una carta diciendo a Colón que cuando llegue a España se dirigiese a la Corte, que se encontraba en Burgos.

Mientras Colón está ausente de La Española, el 21 de septiembre de 1496, fray Ramón Pane bautizó al primer indio en territorios americanos.

En junio de 1497, los Reyes Católicos confirmaron a Colón sus privilegios y títulos y le expidieron instrucciones para el tercer viaje.

El 22 de febrero de 1498, Colón instituyó un mayorazgo a favor de su hijo Diego Colón (no confundir con su hermano, también Diego Colón), el cual era hijo de su mujer; Felipa Moniz. Posteriormente, ordenó la creación de un fondo en el banco de San Giorgio, de Génova en beneficio de sus parientas y paisanos, sin mencionar a su amante Beatriz Enríquez de Arana.

Tercer viaje de Colón. Descubrimiento del Continente (1598-500)

Organización del viaje

Colón quería regresar rápido a la Española, pues desconfiaba de lo que pudiese ocurrir en su virreinato durante su ausencia como ya había ocurrido en otras ocasiones.

También le preocupaba el desabastecimiento general de la isla, lo cual podría llevar a nuevas rebeliones y levantamientos. Para evitar estos problemas el 6 de febrero de 1498, partieron de Sanlúcar de Barrameda dos carabelas, al mando de Pedro Fernández Coronel, con provisiones y al menos 55 soldados para la Española.

Él no pudo partir hasta el 30 de mayo de 1498. Fue difícil organizar la expedición, ya que los Reyes Católicos exigieron que en la misma se incluyeran una serie de personas como requisito: 77 ballesteros, 50 peones, 15 marineros, 6 grumetes, 28 labriegos y hortelanos y 2 mujeres, así como varios religiosos, un médico, un boticario, un herbolario y varios músicos. La mayoría eran andaluces y castellanos. Ante los rumores de que en la Española se pasaba hambre y había que trabajar duro, la gente ya no quería unirse a las expediciones y tuvieron que reclutar a varios delincuentes condenados para completar la expedición, bajo conmuta de sus penas.

Además, también tuvo problemas para financiarla, ya que los Reyes Católicos desviaron parte del dinero asignado a la nueva expedición para la reparación de las fortificaciones fronterizas con Francia, por lo que Colón tuvo que recurrir a la banca genovesa de Martín Centurión y Pantaleón Italian para sufragarla.

El viaje

En este viaje el Almirante quería comprobar que bajo la línea del Ecuador había un continente que según el tratado de Tordesillas quedaría dentro de la influencia española.

Colón partió desde el mismo puerto de Sanlúcar el 30 de mayo de 1498 con otros seis navíos: Santa Cruz, Santa Clara, Castilla, Mabel, La Rábida, Santa María de Guía, Gaza y Vaqueña. Dicha flota contaba con una tripulación de 226 personas, entre las que se encontraban los Hermanos Niño, fieles colaboradores del Almirante desde el primer viaje, y Bartolomé de las Casas.

Colón navegó con su flota hacia el sur, hasta Madeira por un camino poco frecuente para evitar a una armada francesa que le estaba esperando cerca del cabo San Vicente. Llegaron a la isla de Porto Santo, donde había vivido con su esposa Felipa Moniz y donde había nacido su hijo, Diego Colón. Posteriormente, se dirigió a la región de Funchal de la isla de Madeira. De ahí partió para llegar, el 19 de junio, al fondeadero de San Sebastián, en la isla canaria de la Gomera.

En la Gomera envió 3 naves dirección oeste para llevar a la Española más abastecimientos y tomar camino hacia Santo Domingo donde se supone que ya Bartolomé Colón había trasladado la población de la Isabela. Cristóbal Colón zarpó de la Gomera el 21 de junio de 1498, hacia las islas de Cabo Verde, para luego dirigirse hacia el oeste en línea recta a las Indias, y dejar la Española al norte.

En esta ruta los barcos de Colón sufrieron calma chicha y una ola de calor tan fuerte que nadie deseaba bajar bajo cubierta. Este calor duró ocho días, de los cuales el primero fue soleado y los restantes con nubes y lluvia.

Posteriormente, navegó hacia el oeste a la altitud de Sierra Leona, con pronóstico de llegar a tierra para reparar los navíos y rearmarse de víveres. Realizado el camino a las Indias a través del Atlántico, el marino Alonso Pérez avistó tierra el 31 de julio, señalando lo que eran tres montañas de una isla, la isla de Trinidad.

Colón descubre el continente americano

Colón se encontraba al norte de la actual Venezuela. Descubrió un cabo al que llamó de la Galea, que actualmente se llama cabo Galeote; y una isla cercana a la que bautizó como Trinidad cerca de la costa continental sudamericana, a la que llamó Tierra de Gracia, y que actualmente se corresponde con Macuro, en el estado de Sucre, Venezuela. En esa región descubrió casas, indígenas y tierras que consideró muy hermosas y verdes, comparándolas con las huertas de Valencia en marzo de aquel año.

Posteriormente, llegó a la Punta del Arenal. De acuerdo con las descripciones de Colón, los indios de esta zona eran más blancos que los indios que había visto en las islas en sus dos anteriores viajes.

Navegando por el sur de Trinidad cerca de la Boca de Serpientes, se aproximó al delta del río Orinoco comparando la fuerza del agua en su desembocadura con la fuerza del río Guadalquivir en tiempo de crecidas. Una noche, cerca de la desembocadura, se aproximó una ola del tamaño del barco que casi tumba la nave de Colón. Entre los lugares que recorrió en esta zona está Boca Grande.

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Tercer viaje de Cristóbal Colón. Descubrimiento del Continente (1498-500)

Recorrió la costa del golfo de Paria y logró conseguir algunas perlas. Colón tuvo ocasión de probar un vino que realizaban los indígenas de la zona que no era de uvas, y que él sospechaba que hacían de otras frutas o de maíz. El maíz era un producto que solamente existía en América y fue llevado a España por Colón en sus viajes.

Pisó Macuro, ya tierra firme, el 3 de agosto, estando allí 12 días y entablando buenas relaciones con los indígenas. Una de las cosas que más llamó la atención a Colón fue que el agua dulce siempre vencía en esas zonas, y esto es debido a la desembocadura de un río caudaloso, que solamente puede provenir de tierra firme.

Después de recorrer el golfo de Paria, atravesó la boca del Dragón con rumbo al noroeste y divisó tres islas, dos de ellas pequeñas, bajas y áridas (las actuales Coche y Cubagua); separadas por un canal de una tercera, mayor y cubierta de vegetación, poblada de indígenas que la llamaban Paraguachoa, vocablo que significa según historiadores «peces en abundancia» y según otros «gente de mar«.

Colón bautizó la isla con el nombre de la Asunción, por haber sido descubierta en la fecha en la cual se hicieron cristianos. Al año siguiente, en 1499, Pedro Alonso Niño y Cristóbal Guerra la rebautizaron con el nombre de la Margarita debido a la abundancia de perlas encontradas en la región.

Regreso a la Española

La Española era una isla colonizada por los españoles de la que el mismo Almirante Cristóbal Colón fue gobernador. En este momento se encontraba al mando de la isla su hermano, Bartolomé Colón. La capital de la isla era Santo Domingo, una ciudad que se había fundado en la costa sur de la isla.

Desde la isla de Margarita navegó hacia el norte rumbo a la isla la Española y desembarcó en Santo Domingo. Allí, un grupo de españoles, encabezados por el alcalde mayor Francisco Roldán se habían rebelado contra la autoridad de Bartolomé Colón y se habían replegado hacia el interior. Los rebelados argumentaban su decepción con respecto a las riquezas que se les había prometido encontrar en el Nuevo Mundo, ya que el poco oro encontrado no satisfacía todas las expectativas lanzadas por Cristóbal Colón, y por las duras condiciones de gobierno de Bartolomé Colón.

Roldán había conseguido el apoyo de algunos indios prometiéndoles eximirles del pago de tributos en oro, que recogían de los ríos; y en 1498 también había logrado el apoyo de la mitad de los españoles y de todas las villas y fortalezas de isla la Española menos la Vega y la Isabela. Una vez en Santo Domingo, Cristóbal Colón intentó negociar con los sublevados, cediendo a dejar usar a los indígenas como servicio personal. En la negociación de Colón con los rebeldes en agosto 1499, se amnistiaba a todos los que se habían rebelado, se les permitía volver a España cuando lo desearan o a unirse con las taínas; y se les pagó los salarios que no hubieran cobrado de los dos últimos años, aunque no hubieran trabajado.

También se argumentaron quejas en contra de la forma en que los hermanos Colón manejaban los asuntos administrativos. Por otro lado, la isla la Española, en vez de aportar dinero a las arcas reales, solo demandaba gastos. Todo esto llegó a oídos de los Reyes de España, que enviaron al juez pesquisidor Francisco de Bobadilla, el cual llegó a Santo Domingo el 23 de agosto de 1500.

El juez enviado por los reyes procedió a arrestar a Cristóbal Colón, a su hermano Bartolomé Colón y a su otro hermano Diego Colón y los embarcó encadenados a España en octubre de 1500. Llegaron a Cádiz, en España, el 25 de noviembre de 1500.

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Tercer Viaje de Cristóbal Colón. Regreso arrestado

En España, Colón fue liberado por Isabel la Católica, pero debía renunciar a los derechos otorgados en el Nuevo Mundo. En 1501, se envió como gobernador de la Española a Nicolás de Ovando, para sustituir a Francisco de Bobadilla.

Cuarto viaje de Colón (1502-04)

Preparativos

Colón tenía 51 años, lo que le hacía mayor para la época, y sufría de gota y artritis. Se hizo con una flota de 2 carabelas, la Capitana y la Santiago, y dos naos, la Gallega y la Vizcaína. Las naves contaban con velas latinas. La tripulación era de 144 personas. Colón seleccionó a algunos miembros de su tripulación; su hermano Bartolomé Colón (que también había sido apartado del gobierno de la Española), su hijo Hernando Colón (de 13 años) y Diego Méndez de Segura como escribano oficial. Pero Colón no pudo elegir a sus capitanes, que fueron nombrados por sus financiadores. Los capitanes fueron Diego de Porras y Francisco de Porras, los cuales estaban a cargo de la carabela Santiago.

Además, los reyes aceptaron financiar el cuarto viaje con la condición de que no volviera a pisar la isla la Española.

Partieron el 3 de abril de 1502 del puerto de Sevilla con dirección a la Puebla Vieja, descendiendo el Guadalquivir con los barcos. Una vez allí, el adelantado decidió llevar las naves a Cádiz para terminar de prepararlas y Colón se trasladó a Sevilla para ocuparse de la tripulación y las municiones. Colón partió posteriormente a Cádiz para completar el armamento de la flotilla.

El viaje

El 9 de mayo zarparon de Cádiz, poniendo rumbo hacia el sur por la costa de África hacia las islas Canarias. En ruta a Canarias Colón se enteró de que los moros habían cercado la fortaleza portuguesa de Arcila, en la costa de Marruecos, y quiso socorrerla, pero no fue necesario porque cuando llegaron el cerco ya había sido levantado.

Llegaron al puerto de Las Palmas de Gran Canaria. Cargaron agua y leña en Maspalomas y el 25 de mayo emprendieron la travesía para cruzar el Atlántico.

Tras una tranquila travesía llegaron a la isla de Martinica el 15 de junio donde hicieron aguada, recogieron leña y lavaron sus ropas. Continuaron entre las Pequeñas Antillas costeando el sur de la isla de San Juan. La intención del almirante era la de explorar de nuevo las costas de Paria y continuar hasta Veragua; donde pensaba que se encontraba el paso hacia el mar del Sur, pero uno de sus buques comenzó a tener problemas y optó por hacer una parada en Santo Domingo para repararlo o cambiarlo por otro en mejor estado, Colón observó síntomas de que se aproximaba un huracán.

Llegaron el 29 de junio a Santo Domingo, en la isla la Española, pero el nuevo gobernador, Nicolás de Ovando, les prohibió desembarcar, siguiendo las estrictas órdenes de los Reyes. Al observar que el huracán se dirigía hacia el norte de la isla, decidió llevar sus barcos a una bahía de Azúa al sur. La noche del 30 de junio azotó el huracán, que arrancó los cuatro barcos de sus anclas y los dispersó por el mar, pero a la mañana siguiente consiguieron reagruparse en una cala que Colón había mencionado de antemano y con las naves poco dañadas. Sin embargo, Santo Domingo quedó arrasada, el mar había hundido 29 de los 30 barcos del nuevo gobernador y habían muerto 500 personas.

Colón seguía sin permiso para desembarcar, de modo que se dirigió a Jamaica para reabastecerse y, posteriormente, siguió la costa de Cuba para luego dirigirse al oeste, hacia las aguas del Caribe que todavía no habían sido exploradas.

Descubrimiento de Centroamérica

Pusieron rumbo a Centroamérica, cuya costa descubrieron el 1 de agosto de 1502 a la altura de la punta de Caxinas (cabo Honduras). Aquí se produjo el primer contacto entre mayas y españoles; aquellos les dijeron que más al sur había muchas minas de oro, concretamente en la zona de Veragua.

Recorrieron la costa caribeña de las actuales Honduras, Nicaragua, Costa Rica y Panamá. El 14 de septiembre, llegaron al cabo de Gracia (Gracias a Dios), y el 25 del mismo mes, a Cariai (río San Juan) cuyos indígenas tienen oro y una cultura superior al resto de los indios antillanos.

A primeros de octubre de 1502, llegaron a Cerobaro (bahía Almirante), donde los indios le hablaron de que más al sur en Chiriqui, (actual Panamá) había una ruta terrestre de nueve días a través de las montañas que llevaba a un océano diferente. Llegó a la laguna del Chirquí el 16 de octubre, los indios locales le confirmaron la ruta terrestre a través de las montañas que llevaba a un océano diferente. Colón comenzó la ruta, prácticamente en la misma zona donde posteriormente construiría el Canal de Panamá, pero decidió no continuar por allí al considerar que era demasiado arriesgado internar a sus hombres en ese territorio y porque él deseaba encontrar una ruta estrictamente marítima.

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Cuarto viaje de Cristóbal Colón (1502-04). Itinerario

El 2 de noviembre, arribaron a una hermosa bahía a la que Colón llamó Portobello y continuaron hasta el sur, y el 26 de noviembre llegaron a puerto Retrete, con las naves muy deterioradas, decidieron regresar.

El 24 de febrero de 1503, llegaron al río Belén en donde encontraron ricos yacimientos de oro y fundaron un efímero establecimiento: Santa María de Belén, que tuvo que ser abandonado rápidamente por la hostilidad de los indios y por el dañino clima de la zona. Allí tuvieron que abandonar una de sus naves, la carabela Vizcaína, por lo deteriorada que se encontraba por la broma y por los daños sufridos durante los temporales.

El 6 de enero de 1503, en la costa de Veraguas llegaron al río Belén, donde fundaron la aldea de Santa María de Belén, el segundo asentamiento español en territorio continental americano. Desde allí, Bartolomé Colón organizó una expedición hacia el interior. En los ríos y arroyos descubrieron pepitas de oro, cobre y plata. Colón trabó amistad con los indios locales, los guaymis, pero con el tiempo surgieron fricciones al ver los nativos que Colón permanecía allí y quería convertirlos al cristianismo y saquear sus riquezas, tras lo que se produjo un combate entre los guaymis y los marineros de Colón. Aunque los guaymis superaban en número a los marineros por 10 a 1, las armas más modernas, como las espadas de metal o los arcabuces, les hicieron ganar la batalla. Sin embargo, los indios contraatacaron matando a algunos españoles, que huyeron hacia los barcos.

Colón se resignó a que no podría establecer una colonia allí en esas circunstancias y decidió emprender el camino de vuelta. Sin embargo, todos los barcos estaban ya afectados por la broma (un molusco que se come la madera) y podridos, y comenzaban a hundirse, siendo la única solución achicar el agua con cubos y una bomba de aspiración. En estas condiciones hubo otra tormenta.

En junio de 1503, los barcos supervivientes de la expedición consiguieron llegar a duras penas a la isla de Jamaica, en cuya costa fueron encallados por sus tripulaciones. Los expedicionarios se encontraron naufragados en una isla sin colonizar. Montaron un campamento con los cascos de las naves e intentaron una convivencia positiva con los indios de la isla, que les ofrecieron comida. Colón propuso a Diego Méndez ir en canoa a la Española a pedir ayuda. Así mismo, Diego Méndez sugirió que Colón se lo propusiese a todos primero, para evitar celos en la tripulación. Colón lo hizo y, finalmente, Méndez se ofreció voluntario. Colón le entregó a Méndez también una carta dirigida a los Reyes Católicos, fechada el 7 de julio de 1503.

Cuando las condiciones meteorológicas fueron óptimas, Méndez se armó con provisiones para tres días y se hizo acompañar de algunos indios remeros, uno de los cuales murió de un golpe de calor en el mar y fue arrojado por la borda. El cuarto día llegaron a La Española, donde Méndez descansó y se recuperó durante dos días con la ayuda de los indios de la Española, que les recibieron en la orilla y les ofrecieron cosas de comer. Posteriormente, fue a avisar al gobernador de la isla, Nicolás de Ovando.

Méndez se había ido hacía seis meses y nadie había venido a rescatar a los náufragos en Jamaica. Se produjo una lucha por el liderazgo y los hermanos Porras se escindieron del grupo. Según las fuentes colombinas, los Porras y sus partidarios, causaron estragos en las relaciones de los españoles robando a los indios, violando a una indígena y poniéndolos contra Colón. Los indios dejaron de llevar comida a Colón. En esta situación, Colón recurrió a sus conocimientos astronómicos para predecir un eclipse lunar y avisó a los indios de que los dioses estaban enfadados con ellos por negarles la comida y que, por eso, oscurecería la Luna el 29 de febrero de 1504. Llegado el día, al ver los indios que el eclipse se produjo, volvieron a llevar comida a Colón.

Finalmente, el gobernador de la Española, Nicolás de Ovando, envió un barco a Jamaica que fondeó a distancia. Solamente llegó a la orilla el bote del capitán del barco, el cual le llevó a Colón un cerdo asado, algo de vino y los saludos del gobernador.

En mayo de 1504, se produjo una batalla entre los hombres leales a Colón y los leales a los hermanos Porras, en la cual hubo una pelea a espada entre Bartolomé Colón y Francisco de Porras. Bartolomé Colón ganó a Francisco, pero le perdonó la vida. De esta forma, terminó el motín.

Regreso a España

El 29 de junio, apareció por fin en la isla una carabela enviada por Diego Méndez. En este momento quedaban 110 miembros de la expedición vivos. Debido a los fuertes vientos, la carabela hubo de detenerse por el camino, tardando 45 días en llegar a la Española, siendo este un viaje que Diego Méndez había hecho en cuatro días en una canoa. Muchos hombres decidieron no volver a embarcar y se quedaron en la Española en lugar de regresar a España.

El 11 de septiembre de 1504, Cristóbal Colón y su hijo Hernando se embarcaron en una carabela para viajar desde la Española a España, pagando sus pasajes correspondientes. Llegaron a Sanlúcar de Barrameda el 7 de noviembre. De allí viajaron hasta Sevilla, donde la enfermedad tuvo a Colón postrado en cama. El Almirante dedicó ese tiempo a redactar su Libro de las profecías y a escribir varias cartas donde se interesaba por los asuntos de la corte. El 26 de noviembre, falleció la reina Isabel. A finales de mayo de 1505, Colón partió a la corte itinerante del rey Fernando el Católico, que en ese momento se encontraba en Segovia.

Viajes Menores

Se llevaron a cabo entre los años de 1499-1510. Con lo anterior los reyes rompieron el monopolio concedido en un principio a Cristóbal Colón para explorar las tierras descubiertas en 1492 y permitieron en el año de 1498 que cualquier súbdito de la Corona pudiera explorar las tierras del Nuevo Mundo entre ellos destacaron:

Alonso de Ojeda

Alonso de Ojeda fue navegante, gobernador y conquistador español. Había acompañado a Colón en el segundo viaje.

De regreso a España, capituló con los Reyes Católicos sin permiso de Colón, y zarpó en una expedición, partiendo del Puerto de Santa María el 18 de mayo de 1499, en asociación con el piloto y cartógrafo Juan de la Cosa y el navegante italiano Américo Vespucio.

Recorrieron el litoral occidental de África hasta Cabo Verde, tomó el mismo rumbo que realizó Colón un año antes en el tercer viaje, pero en dirección suroeste. Sin embargo, Vespucio decidió separarse de la flota y seguir su propio rumbo más al sur, hacia Brasil. La flota de Ojeda llegó a las bocas de los ríos Esequibo y Orinoco, así como al golfo de Paria, incluyendo las penínsulas de Paria y Araya, y a las islas de Trinidad y Margarita; continuando a lo largo de la tierra firme en busca siempre de un pasaje hacia India posteriormente recorrió la península de Paraguaná y después avistó la isla Curaçao, a la cual llamó isla de los Gigantes porque creyó haber observado allí a indígenas de gran estatura; luego visitó la isla Aruba y también la isla de Los Frailes.

También recorrió una parte de la península de la Guajira y Maracaibo y se adentró en un golfo al que llamó Venezuela o Pequeña Venecia. Asimismo, logró ver la entrada del lago de Maracaibo, a la cual llamó San Bartolomé. También llegó a alcanzar el Cabo de la Vela. Con el recorrido a toda la Costa venezolana, se pudo comprobar la continentalidad del territorio. Casi simultáneamente se iniciarán varias expediciones, promovidas por la corona pero financiadas por capital privado cuyo objetivo era el de reconocer y rescatar en las costas recorridas por Colón en su tercer viaje y buscar el posible paso al otro océano. Se puede decir que era una carrera contra Cristóbal Colón para descubrir antes que él y que de esta manera no obtuviese tantas riquezas y poder.

Pedro Alonso Niño y los hermanos Guerra

Expedición de Pedro Alonso Niño con los hermanos Cristóbal Guerra y Luis Guerra. Partieron dos semanas después que la expedición de Ojeda. En (1499-1500), era el segundo de los viajes menores, llegaron antes a la costa norte de Sudamérica, debido a que este se fue demasiado al sur. Atravesaron Trinidad, Paria y llegaron a las islas de las Perlas, junto a Margarita, donde cargaron todas las perlas que pudieron y rápidamente volvieron a España en 1500-01. En vez de regresar por Andalucía lo hicieron por Bayona intentando escamotear parte de la mercancía para no tener que pagar el quinto real. Fueron descubiertos y encarcelados.

Vicente Yáñez Pinzón

El 6 de junio de 1499, armó cuatro naves con ayuda de su sobrino Arias Pérez Pinzón y partió de Palos en diciembre tras una dura travesía con una peligrosa tormenta con los pilotos Juan Quintero y Juan de Umbría, que habían participado en el primer viaje. Llegó a Cabo Verde, pasó el Ecuador y llegan el 26 de enero de 1500, a un promontorio de la Costa brasileña que bautizan como Santa María de la Consolación y que se ha identificado con el brasileño cabo San Roque o la punta Mucuripe. Oficialmente, es el primer europeo que pisaba lo que sería posteriormente la gran nación brasileña, por lo que podría decirse que Vicente Yáñez Pinzón fue el descubridor del Brasil en el año 1500, tres meses antes de la llegada de Pedro Álvares Cabral a quien se considera históricamente el descubridor de Brasil; si bien este territorio entraba dentro de la zona Portuguesa definida por el tratado de Tordesillas, por lo que el hecho de dar publicidad a este hecho hubiera supuesto un conflicto con la potencia Portuguesa.

Desde allí continuaron rumbo al noroeste explorando la costa y descubrió las bocas del Amazonas, a la que llamaron Río Grande de Santa María de la Mar Dulce por la larga distancia en que el agua dulce se introducía en el océano. También pasaron por la desembocadura del río Orinoco, al que llamaron río Dulce por algo similar a lo del Amazonas. Subieron hasta Paria y cerca de las islas frente a Margarita sufrieron una tormenta por la que perdieron dos naves y muchos hombres. Allí curiosamente se encontraron con la expedición de Diego de Lepe con el que se unieron en su navegación por las Pequeñas Antillas hasta San Juan. Una vez repuestos del viaje volvieron a España atravesando los Lucayos en busca de especias y donde recogieron una carga de esclavos y palos tintóreos, llegando a Palos de la Frontera el 30 de septiembre de 1500.

Diego de Lepe

No todos los descubridores y viajeros que llegaron a América eran experimentados marineros. Entre los que no tenían contacto con el mundo de la navegación encontramos a Diego de Lepe, vecino de Palos que obtuvo licencia del obispo Fonseca para viajar a Paria gracias al asesoramiento de Bartolomé Roldán. En 1499, partió de Sevilla, pero fracasó en el intento. Volvió a Paria al año siguiente, siguiendo la ruta de Yáñez Pinzón, llegando más al sur de lo que hasta ese momento habían alcanzado sus antecesores, ya que recorrió Costa de Brasil llegando al cabo de San Agustín y Costas de Oriente de Venezuela. Estas tierras nuevas que visitó serían cartografiadas con bastante fidelidad lo que otorgaba al viaje de Lepe una gran importancia. A su regreso a la península preparó un tercer viaje pero falleció en Portugal durante su preparación.

Rodrigo de Bastidas y Juan de la Cosa

Rodrigo de Bastidas había acompañado a Colón en su segundo viaje en 1493. A Bastidas se le concedió licencia para descubrir islas o tierras no visitadas por Colón u otros navegantes. Realizó una expedición a mediados de 1500, tocó muchos lugares de la Costa Venezolanas en donde estudió el terreno y consiguió de los indígenas oro y perlas. En 1501 zarpó del puerto de Cádiz en dos naves, la San Antón y la Santa María de Gracia; cubrió las costas de Colombia, y las bahías de Santa Marta, Cartagena y Cispatá; llegó a las costas panameñas, después de haber recorrido el litoral venezolano y descubierto el río Magdalena, continuó con su tarea exploradora y descubrió el istmo de Panamá, puertos de, entonces mandó hacer un puerto que bautizó en su honor como El Escribano. En 1525 de regreso a América, fundó la ciudad de Santa Marta (actual capital del departamento colombiano de Magdalena) entre el Cabo de la Vela y el río Magdalena, una de las primeras ciudades continentales de América que aún existe. Su exploración tiene gran importancia geográfica, ya que Juan de la Cosa, quien lo acompaña, trazó un mapa en el que aparece dibujada Venezuela completamente, por primera vez.

Entrada creada originalmente por Arre caballo! el 2018-04-19. Última modificacion 2024-01-16.
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Comentarios:

  1. rafi MONGO dijo el 2021/04/27 a las 9:40 pm

    me encanto

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