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Orígenes
Vasco de Gama (Vasco da Gama en portugués) nació en Sines, pueblo del Bajo Alentejo. Su padre, llamado Esteban y su madre, Isabel Sodre, quiso que el segundo de sus hijos, Vasco, se preparase para seguir la carrera eclesiástica, pero a pesar de los designios maternos el joven decidió, juntamente con su hermano Paulo, vincular su vida a los negocios del mar.
Siendo muy joven participó en varias expediciones a la costa africana, dando prueba de una gran capacidad. Tras realizar estudios de matemáticas y cosmografía, fue nombrado capitán.
Un episodio aventurado vino a acentuar su prestigio como navegante. En 1493, los franceses apresaron una nave portuguesa cargada de oro procedente de una de las posesiones lusas en la costa africana, Costa da Mina. Vasco fue comisionado por el soberano para embargar como represalia los barcos franceses anclados en sus dominios, llevó a cabo su misión con notable rapidez y acierto, llegando a embargar diez de estas naves solo en el puerto de Lisboa. Presionado tan eficazmente, el rey francés Carlos VII se resignó a devolver el barco apresado sin que faltara un ápice de su cargamento.
A partir de ese momento, Vasco de Gama atrajo especialmente la atención oficial. En 1495 murió el rey Juan II y el trono pasó a su heredero, Manuel I de Portugal. El joven rey, recogiendo el ambicioso proyecto de su antecesor, organizó una expedición que debía ir a la India contorneando África. En ese momento parecía claro que era posible franquear el extremo sur de África y llegar hasta el Índico, como lo había demostrado diez años antes Bartolomé Díaz. Estaba en juego el comercio de especias, ya que las rutas, en aquel momento, eran controladas por los árabes. Con ello se pretendía además equilibrar la ventaja que el descubrimiento de América había proporcionado a España.
Primer Viaje a la India (1497-99)
Organización del viaje
El nombre de los Gama se barajó desde un principio entre aquellos más idóneos para dirigir la difícil travesía; en 1496, su padre Esteban de Gama fue elegido para ello, pero su repentina muerte hizo que sus dos hijos asumieran «el honor y el peligro» de encabezar la difícil empresa.
Se prepararon 4 barcos para la expedición. Dos naos y una carabela y una carraca. Las naos San Gabriel y San Rafael, tenían 27 metros de eslora, 8,5 m de manga y un calado de 2,3 m, con 372 m² de velas y 178 toneladas, construidas especialmente para este viaje y supervisada su construcción por Bartolomé Díaz. Tenían una tripulación de 60 hombres, el capitán de la San Gabriel era Vasco de Gama, y el capitán de San Rafael su hermano Paulo de Gama. La carraca San Miguel estaba capitaneada por Gonzalo Núñez y era la encargada del transporte de suministros. La carabela Berrio estaba capitaneada por Miguel Berrio que era su propietario. En total la tripulación eran 200 hombres.
El viaje
El 8 de julio de 1497, Vasco da Gama partía del fondeadero de Restello cerca Lisboa con la flotilla, le acompañaba de Bartolomé Díaz que capitaneaba una carabela rumbo hacia San Jorge de la Mina. El joven rey Manuel I les acompañó hasta la desembocadura en su galera real.
El 15 de julio, divisaban las islas Canarias y fondearon en Lanzarote. No bordearon la costa africana occidental (como era costumbre), sino que se adentraron en el Atlántico, dos días más tarde entraron en una espesa niebla, llegando a las islas Cabo Verde el 27 de julio, donde se reagrupó la flota, y donde permanecieron varios días. El 3 de agosto, partieron, Bartolomé Díaz siguió su ruta a la Costa de Oro, pero antes le dio el consejo de navegar hacia el oeste buscando que los vientos y las corrientes empujasen la flota hacia el cabo de las Tormentas (Buena Esperanza). Del 3 de agosto hasta el 4 de noviembre navegaron sin ver tierra. El 8 de noviembre, capturaron a un indígena que usaron como intérprete.
El 22 de noviembre, pasaron el cabo de Buena Esperanza y el 25 llegaron a la bahía de San Blás (Mossel Bay), la carraca San Miguel que llevaba los transportes se incendió, y sus tripulantes tuvieron que ser repartidos entre las otras naves, allí permanecieron 13 días.
El 16 de diciembre, la flota había sobrepasado el llamado río del Infante (gran río Fish en la costa oriental de la actual Sudáfrica), punto en el que Bartolomé Díaz había regresado anteriormente, navegando a partir de ahí en aguas desconocidas para los europeos.
El día de Navidad (Natal), Gama y su tripulación bautizaron la costa por la que navegaban con el nombre de Natal (actual provincia KwaZulu-Natal de Sudáfrica).
Navegó con rumbo norte bordeando la costa oriental de África. Con buena parte de la tripulación enferma de escorbuto, la expedición hizo un alto para descansar en la desembocadura del río Quelimane, tras lo cual navegaron hacia el puerto de Mozambique.
El puerto de Mozambique estaba controlado por los árabes, que monopolizaban el comercio en la región. Por esta razón, Vasco de Gama decidió hacerse pasar por musulmán. En un principio la estratagema funcionó, ya que el sultán de Mozambique les recibió muy bien, e incluso les ofreció les proporcionaron dos pilotos para que prosiguieran su viaje hasta la India. Sin embargo, pronto aparecieron las suspicacias y el Sultán empezó a sospechar de que Vasco de Gama lo había engañado sobre su religión. Ante el enfado del gobernante, los portugueses levaron anclas y se hicieron a la mar, pero estaban muy escasos de vituallas, por lo que se vieron forzados a desembarcar cerca de allí y aprovisionarse por la fuerza.
Los pilotos que el Sultán de la isla de Mozambique les había proporcionado para conducirle a la India, habían sido secretamente instruidos para entregar los navíos portugueses a los gobernantes árabes de Mombasa.
En la costa de la actual Kenia, la expedición saqueó navíos mercantes árabes desarmados, uno de ellos llevaba marfil y en el camarote había cinco mujeres y un cofre con joyas.
La expedición logró llegar a Mombasa, donde fueron bien recibidos por el jeque del lugar. Vasco da Gama no se fiaba de su anfitrión y sus sospechas no tardaron en ser confirmadas al descubrir que el jeque les tenía preparada una trampa. Por la noche los moros intentaron asaltar los buques. Alertados, con los cañones consiguieron rechazar el ataque y huir con sus tres barcos.
En febrero de 1498, Vasco da Gama siguió hacia el norte, desembarcando en el amistoso puerto de Malindi, rival de Mombasa, por lo que les recibió de buen grado y les dio un guía que conocía aquellas aguas. Se trataba de un piloto árabe muy experto, Aben-Macbid, al parecer de religión cristiana. Es más, los portugueses establecieron contacto con una nave hindú, lo que les convenció de la cercanía de su objetivo. Aben-Macbid, aprovechando el monzón del verano, les condujo en solamente 23 días hasta las costas de la India.
Llegada a Calicut
El 20 de mayo de 1498, la flota llegó a Kappakadavu, cerca de Calicut (actual Kozhikode), en el actual estado indio de Kerala.
El día después de la llegada, entre una multitud reunida en la playa, fueron recibidos por dos moros tunecinos, uno de los cuales se les dirigió en castellano que iban a buscar tan lejos y les contestaron: que iban buscando cristianos y especias. Al ver las imágenes de los dioses hindúes, Vasco da Gama y sus hombres pensaron que eran de santos cristianos, ya que los musulmanes no tenían imágenes. La creencia en los cristianos de la India, como los llamaban, perduró durante algún tiempo, incluso después del regreso de esta expedición.
Pero las negociaciones con el gobernador local, Samutiri Manavikraman, el zamorín (gobernante) de Calicut, fueron difíciles. Los esfuerzos de Vasco da Gama para conseguir condiciones favorables de comercio, se hicieron difíciles por la diferencia de culturas y el bajo valor de sus mercancías; ya que los representantes del Zamorín se burlaban de sus ofertas y los comerciantes árabes allí establecidos se resistían viendo la posibilidad de una competencia no deseada. Las mercancías presentadas por los portugueses fueron insuficientes para impresionar al Zamorín, en comparación con los bienes de alto valor que se comercializaban allí, lo que causó alguna desconfianza. Los portugueses finalmente vendieron sus productos por debajo del coste para adquirir pequeñas cantidades de especias y joyas para llevar al reino.
Por último, el Zamorín se mostró satisfecho con las cartas del rey Manuel I, y Vasco de Gama consiguió una carta ambigua de concesión de derechos para comerciar. Acabó por partir sin aviso, después de que el Zamorín y su jefe de la armada, Kunjali Marakkar, insistieran en que dejase todos sus bienes como garantía. Vasco de Gama mantuvo sus bienes, pero dejó algunos portugueses con órdenes para iniciar la construcción de una factoría.
Viaje de regreso
Vasco da Gama permaneció en la India cuatro meses. El viaje de vuelta lo inició el 29 de agosto de 1498, como solía ocurrir en travesías tan largas y difíciles, fue durísimo, navegando a vela contra los vientos, consumieron 132 días, llegando a Malindi el 7 de enero de 1499. Habían sufrido tantas bajas que Vasco de Gama, por carecer de hombres para tripular las tres naves, decidió repartir a los supervivientes en los dos barcos restantes y quemar el San Rafael.
Tras franquear el cabo de Buena Esperanza, las dos naves se separaron a causa del mal tiempo y cada una se vio forzada a regresar a Portugal por su cuenta, alcanzando ambas su objetivo.
La carabela Berrío, siendo más ligera y más rápida, fue la primera en regresar a Lisboa, donde arribó el 10 de julio de 1499, bajo el mando de Nicolau Coelho.
En agosto, llegó la nao San Gabriel, al mando de Juan de Sá, ya que Gama había abandonado el barco en la isla de Santiago, en Cabo Verde; donde fletó una carabela para llevar a su hermano enfermo, Paulo da Gama, a la isla Terceira, en las Azores, con la esperanza de poder salvarle.
Vasco da Gama arribó a Lisboa el 9 de septiembre de 1499, un mes después que sus compañeros, pues tuvo que enterrar a su hermano, fallecido, en las Azores. El país acogió a los supervivientes con entusiasmo desbordado. Vasco da Gama fue nombrado «Almirante de los mares de la India» y «Señor de la Conquista, Navegación y Comercio de Etiopía, Arabia, Persia e India«.
De los 198 hombres que integraban la armada, solo 55 regresaron a Portugal.
Segundo viaje de Vasco de Gama a la India (1502)
Organización del viaje
Este viaje tuvo lugar después del viaje de la segunda flota a la India, dirigida por Cabral en 1500, que al desviarse de la ruta hizo el descubrimiento de Brasil; y del viaje de la tercera flota de Juan de Nova en 1501, con cuatro naves en misión diplomática y en el que descubrió Ceilán.
La cuarta armada estaba compuesta por 20 barcos y entre 800 y 1.800 hombres. La armada se concibió originalmente como dos escuadrones: 15 barcos bajo el almirante para dirigirse a la India, 5 bajo el vicealmirante designado para patrullar la desembocadura del mar Rojo.
Resultó que no todos los barcos estaban listos para la fecha de lanzamiento, por lo que la armada se reorganizó en tres escuadrones. Los dos primeros escuadrones (10 bajo el almirante Vasco da Gama, 5 bajo su tío, vicealmirante Vicente Sodré) saldrían inmediatamente, y los 5 barcos restantes saldrían un poco más tarde, el tercer escuadrón bajo el primo de Gama, Esteban de Gama, con instrucciones de alcanzar a la flota principal en el camino.
El barco más famoso de esta armada fue posiblemente el comandado por Estevo da Gama, la Flor de la Mar, una carraca de 400 toneladas, la nave más grande de ese tipo construida. Se desconocen los tamaños exactos de las otras grandes carracas grandes, el buque insignia San Jerónimo, Lionarda y Leitoa / Esmeralda, pero también se presupone que eran bastante grandes, de unas 250 toneladas. Estos grandes barcos eran para regresar con carga de especias a Lisboa. Los naos eran más pequeñas (de 80 a 120 toneladas) y las carabelas (de 40 a 80 toneladas) eran pequeños barcos de combate armados, para permanecer como buques patrulleros navales en la India si fuera necesario.
Entre la tripulación había varios italianos venecianos y florentinos.
La principal misión de la armada era ajustar cuentas con el zamorín de Calicut, no era una misión diplomática, sino militar. La armada debía vengar el maltrato de Zamorín a Cabral y la matanza de los portugueses en la fábrica de Calicut. No tenía suficientes fuerzas para conquistar y ocupar Calicut. Solo querían hacer un fuerte demostración de fuerza suficiente para intimidar al Zamorín. Para ello pensaban asfixiar su comercio. Para ello el primer escuadrón de Vasco de Gama establecería un bloqueo naval en el puerto de Calicut e impediría la entrada de cualquier barco, mientras que el segundo escuadrón de Vicente Sodré patrullaría el golfo de Adén y cortaría los envíos árabes en el mar Rojo. Se pensaba que sería suficiente forzar al Zamorín a cumplir con los términos.
Los términos previstos eran que el Zamorín reparara la fábrica y restaurara el comercio portugués en la costa de Malabar (Gama recibió instrucciones de aceptar esta vez una garantía de precio fijo). El Zamorín también estaría obligado a enjuiciar a aquellos identificados como los intrigantes detrás de la masacre y expulsar a todos los comerciantes árabes de todos los puertos bajo el dominio de Calicut. La armada recibió instrucciones explícitas para establecer fábricas en Cochín y Cannanore, ciudades rivales de Calicut en la costa Malabar de la India, que habían abierto buenas relaciones con Cabral.
Finalmente, se instruyó a la armada para abrir el comercio con la ciudad-estado del este de Sofala. Sofala había sido visitado secretamente por el explorador Pedro de Covilhã durante su expedición por tierra en 1487, y lo identificó como el punto final del comercio de oro de Monomatapa. La corona portuguesa había estado ansiosa por aprovechar esa fuente de oro; pero todas las armadas anteriores no habían podido encontrarla hasta que Sancho de Tovar, al mando de la segunda armada de la India, finalmente había localizado a Sofala el año anterior, pero solo la vio desde lejos y no bajó a tierra. Parece que todos los barcos de esta armada recibieron instrucciones reales explícitas para tratar de comerciar por oro en Sofala.
El viaje (1502)
Viaje hasta el Cabo
El 10 de febrero de 1502, dos escuadrones de la armada, 10 naves bajo el almirante Vasco da Gama y 5 naves bajo el vicealmirante Vicente Sodré, partieron de Lisboa.
A finales de febrero, anclaron la flota en Senegal para cargar agua. Se informa en una crónica que Fernando de Atouguia, capitán de la Leitoa Nova cayó enfermo y muere aquí. Gama transfirió al experimentado capitán Pedro Alfonso de Aguiar de la pequeña nao Santa Elena a la gran nao Leitoa Nova, y ascendió uno de sus subordinados, Pêro de Mendonça, al barco del capitán Aguiar.
A principios de marzo la armada navegó hacia el suroeste desde África y pudo hacer una breve parada para cargar agua en el cabo San Agustín (Brasil), antes de cruzar el Atlántico Sur hacia el cabo de Buena Esperanza.
En 1 de abril, el tercer escuadrón con cinco naves bajo el mando de Esteban da Gama, partieron de Lisboa. Trazando su propio rumbo, este escuadrón solo alcanzaría al escuadrón principal en la India.
En abril-mayo, violentas tormentas en el Cabo dispersan los 15 barcos del escuadrón de Vasco de Gama. Cada capitán se vio obligado a pasar por su cuenta alrededor del Cabo, y hacer su propio camino hacia el punto de encuentro preestablecido en el otro lado.
En mayo, después de realizar paradas de aguada en Madeira y Cabo Verde, el tercer escuadrón de Esteban de Gama detectó una isla en el Atlántico Sur, que no ha sido identificada. (Por coincidencia, ese mismo mes, la Tercera Armada de Juan de Nova descubrió la isla de Santa Elena, a pesar de coincidir en el tiempo, la flota que regresaba no se encontraría con ninguno de los barcos de la armada que marchaba. Pero recogerían las cartas dejadas por ellos).
El 7 de junio, el tercer escuadrón de Esteban de Gama quedó atrapado en una terrible tormenta alrededor del Cabo y se dividió en dos grupos: Esteban de Gama (Flor de la Mar) y los barcos de Lopo Dias y Tomás de Carmona (con Bérgamo a bordo) forman un grupo de tres, mientras que Lopo Mendes de Vasconcellos (Julia) y el barco de Buonagrazia (con Lopes a bordo) forman un par separado.
Contacto con Sofala, la fábrica en Mozambique (1502)
El 10 de junio Vasco de Gama fue uno de los primeros en llegar a la isla de Mozambique, el punto de encuentro preestablecido. Gama fue inmediatamente reconocido por el jeque local (con quien Gama tuvo una pelea en su primer viaje de regreso en 1498). El gobernante de Mozambique inmediatamente ofreció su perdón por ese asunto y puso suministros a disposición del portugués sacudido por la tempestad. Vasco de Gama permaneció en Mozambique durante un tiempo, esperando que el resto de la maltrecha flota llegó, uno por uno.
La única pérdida conocida fue la pequeña nao Santa Elena, capitaneada por el novato Pedro de Mendonça, que atrapado por las malas corrientes alrededor del Cabo, terminó encallado cerca de las orillas de Sofala. Sin embargo, la tripulación fue rescatada de forma segura por los barcos que pasaron, el de Francisco da Cunha Mareco (Bretoa) y Ferndo Rodrigues Bardaças (Santa Marta). Gama ordenó la construcción de una nueva carabela desde cero en la isla de Mozambique.
Durante la estancia en la isla de Mozambique, Vasco da Gama despachó a Pedro Alfonso de Aguiar (capitán de Leitoa) y dos carabelas al sur a la ciudad de Sofala, el depósito del comercio de oro de Monomatapa. Sofala había sido omitido por todas las armadas anteriores, pero esta vez no. Siguiendo el informe de exploración de Sancho de Tovar del año anterior, Aguiar lideró los primeros barcos portugueses en el puerto de Sofala. Aguiar bajó a la costa, e inició comercio en los mercados locales mientras busca al gobernante local, el sultán Isuf de Sofala. Se organizó una audiencia y Aguiar redactó un tratado comercial y de alianza entre Portugal y Sofala. Con las cuestiones resueltas y regalos intercambiados, Aguiar llevó a bordo a un embajador de Sofala para que se entrevistase con Vasco de Gama en Mozambique.
A finales de junio, Vasco de Gama hizo arreglos para abandonar Mozambique. Se estableció una fábrica portuguesa en la isla de Mozambique, con Gonzalo Baixo como factor, con unos diez asistentes, para capitalizar los resultados de la misión comercial de Sofala. Terminada la nueva carabela, Gama la bautizó con el nombre de Pomposa y la colocó, junto con unos 30 tripulantes, bajo el mando de Juan Serrão, con instrucciones de llevarse cualquier mercancía del comercio de Sofala.
Extorsión de Kilwa (julio de 1502)
Gama había ido primero en llegar a Kilwa (Quiloa). La ciudad-estado dominante en la costa del este de África, el sultanato de Kilwa era el señor formal de Mozambique y Sofala. Si la incipiente presencia comercial portuguesa en esas ciudades del este de África debía permanecer sin ser molestada, los portugueses deben asegurar el consentimiento del sultán de Kilwa. Cabral y la segunda armada habían intentado, y fallado, asegurar un tratado con Kilwa en 1500. Gama decidió intentarlo de nuevo, y estaba decidido a no aceptar un no por respuesta. Quiso hacer una demostración de fuerza con su flota e impresionar al sultán de Kilwa sobre las consecuencias de interferir o rechazar cualquier acuerdo.
El 12 de julio de 1502, la armada principal de Gama llegó a la ciudad-isla de Kilwa. Gama envió a por el gobernante Kilwa, el emir Ibrahim, invitándolo a bordo del San Jerónimo, a negociar un tratado de paz y comercio.
El emir Ibrahim temiendo la traición, se negó a subir a bordo. Sin embargo, después de mucha discusión, uno de sus consejeros, un noble rico Muhammad ibn Rukn ad Din (llamado Muhammad Arcone o Ancone por los cronistas) finalmente persuadió al emir para asumir la oferta portuguesa. El emir Ibrahim fue transportado al buque insignia y subió a bordo.
Después de las cordiales presentaciones y ostentosas proclamas de amistad, Gama establece su precio: un tratado con Portugal debía ser pagado con un fuerte tributo en efectivo al rey de Portugal. El emir quedó consternado. Declarando que el tributo era un deshonor, y se negó. Gama amenazó con arrasar la ciudad con los disparos de cañón.
El emir Ibrahim, efectivamente cautivo a bordo, aceptó a regañadientes y firmó un tratado que hacía tributario a Kilwa del rey de Portugal. Dejando al noble consejero Muhammad Arcone a bordo como rehén, el emir volvió a la orilla para hacer los arreglos pertinentes.
A mediados de julio, después de unos días de permanecer en el puerto de Kilwa y sin ningún signo del prometido tributo del emir, Gama envió un mensajero para ver cuál era la razón de la demora. Emir Ibrahim le contestó que declinaba pagar el tributo, y que podía hacer lo que quisiera con el rehén Muhammad Arcone, dado que su pobre abogado había demostrado ser indigno. Gama enojado, mandó arrojar a Arcone a un bote, sin agua ni sombra, para morir de la exposición al calor. No obstante, Muhammad Arcone era un hombre rico por derecho propio, y los sirvientes de su hogar le ofrecieron a Gama un rescate sustancial para liberarlo. Sabiendo que el rehén no tenía valor para él, Gama consintió.
20 de julio, el emir Ibrahim de Kilwa finalmente decidió enviar el tributo, unas 1.500 medallas de oro para satisfacer al almirante portugués. Vasco de Gama, ansioso por no perderse los vientos del monzón a India, lo tomó.
Las monedas de oro extorsionadas a Kilwa fueron utilizadas por el orfebre Gil Vicente en 1506 para fabricar la famosa custodia del monasterio de los Jerónimos en Belém. Es considerado por muchos como uno de los más magníficos tesoros de la corona portuguesa.
Viaje a la India
Mientras tanto, el 15 de julio, parte del tercer escuadrón, el trío que se mantuvo con Esteban de Gama (Gama, Dias, Carmona) arribó a la isla de Mozambique, medio muertos de hambre y los barcos gravemente dañados. Al mismo tiempo, el par restante (Vasconcellos y Buonagrazia) atracaron en las orillas de Sofala. Los dos escuadrones no volvieron a conectar entre ellos. El trío de Esteban da Gama, siguió el itinerario que su primo, dejó Mozambique y se dirigió a Kilwa. Después de pasar por Sofala, el par Vasconcellos y Buonagrazia se dirigieron al norte hasta la desembocadura del río de Bons Sinaes (Zambeze), donde efectuaron reparaciones y se recuperaron.
El 23 de julio de 1502, parte del tercer escuadrón de Esteban de Gama llegaron a Kilwa, justo a tiempo para volver a conectar la armada principal de Vasco da Gama, preparándose para partir del puerto de Kilwa. En ese momento, los dos barcos restantes del tercer escuadrón (Vasconcellos, Buonagrazia) finalmente llegaban a la isla de Mozambique. Leyendo las notas que habían dejado, y zarparon hacia Malindi, con la esperanza de atrapar la flota principal allí.
A finales de julio, Vasco da Gama llegó a Malindi, justo a tiempo para ser recibido por Pedro Alfonso de Aguiar (de Sofala), quien le informó los resultados del tratado de Sofala. La flota de Gama en realidad no atracó en Malindi, sino que lo hicieron unas leguas adelante.
El 29 de julio, la flota de Vasco da Gama partió de su fondeadero cerca de Malindi para cruzar el océano Índico. Le faltaban tres barcos: Campo, Vasconcelos y Buonagrazia.
El 2 de agosto, los dos barcos restantes del tercer escuadrón (Lopo Mendes de Vasconcelos y Giovanni Buonagrazia) llegaron a Malindi, pocos días después de la partida de Gama. Fueron bien recibidos por el sultán de Malindi. Recogen unas cuantas cartas dejadas por la flota de Juan da Nova que había regresado, informando las últimas noticias de la India. No se quedaron mucho tiempo, sino que inmediatamente zarparon después de la flota de Gama.
Mientras tanto, el último barco desaparecido, la carabela de Antonio de Campo del primer escuadrón, no llegaría a la India ese año. Tras la tormenta en el Cabo, llegó a Delagoa Bay (actual bahía de Maputo). La bahía hasta entonces desconocida está regada por tres ríos: el río Maputo al sur, el Espíritu Santo al oeste (en realidad un estuario formado por los ríos Umbeluzi, Matola y Tembe) y el río Maniça (actual Incomati) al norte. Cuando los habitantes locales le dijeron que el «río de Espíritu Santo» provenía de un gran lago en el interior, Campo lo llamó río de Lagoa, de donde deriva el nombre con el que se conocía la bahía de Maputo: Delagoa Bay.
Habiéndose visto obligado a permanecer en Delagoa para reparaciones, António de Campo se apresuró hacia el norte para tratar de unirse con el resto de la armada en Malindi, pero llegó demasiado tarde (mediados de septiembre). La flota ya había partido a la India y los vientos del monzón evitaron que Campo cruzara a la India. António de Campo permanecería en la costa este de África hasta el siguiente mes de abril.
Gama en la India
A mediados de agosto de 1502, después de cruzar el océano Índico, la armada se llegó cerca del opulento puerto de Dabul (al norte de Goa). Esas eran aguas territoriales del poderoso sultán musulmán Adil Shah de Bijapur. Esperando problemas, las naves de combate arriaron sus velas latinas y cargaron sus cañones. Pero nadie salió a desafiarlos, por lo que pusieron rumbo hacia el sur a lo largo de la costa india hacia Kerala.
Acciones en Onor y Batecala (agosto de 1502)
El 20 de agosto, la armada llegó a la isla de Anjediva. Al día siguiente, los barcos de Giovanni Buonagrazia y Lopo Mendes de Vasconcellos finalmente alcanzan al resto de la armada. Salvo el barco de Campo (todavía atascado en África) y Serrão (patrullando alrededor de la fábrica de Mozambique), toda la flota portuguesa (18 barcos de los 20 que salieron de Lisboa) estaban reunidos.
Alrededor de la isla de Anjediva, la armada vio tres barcos pertenecientes a Timoja, el corsario hindú que operaba desde Honnavar (Onor), en la línea del frente entre los estados en guerra el musulmán Bijapur y hindú Vijayanagar. Los persiguieron a la desembocadura del río Sharavathi, en cuyo punto los barcos piratas se acogieron al puerto de Onor, que era un nido de piratas. Vasco de Gama ordenó un ataque contra la ciudad. Los equipos de desembarco portugueses atacaron el puerto, saqueando y prendiendo fuego a los barcos y muelles.
El día siguiente del ataque a Onor, la armada llegó a la desembocadura del río que conduce a la ciudad de Bhatkal (Batecala), al sur de Onor. Percibiendo lo que consideraba gestos hostiles desde la orilla, el almirante despachó a su primo, Esteban de Gama río arribó a la ciudad para investigar. Al recorrer los muelles de Batecala, Esteban vio varios buques mercantes árabes y se preparó para las hostilidades. Pero pronto atrajo su atención, un pequeño grupo de hombres con túnicas ornamentadas que corrían hacia los muelles y lo llaman frenéticamente. Era una embajada del rajá de Batecala, solicitando una audiencia inmediata con el almirante portugués.
Esteban condujo la embajada a su primo. Evidentemente habiendo escuchado noticias sobre el destino de Onor, la embajada ofreció tributo a los portugueses. Vasco de Gama aceptó dejar a Batecala en paz a cambio de un tributo anual de 1.000 bolsas de arroz y 500 bolsas de arroz de calidad (probablemente Basmati). Batecala también aceptará la exclusión de los comerciantes árabes de la ciudad, y que no se llevará a cabo ningún comercio de pimienta en este puerto, y que ningún barco podría viajar entre Batecala y Calicut. El tratado se estableció por escrito y se firmó.
Correia describió a Batecala como un modesto puerto de arroz, hierro y azúcar al sur de Onor; en realidad era el principal puerto y salida al mar del Imperio Vijayanagara, y su actividad principal era el comercio de caballos, específicamente, la importación de grandes cantidades de espléndidos caballos persas y árabes para los ejércitos de los príncipes Vijayanagara.
Masacre del barco peregrino (octubre de 1502)
A primeros de septiembre, una vez firmado el tratado de Batecala, Vasco da Gama zarpó hacia Cannanore. Anclaron alrededor del monte de Eli, el punto de contacto común para los buques en la ruta Jedda-Calicut, evidentemente con la intención de atrapar algunos premios antes de continuar.
El 29 de septiembre, después de merodear por el monte de Eli durante casi un mes con poco éxito (capturaron solo un barco menor), el capitán Gil Matoso (en el San Gabriel), vio un gran barco mercante que transportaba peregrinos musulmanes que regresaban de La Meca. El barco llamado el Miri, era perteneciente a un tal al-Fanqi, uno de los hombres más ricos de Calicut y, según algunos, el factor de la Meca en Calicut. Matoso persiguió a la nave peregrina, que se rindió con bastante rapidez, probablemente imaginando que su amo tenía suficiente dinero para rescatarla. Pero Vasco da Gama hizo caso omiso de todas las ofertas. Cuando la tripulación portuguesa saqueó el barco y transfirió su cargamento, rápidamente se hizo evidente que Gama tenía la intención de quemar el barco con todos sus pasajeros, hombres, mujeres y niños, a bordo. Cuando Gama se mostró sordo a sus ruegos de piedad, los pasajeros atacaron frenéticamente a los hombres de armas portugueses con sus propias manos, pero fue en vano.
El 3 de octubre, la nave de peregrinos fue saqueada completamente, y los pasajeros fueron encerrados en la bodega y el barco quemado y hundido por la artillería. Tardó varios días en hundirse completamente. Los soldados portugueses remaron alrededor de las aguas en lanchas siniestras alanceando sin piedad a los sobrevivientes.
Factoria en Cannanore (octubre 1502)
Gama justificó su acto como «venganza» por la masacre de Calicut de 1500, argumentando que el propietario del barco, como persona prominente en Calicut, era «indudablemente» responsable del siniestro consejo del Zamorín.
El 18 de octubre, la armada de Vasco da Gama finalmente llegó a Cannanore (Canonor, Kannur), y entregó al embajador de Cannanore que había ido a Lisboa con la armada de Cabral. El rajá Kolathiri de Cannanore invitó a Gama a desembarcar para una recepción elaborada, pero Gama respondió que juró personalmente no volver a pisar suelo indio hasta que su venganza en Calicut hubiese sido saciada. Como resultado, el Rajá ordenó que se construyera una plataforma de madera sobre la orilla del mar, donde pueden reunirse en persona sin violar el voto.
Gama se presentó al Rajá con cartas reales y magníficos regalos (una espada enjoyada, un sillón con brocados) y las conversaciones comenzaron de inmediato. Se negocia un tratado comercial, se estableció una fábrica de coronas portuguesa en Cannanore y se organizó un cronograma de precios fijos, que el Rajá garantizó personalmente, para la venta de especias a los portugueses.
Las negociaciones del tratado comercial no fueron fluidas, particularmente la cláusula del precio fijo. El rajá Kolathiri protestó porque no tenía poder sobre los precios de mercado ni el derecho a dictar cómo los comerciantes privados se deshacían de sus propiedades. Gama tuvo que recurrir a fintas, amenazas y luego partió de Cannanore con ira. Después de que Gama se marchara y ordenara zarpar de la ciudad, Paio Rodrigues medió entre el rajá Kolathiri y el almirante y finalizó el tratado.
Correia señala que este es el tratado donde se introdujo por primera vez el sistema de cartas portuguesas. A partir de entonces, todos los buques mercantes a lo largo de la costa de Malabar debían presentar un certificado firmado por un factor portugués (en Cannanore, Cochín, etc.) o estar sujetos a un ataque y captura por parte de una patrulla portuguesa. Este sistema de licencias se adoptaría posteriormente en otras costas controladas por Portugal (como África Oriental, Malaca, Brasil), con diferentes grados de éxito, y se mantendría en gran parte hasta el siglo XVIII.
Bombardeo de Calicut (primeros de noviembre de 1502)
El 25 de octubre, la armada partió de Cannanore. Según algunas fuentes, Gama había enviado a Pedro Alfonso de Aguiar a Calicut con anticipación, con la advertencia de que había venido a ajustar cuentas por el maltrato de Cabral y de obtener una compensación por la destrucción de la fábrica de Calicut en 1500. En respuesta, el zamorín de Calicut envió mensajeros a Cannanore y en el camino a Calicut, cada uno entregando promesas de que el Zamorín estaba dispuesto a resolver asuntos con Gama, y compensar a los portugueses por la pérdida de sus productos de fábrica.
El 29 de octubre, la gran armada de Gama finalmente llegó ante el puerto de Calicut. El Zamorín envió un emisario, un brahmán (vestido como un fraile cristiano) en un barco a Gama. El brahmán informó que el Zamorín había arrestado a doce de los responsables de los disturbios de 1500, y ofrecía un tratado de paz y amistad y la apertura de una negociación sobre la restauración de los bienes comerciales confiscados de la fábrica portuguesa; aunque observando que el Zamorín también sufrió daños a la propiedad por acciones portuguesas y tenía la intención de deducirlo de la cuenta final. Gama se enojó, sintiendo que el Zamorín había cambiado el tono de sus mensajes anteriores; exigió que la propiedad tomada de la fábrica fuese restaurada en su totalidad, y llevada a su barco, y que todos los comerciantes musulmanes debían ser expulsados de Calicut, antes de comenzar cualquier negociación sobre el tratado.
Mientras esperaba la respuesta del Zamorín, Gama se apoderó de un zambuq y de algunos barcos de pesca que se habían aventurado imprudentemente al puerto de Calicut, tomando unos cincuenta pescadores cautivos. Esta acción evidentemente enfadó al Zamorín, quien envió una severa respuesta a Gama, señalando que Gama, ya había quitado varias veces más propiedades de los barcos de Calicut, y asesinado a diez veces más de sus ciudadanos, que los portugueses perdidos en los disturbios de 1500. A pesar de ser el sufridor neto y del clamor de sus ciudadanos por venganza, el Zamorín estaba preparado para perdonar, olvidar y comenzar de nuevo. El Zamorín también respondió que Calicut era un puerto libre y que no tenía intención de expulsar a “los moros”. Además, el Zamorín ordenó a Gama, que liberase a sus “rehenes”, que no se sujetaría a las condiciones de negociación y que si Gama no estaba contento con su oferta; entonces debería abandonar el puerto de Calicut de inmediato, ya que el Zamorín no le ha dado permiso para anclar allí, o en cualquier otro puerto de la India.
El 31 de octubre, enfurecido por la respuesta, Gama envía un ultimátum enérgico, declarando que el permiso del Zamorín no significaba nada para él, que tenía hasta el mediodía del día siguiente para entregar los productos de la fábrica portuguesa a su barco. Gama utilizó este interludio durante la noche para enviar sus barcos a hacer un reconocimiento del puerto de Calicut para encontrar posiciones de tiro óptimas. Esa misma noche, las fuerzas de Calicut comenzaron a excavar frenéticamente atrincheramientos, erigiendo una empalizada de madera protectora y colocando cañones a lo largo de la costa del puerto.
El 1 de noviembre, al mediodía, al no haber recibido respuesta, Gama ordenó que los prisioneros Malabari fueran colgados por el cuello de los barcos, asignando unos pocos a cada barco. Las multitudes de Calicut se acercan a la playa para ver el espeluznante espectáculo. Entonces la armada avanzó hacia el puerto y abrió fuego. El bombardeo estaba principalmente dirigido a despejar la playa y las trincheras. Los cañones de la orilla Malabari eran muy pocos, su alcance y poder demasiado débiles para proporcionar una respuesta efectiva. El bombardeo continúa hasta el anochecer. Esa noche, los cadáveres de los Malabaris colgados, fueron bajados de los mástiles; se les cortan los pies y las manos y se los envió en una pequeña embarcación a la playa, con un mensaje insultante para los Zamorín, incluyendo una demanda para que el Zamorín reembolsase a los portugueses por la pólvora y los proyectiles gastados en la destrucción de su ciudad.
El 2 de noviembre, se reanudó el bombardeo de la ciudad. Habiendo arrasado las viviendas en su mayoría pobres en la orilla el día anterior, los cañones portugueses ahora tenían una vista clara de la ciudad central y las casas más populosas de los ciudadanos más ricos de Calicut dentro de su alcance. La ciudad fue bombardeada implacablemente durante toda la mañana, unos 400 disparos de cañones grandes y un número indeterminado de cañones de menor calibre. Al mediodía, cuando los portugueses hacían una pausa para almorzar, un pequeño grupo de buques malabaries intentó atacar al escuadrón, pero rápidamente fueron repelidos.
El 3 de noviembre, Barros informó que el bombardeo de dos días había paralizado la ciudad lo suficiente como para que varios de los capitanes instaran a Gama a autorizar un desembarco de tropas para saquear Calicut. Pero Gama, aún con la esperanza de que el Zamorín pudiera llegar a un acuerdo, rechazó su petición, creyendo que un saco solo llevaría las cosas hasta el punto de no retorno. Por lo tanto, a la mañana siguiente, con la venganza satisfecha, Gama zarpó del puerto de Calicut.
La armada capturó un convoy comercial de Coromandel con 2 barcos grandes y 27 pequeñas embarcaciones que tuvieron la mala suerte de aparecer en Calicut en esos momentos. Haciéndose con el convoy, Gama ordenó que se transfirieran los cargamentos, que se atase a las tripulaciones, que se cortasen los dientes, las narices y las manos y que se incendiasen los barcos. El emisario brahmán (aún retenido por los portugueses) fue enviado de vuelta a la costa con una bolsa llena de manos cercenadas y una nota para el Zamorín que decía «prepara un curry«.
El tratamiento violento impuesto por Vasco da Gama envía ondas de choque a lo largo de la costa de Malabar. Los buques mercantes en puertos indios abandonaron apresuradamente la zona o se escondieron. Todo el envío a lo largo de la costa esencialmente se congeló.
La patrulla costera
Antes de abandonar Calicut, Gama reunió un escuadrón de seis carabelas y navetas bajo el mando de Vicente Sodré y su hermano Blás Sodré, con unos 200 soldados (principalmente ballesteros), para mantener el bloqueo en el puerto de Calicut y patrullar la costa depredando los envíos a Calicut.
Cochín (noviembre de 1502)
El 3 de noviembre, tras el bloqueo de Calicut, Vasco da Gama llegó a Cochín (Cohim, Kochi) con la mayor parte de la armada. Fue recibido por Trimum para gobernante de Cochín, no sin un toque de ansiedad. Pero se establecieron relaciones cordiales. El nair secuestrado accidentalmente por la armada el año anterior fue entregado, junto con la carta del otro nair que se quedó en Lisboa.
Gama concluyó la negociación de un nuevo tratado comercial con el gobernante de Cochín, esta vez con un calendario de precios fijos, como en Cannanore. Diego Fernandes Correia sería el nuevo factor designado para Cochín, relevando al factor de Cabral, Gonzalo Gil Barbosa. Inmediatamente, comenzaron su negocio de comprar especias y cargar barcos en Cochín para el viaje de regreso.
Mientras hacía negocios en Cochín, Vasco de Gama recibió una carta de la reina regente de Quilón (Coulão, Kollam), en nombre de su hijo menor, el rajá Govardhana Martanda. La reina invitaba a la flota portuguesa a cargar especias en Quilón. Gama declinó cortésmente, sabiendo que no se podía hacer nada sin el permiso de sus anfitriones Cochínianos. Como resultado, la reina regente envió un mensajero al príncipe de Cochín para llegar a un acuerdo. Por fin, se llegó a un acuerdo entre todas las partes: Gama enviaría solo dos barcos para cargar especias en Quilón, y prometió no establecer una fábrica permanente en esa ciudad. Las dos naves, que llevaron el factor temporal Juan de Sá Pereira, el primer portugués en entrar Quilón, se cargarían rápidamente y regresarían a Cochín dentro de diez días.
El 19 de noviembre, mientras estaba en Cochín, Gama recibió un mensaje de la comunidad cristiana siria de la cercana Cranganore ofreciéndose para ponerse bajo la protección del rey de Portugal. Gama acepta su obsequio de un cetro con punta de plata roja, pero señaló que personalmente no podría hacer mucho, ya que se iría pronto. Pero prometió que la comunidad podía llamar a la patrulla naval portuguesa de Vicente Sodré en cualquier momento, en caso de que necesitasen algo.
Emboscada en el puerto de Calicut (enero de 1503)
El 3 de enero de 1503, un rico brahmán, acompañado por su hijo y sobrino, apareció en Cochín y pidió permiso a Vasco de Gama para pasar ir en su armada a Portugal. Al principio, el brahmán afirmaba que buscaba aprender más acerca de la religión cristiana en Europa, pero finalmente reveló que, era de hecho un embajador plenipotenciario del Zamorín, y que espera hablar directamente con el rey Manuel I de Portugal en Lisboa, y negociar un acuerdo permanente. El tratado de paz entre Portugal y Calicut, a juicio del Zamorín, no podía ser efectuado por los almirantes de la armada portuguesa, que iban y venían todos los años, y no parecían estar facultados para negociar tratados duraderos. Gama le aseguró que tenía el poder completo del Rey, y en ese momento el brahmán se ofreció a mediar en un tratado de paz entre Gama y el Zamorín. Gama aceptó, y el brahmán regresó a Calicut, volviendo a Cochín poco después acompañado por un nair de la casa del Zamorín, con una oferta concreta para compensar a los portugueses por los bienes perdidos en la fábrica de Calicut. Parecía una oferta justa, por lo que Gama decidió finalizar personalmente el tratado.
El 5 de enero, Vasco de Gama tomó la nave de su primo, el Flor de la Mar, más una carabela, para llevar al Brahmin y al Nair de regreso a Calicut, para finalizar el tratado de paz con el Zamorín. Gama deja el resto de la armada en Cochín bajo el mando de Luis Coutinho.
Gama solo lleva una escolta ligera, pero imagina que Vicente Sodré estaría cerca y le proporcionaría seguridad adicional. Sin embargo, sucedió que Vicente Sodré había salido de Calicut unos días antes. Él había estado manteniendo un bloqueo continuo en el puerto de Calicut, y participando en repetidas persecuciones jugando al gato y al ratón con pequeños barcos pesqueros de Calicut que se atrevieron a salir. En un momento dado, Sodré vio un par de botes de pesca en un canal lateral, y se metió en una trampa: cuarenta pararabes armados de Calicut lo rodearon rápidamente. Un disparo de cañón disolvió la emboscada, lo que permitió a Sodré salir de allí rápidamente, y regresar a Cannanore para recoger al resto de su patrulla.
Gama llegó al puerto de Calicut durante esta ausencia, sin darse cuenta de nada de esto. Al no ver ninguna señal de Sodré, Gama ordenó a la carabela de escolta que fuera hacia Cannanore para encontrarlo. Ancló su propia nave, la carraca Flor de la Mar, dentro del puerto y bajó un esquife para llevar al brahmán a la costa, para reunirse con el Zamorín y organizar la entrega del pago de la compensación, reteniendo a los dos parientes del brahmán y al Nair como rehenes. Pasaron tres días esperando, el brahmán fue y volvió entre el barco y la orilla repetidamente para informar y consultar sobre el progreso de las negociaciones.
Todo parecía ir bien, pero en la madrugada del cuarto día, sin embargo, un centenar de zambuks armados y paramus pululaban en el puerto desde los canales cercanos y rodearon rápidamente a la Flor de la Mar. Los cañones de la nave estaban montados demasiado altos y los paraos estaban demasiado cerca para que el ángulo de disparo, permitiese el uso de los cañones. La tripulación recurrió a las ballestas, al fuego de los mosquetes e incluso piedras para mantenerlos a raya. Días antes del encuentro, Gama había capturado un gran parao, que ahora estaba amarrado a la popa del Flor. En el fragor de la lucha, los zapadores malabares remaron hasta el parao atado, lo llenaron de yesca, lo incendian y dirigieron el barco en llamas hacia el Flor. Gama inmediatamente ordenó cortar los cables del barco y del ancla. Finalmente, el ancla se cortó y Flor comienza a alejarse. A medida que ganaba distancia de los zambuks y de los paraos, los cañones de la nave pudieron entrar en juego y disparar contra los perseguidores. El Flor llega a la desembocadura del puerto justo cuando Vicente Sodré regresa de Cannanore con tres carabelas. Al ver que la emboscada se frustró, los botes de Calicut viraron y volvieron a meterse por los canales laterales del puerto.
Era un escape estrecho. Antes de salir de Calicut, Gama ordenó que los tres rehenes, el hijo y el sobrino del Brahmin y el Nair; fueran colgados por el cuello sobre el mástil principal, a la vista de la ciudad de Calicut, posteriormente envió los cadáveres en una balsa a la costa, con una nota jurando venganza contra el Zamorín.
Batalla naval de Calicut
Después de la emboscada, Gama, escoltado por la patrulla de Sodré, regresó a Cochín. Aunque los portugueses sabían que el Zamorín había ordenado a sus vasallos de Malabar que reunieran una armada en Calicut; Gama parecía haber confiado en que la patrulla costera lo estaba bloqueando. Quizás sin darse cuenta de que los barcos más pequeños de la región podían hacer su camino a Calicut sin ser molestados a través de los canales de Kerala.
A finales de enero, el rajá Trimumpara de Cochín le dio un inquietante noticia, el Zamorín había contratado los servicios de un corsario árabe del mar Rojo llamado Cojambar (Khoja Ambar), y varios barcos grandes habían burlado el bloqueo portugués y entonces estaban en Calicut; uniéndose a la flota de combate bajo el mando del almirante de Calicut Coja Casem (Khoja Kassein). La flota de Calicut había reunido 20 grandes barcos, 40 sambucas con cañones y una innumerable cantidad de paraos pequeños accionados a remo, que transportan a varios miles de hombres armados. Aunque una gran flota de Calicut había fallado contra la armada mucho más pequeña de Juan de Nova el año anterior, el Zamorín disponía entonces de más barcos.
El rajá Trimumpara de Cochín instó a Gama de evitar la flota y zarpar hacia Portugal de inmediato. Pero Vasco da Gama se negó a revisar sus planes. Necesitaba regresar a Cannanore para depositar allí al factor Barbosa y recoger un cargamento de jengibre que había pedido. Y estaba ansioso de venganza por la emboscada.
A principios de febrero, la flota de Gama (alrededor de diez barcos cargados) finalmente dejó Cochín. Pronto se les uniría el escuadrón de carabelas de Sodré y zarparon cautelosamente hacia Cannanore, con las armas listas contra una emboscada de Calicut.
Gama y Sodré divisaronn la flota de Calicut de Coja Casem y el corsario árabe Cojambar, cerca de la costa, fuera del puerto de Calicut.
En uno de los primeros ejemplos registrados de una línea de batalla naval, las carabelas navegaron en una línea de extremo a extremo; concentrando toda su inmensa potencia de fuego al pasar frente a los 20 grandes barcos árabes de Cojambar, antes de que pudieran organizarse, hundiendo un número de ellos y haciendo mucho daño en el resto. Aunque el escuadrón árabe quedó fuera de servicio demasiado pronto, Coja Casem siguió avanzando con su flota de sambucas malabares, con la esperanza de usar su velocidad para superar a los cañones de las naos cargadas y alcanzarlas para abordarlas. Pero Gama envió las carabelas de escolta a las órdenes de Vicente Sodré para interceptarlas en su camino, mientras los barcos de carga se apresuraban hacia Cannanore. Aunque las carabelas eran superadas en número, era una batalla desigual. La lucha terminó cuando Pero Rafael y Gil Matoso abordaron y capturaron rápidamente el buque insignia de Coja Casem (curiosamente, se encuentra con muchas mujeres y niños a bordo). La flota de Calicut se separó y regresó rápidamente a puerto. Las carabelas persiguen a varias sambucas, que procedieron a remolcar y prender fuego delante de Calicut. La emboscada preparada ha sido frustrada. Disipado el peligro, las carabelas se dirigieron a Cannanore para unirse con la flota principal.
La batalla naval de Calicut, al igual que la batalla naval de Cannanore del año anterior, demostró una vez más la importancia de la superioridad técnica de los buques portugueses y la artillería naval. Pero también demostró a los portugueses que el Zamorín de Calicut no era tan fácil de intimidar como lo habían esperado. A pesar de las acciones de terror, el bombardeo y el bloqueo naval, el Zamorín se negó rotundamente a capitular a los términos de Vasco da Gama. Por el contrario, la contratación de una flota de corsarios árabes demostró un cierto ingenio y disposición para seguir luchando y seguir la lucha a los portugueses.
El Zamorín comprendió claramente que tenía que apelar a los extranjeros para ayudar a cerrar la brecha técnica entre las fuerzas indias y portuguesas. Seguramente solo sería cuestión de tiempo antes de que el Zamorín tuviera en sus manos la tecnología árabe, turca y veneciana, y un apoyo más sustancial de estas grandes potencias que solo uno o dos piratas del mar Rojo.
Si la batalla de Calicut impresionó en algo a Vasco da Gama, fue precisamente que los portugueses en la India vivían un tiempo prestado: que iban a necesitar más recursos de los que tenían para convencer al Zamorín y asegurar el acceso continuo de los portugueses a los mercados de especias. Y ese era el mensaje que llevaría de vuelta a Lisboa.
Al llegar a Cannanore, Gama dejó al antiguo factor de Cabral, Gonzalo Gil Barbosa, y dos asistentes, Bastián Álvares y Diego Nunes. Con el permiso del rajá Kolithiri de Cannanore, Gama erigió una pequeña empalizada alrededor de la fábrica. Unos 200 hombres armados permanecieron en la fábrica.
Más preocupante, sin embargo, es el escuadrón de patrulla de la India. De regreso en Lisboa, el rey Manuel I de Portugal le había dado a Vicente Sodré una comisión en la que le ordenaba dirigir una patrulla de cinco o seis carabelas al golfo de Adén, y cazar buenos premios árabes que entraban y salían del mar Rojo. Pero Vasco de Gama, al darse cuenta de la vulnerabilidad de Cochín y Cannanore; como almirante de la armada y ordenó a Sodré que dejara de lado esa misión, y mantuviese su patrulla en la costa india para defender las fábricas portuguesas y sus aliados indios contra cualquier reacción por parte del Zamorín.
Viaje de regreso
A fines de febrero de 1503, Vasco de Gama zarpa con sus diez (o doce) barcos cargados de regreso a Lisboa.
El viaje de regreso fue rápido y relativamente sencillo, con solo una parada en la isla de Mozambique. Fue atrapado en una ligera tormenta en los alrededores del Cabo, donde Flor da la Mar de Esteban de Gama separó del resto. Se cree que Esteban de Gama, que retornaba a Lisboa solo, se tropezó con la isla del Atlántico Sur de Santa Elena (ya descubierta el año anterior por la armada de Juan de Nova).
La flota principal de Vasco da Gama llegó a Lisboa en septiembre de 1503. Gama entregó su informe, señalando su incapacidad para poner término al Zamorín de Calicut, e instando a la inmediata formación de una flota fuerte para establecer fuertes guarniciones permanentes portuguesas para proteger las ciudades aliadas de Cochín y Cannanore.
Gama llegó demasiado tarde para afectar el equipamiento de la Quinta Armada, que ya había partido en abril de 1503 bajo el mando de Alfonso de Albuquerque. Pero su recomendación guiará la formación de la siguiente, la Sexta Armada, que zarparía en la primavera de 1504 bajo el mando de Lopo Soares de Albergaria
El destino de la patrulla Sodré
En marzo de 1.503, tan pronto como la Cuarta Armada de Vasco de Gama salía de la India, el rajá Trimumpara de Cochín recibió información de que el Zamorín de Calicut estaba preparando una invasión hacia Cochín. El factor portugués Diego Fernandes Correia instó a Vicente Sodré a mantener la escuadra de carabelas cerca de Cochín. Pero Vicente Sodré, ansioso por el fácil saqueo en el mar Rojo, descartó los rumores, Correia le recuerdó las órdenes de Gama, sin éxito. Sodré sacó su antiguo mandamiento real y ordenó a la patrulla dirigirse al mar Rojo. Se dice que al menos dos de los capitanes de la patrulla costera rechazaron las órdenes de Sodré, y voluntariamente renunciaron al mando de sus naves en lugar de desobedecer las órdenes originales de Gama.
La composición de la patrulla que se estableció en el mar Rojo eran seis barcos. Vicente Sodré primero se dirigió al norte hacia Gujarat, donde captura un gran barco mercante frente a Chaul. La patrulla navega hacia el oeste y se adentró en el golfo de Adén, en la desembocadura del mar Rojo, para atrapar más premios. Alrededor de cinco barcos mercantes árabes fueron capturados por la patrulla.
A fines de abril, la patrulla ancló en las islas Kuria Muria (frente a la costa de Omán). Los habitantes locales les advirtieron que se estaba formando una tempestad estacional y que era mejor mover sus barcos a un refugio más seguro en el lado sur de la isla. Cuatro capitanes de patrulla movieron sus barcos en consecuencia, pero Vicente Sodré y Blás Sodré se negaron (la pelea en curso por el botín pudo haber sido un factor en esta decisión.) Como los lugareños predijeron, la tempestad vino, destruyó y hundió los barcos de Vicente Sodré y Brás Sodré. Vicente cayó con su barco, Blás sobrevivió para llegar a tierra, aunque moriría poco después en circunstancias misteriosas. El lugar del naufragio de los barcos fue descubierto en mayo de 1998 por Blue Water Recoveries.
A continuación, los cuatro barcos restantes de la patrulla costera, que eligieron a Pedro de Ataíde como su nuevo comandante, regresaron a la India. Sin embargo, los vientos contrarios lo convierten en un viaje difícil, y retrocedieron dolorosa y lentamente. La maltratada patrulla se detuvo en la isla de Angediva en algún momento del verano de 1503, donde se vieron obligados para reparar sus maltrechos barcos. Cuatro días después de llegar a Angediva, un quinto barco, la carabela de António de Campo (que se había perdido el monzón del año anterior, se vio obligada a permanecer en el este de África durante todo esto) llegó a Anjediva y se unió a la patrulla. Todavía estaban reparando en Angediva cuando los barcos de Francisco de Albuquerque y Nicolás Coelho, la vanguardia de la Quinta Armada, llegaron a la India en agosto de 1503.
Primer asedio de Cochín
En abril de 1503, no mucho después de que la patrulla de Sodré partiera hacia el mar Rojo, el Zamorín de Calicut llegó con su ejército de 50.000 hombres a Repelim (Edapalli), en los límites del estado de Cochín. Exigió que el rajá Trimumpara de Cochín le entregara a sus invitados portugueses. Pero Trimumpara se negó y su hijo Narayan rechazó dos ataques de Calicut.
Tercer viaje a la India (1524)
En 1519 fue nombrado primer conde de Vidigueira por el rey Manuel I, con sede en un terreno comprado a don Jaime I de Braganza, duque de Braganza, que el 4 de noviembre cedió las villas de Vidigueira y Vila de Frades a Vasco de Gama; sus herederos y sucesores, así como todos los ingresos y privilegios relacionados, siendo el primer conde portugués sin sangre real.
Habiendo adquirido una reputación de temible solucionador de problemas en la India, Vasco da Gama fue enviado de regreso en 1524, tras permanecer alejado de la navegación durante casi 20 años.
El objetivo era que sustituyese al virrey Duarte de Meneses, cuyo gobierno había sido desastroso. En el viaje Gama contrajo la malaria poco después de llegar a Goa. Como gobernador y segundo virrey de la India portuguesa actuó con rigidez y logró imponer el orden, pero murió en la ciudad de Cochín en la víspera de la Navidad de 1524.
Fue enterrado en la iglesia de San Francisco, en Cochín. En 1539 sus restos mortales fueron trasladados a Portugal, concretamente a la iglesia de un convento carmelita, ahora conocido como Quinta do Carmo (actualmente propiedad privada), cerca de la aldea alentejana de Vidigueira, como conde de Vidigueira de derecho y heredad desde 1519. En este convento estuvieron sus restos hasta 1880, cuando fueron trasladados al monasterio de los Jerónimos de Belém, que se construyó poco después de su viaje, con los primeros beneficios del comercio de especias, estando junto a la tumba de Luís Vaz de Camões.
Algunos argumentan, sin embargo, que los huesos de Vasco da Gama se encuentran aún en la ciudad sel Alentejo. Como testimonio del traslado de los huesos; en frente de la estatua del navegador en Vidigueira, existe una antigua Escola Primária Vasco da Gama (cuya construcción se utilizó como moneda de cambio para obtener el permiso para llevar a cabo el traslado en la época), donde está instalado el Museo Municipal de Vidigueira.