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Boris Gudonov (1598-605)
Después de la muerte del zar Iván IV («el Terrible») en 1584, y la muerte de su hijo menor, el zarévich Dimitri en 1591. Se investigó el caso y se llegó a la conclusión de que había muerto cuando jugaba con otros niños, un juego que consistía en lanzar un cuchillo y clavarlo en la tierra y luego el oponente tenía que posicionar una pierna en el lugar donde se clavó el cuchillo. Varias facciones competieron por el trono del Zar. En 1598, Boris Fiodorovich Godunov fue coronado como zar, marcando el final del gobierno de la dinastía Ruríkida, que había durado siglos.
Los enemigos de Boris Godunov, acusaron a este de haber ordenado el asesinato de Dimitri, con la intención de desacreditarlo ante la población.
En el corto reinado personal de Godunov, entre 1598 y 1605, supo mantener a la oposición bajo su control, no fue capaz de aplastarla completamente. Como añadidura a sus problemas, los primeros años del siglo XVII fueron extremadamente fríos. La caída de temperatura se sintió por todo el mundo, probablemente causada por la erupción de un volcán en Sudamérica. En Rusia, este enfriamiento, dio como resultado una gran hambruna, que devastó el país entre 1601 y 1603. El gobierno distribuyó ayuda monetaria y alimentos en Moscú, lo que generó una ola de refugiados hacia la capital, lo que aumentó la desorganización económica.
La facción oligárquica, dirigida por la familia de los Románov, consideraba una desgracia el obedecer a un simple boyardo de nobleza reciente, de modo que las conspiraciones eran frecuentes. Por otro lado, los distritos rurales estaban desolados por la hambruna y las plagas, así que grandes bandas de bandoleros armados asolaban el país, cometiendo toda clase de atrocidades. Por su parte, los cosacos del Don en la frontera meridional estaban inquietos, y el gobierno se veía incapaz de mantener el orden.
A finales de 1600, una embajada polaco-lituana encabezada por el gran hetman de Lituania Lew Sapieha conjuntamente con Eliasz Pielgrzymowski y Stanisław Warszycki llegó a Moscú proponiendo una alianza entre la Mancomunidad y Rusia, que incluiría una futura unión personal. Proponía que tras la muerte de uno de los monarcas sin herederos, el otro se convertiría en el gobernante de ambos países. El zar Godunov declinó la propuesta de unión y únicamente accedió a extender la tregua de la paz de Jam Zapolski que había puesto fina a las guerras Lituano-Moscovitas del siglo XVI durante 22 años más (hasta 1622).
Segismundo y los magnates de la Mancomunidad eran conscientes de que no eran capaces de llevar a cabo ninguna invasión seria de Rusia, ya que su ejército era demasiado pequeño, su tesoro estaba siempre vacío, y la guerra carecía del apoyo popular. De todos modos, al ver la situación en Rusia deteriorada, el Rey y algunos de los magnates, especialmente aquellos que poseían tierras y fuerzas cerca de la frontera, comenzaron a vislumbrar una manera de sacar provecho del caos y de la debilidad de su vecino oriental. Estos planteamientos se demostraron de fácil realización, ya que mientras tanto, muchos boyardos rusos, descontentos con la guerra civil vigente, intentaron convencer a varios vecinos, incluyendo a la Mancomunidad, para que intervinieran. Algunos de ellos buscaban su propio provecho, intentando organizar sus apoyos para su propia ascensión al trono ruso. Otros, animados por la atractiva Libertad Dorada que regía las relaciones entre la aristocracia en la Mancomunidad, planearon, conjuntamente con algunos políticos polacos, la manera de llegar a algún tipo de unión entre los dos estados. Aun otros boyardos, intentaron ligar su destino al de Suecia en lo que sería conocido como campaña de la Gardie y la guerra de Ingria.
Los partidarios de una unión de Poloco-Lituana con Rusia propusieron una unión, similar a la Unión de Lublin originaria de la polaco-lituana, que incluyera una política exterior y militar común; el derecho para la nobleza de elegir el lugar donde vivir y donde comprar terrenos; la retirada de las barreras para el comercio y el tránsito; la introducción de una moneda común; incrementar la tolerancia religiosa en Rusia (especialmente el derecho a construir iglesias de confesiones no-ortodoxas); y el envío de los hijos de los boyardos a academias más avanzadas polacas (como la Universidad Jagellónica). De todos modos, este proyecto no tuvo nunca muchos partidarios, muchos boyardos temían que la unión con la predominantemente católica Polaco-Lituana pondría en peligro las tradiciones ortodoxas rusas; por lo que se oponían a cualquier cosa que amenazara la cultura rusa, especialmente en lo referente a las medidas orientadas a reducir la influencia de la Iglesia ortodoxa. Los matrimonios inter confesionales y la educación en las escuelas polacas que ya habían llevado a la polonización de las tierras rutenas bajo control polaco.
Dimitri I el Falso (1605-06)
Buscando atacar la legitimidad de Boris Godunov, se empezaron a escuchar rumores sobre el hecho de que el zarévich Dimitri, supuestamente muerto, estaba todavía vivo, escondido o en el exilio.
Como resultado de esta ola de rumores, fácilmente propagables ante la ausencia de fuentes de información fiable, y muy creíbles debido al rechazo popular contra Godunov, en la mancomunidad Polaco-Lituana apareció en 1603 un hombre alegando ser Dimitri y proclamando por ello ser el auténtico heredero del trono de Rusia. El misterioso impostor fue inicialmente rechazado por la nobleza polaca, pero luego, a lo largo de 1604, fueron aceptadas sus pretensiones, y encontró apoyo en Rusia y en el extranjero, particularmente en la Mancomunidad y en los Estados Pontificios. Hubo facciones en Polonia que vieron al falso Dimitri como un medio para extender su influencia a Rusia, o por lo menos llevarse alguna ganancia por su apoyo. El Papado lo vio como una oportunidad para establecer el poder de la Iglesia católica sobre la Iglesia ortodoxa rusa.
Unos meses después, a inicios de 1605, el falso Dimitri cruzó la frontera occidental de Rusia con una pequeña fuerza de 4.000 polacos, lituanos, exiliados rusos, mercenarios alemanes y cosacos del Dniéper y del Don; lo que marcó el inicio de la intervención de la Mancomunidad en Rusia, dando inicio a la guerra Polaco-Rusa. Aunque la Mancomunidad no había declarado oficialmente la guerra a Rusia (su rey Segismundo III Vasa no estaba a favor de esta incursión), algunos poderosos magnates polacos decidieron apoyar al falso Dimitri con sus propias fuerzas y dinero; pensando en recoger buenas recompensas tras la intervención, al punto que el falso Dimitri estuvo prometido mediante un representante con Marina Mniszech hija del voivoda de Sandomierz, uno de los magnates polacos que patrocinaban su incursión.
Batalla de Dobrynichi (21 de enero de 1605)
Partiendo de Novgorod-Seversk, Dimitri llevó a su ejército a Sevsk. En Sevsk, reforzó el ejército con personas y suministros principalmente alimentos. Además de las unidades polacas, el impostor tenía 4.000 cosacos zapórogos y varios cientos de infantes cosacos del Don, alcanzando los 23.000 efectivos con los simpatizantes rusos. Consiguió capturar Chernígov, Putivl, Sebsk y Kursk.
El Zar envió al príncipe Fyodor Mstislavsky con un ejército y pronto se le unió príncipe Vasily Ivanovich Shuisky, alcanzando 20.000 efectivos para detenerle.
En la mañana del 10 de enero, un destacamento de jinetes de Moscú que contaba con 4.000 hombres abandonó el campamento en busca de forraje y fue emboscado por soldados de caballería polacos. La rapidez del ataque de los polacos llevó a la confusión a los jinetes rusos, y el destacamento pronto huyó, perdiendo a unos 500 efectivos.
Gracias a este evento, el mando ruso descubrió la proximidad de las tropas del impostor. Mientras tanto, Dimitri que había regresado de Putivl decidió dar batalla a las tropas zaristas.
El 21 de enero de 1605, Dimitri descubrió que el ejército zarista estaba esperando cerca de la pequeña aldea de Dobrynichi y tomó la decisión de atacarlo de inmediato, primero envió a sus hombres para incendiar la aldea. Una patrulla rusa, sin embargo, pudo capturar a los incendiarios y advertir al resto del ejército de las fuerzas enemigas que se aproximaban, dándole así tiempo al ejército ruso para prepararse para la batalla.
Dimitri I atacó al regimiento ruso de vanguardia mandado por Iván Ivanovich Godunov (sobrino del Zar) con sus fuerzas principales (que consistía en 6.000 efectivos de caballería polaca y rusa) y lo empujó a Dobrynichi. Su plan era atacar el flanco derecho del ejército ruso cuando se retirase más allá del río Sev. Fiódor Mstislavsky ordenó a su flanco derecho (formado por jinetes mercenarios alemanes y holandeses y caballería rusa) que detuviera el ataque. La caballería de Dimitri hizo retroceder a los mercenarios y a la caballería rusa y luego, atacó el centro del ejército de Mstislavsky, que se componía de unos 6.000 streltsi (mosqueteros), que habían sido apostados en Dobrynichi. Los streltsi con disparos de mosquetes y fuego de cañón y los puso en fuga. A la vista de la caballería que huía, los cosacos zapórogos en el flanco derecho del ejército de Dimitri decidieron que la batalla se había perdido y siguieron el ejemplo.
La caballería rusa decidió contraatacar a los jinetes y soldados de infantería enemigos que huían y los aplastó por completo. El centro de Dimitri, que consiste en una unidad de infantería de los cosacos del Don y la artillería, fue rodeada y casi totalmente destruida. El ejército ruso persiguió los restos de las fuerzas de Dimitri durante 8 km, pero logró retirarse a Rylsk. Las fuerzas de Dimitri perdieron 8.000 efectivos la mayoría de infantería y artillería, y las del Zar 6.000 la mayoría en caballería.
Ascenso al poder de Dimitri I el Falso
No obstante la derrota de Dimitri, muchos boyardos rusos siguieron adhiriéndose al bando del pretendiente a lo largo del invierno de 1605, lo cual aprovechó Dimitri para recomponer sus fuerzas con ayuda polaca. Cuando iba a iniciarse una nueva campaña, moriría el Zar.
La llegada de Dimitri I el Falso a Rusia, sirvió como estímulo para una serie de revueltas populares contra la autoridad de Boris Godunov; tropas y boyardos enviados para rechazarlo terminaron uniéndose al presunto hijo de Iván el Terrible, al punto de surgir un verdadero movimiento para derrocar a Godunov, patrocinado por importantes aristócratas. A su vez, el resquebrajamiento de su autoridad causó en Godunov un estado de terror creciente que lo condujo a un estado obsesivo en el que sufrió alucinaciones y se vio perseguido por fantasmas, y murió por causas desconocidas el 23 de abril de 1605. El hijo de Boris, Fiódor asumió el trono ruso y reinó bajo la tutela de su madre durante dos meses.
A finales de mayo de 1605, las tropas de Dimitri I el Falso aparecieron en las puertas de Moscú. El impostor envió una avanzada a Moscú con un decreto para eliminar a los Godunov del poder. La multitud enfurecida obligó a los boyardos a jurar lealtad al Dimitri I el Falso, mientras que el príncipe Shuisky negó públicamente a prestar juramento. El zar Boris Gudonov, su madre, la zarina María Grigorievna, y su hermana Xenia fueron sacadas del palacio y llevadas a una antigua casa de Godunov en un carro.
Dimitri I el Falso hizo su entrada triunfal en Moscú el 20 de junio, rodeado de los guardias polacos, visitó la tumba del zar Iván IV y luego se mostró ante su viuda, que afirmó reconocerlo como hijo suyo. Luego vino un nuevo decreto del impostor: matar al zar Boris Gudonov, en junio, los arqueros irrumpieron en la casa de Godunov. Estrangularon a la zarina María de inmediato, y Boris ofreció alguna resistencia, pero también fue asesinado, la hija de Boris, Tsarevna Xenia, fue encerrada en un convento como monja.
En el trono el impostor resultó ser un buen gobernante, resolvió las cosas de manera rápida y sensata. Inmediatamente perdonó y regresó del exilio a muchos de los opositores de los Godunov. El nuevo zar era afectuoso con la gente, prometió gobernar no con severidad, sino con misericordia y generosidad, rezó fervientemente en las catedrales del Kremlin. Los moscovitas saludaron con entusiasmo a Dimitri I el Falso, quien inmediatamente logró complacerlos.
Al mismo tiempo, los boyardos se dieron cuenta rápidamente de que estaban tratando con un pícaro afortunado, y no se hicieron ilusiones sobre su verdadero origen. Por lo tanto, Dimitri I el Falso se topó con la oposición boyarda, y pronto condenó a muerte a uno de sus líderes, el boyardo Basilio Shuisky que seguía negándose a prestarle juramento de fidelidad; aunque en el último momento suspendió la ejecución, y luego indultó a Shuisky y a sus familiares. Ese sería su error.
Muerte de Dimitri I el Falso
Los ciudadanos recibieron generosos regalos y beneficios, la gente recibió vino y comida gratis. El 2 de mayo de 1606, la novia del zar Marina Mnishek entró en Moscú, rodeada por un gran ejército polaco, vestida con armadura y totalmente armada. Marina se mudó al Kremlin. El 8 de mayo, el zar se casó con Marina Mnishek, y en violación de todas las tradiciones rusas concebibles, el impostor primero la coronó como reina rusa, y luego se casó con ella. La gente de Moscú, acostumbrada al colorido espectáculo de una boda real, se sintió terriblemente decepcionada: ¡no se les permitió ir al Kremlin por primera vez! Solamente los polacos, que completamente armados estaban en el lugar santísimo de Rusia, en la catedral de la Asunción del Kremlin.
Moscú se llenó de rumores sobre la impiedad de Dimitri, y de que su mujer no se había convertido. Y, sobre todo, a los moscovitas les molestaba la comitiva del zar, los polacos que habían venido a Moscú con él, y que se comportaban como conquistadores: arrogantes, violentos y descaradamente despreciando las costumbres y prácticas de la capital ortodoxa. Las escaramuzas comenzaron en las calles entre la gente del pueblo y los polacos borrachos que regresaban de las festividades.
Dimitri se mantuvo alegre, despreocupado, desechando los rumores de una conspiración. Mientras tanto, la conspiración ya estaba madura bajo el techo de la casa del boyardo Basilio Shuisky. Jugando con el odio general a los polacos, incitó a los moscovitas a rebelarse. En la mañana del 17 de mayo, la campana de alarma sonó, hubo gritos de que los polacos estaban matando al Zar y tuvo que ser rescatado. Los futuros asesinos se mezclaron con la multitud, y a la cabeza de la masa de moscovitas armados galopaba el príncipe Basilio Shuysky. El ataque de los rebeldes cogió por sorpresa al Dimitri. Cuando intentaba escapar del Kremlin, cayó desde una gran altura, le dislocó la pierna, fue capturado por los enemigos e inmediatamente asesinado. Las personas que días antes adoraban al soberano, arrastraban su desfigurado cuerpo hacia la Plaza Roja donde fue expuesto burlándose de él. En este momento, en las calles de la capital se cazaba a polacos, que eran asesinados en el lugar en que eran encontrados. Solamente unos pocos lograron escapar de la venganza popular.
Se estima que murieron 2.000 polacos a manos de Shuiski y sus hombres. El cuerpo de Dimitri fue hecho pedazos, quemado, y sus cenizas fueron finalmente disparadas por un cañón en dirección a Polonia. La reacción a la masacre en Polonia fue fuerte, pero decidieron posponer la venganza.
El reinado de Dimitri I el Falso había durado meramente diez meses. Basilio Shuiski lo reemplazó como Zar. Alrededor de 500 partidarios de Dimitri fueron ejecutados, encarcelados u obligados a abandonar Rusia.
Dimitri II el Falso o el Túshino
Shuiski ganó poder y fue elegido zar por una asamblea compuesta por su facción, pero ni los boyardos rusos, ni los magnates de la Mancomunidad, ni los cosacos saqueadores, ni los mercenarios alemanes estuvieron satisfechos con el cambio. Así que pronto apareció un nuevo impostor, del mismo modo haciéndose pasar por Dimitri, se presentó como el verdadero heredero. Como su predecesor, gozó del apoyo y la protección de los magnates polacos y lituanos. De todos modos, después de que Shuiski firmara una alianza con Suecia, el rey de la Mancomunidad Segismundo III Vasa, viendo la alianza ruso-sueca como una amenaza, resolvió oficialmente intervenir en los asuntos internos de Rusia.
Dimitri II el Falso también llamado el Tushino, apareció en escena alrededor de 1607 en Starodub. Se cree que pudo ser un el hijo de un sacerdote o un judío converso, y que había recibido una educación bastante elevada para ese tiempo. Hablaba tanto ruso como polaco, siendo experto en asuntos litúrgicos. Al principio fingió ser el boyardo moscovita Nagói, pero confesó bajo tortura ser el zarévich Dimitri, tras lo que le fue tomado juramento, uniéndosele miles de cosacos, polacos, y moscovitas.
En el curso de ese año, Jerzy Mniszech, padre de Marina Mniszech, viuda del primer falso Dimitri, se reunió con el personaje, y reconoció en seguida a su marido “milagrosamente salvado”, pese a que no se parecía en nada físicamente, se casaron en secreto. Este hecho le procuró el apoyo de los magnates de la mancomunidad de Polonia-Lituania que habían apoyado a Dimitri I el Falso. Adam Wiśniowiecki, Roman Różyński, y Jan Sapieha decidieron financiarlo y poner bajo su mando a 7.500 soldados, entre ellos a Aleksander Józef Lisowski, líder de la banda infame de mercenarios conocida posteriormente como los Lisowczycy.
Rápidamente capturó Karachev, Briansk y otras ciudades, tras lo que fue reforzado por los polacos.
En primavera de 1608 avanzó hacia Moscú, en julio el ejército de Dimitri II el Falso, dirigido por Iván Zarutsky derrotó a las tropas de Dimitri Shuisky, el hermano del Zar, en Bóljov, acercándose a continuación a Moscú.
Las promesas de la confiscación de las tierras de los boyardos hicieron que mucha gente se pusiera de su lado. El pueblo de Túshino, a 22 km de la capital, se convirtió en un campamento fortificado entre los ríos Moscova y Skhodnya, donde Dimitri reunió a su ejército. Inicialmente incluía a 7.000 soldados polacos, 10.000 cosacos y otros 10.000 soldados de origen variopinto, entre los que se encontraban antiguos miembros de la rebelión de Zebrzydowski. Sus fuerzas pronto excederían los 100.000 hombres. Tras la captura del patriarca Filareto, fue nombrado por él, patriarca de Moscú y de todas las Rusias, ganando la alianza de las ciudades de Yaroslavl, Kostromá, Vólogda, Kashin y otras.
Creó una corte paralela en la ciudad de Túshino, donde concibió un hijo con Marina Mniszech y desde allí asedió la capital Moscú.
Asedio del monasterio de la Trinidad y de San Sergio (1608-10)
En septiembre de 1608, el ejército polaco-lituano de unos 15.000 hombres, liderados por el hetman Jan Piotr Sapieha con unos 5.000 polaco-lituanos, y unos 6.000 aliados rusos, túshinos y cosacos, bajo el mando del coronel Alexander Lisovsky, en total unos 7.000 jinetes, 4.000 infantes y 63 cañones de campaña; sometió a asedio a la fortaleza-monasterio de la Trinidad, la cual protegía la periferia septentrional de Moscú.
La ocupación del monasterio y su posterior control aseguraban un bloqueo completo de Moscú desde el este y el control de las regiones del noreste de Rusia, la incautación de los tesoros del monasterio fortaleciendo la situación financiera.
El gobierno del zar Basilio Shuisky envió destacamentos de streltsi (mosqueteros) y cosacos al mando del voivoda Grigori Dolgorukov-Roshcha y del noble Alexei Golokhvastov por adelantado al monasterio; en total las fuerzas del monasterio eran unos 2.300 soldados y unos 1.000 campesinos de aldeas vecinas, peregrinos, monjes, y trabajadores del monasterio que tomaron parte activa en su defensa. En cuanto a los religiosos había 320 monjes y 150 sirvientes monásticos.
El monasterio estaba rodeado por 12 torres conectadas por una muralla fortificada de 1.250 m de perímetro, 8 a 14 m de altura y 1 m de espesor, disponía de 4 puertas. Había 110 cañones en las murallas y torres, tenía numerosos dispositivos de lanzamiento, calderas para calentar agua hirviendo y alquitrán, dispositivos para inclinarlos contra el enemigo. En el monasterio se encontraba la princesa Tsarevna Xenia Godunov, encerrada a instancias de Dimitri I el Falso como monja.
Los líderes de las tropas polaco-lituanas no esperaban una defensa obstinada del monasterio, basándose en el rechazo masivo del reinado de Basilio Shuysky y la parálisis del gobierno ruso por parte de la población de Rusia.
En primer lugar, los asediadores tuvieron que construir apresuradamente sus propios campamentos fortificados y prepararse para las dificultades de asalto, mientras que al mismo tiempo intentaban entablar negociaciones con los asediados, que rechazaron las ofertas de rendición. El hetman estableció su campamento en la Montaña Roja, a 3 km al suroeste del monasterio, y el coronel Lisovsky, en el bosque Terentyev, un kilómetro al sur del monasterio. Era evidente la inutilidad de bombardear los muros de la fortaleza con los 63 cañones de campaña, así que las ocho baterías se colocaron en la Montaña Roja y en el bosque Terentyev.
A partir de octubre de 1608, comenzaron escaramuzas menores: los asediadores lucharon contra los espías rusos, los asediados intentaron aislar y destruir a los pequeños grupos de asediadores durante la construcción de trincheras y la recolección de forraje. Comenzó la construcción de excavaciones de minas bajo las torres del monasterio.
En la noche del 1 de noviembre de 1608, se realizó el primer intento de asalto mediante un ataque simultáneo desde tres lados. Los sitiadores incendiaron una de las principales fortificaciones de madera rusas. Las llamas del incendio iluminaron el orden de las tropas que avanzaban. Los atacantes fueron detenidos y puestos en fuga por los disparos de los numerosos cañones rusos. El primer asalto terminó en un completo fracaso con un daño significativo para los sitiadores.
En una de las salidas, lograron atrapar a un cosaco herido, quien les informó que se estaba excavando un túnel bajo la torre Pyatnitskaya. A toda prisa, comenzaron a construir una nueva fortificación detrás de esa torre para defenderse en caso de que el enemigo tuviera éxito en la explosión.
El 8 de noviembre, los gobernadores ordenaron a sus soldados que salieran en pequeños grupos y se escondieran en el foso, desde allí atacaron a los túshinos, distrayendo su atención. En ese momento, los soldados salieron de la Puerta Sagrada bajo el mando de Iván Vnukov y se dirigieron a la excavación. Rápidamente lograron detectar su entrada. Los valientes campesinos Nikon Shilov y Slota se apresuraron a entrar y encontraron barriles de pólvora y brea allí. Sin pensar en su seguridad, inmediatamente prendieron fuego a todo. Como resultado, los temerarios murieron, pero las excavaciones fueron destruidas.
Los líderes de la guarnición del monasterio se adhirieron a las tácticas de defensa activa. De diciembre de 1608 a enero de 1609, con salidas audaces, lograron destruir parte del ganado y las reservas de heno de los asediadores, aplastaron varios puestos de avanzada y prendieron fuego a algunas fortificaciones de los asediadores. Sin embargo, al mismo tiempo sufrieron pérdidas significativas, que solo en diciembre sumaban 325 personas muertas y capturadas.
También había desertores entre la guarnición. Aparentemente, gracias a su testimonio, en enero de 1609 uno de las salidas de los sitiados casi terminó en tragedia: el enemigo los atacó en una emboscada y los separó del monasterio, y la caballería asediadora atacó las puertas abiertas del monasterio. Parte de los atacantes incluso lograron entrar en el monasterio. La situación fue nuevamente salvada por numerosas piezas artillerías rusas, que causaron confusión con un fuego preciso.
Desde enero de 1609, la situación de los sitiados había empeorado: el escorbuto comenzó debido a la falta de alimentos frescos. Ya en febrero, la tasa de mortalidad llegó a 15 personas por día. También comenzaron a agotarse las existencias de pólvora. El hetman Jan Sapieha, cuando recibió información sobre esto, comenzó los preparativos para un nuevo asalto, planeando socavar las puertas de la fortaleza. A su vez, los voivodas de Vasily Shuisky intentaron apoyar a los asediados enviando un convoy con una carga de 20 libras de pólvora al monasterio, acompañados por 70 cosacos y 20 sirvientes monásticos. Los polacos lograron capturar a los mensajeros que el anciano de este convoy envió al monasterio para coordinar el plan de acción. Bajo tortura revelaron la información conocida por ellos. Como resultado, la noche del 26 de febrero de 1609, el tren cayó en una de las emboscadas, los cosacos que custodiaban el vagón entraron en una batalla desigual. Habiendo escuchado el ruido de la batalla, voivoda Dolgoruky-Grove emprendió una salida. Como resultado, la emboscada se dispersó, el valioso tren de carromatos entró en el monasterio. Frustrado por el fracaso, el coronel Lisovsky ordenó a la mañana siguiente ir delante de las murallas del monasterio y ejecutar brutalmente a los mensajeros y cuatro prisioneros capturados en una batalla nocturna. En respuesta, Dolgoruky-Roshcha ordenó que 61 presos que estaban en el monasterio fueran llevados a las murallas y asesinados, la mayoría de ellos eran cosacos y mercenarios. El resultado fue una revuelta de las tropas túshinas que acusaron a Lisovsky de la muerte de sus compañeros. Desde entonces, la discordia en el campamento de los sitiadores comenzó a intensificarse.
Había discordia también en la guarnición del monasterio entre los arqueros y los monjes, debido a la huida de las personas al enemigo. Al conocer las dificultades de los asediados, Sapieha emprendió los preparativos para un nuevo asalto, y para garantizar el éxito, el desertor polaco fue enviado al monasterio con la tarea de ganarse la confianza del gobernador ruso, y en el momento decisivo para inhabilitar parte de la artillería de la fortaleza. Al participar en redadas y disparar cañones a los túshinos, el desertor ganó confianza del gobernador Dolgoruky. Pero en la víspera del asalto, programado para el 8 de julio, un livonio ortodoxo corrió al monasterio, informando sobre un espía. El desertor fue capturado y, bajo tortura, informó todo lo que sabía sobre el próximo asalto. Los asaltantes fueron rechazados en una batalla nocturna, con la captura de más de 30 asaltantes, pero los sitiados sufrieron 200 bajas.
El hetman Sapieha inmediatamente comenzó a preparar el tercer asalto. Al unirse a los destacamentos túshinos que operaban en las cercanías, el número de sus tropas se elevaba a 12.000 efectivos. Esta vez el ataque tuvo que llevarse a cabo desde los cuatro lados para lograr la fragmentación completa de las fuerzas de reacción de la guarnición. La señal para el ataque fue un disparo de cañón, desde el cual surgiría un incendio en la fortaleza, si el incendio no surgía, entonces habría un segundo disparo, y si, aun así, no ocurría el incendio, habría un tercer disparo, independientemente de los resultados. El asalto fue programado para el 7 de agosto de 1609. El voivoda Dolgoruky-Grove, vio los preparativos y armó a todos los campesinos y monjes, pero prácticamente no había posibilidades de éxito en la batalla.
Solamente un milagro podría salvar a los asediados, y así sucedió. El sistema de señales para el asalto jugó un papel fatal: algunas unidades se apresuraron al asalto después del primer disparo, otras después del siguiente. En la oscuridad, la orden de asalto se confundió. En un lugar, los mercenarios alemanes escucharon los gritos en ruso de los túshinos a sus espaldas y, decidiendo que eran soldados asediados, y se enfrentaron con ellos. En otro lugar, la columna polaca vio a un escuadrón de túshinos que venía desde el flanco y también abrió fuego contra ellos. La artillería asediada abrió fuego en el campo de batalla, intensificando la confusión y el pánico que surgió. La batalla entre los asediadores se convirtió en una masacre entre ellos. El número de personas muertas entre sí ascendió a cientos de personas.
La inconsistencia de los atacantes fue un punto de inflexión en la lucha por el monasterio. Los desacuerdos entre los túshinos, por un lado, y los polacos y mercenarios, por el otro, se desbordaron. Hubo una división en el ejército sitiador. Muchos atamanes (jefes) túshinos retiraron sus tropas del monasterio, y en el resto de los destacamentos la deserción se generalizó. Siguiendo a los túshinos, los mercenarios extranjeros abandonaron el campamento de Sapieha. Los sitiados, por el contrario, estaban convencidos de que la salvación milagrosa del monasterio era el resultado de la intercesión divina y que el fin del asedio estaba cerca.
En el otoño de 1609, las tropas rusas del príncipe Mikhail Skopin-Shuisky infligieron una serie de derrotas a los túshinos y los polacos, después de lo cual lanzaron una ofensiva hacia Moscú. Partiendo de Kalyazin, los regimientos rusos-suecos atacaron a los túshinos y el 9 de septiembre liberaron los asentamientos de Pereslavl-Zalessky y Alexandrov Sloboda que era un asentamiento de gran importancia estratégica. En la antigua residencia real, se estableció un campamento para reforzar a las tropas con refuerzos que habían acudido desde todo el país.
Desde Alexandrov Sloboda, los destacamentos de caballería de las tropas Skopin-Shuisky realizaron ataques inesperados contra los túshinos.
Así, el 2 de octubre, la caballería rusa apareció ante el monasterio de la Trinidad, poniendo la alarma en el ejército de asedio de Sapieha. El 6 de octubre, el anillo de asedio se rompió temporalmente y 300 jinetes rusos dirigidos por Davyd Zherebtsov pudieron penetrar en el santuario sitiado para reforzar a los defensores.
La actividad continuó y la imprevisibilidad del ejército Skopin-Shuisky, así como su fortalecimiento gradual, pusieron a Sapieha en una posición difícil. La situación lo obligó a lanzar un ataque preventivo contra Skopin-Shuisky en el asentamiento de Alexandrov. Dejando fuerzas significativas en el monasterio, Sapieha se dirigió contra los rusos con una fuerza de 15.000 efectivos, de los cuales 10.000 eran jinetes incluidos 2.000 mil húsares. Las fuerzas rusas eran muy superiores unos 23.000, pero tenía menos caballería, pero contaba con la excelente infantería sueca.
Pero el príncipe Michael ya sabía cómo eliminar esta ventaja. Cientos de jinetes rusos fueron al enemigo y entraron en una batalla frontal y detrás la infantería pesada sueca cerró líneas de inmediato.
Los suecos erizados con picas y alabardas, cubriendo a los mosqueteros formaron cuadros. Tushyntsy que mandaba la caballería rusa se retiró por los huecos, los comandantes reagruparon sus tropas para enviarlas nuevamente al ataque. Sin embargo, la caballería polaca y la túshina no pudieron atravesar los cuadros, y los tiradores abrieron fuego mortal sobre el enemigo, que comenzó a retirarse.
Pero en ese momento, Skopin envió de nuevo a la caballería rusa para atacar, llegando a las filas posteriores de las fuerzas en retirada, causándoles grandes pérdidas. Rozhinsky y Sapieha rápidamente reconstruyeron su ejército, reforzaron a la caballería con infantería y de nuevo enviaron al ataque. La batalla duró varias horas.
Los suecos detuvieron a la caballería con las picas y los atacaron con alabardas, los mosqueteros dispararon a los jinetes enemigos, y cuando la infantería polaca llegaba cerca, se producía la lucha cuerpo a cuerpo con sables. El día caía y los túshinos sufrieron grandes pérdidas y la batalla no se decidía.
Sapieha y Rozhinsky se dieron cuenta claramente de que si no detenían la batalla y no se retiraban su ejército podía sufrir una derrota fatal.
Aprovechando la oscuridad abandonaron el campo de batalla, perseguidos por la caballería rusa. Fue una gran victoria estratégica para el joven príncipe.
El 29 de octubre de 1609 y el 1 de enero de 1610, los defensores recibieron refuerzos: destacamentos de mosqueteros del voidova Davyd Zherebtsov con unos 900 de Grigory Valuev unos 500, que lograron entrar en el monasterio.
La guarnición reforzada inició operaciones de combate activo. En una de las salidas, los mosqueteros incendiaron las fortificaciones de madera del campamento de Sapieha. La superioridad numérica del enemigo no les permitió entrar al campo, pero el resultado de la lucha ya estaba claro.
Consciente del inminente acercamiento de las principales tropas del príncipe Skopin-Shuisky, Sapieha ordenó levantar el asedio apresuradamente. El 22 de enero de 1610, las tropas polaco-lituanas se alejaron del monasterio en dirección a Dmitrov. Allí fueron superados y derrotados por el destacamento ruso del gobernador Iván Kurakin. Como resultado, Sapieha llegó con poco más de 1.000 efectivos al campamento de Túshino.
En el campamento de Túshino, la situación seguía siendo cada vez más incomprensible. Los polacos se dispusieron a ir con el rey a Smolensko que estaba sitiando la ciudad. Algunos de los representantes de la nobleza rusa fueron a Kaluga, parte de ellos regresó a Moscú.
Dimitri II el Falso, había abandonado el campamento la noche del 27 de diciembre, se puso ropa simple y abandonó el campamento en secreto en un carro con un puñado de partidarios, y se había dirigido a Kaluga, donde le dieron un recibimiento cordial. De hecho, los lugareños, encabezados por el clero, lo aceptaron con gusto.
Entrada de Suecia en el conflicto
El rey Carlos IX de Suecia no quería un zar de Rusia que fuera apoyado por Polonia. El 28 de febrero de 1609, firmó el tratado en Viborg con Shuisky. Un ejército sueco de 5.000 efectivos bajo el mando del mariscal de campo Jakov De la Gardie, un oficial alistado en Francia, invadió Rusia y colocó a Shuisky en el trono de los moscovitas. La primera etapa de la marcha fue para la ciudad de Novgorod. Aquí el recién llegado de Shuisky, Michael Shuisky, esperó con entre 1.000 y 1.500 soldados. El 2 de mayo de 1609 continuó la marcha sobre Moscú. El general sueco Evert Horn tomó a Staraja Russa durante la espera del ejército principal con De la Gardie. El 17 de mayo, el general Horn lideró una fuerza para derrotar a los rusos que huían de Kamenka y dos días más tarde tomó la ciudad de Torzhok. El ejército sueco entonces giró en la ciudad de Tver. La Primera Batalla de Tver fue indecisa pero una victoria sueca siguió en la Segunda Batalla de Tver.
El 12 de marzo de 1610, el ejército sueco al mando de De la Gardie entró en Moscú, siendo saludado por ciudadanos jubilosos. Desde ese momento se hicieron sugerencias para la incorporación de toda la provincia rusa de Novgorod en el imperio Sueco y para un vínculo permanente entre Suecia y Rusia en la forma de la unión de la familia real sueca Vasa con el Zar. Esto, sin embargo, se detuvo cuando Michael Romanov fue elegido zar de Rusia.
En junio de 1610, de la Gardie y Shuisky abandonaron Moscú para detener un asedio polaco a la ciudad de Smolensko.
Asedio de Smolensko (1609-11)
Antecedentes
En 1609 la rebelión de Zebrzydowski terminó al firmar una alianza militar el zar Basilio Shuiski con Carlos IX de Suecia ese año el 28 de febrero de 1609. El rey de la Mancomunidad Segismundo III, cuyo principal objetivo era recuperar el trono sueco, consiguió permiso del Sejm para declarar la guerra al zarato Ruso. Vio en esta guerra una excelente oportunidad para expandir el territorio de la Mancomunidad y su esfera de influencia, con esperanzas en que la conquista de la Rusia ortodoxa; supondría asimismo su conversión al catolicismo (que era fuertemente apoyado por el Papa) y le permitiría a su vez derrotar a Suecia. Este plan también le permitió darle un propósito a los numerosos partidarios rebeldes de Zebrzydowski, atrayéndoles con promesas de riqueza y fama al unirse a la campaña en la frontera oriental.
Las tropas polaco-lituanas cruzaron la frontera rusa y el 16 de septiembre de 1609, la vanguardia bajo el mando del Leo Sapieha, llegaron a Smolensko. El 19 de septiembre se acercó al ejército principal de Segismundo III. Inicialmente las fuerzas eran unos 12.500 efectivos. Sin embargo, la infantería y artillería de Segismundo III, tan importantes para el asedio, eran relativamente pequeñas (unas 5.000).
Las tropas polaco-lituanas rodearon la ciudad por todas las partes y ocuparon todos los pueblos de los alrededores en un radio de 30 a 40 km. La propiedad de los campesinos de los pueblos de los alrededores fueron decomisadas a favor de las tropas del Rey, y los campesinos se vieron obligados a llevar los alimentos a las reservas del campamento polaco. Muchos campesinos huyeron.
Segismundo III presentó un ultimátum de rendición que quedó sin respuesta por el voivoda de Smolensko, Mikhail Shein.
El voivoda de Smolensko había preparado la defensa de la ciudad, recogiendo los habitantes de los pueblos de los alrededores, acopiado alimentos, reclutado hombres y formó un ejército de unos 5.500 efectivos, creó 38 unidades de defensa de unos 50 efectivos (una por cada torre) y varias unidades de reacción.
Asedio de Smolensko (1609)
El comienzo del asedio se considera el 21 de septiembre, dos días después de que las principales fuerzas de Segismundo III llegasen.
Una vez que quedó claro que no se rendía voluntariamente Smolensko, el hetman Stanisław Żółkiewski convocó un consejo de guerra en el que Segismundo III dijo que el ejército no tenía lo necesario para un asalto y propuso un bloqueo de la ciudad, y que las fuerzas principales fuesen a Moscú. Sin embargo, por orden del Rey se preparó un asalto el 24 de septiembre. Zolkiewski después de organizar el mismo dio la orden de iniciarlo el 25 de septiembre, que duró hasta el 27 de septiembre. De acuerdo con el plan original, se decidió destruir con explosivos las puertas de Kopytinskie y Avramievsky y penetrar en el castillo. Al acercarse se percataron de que Shein, había mandado tapiarlas las puertas de madera con piedras y tierra. Luego hubo un intento en la noche, pusieron explosivos en las puertas, al hacerlas explotar, solamente una, la puerta Avramievskie explosionó. Los defensores tuvieron tiempo de acudir, debido a lo tardío que se dio la señal de asalto. Cuando se dio, las posiciones enemigas estaban iluminadas por antorchas y se preparaban para abrir fuego. La lucha más feroces fueron en la puerta Pyatnitskikhy y en la puerta Kopytinskih.
Después del primer asalto fallido a Smolensko a finales de septiembre, al ejército de Segismundo III se le sumaron cerca de 10.000 cosacos. De este modo, los efectivos totales ascendieron a más de 22.000 contra 5.400 defensores. Este equilibrio de fuerzas en los cánones del arte militar de entonces, garantizaba la captura de la fortaleza. Segismundo III se trasladó a las tácticas de asedio utilizando trucos de ingeniería, excavando minas. Pero la guerra subterránea, que se libró entre los zapadores polacos y la defensa, en los primeros meses se inclinó por la parte rusa ostensiblemente. Todas las galerías de minas polacas fueron conocidas oportunamente y excavadas las contraminas, las hicieron explotar oportunamente causando considerables pérdidas al enemigo. Los defensores en el proceso de mejorar sus habilidades de defensa, todas las vulnerabilidades se guarnecieron fuertemente.
El bombardeo polaco de la ciudad en los meses del asedio fue llevado a cabo desde tres asentamientos principales: la colina Spasskaya, desde el Dnieper y desde el río Churilovka. Pero la fortaleza muy bien equipada con artillería y devolvía el fuego inmediatamente. Al parecer la superioridad de fuego estaba del lado de los defensores, incluso podían alcanzar el campamento real.
Desde la segunda quincena de octubre de 1609, cuando los sitiadores realizaron un asedio pasivo, los defensores de Smolensko organizaron varias salidas, cuyos objetivos eran destruir las fornicaciones del enemigo, obtención de agua para la fortaleza, y, con la llegada del clima frío, la recogida de leña.
Batalla de Klusino o de Kłuszyn (4 de julio de 1610)
La posición de los defensores de Smolensko mejoró temporalmente después de que el príncipe Skopin-Shumsky desbloqueó Moscú y comenzó a preparar la marcha a Smolensko para romper el asedio. Sin embargo, el invierno de 1609/10 fue muy frío y debilitó fuertemente a la ciudad hambrienta. Al ejército de Segismundo III comenzaron a llegar un gran número de tropas polaco-lituanas del campamento Túshino disuelto cerca de Moscú.
Para el rescate Smolensko, de acuerdo con la tradición, el ejército principal podría ser encabezado por el propio Zar o por los boyardos superiores de la Duma que eran el príncipe Fedor Mstislavsky y el príncipe Dimitri Ivanovich Shuisky. El zar Basilio tuvo una difícil elección. La gente honraba a Skopin como un héroe y esperó a que fuera nombrado comandante en jefe. Pero era obvio que las nuevas victorias de Skopin inevitablemente aumentarían sus posibilidades de poseer una corona.
El 12 de marzo de 1610, los regimientos de Skopin-Shuisky entraron solemnemente en Moscú, el zar Basilio Shuisky recibió a su sobrino y otros gobernadores con grandes honores y le otorgó valiosos regalos. Esto desató las envidias de los otros príncipes, sobre todo del el hermano sin talento del Zar, Dimitri Ivanovich Shuisky, quien había perdido todas las batallas contra los rebeldes. El joven comandante fue invitado a un banquete con motivo del bautizo del hijo del príncipe Iván Mikhailovich Vorotynsky, quien le pidió a Skopin-Shuisky que se convirtiera en el padrino del infante. La esposa del príncipe Dimitri Shuisky, Ekaterina era la madrina. Durante el banquete, ella le ofreció una copa de vino, después de beberlo bebido, Skopin se sintió repentinamente enfermo, la sangre brotó de su nariz. Los sirvientes lo llevaron a casa apresuradamente, donde murió después de dos semanas de tormento. El zar Vasily Shuisky hizo todo lo posible para evitar sospechas de sí mismo.
El mando del ejército de socorro recayó en el príncipe Dimitri Ivanovich Shuisky. Bajo su mando se formó un gran ejército.
Dimitri Ivanovich Shuisky salió de Moscú con unos 16.000 efectivos auxiliado por los príncipes Andrei Golitzine y Danilo Mezetsky y se detuvo cerca de Mozhaisk, esperando que el sueco Jacob Delagardi llegara de Moscú con el ejército sueco de unos 7.000 efectivos. Mientras tanto, asignó a al príncipe Yeletsky con 6.000 efectivos de avanzada para que se dirigiera a Tsarev-Zaymshchu para que se fortaleciera allí y, sirviera de protección al ejército principal.
El rey Segismundo al enterarse de que un ejército de socorro se acercaba, envió al hetman Stanisław Żółkiewskii con 2.000 jinetes y 1.000 infantes. El hetman, después de enterarse de que el príncipe Khovansky y el general sueco Horn con unos 6.500 soldados estaban sitiando la fortaleza de Belaya, se apresuró a rescatarla con 2.000 jinetes y 1.000 infantes a su infantería. Pero tan pronto los sitiadores se enteraron de que llegaban refuerzos, levantaron el asedio y marcharon hacia Mozhaisk para unirse allí con el príncipe Dimitri Shuisky. Después de permanecer en Belaya dos días y reforzar su guarnición, Zolkiewski se dirigió a Shuysk, donde el resto del ejército lo estaba esperando. Luego montó el campamento e incrementó sus fuerzas con destacamentos de los coroneles Kazanovsky y Dunikovsky y dos regimientos de cosacos que acudieron en su ayuda, en total reunieron 3.600 jinetes (principalmente húsares), 400 de infantería y 3.500 cosacos de Zaporodia.
El hetman abandonó Shuysk el 13 de junio, y se dirigió a Tsarev-Zaymshchu, y al día siguiente atacó el campamento fortificado construido por Valuev, pero su ataque fue rechazado, y sus fuerzas sufrieron daños bastante significativos. Sin aventurarse a otro ataque, con la esperanza de que el hambre y la sed obligase a Valuev a rendirse, rodeó la ciudad y comenzó a construir pequeñas fortificaciones cerca de ella, especialmente en aquellos lugares donde los asediados se abastecían de agua.
Mientras tanto, el príncipe Dimitri Shuisky con el ejército principal se dirigió desde Mozhaisk a Tsarev-Zaymshchu, para ayudar a Valuev.
El 3 de julio, decidió dejar 700 de caballería, 200 de infantería y todos los cosacos para asediar el campamento, y tomar el resto contra las tropas de Shuisky. La artimaña fue exitosa, ya que las tropas asediadas nunca se dieron cuenta de que la mayor parte del ejército polaco se había marchado, y estaba temporalmente comprometido en otra parte, y Shuisky no estaba al tanto de los movimientos polacos ni esperaba un enfrentamiento importante.
El hetman llegó al poblado de Klushino (Kłuszyn) a 32 kilómetros de Tsaryov-Zaymishcha al atardecer del 3 de julio. Sin lugar a dudas, los comandantes suecos y rusos no prestaron atención a los reconocimientos, Żółkiewski no pudo atacar de inmediato, debido al camino estrecho y embarrado. El ejército polaco se movía en la formación de una larga columna de varios kilómetros y necesitaba tiempo para adoptar la formación, y además, la infantería y la artillería aún no habían llegado al campo de batalla.
Cuando los polacos emergieron del bosque, tuvieron que tratar con una empalizada y una pequeña aldea antes de llegar a los campamentos enemigos. A primera luz, cuando los hombres de Żółkiewski abrieron huecos en la empalizada, los moscovitas y los suecos se despertaron y comenzaron a desplegarse. Los polacos prendieron fuego a la aldea para iluminar el campo de batalla.
Los rusos abandonaron los campamentos a un ritmo alarmante (había dos: el sueco y moscovita). El primer ejército era el sueco mandado por Jacob de la Gardie y Christoph Horn, que habían pasado dos años en Holanda aprendiendo el arte de la guerra del propio Mauricio de Nassau; estaba por compuesto por unos 7.000 mercenarios flamencos, franceses, alemanes, españoles, ingleses y escoceses, se encontraba a la izquierda. El segundo estaba compuesto por el ejército ruso mandado por Dimitri Shuisky con unos 20.000 efectivos, estaba a la derecha. Así que los mercenarios desplegaron a la derecha y los rusos en el centro y a la izquierda con las unidades de infantería en vanguardia, y las de caballería a retaguardia.
El campo de batalla no superaba 1,5 km de ancho y estaba rodeado por dos ríos y un bosque, los suecos y los rusos no podían desplegar completamente sus unidades. A su favor, sin embargo, prepararon vallas de madera y los numerosos caballos de frisas que debían herir a los caballos y evitar que los húsares atacaran con éxito.
Los polacos disponían de 5.556 húsares, 679 infantes cosacos, 290 jinetes lituanos, y 200 de infantería con 2 cañones que venían retrasados. Desplegó en 4 grupos de unos 1.000 húsares cada uno, mandados de izquierda a derecha por Janusz Poryzki que contaba con 400 infantes cosacos, Micolai Struś, Alexander Zorowosky, y Marcin Zakawoski que contaba con 200 infantes polacos, con una reserva de unos 1.000 efectivos mandada por el propio Żółkiewski.
La batalla comenzó antes del amanecer. La primera parte de la batalla consistió en húsares polacos que cargaron repetidamente las posiciones rusas y suecas fortificadas, intentando romperlas. Las fuerzas polacas continuaron realizando ataques feroces, y Samuel Maskiewicz, un testigo de una compañía de húsares, afirmó que su unidad había cargado ocho o diez veces. El ataque de los húsares polacos a la infantería, escondido detrás de las vallas y el uso de armas de fuego, no tuvo éxito.
En flanco derecho Zorowsky y Zakawoski cargaron contra la infantería rusa que estaba protegida por empalizadas, sin conseguir desalojarlos. Algunas unidades de húsares tuvieron que cargar hasta 10 veces, finalmente con la ayuda de la infantería tártara consiguieron abrir brechas lo suficientemente grandes como para que diez caballos pasaran a la vez, la infantería al ser desbordada huyó a los pueblos, bosques y al campamento. La caballería rusa trató de detenerlos, pero los húsares los golpearon de frente y de flanco, lo que provocó que su formación comenzara a resquebrajarse. Shuiski le pidió a de la Gardie que lo apoyara con su caballería reiter. Sin embargo, a medida que avanzaban los reiters, utilizando su táctica de la caracola, los húsares cargaron contra ellos, siendo completamente derrotados.
El comandante en jefe del ejército ruso, Shuiski, se refugió en el campamento. A pesar de todo, los rusos seguían siendo mucho más numerosos que el ejército polaco.
Mientras tanto en el ala izquierda, la caballería de Porycki, que estaba atacando a los infantes suecos, sufría pérdidas significativas, ya que no logró destruir las vallas defendidas por la infantería. La caballería polaca solo podía cargar con escuadrones individuales a través de brechas en las vallas. La infantería que estaba tras las vallas causaba pérdidas considerables a los polacos: los mosqueteros disparaban de cerca a los jinetes atacantes y los piqueros contenían a sus caballos. La situación en el ala izquierda cambió significativamente cuando llegó la infantería polaca con los cañones.
La infantería y los cañones dispararon abriendo brechas en la empalizada e infligieron bajas a los mercenarios extranjeros, Żółkiewski envió a la compañía de húsares de Jüdrzej Firlej, cuyas lanzas aún estaban intactas, contra la infantería extranjera. Abandonados por sus comandantes y por los moscovitas, individuos y grupos comenzaron a retirarse en buen orden bajo la protección de sus largas picas y buscar refugio en su campamento y en el bosque. Para cuando Horn y de la Gardie regresaron del campo de batalla, era demasiado tarde; fueron obligados a negociar una rendición honorable. Muchos de los mercenarios extranjeros entraron al servicio polaco; de la Gardie llevó a los suecos y finlandeses a Novgorod.
Algunas tropas polacas se apresuraron a robar el campamento de Moscú, mientras que otras persiguieron al enemigo en fuga.
Shuiski y soldados rusos, que se habían encerrado en el campamento, se comportaron de forma pasiva, ni siquiera tratando de apoyar a su propia infantería refugiada en el bosque. Golitsyn y Mezecki que habían reunido varios grupos de jinetes dispersos en batalla y regresaron al campamento, donde intentaron persuadir a Shuiski para que siguiera lucharan. Al ver que el ejército sueco se rindió, Shuiski abandonó el campamento discretamente y huyó hacia el bosque, dirigiéndose a Kaluga.
El ejército ruso a ver huir al comandante también huyeron. El ejército Żółkiewski comenzó a perseguir a los fugitivos. Debido a que la mayoría de los soldados polacos se dirigieron al campamento ruso abandonado para saquearlo, solo una pequeña parte se dedicó a perseguir a los rusos; sin embargo, les causó más pérdidas que durante la batalla. En el campamento ruso, los polacos encontraron muchas riquezas, como buques de oro y plata, túnicas, pieles de sable y cientos de carros, en los que también había dinero para pagar tropas extranjeras por un monto de 20.000 florines y 30.000 rublos. En las manos de los ganadores también cayeron varias decenas de banderas, incluyendo la bandera de Shuiski, adornada con oro, y todo su equipo.
Respecto a las pérdidas sufridas por el ejército polaco, hay datos bastante detallados: 100 muertos, 400 heridos, 400 caballos muertos y numerosos heridos. Los animales fueron los que más sufrieron, debido a vallas y picas utilizadas por el enemigo. Además, el fuego de mosquete golpeó principalmente a los caballos, en cuyos lomos se escondían los jinetes.
En cuanto a las perdidas rusas se estiman que los suecos tuvieron unos 800 muertos, y los rusos unos 2.000 en la batalla y 3.000 en la huida.
Tras una victoria, Zolkiewski se volvió hacia Tsarovo, cuyo comandante, Walujew, se rindió unilateralmente después de enterarse de la derrota de sus compañeros en la batalla de Klushino. Poco después de la batalla, el zar ruso Basilio IV fue derrocado por los boyardos y Zolkiewski y sus tropas marcharon hacia Moscú con poca oposición. Los boyardos rusos de alto rango proclamaron al príncipe polaco Wladyslaw Zygmuntowicz como nuevo zar de Rusia.
Mientras tanto, en el asedio de Smolensko, llegaron las noticias de la derrota. Además, desde Riga fueron llevados grandes cañones de asedio a Smolensko. A pesar de todas esas malas noticias, la guarnición bajo el mando de Shein tercamente siguió resistiendo, reforzaron las murallas, evitando obras de asedio y así poder retrasar un nuevo asalto. Sin embargo, el 18 de julio 1610 una enorme torre fue destruida. La mañana del 19 de julio, el ejército polaco asaltó la fortaleza, que duró dos días. Se llevaron a cabo ataques demostrativos en todos los lados de la fortificación, y el asalto principal, fue realizado por mercenarios alemanes, y se llevó a cabo en zona de la puerta Kopytitsky (desde el oeste). Pero los defensores, a pesar de sus esfuerzos desesperados del enemigo, rechazaron el ataque. El papel decisivo lo desempeñaron las unidades de reserva, que fueron llevadas a la batalla a tiempo.
La batalla feroz fue el 11 de agosto, los defensores rechazaron el tercer gran asalto. El ejército polaco perdió hasta 1.000 efectivos. El 21 de noviembre, la guarnición repelió el cuarto asalto. El papel principal en repeler al enemigo fue nuevamente jugado por las reservas.
Mientras tanto, en Moscú el nuevo Zar envió una orden para entregar la ciudad al rey polaco. Sin embargo, Shein apoyado por los ciudadanos y por iniciativa propia se negó a cumplir esa orden. Enfurecido Segismundo III mandó un ultimátum de tres días a Smolensko, so pena de muerte si no entregaban la ciudad, pero los defensores de Smolensko respondieron cavando un túnel y destruyendo las baterías llegadas de Riga. Esto obligó al Rey a pedir nuevos cañones, lo que les proporcionó dos meses más de respiro.
El 21 de noviembre los polacos trataron de socavar el nuevo muro e hicieron una nueva brecha. Una vez más seguidas de tres asaltos sangrientos, y otra vez fracasaron. La razón era la prudente preparación de Shein en los segmentos de muralla más débiles, y la presencia de fuego cruzado ajustado de las torres vecinas. Por lo tanto, la resistencia fue capaz de esperar el segundo asedio de invierno.
Asedio de Smolensko (1611)
El invierno de 1610/11 fue muy difícil para los defensores. El hambre y las epidemias que debilitaban a las personas se unieron al frío, no había suficientes personas para salir a buscar leña. También había escasez de municiones. Solo 200 personas sobrevivían en la guarnición de la fortaleza, que eran capaces de sostener un arma en sus manos. Este número era apenas suficiente para la vigilancia del perímetro. De los habitantes de la ciudad no sobrevivieron más de 8.000 personas.
Al parecer, los polacos no lo sabían, de lo contrario, habrían comenzado el asalto antes. El mando polaco tomó la decisión del quinto y definitivo asalto solo después de que un desertor de la fortaleza, un tal A. Dedeshin, habló sobre la difícil situación de Smolensko.
Sabiendo esto, Jan Potocki después de los bombardeos realizados el 3 de junio de 1611 realizó un asalto decisivo, atacó la ciudad por todos los lados.
En la zona de la puerta de Avraamiev, los polacos pudieron escalar las murallas sin ser detectados mediante escaleras de asalto y entrar en la fortaleza.
Los defensores no podían contener más los atacantes y se luchó desesperadamente en las calles. Polacos, lituanos, los cosacos y los mercenarios hicieron una brutal masacre entre la población.
Los últimos defensores se retiraron a la colina de Sobornaya, donde se alzaba la catedral de la Asunción, donde se refugiaron hasta 3.000 ciudadanos (en su mayoría ancianos, mujeres y niños, porque los hombres lucharon con el enemigo). En el sótano de la catedral se almacenan las reservas de pólvora de la guarnición. Cuando los invasores irrumpieron en la catedral y comenzaron a matar a la gente, uno de los habitantes del pueblo llamado Andrew Belyanitsyn encendió la pólvora causando la destrucción de la catedral, junto con muchos de los invasores.
Shein junto con 15 guerreros se encerró junto con la familia en una de las torres de la fortaleza. Shein se defendió y estaba dispuesto a morir, pero al final, hizo caso a las súplicas de los familiares y salieron de la torre. Fue llevado inmediatamente a la presencia de Segismundo III, donde fue interrogado, después fue atado con grilletes y enviado a Polonia, dónde pasó 8 años de cautiverio. Segismundo III se vengó paseándolo en un coche descubierto por las calles de Varsovia.
Las pérdidas totales sufridas por el ejército polaco bajo las murallas de la ciudad, ascendieron a cerca de 30.000 efectivos. En los dieciocho meses que duró el asedio, una parte significativa del ejército real fue inmovilizado cerca de Smolensko.
Después de haber tomado la ciudad, Segismundo era incapaz de luchar y en lugar de ayudar a la guarnición polaca en Moscú, disolvió el ejército, y regresó a Polonia. Para marchar sobre Moscú al año siguiente en 1612.
Batalla de Moscú (1612)
Nombramiento de Vladislao IV como Zar
Después de las noticias del desastre en la batalla de Klúshino, el apoyo al zar Shuiski prácticamente desapareció. Żółkiewski poco después convencería a las fuerzas rusas de Tsariovo, que eran mucho más numerosas que las de Klúshino, de que les convenía rendirse y jurar fidelidad a Ladislao Vasa hijo de Segismundo que tenía 15 años. Una vez incorporadas a sus propias fuerzas, se dirigió hacia Moscú. En agosto de 1610 muchos boyardos habían aceptado ya la victoria de Segismundo III y que Ladislao, sería el nuevo Zar, siempre que se convirtiera a la ortodoxia. La Duma rusa votó la destitución de Basilio Shuiski como Zar. La familia de Shuiski fue arrestada y a Shuiski se le envió a un monasterio, obligado a permanecer en él bajo vigilancia. Posteriormente sería enviado a Varsovia, como trofeo de guerra, muriendo finalmente en Gostyń.
Poco después de la destitución de Shuiski, tanto Żółkiewski como Dimitri II el Falso llegaron a Moscú con sus respectivos ejércitos. Era un momento de gran tensión, ya que varias facciones (pro y antipolacos, suecos o clanes de boyardos) intentaban tomar el control temporal de la situación. La propia población, o el ejército, no sabían si debían cerrar y defender la ciudad, o si la que se aproximaba era una fuerza liberadora y debían recibirles como aliados. Después de unas cuantas escaramuzas, la facción favorable a los polacos logró el dominio, los boyardos les abrieron las puertas de Moscú, y le pidieron a Żółkiewski que los protegiera de la anarquía rampante. El Kremlin de Moscú fue ocupado por una guarnición de tropas de la Mancomunidad capitaneadas por Aleksander Gosiewski. El 27 de julio se firmó un tratado por el que se concedían los mismos vastos derechos a los boyardos rusos que a los szlachtas (nobles) polacos, a cambio de que reconocieran a Vladislao, de quince años, como el nuevo zar. Sin embargo, sin que Żółkiewski lo supiera, Segismundo, que permanecía en Smolensko, tenía otros planes.
En ese tiempo, las relaciones entre Żółkiewski y Dimitri II el Falso, antes aliados, empezaron a romperse. Dimitri II el Falso había perdido la mayor parte de su influencia sobre la corte polaca, y Żółkiewski, tarde o temprano le tendría que hacerle salir de la capital. Los boyardos previamente habían ofrecido el trono a Vladislao al menos dos veces, con la esperanza de acabar con el despotismo con el que gobernaban sus zares y lograr unas políticas más liberales con la Mancomunidad. A través de Żółkiewski, la facción pro-polaca compuesta por los knyazis Fiódor Mstislavski, Vasili Golitsin, Fiódor Sheremétev, Daniil Mezetski y los diachis Vasili Telepniov y Tomiło Łagowski; lograron dominar la situación, de modo que otra vez la gran mayoría de los boyardos se mostraron favorables a Ladislao en el trono, siempre que se convirtiera a la Iglesia ortodoxa, y se devolvieran las fortalezas capturadas por los polacos durante la guerra.
Sin embargo, Segismundo, coincidiendo con el modo de ver de los slazchtas más devotos, estaba completamente en contra de la conversión del príncipe. A raíz de esta cuestión, el proyecto de la mancomunidad de Polaco-Lituana-Moscovita empezó a hacer aguas. Ofendidos por la postura de Segismundo, los boyardos dejaron de apoyar a Vladislao, dividiéndose otra vez en facciones que apoyaban a sus propios candidatos, principalmente a Vasili Golitsin, a Mijaíl Románov (de 15 años también, como Vladislao), o a Dimitri II el Falso. Żółkiewski actuó rápidamente, prometiendo lo exigido sin el consentimiento del Rey, de modo que los boyardos eligieron a Ladislao como Zar. El mayor enemigo de Żółkiewski era Fiódor Románov, el padre de Mijaíl y patriarca de Moscú, exiliado de Rusia para salvaguardar los apoyos a Polonia. Después de la elección de Ladisalo, Dimitri II huyó de Túshino a Kaluga, donde tenía su base principal. Su posición, aun así, era muy precaria, y fue asesinado por uno de sus hombres el 20 de diciembre. Marina Mniszech, su mujer, llevaba en su vientre un nuevo «heredero» al trono ruso, Iván Dimítriyevich, por lo que seguiría presente en a la escena política rusa hasta su muerte en 1614.
La mayor oposición con la que se tuvo que enfrentar Ladislao fue la de su padre. Cuando Żółkiewski se reunió con Segismundo en Smolensko en noviembre de ese año, Segismundo decidió conseguir el trono ruso para él, una decisión que provocaría la oposición de la mayoría de los rusos, ya que este no ocultaba su voluntad de catolizar Rusia. Żółkiewski se encontró en una posición difícil, había dado su palabra a los boyardos de que mantendría a Vladislao en el trono para asegurarlo para Polonia, y sabía que los boyardos no aceptarían dárselo a Segismundo, que era impopular en Rusia; circunstancia que Żółkiewski le tuvo que explicar al monarca, ya que el Rey pensaba que, gracias a sus conquistas en el oeste, tendría fama de gran rey.
Żółkiewski, enfadado con el rey, volvió a Polonia. Consiguió de Segismundo el compromiso por el cual le permitía a su hijo el acceder al trono, pero se mantendría él como regente hasta que este obtuviera la mayoría de edad. Así hacía que los boyardos que habían jurado fidelidad a su hijo, lo hicieran también a él. Los boyardos no se avinieron a prestar este juramento, y el apoyo a los polacos se fue erosionando rápidamente. Vladislao no tuvo posibilidad de tomar el poder realmente, y la guerra se reanudaría poco después.
Incendio de Moscú (1611)
Los soldados polacos se comportaron en Moscú como si fuera una ciudad capturada, los incidentes ocurrieron regularmente. Los moscovitas recuerdan especialmente la profanación del ícono en la puerta Nikolsky, que un borracho polaco disparó, y la masacre en uno de los mercados cuando la disputa de precios entre el vendedor y el soldado polaco se convirtió en una lucha masiva en la que los polacos mataron a 15 moscovitas.
Segismundo y Vladislao se desplazaron a tierras más seguras por la escalada de las tensiones.
Prokopi Liapunov organizó en Riazán las fuerzas rusas anti-polacas llamadas Primer Ejército de Voluntarios del Pueblo o Primera Milicia Popular, estaba compuesta de soldados, residentes, fugitivos y aventureros, unos 6.000 cosacos bajo el mando del atamán Prosovezky se unieron a Liapunov poniendo sitio a Moscú. La guarnición polaca de la ciudad eran unos 7.000 efectivos bajo el mando de Gosevski y la población oscilaba entre 200.000 a 300.000 habitantes.
El 19 de marzo de 1611, los destacamentos avanzados de la Primera Milicia Popular llegaron a las puertas de Moscú. Los comandantes polacos intentaron obligar a los transportistas metropolitanos a ayudarlos a preparar la ciudad para la defensa y en sus trineos para llevar cañones y ponerlos en las murallas. La mayoría de ellos se negaron con decisión, y los que inicialmente estuvieron de acuerdo, comenzaron a tirar los cañones desde la muralla y a los pozos. Después de eso, los polacos comenzaron a matarlos en medio de la ciudad. Las iglesias metropolitanas dieron la alarma, los moscovitas tomaron las armas.
Bajo el ataque de los polacos, los rebeldes se retiraron al barrio de la Ciudad Blanca. Los grupos de milicianos avanzados encabezados por los príncipes Dimitriy Mikhailovich Pożarski, Buturlin y Koltovsky llegaron a tiempo para ayudar a los residentes de la ciudad. En Sretenka, Pożarski puso algunos cañones, bajo el fuego de las cuales los polacos comenzaron a retirarse a la Ciudad China (barrio próximo al Kremlin).
El escuadrón de Buturlin luchó en las puertas de Yauza, el escuadrón de Koltovsky estaba en Zamoskvorechye.
Al no ver otros medios para parar al enemigo, Gonsevskiy ordenó incendiar la ciudad. Los incendios en Moscú duraron tres días. De ellos y de la masacre organizada por los polacos, murieron 60.000 a 70.000 moscovitas (según diversas estimaciones).
El 20 de marzo, los polacos contraatacaron contra el destacamento de la Primera Milicia, estacionado en el Lubyanka. Pożarski fue gravemente herido, fue llevado al monasterio de la Trinidad. El intento de los polacos de consolidar el Zamoskvorechye incendiado por ellos fracasó, y se atrincheraron en la Ciudad de China y el Kremlin.
Asedio ruso del Kremlin
Desde abril de 1611, la cuestión de proporcionar comida a los sitiados era la clave del destino de la guarnición de Moscú.
De julio en adelante la situación de las fuerzas de la Mancomunidad se tornó grave, al convertirse la revuelta en un asedio al Kremlin. Los polacos encarcelaron al líder de la Iglesia ortodoxa rusa, el patriarca Hermógenes. Cuando los rusos atacaron Moscú, los polacos le ordenaron, que como máxima autoridad entre los rusos en aquel tiempo, firmara un documento llamando al alto el fuego. Hermógenes se negó, y fue privado de alimento hasta que murió de inanición. La guarnición polaca se encontró entonces sitiada en el Kremlin.
Por otro lado, el 3 de junio de 1611, Smolensko por fin había caído ante los polacos, después de 20 meses de asedio. Pero el rey Segismundo decidió no acudir en ayuda de los polacos cercados en el Kremlin, regresando a Varsovia.
A principios de octubre, el gran hetman lituano Jan Karol Chodkiewicz, que había sido nombrado por Segismundo para liberar Moscú, llegó con 2.000 tropas, pero al no poder entrar se refugió en el monasterio de Rochagez, enviando un mensaje a Segismundo para que llevasen suministros y refuerzos.
Mientras tanto, a finales de 1611, el príncipe Dimitri Pożarski fue elegido para capitanear la oposición pública a los polacos, organizada por el gremio de mercaderes de Nizhni-Nóvgorod, con la supervisión de los fondos donados para la creación la Segunda Milicia Popular (Второе народное ополчение) a cargo del respetado carnicero de la ciudad Kuzmá Minin.
En marzo de 1612, llegaron 3.000 efectivos polacos al mando de Mikołaj Struś que se unieron a Chodkiewicz, derrotaron a un ejército más numeroso de Andrei Zacharovich Proszowiecki, Vasil Fiedorowicz Masalski y Artemiya Izmailov consiguiendo entrar en la ciudad con suministros y refuerzos. Struce se quedó en la ciudad con su regimiento, y Chodkiewicz se comprometió a llevar suministros a la ciudad.
En junio 1612, Gosevski con varios regimientos polacos y cosacos descontentos (unos 2.000), abandonaron el Kremlin en dirección a Smolensko, dejando como jefe de la guarnición a Struś con una guarnición disminuida significativamente de unos 3.000 efectivos, se llevaron el botín fruto del saqueo.
En agosto de este año, las principales fuerzas de la llamada Segunda Milicia estaban en Moscú bajo la dirección del príncipe Dimitri Pożarski y el carnicero Kuzmá Minin, reuniendo unos 10.000 efectivos.
Primera batalla de Moscú (1 de septiembre de 1612)
Un ejército polaco bajo el hetman lituano Jan Karol Chodkiewicz, acudió con suministros para auxiliar a los sitiados. Hetman emprendió una tarea inusual para los polacos, tener que luchar en las calles de la ciudad. El objetivo de Chodkiewicz era llevar las comidas a los sitiados en el Kremlin. Hasta entonces los defensores se estaban meriendo de hambre, incluso habían ocurrido actos de canibalismo.
Las fuerzas polacas sumaban 9.000 efectivos: 1.500 húsares, 1.800 de infantería y unos 7.000 cosacos mandados por Alexander Zborovsky, aparte de los 3.000 soldados de guarnición en el Kremlin. La estrategia de Chodkiewicz era:
- Primera fase, los húsares romperían las líneas enemigas que se encontraban a las afueras de la ciudad, y junto con la infantería, tomarían el control de las calles del Skordom, el distrito más occidental de Moscú.
- En la ciudad entraría un gran tabor de carromatos protegidos, donde se encontraba la comida para los sitiados.
- El comandante de los polacos en el Kremlin, Mikołaj Struś realizaría una salida desde el Kremlin para atacar las fuerzas de Pożarski por retaguardia.
El príncipe Pożarski contaba con 8.000 efectivos de la Segunda Milicia, una fuerza adicional 2.500 cosacos del Don bajo el mando del príncipe Dimitri Trubetskoy, y los restos de la Primera Milicia en total unos 14.000 efectivos y la población civil, y su estrategia era:
- Las tropas rusas se colocarían en dos grupos, en diagonal uno frente al otro. Amenazado por un envolvimiento, Chodkiewicz tendría que dividir su fuerza.
- Una unidad selecta de boyardos se lanzaría a la batalla, dirigida por el comandante del primer levantamiento común, el príncipe Pożarski, que rompería el ataque de los polacos.
Chodkiewicz comenzó a cruzar el río Moscova en el Campo de la Doncella. Parte de los lituanos lograron cruzar el río, derrotando a la caballería de moscovita, que custodiaba el cruce.
La lucha comenzó a las 13:00 horas del 1 de septiembre (22 de agosto según el calendario ruso) en la zona del convento Novodevichy y entrar por las puertas de Arbat y de Chertorskie, pero en su camino se encontraron con la Ciudad de Madera de Pożarski. Los húsares alados, respaldados por polacos, húngaros e infantería alemana, consiguieron romper las líneas rusas. En ese momento, la guarnición del Kremlin intentó hacer una salida por la puerta de Chertol (torre Alekseevskaya y la puerta de Agua (torre Taynitskaya) para finalmente llevar el caos a las acciones de los rusos. Pero esta idea fracasó: la milicia rechazó el ataque de la guarnición, causándole graves daños a pesar del fuego de la artillería del Kremlin.
Al mismo tiempo, y, sin embargo, el flanco derecho de los polaco-lituanos se vio expuesto y a merced de los rusos, de modo que de inmediato los cosacos del Don, dirigidos por Dimitri Trubetskói, se percataron de ello. Así, la caballería de estos últimos atacó generando una dispersión de sus contrincantes. Se produjo un estancamiento en la batalla.
Por la tarde, 500 jinetes fueron entregados a las tropas de Trubetskói por el príncipe Pożarski, y cuatro unidades cosacas por su cuenta, cruzando el río, y se unieron a Pożarski. Con la ayuda de los refuerzos que llegaron (alrededor de 1.000 efectivos), rompiendo el ataque de las fuerzas polaco-lituanas, y hetman Chodkiewicz se retiró.
En ese día, ambos bandos perdieron aproximadamente unos 1.000 soldados.
Segunda batalla (3 de septiembre de 1612)
La noche del 1 al 2 de septiembre, varios 600 haidus (infantes húngaros) del destacamento Nevyarovsky, lograron alcanzar las murallas del Kremlin y penetrar en el Kremlin con un algunos carros, esta oportunidad se presentó debido a la traición de un noble llamado Gregory Orlov. De hecho, empeoró la situación de los asediados, ya que se agregaron nuevas tropas a los que ya estaban en el Kremlin y también necesitaban comida y agua, y, por otro lado, redujo substancialmente la infantería polaco-lituana muy necesaria para la lucha urbana.
El 2 de septiembre (23 de agosto según el calendario ruso) no ocurrieron grandes eventos. Los polacos capturaron varias fortificaciones y ocuparon el monasterio Donskoy, pero no se enfrentaron con las fuerzas principales de la milicia.
El momento de la verdad llegó el 3 de septiembre (24 de agosto según el calendario ruso). El campo de batalla decisivo para Moscú era Zamoskvorechye, un barrio tras el río Moscova. Esta zona no era apta para la fuerza principal de los polacos: la caballería. La milicia se defendió en los restos de las murallas de tierra, así como en la bien fortificada prisión Clementyevsky.
Los polacos atacaron en tres columnas, la izquierda ejercía el esfuerzo principal y dirigida por el propio hetman, en la central se encontraban la infantería húngara, el regimiento de Nevyarovsky y los cosacos Zborovsky, la derecha tenía consistía en 4.000 cosacos zaporogos bajo el mando del atamán Shirai. Los polacos se lanzaron hacia delante, independientemente de las pérdidas. La Segunda Milicia detuvieron a la columna del hetman durante cinco horas, finalmente, no pudieron aguantar y se retiraron. El príncipe Pożarski intentó detener la huida, pero fracasó y pronto toda la caballería rusa pasó al otro lado del río Moscova.
Las columnas central y derecha lograron empujar a las fuerzas de Trubetskoy, los destacamentos polacos ocuparon las murallas de tierra, y luego irrumpieron en el burgo de Clementyevsky. Los cosacos de Zborovski capturaron la prisión de Clementyevsky y expulsaron a todos sus defensores. Los polacos se atrincheraron en la prisión, transportaron 400 carros con comida para la guarnición del Kremlin allí. La primera parte de la batalla terminó con la cárcel al mediodía del 24 de agosto, después de lo cual comenzó una larga pausa.
Durante el respiro, cada lado contó las pérdidas y se preparó para continuar. Minin y Pożarski estaban convencidos de que, a pesar de la pérdida de posiciones, se mantenía la capacidad de combate de la milicia. Era necesario simplemente llevar gente y preparar un contraataque de respuesta. El hetman, que había perdido a su mejor infantería en la batalla en la prisión de Clementyevsky, trató de volver a formar sus tropas y comenzar de nuevo la ofensiva en la Ciudad de Tierra.
El contraataque de la milicia, no fue emprendido por orden de los comandantes, sino por el llamado kelar (abad) Abraham Palitsyn del monasterio de la Trinidad-Sergio, quien llegó a Moscú con la milicia y viendo a los cosacos retirándose, les prometió pagarles con el dinero del tesoro monástico; para sorpresa de Chodkiewicz (y el propio Pożarski) terminó con éxito, siendo rechazados los polacos del burgo de Clementyevsky.
Por la tarde, la milicia se lanzó al ataque. Uno de los destacamentos esta vez fue encabezado por Kozma Minin, el carnicero. Pero a esa hora, su ejemplo era necesario para la inspiración de las milicias.
La ofensiva se llevó a cabo en un amplio frente en la Ciudad de la Tierra, donde las tropas del hetman estaban a la defensiva. El hetman cada vez más apurado, no tenía reservas de infantería, y el ejército comenzó a retirarse. Pero lo más importante, en manos de los rusos, quedaron los 400 carros con comida.
Khodkevich, retirándose, logró transmitir el mensaje al Kremlin que se iba a busca nuevos carros y que y regresaría en tres semanas, como máximo en un mes.
Los voivodas tuvieron que contener a su gente, quienes estaban ansiosos por salir de la ciudad en persecución de los polacos. Las tropas de hetman Khodkevich pasaron la noche a caballo cerca del monasterio Donskoy. El 4 de septiembre (25 de agosto ruso), el hetman se retiró en dirección a Mozhaisk y más allá de la frontera.
Finalmente, el 7 de noviembre de 1612, la guarnición polaca del Kremlin capituló con la seguridad garantizada por Moskwicin. Los rusos asesinaron brutalmente a la mayoría de los indefensos polacos. Algunos de los prisioneros fueron asesinados unos meses después. Solo unos pocos polacos sobrevivieron al intercambio de prisioneros en 1619.
Las noticias de la capitulación llegaron al rey polaco en Volksolamsk, a menos de 30 kilómetros de distancia, cuando estaba en camino de ayudar a la guarnición, al enterarse decidió detener la marcha y regresar a Polonia.
La frontera ruso-polaca permaneció tranquila relativamente durante los siguientes años. Sin embargo, no se había firmado ningún tratado. Segismundo, criticado por el Sejm (el parlamento polaco, formado por szlachta (nobleza), reacios siempre a recoger impuestos entre ellos para el pago de un ejército), por su fallo en el intento de conservar Moscú, y recibió poco dinero para pagar a los soldados. Esto condujo a un motín del ejército regular polaco (wojsko kwarciane), o más bien, el tipo de motín semi-legal practicado en la Mancomunidad: una konfederacja (confederación).
El 3 de marzo de 1613, Michał Romanov, fue elegido zar, inaugurando la dinastía de los Romanov.