Edad Moderna Primera Rebelión Jacobita (1688-91) Alzamiento Jacobita en Irlanda (1691)

Segundo Asedio de Athlone (junio de 1691)

Sarsfield continuó inspirando a los irlandeses durante todo el invierno de 1690/1, y se aseguró de que los guillermitas no cruzaran el río Shannon.

En mayo de 1691, un convoy francés llegó a Limerick y llevando las municiones, suministros y dinero necesarios; el rey Luis XIV envió a Irlanda a uno de sus generales más experimentados, Charles Chalmont, marqués de Saint-Ruhe, que había sido designado por Jacobo para hacerse cargo del ejército en Irlanda. Era una oficial eficiente y mantuvo una estricta disciplina y pronto hizo que el ejército irlandés se pusiera en forma. Su confianza inspiró a los que le rodeaban, y cuando se reanudaron las serias hostilidades en junio, había una nueva sensación de optimismo en el campamento irlandés.

En la primavera de 1691, los jacobitas de Irlanda habían adoptado posiciones defensivas al norte del río Shannon, que constituía una línea de defensa de la provincia de Connacht; con las fortalezas de Sligo, Athlone y Limerick protegiendo las principales vías de acceso, desde donde esperaban la ayuda militar de la Francia de Luis XIV para reiniciar la guerra y tratar de recuperar terreno. Pivotal a la defensa del río Shannon era la ciudad de Athlone que había resistido el asedio en 1690. Con defensas fortalecidas podía hacerlo otra vez en 1691.

Saint-Ruhe consideró llevar a Ginkel a una batalla campal decisiva. Sus generales no estaban contentos con esta posibilidad, especialmente porque Tyrconnell, el virrey del rey Jacobo, había ordenado regresar a Limerick donde, con defensas reforzadas, los irlandeses podían resistir como en 1690, forzando a los guillermitas a otro año de asedios en 1692. Aunque algunos generales apoyaron a Saint-Ruhe, la mayoría estuvo en desacuerdo; finalmente emitió órdenes para la dispersión del ejército a Galway y Limerick. El general d’Usson fue enviado a Galway; el general Wauchope, todavía no completamente recuperado de las lesiones en Athlone, a Limerick para unirse a Tyrconnell; y Sarsfield a Loughrea para supervisar los preparativos para la marcha. Saint-Ruhe permaneció en Ballinasloe donde la moral mejoró cuando desertores se reincorporaron al ejército.

En el verano de 1691 Godert de Ginkel, general holandés de los ejércitos de Guillermo, lo primero que hizo fue adueñarse de la parte oriental de la ciudad. Los soldados irlandeses trataron de evitar que las tropas guillermitas cruzaran el río Shannon y destruyeron el gran puente que conducía a Athlone. Los guillermitas construyeron un nuevo puente de madera, sin embargo, este puente fue destruido nuevamente por unos pocos soldados irlandeses. La ciudad estaba defendida por el coronel Richard Grace, que había resistido el asedio del año anterior.

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Segundo Asedio de Athlone 1691. Defensa del puente. Un sargento de dragones con sus hombres defendiendo el puente durante el asedio. Autor Victor Ambrus.

Del 20 al 30 de junio, ambas partes mantuvieron un cañoneo destructivo al otro lado del río a partir de baterías que se asentaron sucesivamente; durante este período, después de gastar 12.000 balas de cañón, muchas toneladas de piedra, 600 proyectiles y más de 50 toneladas de pólvora, destruyeron no solo el castillo sino también todas las casas en el lado Roscommon del río. Las nuevas obras, sin embargo, fueron reparadas constantemente por la guarnición, asistida por el ejército irlandés bajo Charles Chalmont, marqués de Saint-Ruthe, que había acampado a corta distancia para la especial defensa del puente, cuyo paso fue perseverantemente impugnada con frecuentes pérdidas destructivas al ejército de Guillermo.

El último día del asedio se celebró a cabo un consejo de guerra, donde se decidió asaltar la ciudad, y el toque de la campana de la iglesia de Santa María sería la señal para iniciar el ataque. En consecuencia, el ejército atacó la misma noche en tres divisiones, y tal fue la velocidad simultánea de sus movimientos; que después de media hora de sangriento conflicto, los asaltantes se hicieron dueños de la ciudad, que fue inmediatamente evacuada por la guarnición.

Un destacamento, que había sido enviado para oponerse a ellos, fue rechazado por el ejército victorioso, que dieron la vuelta a los cañones de la guarnición, derrotados escaparon con sus fuerzas al Aughrim, a unos 25 km de distancia. Durante este asedio, la pérdida de los defensores ascendió a 1.200, incluido el coronel Grace. Los ingleses, al tomar posesión de la ciudad, inmediatamente dirigieron su atención a su restauración y a la reparación de sus fortificaciones y obras; y pronto se convirtió en uno de los principales depósitos militares de armas, pertrechos y municiones.

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Segundo Asedio de Athlone (1691). Asalto de la ciudad. Autor Victor Ambrus.

El 27 de octubre de 1697, el castillo durante una de las tormentas más severas jamás conocidas, fue alcanzado por un rayo, que prendió fuego al polvorín, en el que había 260 barriles de pólvora, 10.000 granadas de mano cargadas, y otras provisiones combustibles; todo lo cual explotó con una conmoción tan violenta que todas las casas de la ciudad, excepto unas pocas cabañas sin las puertas, fueron destrozadas o destruidas: la pérdida de vidas, sin embargo, fue comparativamente pequeña , solo 7 personas muertas y 36 heridas.

Batalla de Aughrim (12 de julio de 1691)

Ginkel no estaba seguro de las intenciones irlandesas. La caballería irlandesa impidió que las patrullas williamitas se cerraran sobre el cuerpo principal del ejército jacobita. El holandés también necesitaba reponer su pólvora y municiones antes de avanzar y tenía que proteger sus rutas de suministro contra la interdicción de la caballería de Sarsfield. Entonces se consolidó en Athlone y cubrió sus líneas de comunicación.

Saint-Ruhe reforzó la moral de su ejército, creando un culto a la personalidad a su alrededor con promesas sangrientas de lo que el ejército haría con sus enemigos, y utilizó el clero católico para crear celo de cruzada.

Preparativos

Saint-Ruhe comenzó a trazar planes. Reconociendo la zona alrededor del campamento del ejército, seleccionó un terreno ideal para una batalla, una colina a 8 km de distancia llamada Kilcommodon debajo de la cual se encuentra el pueblo de Aughrim. Concentró sus tropas, dispersas en varios puntos, y se vio obligado a reclutar nuevos soldados entre los grupos de rapparees (guerrilleros jacobitas) y las fuerzas de los propietarios irlandeses.

Ginkel marchó por Ballinasloe, en la carretera principal hacia Limerick y Galway, los exploradores finalmente informaron a Ginkel en Ballinasloe, el 11 de julio, las patrullas de caballería guillermitas habían encontrado a los irlandeses en Aughrim.

Al amanecer del domingo 12 de julio, el ejército de Ginkel cruzó el río Suck. Estaba nublado y los williamitas se movieron con cautela hasta ver a sus enemigos.

Despliegue inicial

Saint Ruthe había elegido como posición defensiva Kicommadan Hill, una pequeña colina, que estaba rodeada por pequeños muros de piedra que marcaban los límites entre propiedades de los granjeros, y que podían ser utilizados por los soldados para protegerse detrás. El lado izquierdo de la posición estaba bordeado por un bog (zona pantanosa), cruzada por una única calzada, dominada por el poblado de Aughrim y en un cercano castillo semiderruido. El lado derecho estaba abierto.

El ejército de Saint-Ruthe eran unos 20.000 efectivos, estaba formado principalmente por católicos irlandeses, y algunas unidades francesas; disponía de unos 12 cañones de campaña Desplegó en un frente de unos 3,2 kms de la siguiente manera:

  • Ala izquierda mandada por Dominic Sheldon, disponía de dos batallones de infantería del regimiento Walter Burkes para cerrar la calzada, 200 mosqueteros ubicados en las ruinas del castillo, y detrás el brigadier Henry Luttrell 3 regimientos de dragones. Había 2 cañones de campaña.
  • Centro ocupando Kicommadan Hill, en 2 líneas, primera línea mandada por William Dorrington compuesta principalmente por rapparees (guerrilleros jacobitas) y la segunda línea mandada John Hamilton con 6 regimientos de infantería. Había 5 cañones.
  • Ala derecha que era la más vulnerable, estaba mandada por Patrick Sarsfield delante tenía la infantería en dos líneas. La primera línea formada por rapparees y la segunda línea formada por 3 regimientos de infantería, Abercorn con 4 regimientos de dragones, y detrás 4 regimientos de caballería bajo el mando teniente-general Tessé listos para la carga. Disponía de 5 cañones de campaña.
  • Reserva regimiento de caballería de Galmoy situado detrás de la colina.
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Batalla de Aughrim (12 de julio de 1691). Despliegue de fuerzas

El general holandés vio la posición defensiva y celebró un consejo de guerra y fue el escocés Hugh Mackay quien sugirió un plan de batalla. Mackay había observado que la mayoría de la caballería jacobita estaba en el ala derecha de Sarsfield: por lo tanto, Saint-Ruthe estaba más preocupado por ese ala. Un ataque importante al ala derecha y el centro desde el pantano, debería hacer que Saint-Ruthe desplazara tropas desde la izquierda; en cuyo momento podría lanzarse un ataque contra la izquierda jacobita para despejar calzada, castillo y pueblo, abriendo así el camino para que la caballería inglesa cruzase por calzada y flanqueara a la infantería irlandesa.

Ginkle tenía como segundo al mando al duque de Wurtembur, disponían eran un conglomerado de soldados ingleses, escoceses, daneses, holandeses y hugonotes franceses (miembros de la Liga de Augsburgo de Guillermo) y protestantes del Ulster, contaba con unos 23.000 infantes, 1.000 jinetes y unos 30 cañones Desplegó de la siguiente manera:

  • Ala derecha frente a Sheldon formada por la caballería inglesa, del Ulster y hugonote bajo el mando de Massue y la infantería mandada por Rubigny.
  • Centro bajo el mando de Hugh Mackay, formado por 3 columnas mandadas por el mayor general conde de Nassau, el príncipe de Hesse y La Mayonniere, formadas solo por infantería.
  • Ala izquierda mandada por la caballería danesa, holandesa y hugonote bajo el mando de Portland y la caballería danesa, holandesa y hugonote bajo el mando del brigadier Eppinger.

Los combates comenzaron a última hora de la tarde en Urrachree, precedidos por escaramuzas que pudieron haber comenzado en el ala de Sarsfield; las  patrullas de rapparees de Sarsfield se habían enfrentado a los exploradores guillermitas a través del vado en su frente. Como los guillermitas necesitaban despejar la zona frente a ellos para que el cuerpo principal del ejército pudiera desplegarse, las escaramuzas se intensificaron con el ingreso de más y más tropas guillermitas. Las cosas se desarrollaban de acuerdo con el plan para Saint-Ruhe: Quería que el enemigo atacase su ala derecha donde tendrían que forzar las fuerzas Sarsfield hacia atrás.

Desarrollo de la batalla

Al día siguiente, el ala izquierda de Ginkle abrió el camino hacia Urrachree. Los daneses intentaron maniobrar un movimiento de flanqueo, pero los irlandeses extendieron su línea de defensa y frenaron su avance. Los hugonotes avanzaron para atacar los setos cerca del paso, y los irlandeses según el plan, se retiraron y los atrajeron. Con terrible efecto, un fuego de flanqueo se abrió sobre ellos y cayeron en desorden, la caballería irlandesa les atacó mientras se retiraban. Nuevamente Ginkle sacó las reservas, pero una vez más, los guillermitas fueron derrotados y conducidos al pantano de abajo.

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Batalla de Aughrim 12 de junio de 1.691. Autor John Mulvany

Los hugonotes franceses se encontraron en la parte inferior de la colina expuestos al fuego irlandés y sufrieron numerosas bajas. En el centro, la infantería holandesa, dirigida por Hugh Mackay trató de atacar frontalmente a la infantería jacobita de Kilcommadan Hill. Los guillermitas, principalmente escoceses e ingleses, tuvieron que pelear trinchera a trinchera, solo para descubrir que los irlandeses estaban retrocediendo y les disparaban desde la trinchera siguiente. De los tres asaltos llevados a cabo por los guillermitas, el primero fue el que alcanzó una posición más alejada. Finalmente, los jacobitas consiguieron repeler el ataque guillermitas infligiendo graves pérdidas al enemigo, gracias a la caballería, que persiguió a los guillermitas por el bog, donde la mayoría de los soldados resultaron muertos. En la persecución, las fuerzas jacobitas consiguieron clavar (inutilizar) varias piezas de artillería guillermitas.

Viendo que su esfuerzo era contra su ala derecha y para mantener esa posición intacta, Saint-Ruthe movió un regimiento de dragones cerca de Aughrim, para reforzar su ala derecha.

Ese era el movimiento que esperaba Ginkel, y sobre las 18:30 horas, ordenó a su ala derecha atacar la izquierda jacobita a través de la calzada que cruzaba el bog, 3.000 ingleses avanzaron. En condiciones normales, la posición debería ser absolutamente inexpugnables, ya que obligaba a los atacantes a avanzar por un pasillo estrecho y cubierto por los mosqueteros irlandeses situados en el castillo. Una vez más, los irlandeses los les dejaron acercarse hasta que estuvieron casi en la cima de la colina; luego, con la rapidez del rayo y un ataque heroico, se enfrentaron y abrieron un fuego mortal sobre ellos y con la llegada de la caballería fueron despedazados y arrojados al pantano una vez más. En este ataque sufrieron un severo revés perdiendo muchos oficiales.

Ginkel ordenó un cuarto asalto, esta vez de caballería, en dos grupos: el primero de ellos por la calzada, el segundo en paralelo por el sur.

Los irlandeses respondieron al ataque con fuego pesado desde el castillo, pero descubrieron que su munición de reserva, de fabricación británica, no entraba por los cañones de sus mosquetes de fabricación francesa. Los guillermitas cargaron entonces con un regimiento de caballería anglo-holandés de refresco, mandado por Henry de Massue, que solo tuvo que soportar un ligero fuego de mosquete y pudo alcanzar la población de Aughrim con muy pocas bajas. Allí se encontró con una fuerza jacobita de caballería liderada por Henry Luttrell que tenía por misión cubrir el flanco. Sin embargo, en lugar de plantear un contraataque, el comandante ordenó la retirada, que concluyó en una desbandada, lo que se ha conocido posteriormente como el “paso de Luttrell”. Luttrell se convirtió en sospechoso de estar en nómina de los guillermitas, y fue asesinado en Dublín tras la guerra.

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Batalla de Aughrim (12 de junio de 1691). Autor Ester Barrett

Entretanto, el marqués de Saint-Ruthe, tras la tercera carga de infantería, consideró que la batalla estaba desarrollándose muy favorablemente y se dice que dijo “Es una lástima ver a tales valientes arrojar sus vidas de esta manera”. Envió un mensaje a Sarsfield para que enviara 400 jinetes, pero se quedara con el resto y aguardara nuevas órdenes. A la llegada del cuerpo de la caballería, Saint-Ruthe se colocó a su cabeza y dijo “echan a correr, persigámosles hasta las puertas de Dublín”. Sin embargo, cuando estaba reuniendo a su caballería a la izquierda del frente para contraatacar y poner en fuga a los guillermitas, una bala de cañón le decapitó, tras lo cual la posición jacobita se desmoronó casi inmediatamente.

Los jinetes, desmoralizados por la muerte de su comandante, huyeron apresuradamente, dejando abierto el flanco izquierdo a los guillermitas, que pudieron rodear a los irlandeses.

Los ingleses hicieron un movimiento de envolvimiento por el flanco en el castillo de Aughrim. Al mismo tiempo, Ginkle ordenó presionar en el centro, que consiguió romper la primera línea de defensa jacobita. La infantería irlandesa bajo Dorrington, hizo una valiente resistencia, pero se vio obligada a retroceder en formación rota. En un lugar conocido como el Bloody Hollow (Hoyo Sangriento), unos 2.000 irlandeses fueron rodeados y atrapados; el resto se retiró a toda prisa. Sarsfield galopó hacia la escena de la batalla, pero llegó demasiado tarde, y con el corazón encogido, reunió a los restos de un ejército derrotado.

Los soldados situados en Killcommadan quedaron completamente expuestos al ataque enemigo y fueron masacrados por la caballería guillermita cuando trataban de huir, muchos de ellos ya desarmados. George Storey, testigo ocular de los hechos, decía que los cuerpos cubrían la colina y parecían un rebaño de ovejas desde cierta distancia.

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Batalla de Aughrim (1691). Restos del regimiento lord Bellews perseguidos por los Blues.

Secuelas de la batalla

Las estimaciones de bajas varían según las fuentes. Generalmente se acepta que unos 7.000 hombres murieron durante la batalla. Algunos estudios recientes elevan la cifra de bajas orangistas hasta las 3.000 guillermitas frente a 4.000 muertos jacobitas. Muchos de los jacobitas muertos eran oficiales difíciles de reemplazar. Por si esto fuera poco, otros 4.000 jacobitas fueron capturados por el enemigo o huyeron. Y, además, los irlandeses perdieron en la batalla sus mejores equipos y suministros. Por estas razones, la batalla de Aughrim fue decisiva en la guerra. La ciudad de Galway se rindió sin luchar y el grueso de la tropa jacobita abandonó la lucha poco después tras un corto asedio en Limerick.

Sarsfield se retiró a través de Limerick; en su camino pasó por Woodford y, según la tradición, en esa ciudad enterró algunas piezas de artillería en el bosque de Derrycregg. El enemigo lo acosó en el camino.

En la noche del 14, Ginkle, con un cuerpo de caballería, llegó a Eyrecourt y vivaqueó en los terrenos del castillo de Eyrecourt esa noche. Eyre lo recibió con gran pompa y esplendor.

Asedio de Limerick (1691)

El principal ejército jacobita derrotado en la batalla de Aughrim el 12 julio de 1691, se retiró hacia las ciudades de Galway y Limereick.

Ginkle decidió asediar primero a Galway, después de una resistencia simbólica, que solo había sido emprendida a instancias del general francés d’Usson, la ciudad solicitó una rendición negociada. La guarnición obtuvo las opciones de permanecer en Galway, regresar a sus hogares o marchar con honores de la guerra a Limerick, la últimala fortaleza jacobita quedaba. A ambos, soldados y civiles les fueron garantizados sus propiedades. Libertad para la práctica en privado de su religión, mientras que las personas y las propiedades del clero recibirían protección. Los católicos podrían practicar la ley y llevar armas y una espada. Estas concesiones indicaban la ansiedad de Ginkel para evitar otro asedio y su deseo de llevar la guerra a una conclusión rápida. Los artículos de la rendición de Galway fueron firmados el 21 de julio y representaban, a pesar de su generosidad, otra victoria para Ginkel. Aparte de Sligo, la principal fortaleza en la zona noroeste, que permaneció en manos irlandesas hasta 14 de septiembre, solo Clare y Limerick estaban en manos de los jacobitas.

El ejército jacobita se retiró de Galway con todos los honores de la guerra a Limerick, donde se reunieron más de 20.000 efectivos jacobitas, de los que solo la mitad disponía de armas, pero a diferencia del año anterior, la moral era muy baja. Por otro lado, las defensas de Limerick se habían fortalecido considerablemente desde 1690. Tyrcorell se hizo cargo de la defensa, pero el 14 de agosto murió de un derrame cerebral. Se creó un problema de sucesión en el mando, a Sarsfield le fue denegado el mando, al final Jacobo II dio el gobierno civil a dos funcionarios ingleses y al abogado irlandés Richard Nagle. El mando militar fue entregado al general francés d’Usson.

Ginkel finalmente llegó ante las murallas de Limerick el 25 de agosto, había recibido instrucciones de Guillermo de atacar enérgicamente la ciudad. Rodeó la ciudad y la bombardeó, abriendo una brecha en las murallas de la ciudad. Un sorpresivo ataque de los guillermitas expulsó a los defensores irlandeses de los terraplenes que defendían el puente Thomond, enviando a sus defensores irlandeses hacia Limerick. Los defensores franceses de la puerta principal de la ciudad se negaron a abrirla a los irlandeses que huían y unos 800 de ellos fueron muertos o ahogados en el río Shannon.

Después de este punto, Patrick Sarsfield derrocó al caballero de Tessé y al marqués de Usson, que eran los comandantes franceses en Limerick, y comenzó las negociaciones para la rendición. Él y Ginkel concluyeron un tratado que prometía: respetar a la población civil de Limerick; tolerar la religión católica en Irlanda; garantías contra la confiscación de las tierras y propiedades de los católicos; y permitir que Sarsfield y el ejército jacobita totalmente armado se retirasen a Francia. Limerick capituló bajo estos términos favorables en octubre de 1691. Sarsfield salió de Irlanda con 10.000 soldados y 4.000 mujeres y niños para ingresar al servicio francés. Este viaje se conoce como el vuelo de los gansos salvajes. Los términos del Tratado de Limerick no fueron respetados por el parlamento irlandés dominado por los protestantes en 1697 y los católicos fueron sometidos a la opresión continua de las leyes penales que los discriminarían hasta principios del siglo XIX.

Final de la guerra

Jacobo II había huido a Francia el 22 de diciembre de 1690, para evitar ser capturado por segunda vez, con lo cual perdió gran parte de su popularidad entre los católicos de Irlanda. En Francia le fue permitido vivir en el castillo real de Saint-Germain-en-Laye, con una corte de jacobitas exiliados, hasta la muerte de Jacobo II en 1701. La mencionada ciudad francesa se transformó prácticamente en la capital exiliada de los ingleses leales a los Estuardo y contaba con más de 1.700 jacobitas en el año 1700; algunos de estos expatriados eran sumamente ricos y estaban bien contactados con la aristocracia europea.

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Huida del rey Jacobo II a Francia el 22 de diciembre de 1690. Autor Andrew Carrick Gow

En 1696 se realizó una tentativa fallida de restaurarlo en el trono asesinando a Guillermo III. La oferta que le hizo Luis XIV para convertirlo en rey de Polonia ese mismo año fue rechazada porque Jacobo temía que la aceptación de la corona polaca, lo hacía incapaz de volver a ser rey de Inglaterra. Después de eso Luis dejó de ofrecerle ayuda; formalizando esta decisión por el Tratado de Ryswick, un acuerdo con Guillermo III en 1697. Pese a todo el monarca francés, de la manera más inesperada, continuó dándole todo su apoyo, llegando a decirle en privado que el Tratado de Ryswick era, en pocas palabras, nada más que un mero reconocimiento formal. Durante sus últimos años, Jacobo vivió austeramente, y con grandes muestras de devoción.

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El rey Jacobo II de Inglaterra exiliado en Francia con su familia en 1966

Murió, víctima de una hemorragia cerebral, el 16 de septiembre de 1701 en el castillo de Saint-Germain-en-Laye, a los 67 años de edad, siendo sepultado en la capilla de los Benedictinos Ingleses de San Edmundo en París. Actualmente su mausoleo está en la catedral de Saint-Germain-en-Laye, frente al castillo donde falleció. Dos placas en el ala este del edificio perpetúan su memoria.

Entrada creada originalmente por Arre caballo! el 2018-08-28. Última modificacion 2022-08-16.
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