Siglo XVIII Guerras Anglo-Españolas siglo XVIII (1762-98) Conquista española de Menorca 1781-82

Preparativos

Menorca había pasado a manos inglesas por el Tratado de Utrech. Pero Carlos III estaba decidido a recuperarla y por ello se alió con Luis XVI de Francia.

La idea del rey español y de sus ministros, era dar al enemigo un golpe inesperado en Menorca, que tendría resonancia en el asedio de Gibraltar e internacionalmente; porque en Mahón se guarecían más de 80 corsarios, tripulados con forajidos de todas las naciones. Estaban autorizados por el gobernador, el teniente-general James Murray, que los empleaba para capturar buques que podrían estar haciendo negocios con los enemigos de Gran Bretaña, estrangulando el comercio en el Mediterráneo. También andaban constantemente atentos a forzar las líneas de bloqueo e introducir los robos en la ciudad necesitada, obteniendo considerable beneficio.

El intento de recapturar Gibraltar en 1779 condujo a un asedio prolongado, y para fines de 1780, los líderes militares de España estaban aceptando que tendrían que embarcarse en algunos de sus otros proyectos al mismo tiempo que se desarrollaba el asedio. Por lo tanto, se planificó una invasión de Menorca durante los primeros meses de 1781, entre Luis Berton de los Blats, duque de Crillon y el ministro de relaciones exteriores José Moñino y Redondo, conde de Floridablanca.

El 25 de junio de 1781, una fuerza francesa de unos 20 buques de guerra, mandada por el almirante Luc Urbain du Bouëxic, conde de Guichen, abandonó Brest en una patrulla costera, que implicaba navegar en el Mediterráneo. Para engañar a los británicos, no se unirían a sus aliados españoles hasta que estuvieran cerca del objetivo. La flota de invasión española bajo el almirante Buenaventura Moreno, disponía de 51 transportes de tropas, 18 barcos de suministro, 3 barcos de hospital, 3 barcos de víveres, 2 bombardas, un brulote y 13 escoltas armados; partió de Cádiz el 23 de julio de 1781. Inicialmente se dirigió hacia el oeste para aparentar que su destino fuera América, pero cuando llegó la noche, dio la vuelta y pasó a Gibraltar el 25 de julio. Frente a los vientos contrarios en el Mediterráneo, el 29 de julio el convoy comenzó a disolverse y se vio obligado a refugiarse en la cala de La Subida, cerca de Cartagena, donde esperó a la flota francesa.

En algún momento los franceses se unieron a los españoles, y la flota combinada salió de La Subida el 5 de agosto, se divisó Alicante el 14 de agosto, y en la noche del 17 de agosto se alejó de la costa española y navegó paralelamente a Formentera. El 18 de agosto, al pasar por la pequeña isla de Cabrera, al sur de Mallorca, se unieron a la flota otros 4 buques de guerra, desde Palma. Esa noche, el viento soplaba del sureste, y la flota tuvo que tomar precauciones para evitar ser encallados en Mallorca, pero Menorca fue avistada a la mañana siguiente.

La flota combinada se distribuyó en tres divisiones: la primera, a las órdenes de Diego Quevedo, para bloquear el puerto de Mahón; la segunda mandada por Pedro Cañaveral al puerto de Fornells; tercera mandada por Antonio Ortega al puerto de La Ciudadela. Debían anticiparse al convoy e impedir la salida de embarcaciones que pudieran comunicar noticias.

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Castillo de San Felipe 1771. Lady Johnstone, esposa del gobernador de Menorca, acompañada por oficiales del 25 regimiento de infantería y de la Royal Navy. Autor Giuseppe Chiesa

Desembarco en la isla

Una fuerza principal debía desembarcar en la bahía de Mesquida, justo al norte del objetivo principal, el puerto de Mahón; y una fuerza secundaria en la bahía de Alcaufar, al sur del puerto, mientras que los otros dos puertos importantes en la isla, la Ciudadela y Fornells, debían de ser bloqueados. La fuerza de Mesquida debía trasladarse rápidamente a la ciudad de Mahón, donde vivía el gobernador, para capturarlo junto con el mayor número posible de soldados británicos. La fuerza de Alcaufar debía bloquear la carretera que conducía desde el suburbio residencial británico, Georgetown (actual Es Castell), hasta el fuerte del castillo de San Felipe. Casi al mismo tiempo, una tercera fuerza desembarcaría en la playa de Degollador en la Ciudadela, para bloquear la carretera principal a través de la isla. Finalmente, un destacamento sería desembarcado en Fornells, tomar el pequeño fuerte de artillería.

El plan adolecía de un defecto básico: la suposición de que los británicos creerían que un gran convoy que se acercaba a Menorca tenía intenciones pacíficas. Además, se tuvieron que hacer más modificaciones debido al viento, que obligó aparte principal de la flota a navegar alrededor del sur de la isla, en lugar del norte. El desembarco en Ciudadela también fue temporalmente imposible. Así, alrededor de las 10:30 horas, la flota redondeó la isla Aire, en el extremo sureste de Menorca, y comenzó el acercamiento a Puerto Mahón, mientras el contingente de Alcaufar se dirigía a tierra. Poco después de las 11:30 horas, el buque insignia de la flota, el San Pascual, pasó por el castillo de San Felipe. Finalmente, alrededor de la 01:00 horas el San Pascual llegó a Mesquida y el resto de la flota se unió gradualmente y comenzaron los preparativos para el desembarco. A las 18:00 horas, la bandera española se izó en la playa y recibió un saludo de 23 cañonazos.

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Mapa de la isla de Menorca en el siglo XVIII

Los británicos tenían una torre de vigilancia en la costa sur de Menorca, y habían visto acercarse a la flota. Un mensaje urgente fue enviado inmediatamente a Mahón; luego reforzado por un informe más detallado de la atalaya en monte Toro, situado en el centro de la isla. Al mediodía, la mayor parte del personal británico de los alrededores de Mahón se habían trasladado dentro de las murallas del castillo de San Felipe, se había tendido una cadena a través de la entrada al puerto y se estaban hundiendo pequeñas embarcaciones en el estrecho canal, haciendo imposible la entrada por mar.

Algunos civiles, incluida la familia del gobernador, hicieron preparativos para ponerse a salvo en Italia a bordo de un barco veneciano, y se envió un mensaje sobre la invasión al delegado británico en Florencia. El barco llegaría a Leghorn (Livorno) el 31 de agosto, cuando las tropas españolas entraban en la ciudad de Mahón.

Las fuerzas terrestres estaban mandadas por el duque de Crillón, general francés, de crédito y experiencia en el asedio de plazas fuertes, de las que decía haber rendido 14 de las principales de Europa, entre ellas el castillo de Milán, Friburg, Ostende, Tournai, Mons, etc. Las tropas españolas estaban compuestas elementos de los RIs de Burgos, América, Murcia, Princesa, Saboya, Ultonia (irlandés), y voluntarios de Cataluña; de dragones elementos de los RDs de Lusitania, Sagunto y Villaviciosa; un tren de artillería de 54 cañones y 18 morteros; con destacamentos de ingenieros, en total unos 7.000 efectivos.

El desembarco se realizó casi simultáneamente en las inmediaciones de los tres puntos, y a pesar de los obstáculos opuestos por la mar gruesa, se realizó el 19 de agosto.

Las tropas que desembarcaron en la cala de la Mesquida, avanzaron a toda velocidad a Mahón el mismo día y se alojó el duque de Crillón en la casa del gobernador, donde encontró la mesa preparada para comer.

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Castillo de San Felipe en Mahón 1771. Lady Louisa con su marido George Lenox, coronel del regimiento de infantería 25 (permaneció en Menorca 1769-75). Autor Giuseppe Chiesa

En 15:00 horas, las fuerzas españolas marcharon a través de la isla y ocuparon los tres puertos. La mayor parte de la población estaba de su lado y los saludó con vítores. En Georgetown, solo se tomaron 152 prisioneros, y las tropas enviadas a Ciudadela y Fornells. El 20 de agosto solo encontraron 50 soldados británicos. En el arsenal y almacenes de la marina se encontraron copiosos repuestos de víveres y de materiales de construcción, y en el puerto se apresaron muchas embarcaciones corsarias y mercantes. Tres fragatas de guerra, abrigadas bajo el glacis del castillo de San Felipe, así como otros seis bajeles menores, fueron tomados valerosamente, se hicieron unos 200 prisioneros, y capturando 160 cañones montados, y se procedió a sacar del agua los que los ingleses habían arrojado, así como también algunos buques hundidos intencionalmente.

Se hicieron arreglos para someter a la isla a una administración española, se intercambiaron cartas entre de Crillon y el gobernador Murray, y los invasores comenzaron a preparar sus propias defensas contra los contraataques desde el fuerte San Felipe.

Para el 23 de agosto, había más de 7.000 soldados españoles en Menorca, y 3.000 más pronto se unieron a ellos procedentes de los RDs de Almansa, Numancia y Sagunto, así como de los RIs de infantería Rey, Mallorca y Milán. La mayor parte de la flota se fue una vez que las tropas se establecieron de manera segura, y Guichen regresó a Brest el 15 de septiembre.

Cuando las noticias de la invasión volvieron a Gran Bretaña unas cuatro semanas después, los periódicos informaron que la guarnición estaba formada por unos 5.660 hombres. Las fuerzas de Murray eran de 2 Cías de Royal Artillery, el RI-51 y el RI-61; los BIs hannoverianos de Prinz Ernest y Goldacker; y algunos voluntarios en total 2.700 soldados regulares, 1.500 eran miembros de la milicia local, y 400 eran trabajadores civiles. Muy pocos miembros de esos grupos entraron en el fuerte de San Felipe, por lo que el total real de combatientes en el fuerte sería cercano a 3.000 hombres.

Asedio del castillo de San Felipe

Murray inició la defensa del castillo de San Felipe con dos objetivos: esperar la llegada de un convoy de socorro, y aguantar el máximo de tiempo posible para ayudar a sus camaradas de Gibraltar. La defensa comprendía el castillo propiamente dicho de planta cuadrada con tres revellines y doble fos; en el sur separado por la cala San Esteban estaba reducto de Malborugh; y al norte el reducto de Felipet en la península del mismo nombre, con una cadena que se unía al castillo de San Felipe, cerrando la entrada a Mahón, estaba separado de la punta de La Mola por la cala de Felipet o Laurela.

El 20 de agosto, el fuerte había sido invertido y estaba completamente rodeado. Crillón según la costumbre ofreció la rendición a Murray, que lógicamente fue rechazada.

El ejército del duque de Crillón, por falta de tiendas de campaña estuvo al raso durante 8 días. Menorca tiene buena temperatura, por lo que no hubo dificultad.

Para facilitar el transporte de los pertrechos de guerra desembarcados en la cala Mesquida, se abrió un camino carretero desde la playa al puerto de Mahón, siendo también construido un embarcadero de madera.

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Asedio del castillo de San Felipe en Mahón en 1781. Plano del asedio. Se aprecia los asentamientos de artillería Plano de Tomás López

Una vez distribuidas las tiendas llegadas de Barcelona, se organizó el campamento por brigadas. Las compañías sueltas de granaderos, dragones y voluntarios de Cataluña ocuparon posiciones:

  • En Binisaida acamparon 2 Cías de granaderos del RI Milán y del RI Nápoles, y 2 de Buk.
  • En Trebeluger 800 hombres del RIL voluntarios de Cataluña al mando del brigadier Antonio Plácido.
  • En Toratxa al mando del brigadier marqués de Avilés, 2 Cías de dragones del RD Villaviciosa, 1 del RD Lusitania, 1 del RD Rey y 1 del RD Sagunto.
  • En los cuarteles de Arrabal, al mando del coronel Ventura Caro 3 ECs del RC Almansa a pie, una Cía de granaderos y 400 voluntarios del RIL de Cataluña.
  • Un campamento se estableció para defender la batería de Binisaida situada a orillas del mar, y otro en el del cerro del Turco, y otro para defender la Bía de morteros de Torratxa y la derecha del ataque.

La primera Bía que se asentó fue la de La Mola con 6×24 cañones y 4 morteros, dejando espacio para 2 piezas a barbeta para impedir los abastecimientos en la cala de San Esteban, único puerto en poder de los ingleses.

La segunda Bía fue la del cerro del Turco con 10×16 cañones y 6 morteros. Y a principios de septiembre se emplazaron dos Bías en Felipet: una de 12×24; y la otra de 4 morteros situada en lo más elevado de la isla.

Al mismo tiempo se asentaron 5 baterías de ataque para el castillo, que tomaron el nombre de los regimientos donde estaban: Burgos (9×24 cañones y 4 morteros), Saboya (12×24), América (8×24 y 4 morteros), Ehler (10×24), y Murcia (8×16). Estas baterías estaban conectadas por la primera paralela, que fue construida en 30 días. También se asentó una batería en Benisaida de 19 cañones dirigida al mar.

En total se instalaron 11 baterías, con un total de 75×24, 18×16, y 33 morteros, había 116 piezas servidas por 931 hombres.

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Asedio del Castillo de San Felipe (Mahón) 1781-82. La artillería española

EI 16 de septiembre, los ingleses ponían en libertad a 35 menorquines del castillo, mientras Crillón daba también permiso para salir de Mahón a los comandantes de Fornells y La Ciudadela durante la dominación inglesa, junto con una serie de señoras de la misma nacionalidad, así como a los enfermos hechos prisioneros; con respecto a los restantes ingleses, ordenó que en el término de cuatro días salieran de Menorca, autorizándoseles para llevar sus bienes o depositarlos en manos de personas de su confianza y dándoles garantías, pero prohibiéndoles regresar durante la guerra, bajo pena de considerarles como espías.

Murray pronto puso a prueba a las fuerzas asediadoras, realizando varias salidas, la más notable tuvo lugar el 11 de octubre, cuando entre 400 y 700 soldados británicos, cruzaron el puerto hasta La Mola y capturaron una batería de artillería española junto con 80 soldados y 8 oficiales. Las tropas españolas fueron enviadas en persecución, pero llegaron demasiado tarde; los oficiales fueron liberados más tarde después de dar su palabra de honor de que no volverían a entrar en combate a menos que fueran intercambiados por oficiales británicos capturados. Tres soldados británicos murieron en la acción.

Crillón pidió más fuerzas y el primer bote llegó a Fornells desde Marsella el día después del ataque británico. Para el 23 de octubre, habían llegado los regimientos de infantería franceses de Lionois, Bretagne, Royal-Suèdois y Bouillon con un total de 3.886 hombres, que sumados a los 10.411 españoles que estaban en la isla, alcanzaron los 14.297 hombres a disposición de Crillón.

El 30 de octubre llegaron a Mahón la BRI francesa con los RIs de Bretagne y Lionois, y al día siguiente acamparon en la montaña de San Antonio. La BRI alemana con los RIs Royal-Suèdois y Bouillon lo hicieron sobre las colinas de Binisermeña. Las fuerzas francesas fueron empleadas en guardar el arsenal, las baterías de La Mola y Felipet, y la cala de San Jorge, para el desembarco seguro de las lanchas.

Hubo un desertor catalán del duque de Crillón, que explicó a los ingleses los emplazamientos y situación de las baterías españolas. Estas noticias dieron origen a que los sitiados, desde fines de septiembre, se percataran de que el Duque estaba organizando el ataque que hasta entonces habían creído estar bloqueo, debido a que la paralela impedía ver las otras.

Advertidos de esta novedad, los sitiados hicieron un vivísimo fuego hasta que, convencidos de que no conseguían derribar la paralela, por hallarse reforzada con sacos de tierra, utilizaron el tiro de rebote, haciéndose entonces insoportables los trabajos a causa de los muertos y heridos que ocasionaba el fuego de cañón.

Dos fragatas inglesas de 14 y 10 cañones, lograron burlar el bloqueo y fondear cerca de la costa, al amparo de los cañones del fuerte de la Reina. El alférez de navío Santiago Liniers, que se encontraba a bordo del San Pascual, fue comisionado a intentar su apresamiento al frente de 16 lanchas y botes armados.

El primer intento, por la noche, resultó fallido debido a la niebla. Liniers resolvió reiterar el ataque a la mañana, a plena luz del día. A pesar del intenso fuego desde las naves y el fuerte, Liniers, con muchas bajas incluido él mismo herido en un brazo, logró apresar las dos fragatas, levar anclas y conducirlas hasta su propia flota. Al pasar frente a la nave capitana, el almirante Buenaventura Moreno ordenó a la tripulación subir a las jarcias y rendir honores. Por su heroico comportamiento, por los méritos contraídos fue ascendido a teniente de navío.

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Asedio del castillo de San Felipe en Mahón 1781-82. Ataque del alférez de navío Santiago Liniers a 2 fragatas inglesas

El gran bombardeo

El 11 de noviembre comenzaron a funcionar las baterías de mortero de los asediadores. En los primeros días, el único dañado dentro del Castillo fue un pequeño cañón de 6 libras. Una batería de mortero fue destruida cuando un proyectil disparado desde el castillo hizo explotar su polvorín. Los artilleros del Castillo también lograron hundir un barco de suministros que intentaba descargar en el muelle de Georgetown.

El ministro José Moñino y Redondo, conde de Floridablanca, mandó para apoyar el bombardeo al mayor barco que tenía la armada en ese momento: el Santísima Trinidad (120), navío que pesó mucho a la hora de la rendición inglesa.

El Trinidad se ubicó a unos 800 metros de la bocana del puerto mahonés, y bombardeó incesantemente el castillo. Córdoba reforzó la cubierta con cañones de a 32 libras y, a pesar de la inestabilidad del casco en alta mar, los torreones orientales de la fortificación quedaron demolidos en menos de cuatro horas.

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Conquista del fuerte San Felipe de Mahón 1782. El navío Santísima Trinidad (120) haciendo fuego

Con un alcance efectivo de 1,5 millas (2,5 km), el navío insignia español estaba situado a la mitad de distancia, con lo cual sus disparos infligían un daño muy serio a la fortificación, que apenas podía devolver el fuego por estar empeñada con la artillería hispano-francesa que sitiaba el castillo por tierra. Además, las madrugadas del 2 y 3 de febrero, Córdoba envió tres andanadas consecutivas desde el Trinidad, que se había acercado al muelle contra los navíos ingleses para; finalmente, acribillarlos en la oscuridad.

El general inglés James Murray, afirmaría posteriormente que sin el martilleo constante que castigaba a sus tropas desde la rada, nunca hubiesen sucumbido y, en concreto, se refirió al Santísima Trinidad como “un gigantesco e incansable puño” que machacaba metódicamente las posiciones inglesas en el bastión mahonés.

Durante la noche del 27 al 28 de diciembre falleció, víctima de una herida recibida en el frente, Carlos Garain, un valiente soldado que se descubrió que era mujer tras su fallecimiento. Por su conducta ejemplar y abnegado sacrificio, se le rindieron los máximos honores, estando su cadáver expuesto en la iglesia del Carmen y desfilando ante él numerosas personas.

Rendición del castillo de San Felipe

Después de casi dos meses de debilitar el fuerte con artillería, el 6 de enero de 1782 fue la fecha fijada para el inicio de un asalto final. El duque de Crillón se dirigió con sus ayudantes y generales al talayot de Trepucó, un monumento megalítico situado en las afueras de Mahón, hacia el Este, desde donde se divisa un amplio panorama para el ataque. A las 05:00 horas, ya estaba allí para presenciar el ataque, y a las 05:15 horas, se hallaban las tropas formadas en orden de batalla. A esa hora, dada la señal del ataque, el ejército español lanzó una descarga de fusilería, seguida de otra de los franceses y otra de los alemanes. (Los franceses estaban acampados en San Antonio y los alemanes en Binisermeña). Estas salvas se repitieron tres veces, y concluida la última, se abrió contra el castillo de San Felipe fuego con todas las baterías de cañones y morteros con tal densidad; que los sitiados, no pudiendo contrarrestarlo por estar batidos por todos los lados, abandonaron gran número de sus defensas, hasta que la actividad del fuego fue reduciéndose por escasear las municiones.

Cuando los disparos disminuyeron, los defensores comenzaron sus propios bombardeos de las posiciones de los atacantes, con más de 200 cañones y 40 morteros; también hundieron otro barco de suministro el 12 de enero. Tres días después, los atacantes se vengaron y prendieron fuego con una granada incendiaria contra un almacén clave, que contenía, entre otras cosas, gran parte del suministro de carne salada del fuerte, que se quemó durante cuatro días.

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Asedio del castillo de San Felipe (Mahón) 1782. Infantes del regimiento Burgos y jinete del Almansa, al fondo el castillo

Para la guarnición, la pérdida de carne era un problema relativamente menor. Las mejoras en el fuerte no incluían huertos resistentes a la artillería, por lo que los ocupantes no tenían acceso a vegetales frescos, el alimento más fiable para combatir el escorbuto, que ahora se sabe es causado por la deficiencia de vitaminas. Gradualmente, más y más soldados mostraron síntomas graves, y a principios de febrero, el número de ingresados en el hospital crecía en más de 50 por día. Para vigilar en todos los puntos de las complejas defensas, se requerían 415 hombres. Hasta el 3 de febrero, con solo 660 hombres capaces de realizar cualquier tarea, la guarnición tenía 170 hombres menos que los 830 necesarios para mantener dos turnos de guardias en un día. De esos 660 hombres, 560 mostraron síntomas de escorbuto, y varios hombres murieron mientras se encontraban en servicio de guardia, por haber elegido no informar su condición a los oficiales médicos.

Tras una serie de informes urgentes de su equipo médico, el 4 de febrero de 1782, el general Murray envió una lista de diez términos de rendición al duque de Crillon, basándose en el principio de que la guarnición debería recibir transporte de regreso a Gran Bretaña, que se pagaría por el gobierno británico. Estos tuvieron que ser rechazados, ya que a Crillon se le había ordenado insistir en que la guarnición fuera declarada prisionera de guerra, pero él insinuó fuertemente que un compromiso debería ser posible.

El acuerdo final, aceptado por ambas partes el 5 de febrero y firmado el 6 de febrero, permitió que los hombres se convirtieran en prisioneros de guerra temporales mientras esperaban los barcos de transporte.

Acordada por ambos Generales la capitulación, se procedió a tomar posesión del fuerte de Marlborough, a las once de la misma noche, por las dos compañías de granaderos que se hallaban de guardia en las baterías, llevándose al día siguiente a cabo la entrega de las restantes fortificaciones.

A las diez de la mañana formaron, al efecto, las fuerzas españolas, en orden de batalla, a la derecha de la salida principal del castillo y a la izquierda de las BRIs francesa y alemana. El duque de Crillón llegó en su coche, acompañado del teniente-general Félix Buch, el barón Falltenhayn (comandante en jefe de las fuerzas francesas), el conde de Cifuentes y otras personalidades.

Salió a recibirle el segundo general, Drapper, y le condujo hasta el despacho del gobernador Murray. Pasaron juntos a reconocer algunos cuarteles y almacenes, y como permanecía aún la bandera parlamentaria inglesa, se colocó en lugar de esta la española.

Los oficiales ingleses quedaron autorizados para conservar sus sables, muchos oficiales ingleses quedaron con toda libertad en Mahón, mientras que las desarmadas fuerzas salían para Alayor, a donde unos veinte carros transportaron los equipajes. Gran número de enfermos de escorbuto, ingleses, fueron cuidadosamente atendidos en Villa Jorge. Para el transporte de los vencidos se embargaron una serie de buques menorquines.

El 20 de marzo salió un barco veneciano para Liorna con el general Murray, y el 25 de marzo, un convoy de 60 velas, del que formaban parte 21 transportes, con la guarnición inglesa puso rumbo a Inglaterra. Se Incluía en el convoy 33 buques con fuerzas españolas para Algeciras.

Secuelas del asedio

En los 29 días de asedio formal se lanzaron 66.815 proyectiles de cañón y 17.160 bombas, dando un total de 83.975 proyectiles. La guarnición inglesa y demás sitiados que se hallaban en San Felipe el día que se rindió ascendían a 3.101 personas, que se descomponían de: 2 tenientes-generales, 1 mariscal de campo, 3 coroneles, 4 tenientes-coroneles, 11 mayores, 38 capitanes, 80 tenientes, 27 subtenientes, 2.501 entre sargentos, cabos y soldados, 3 capellanes, 17 cirujanos y médicos, 3 asesores, 154 mujeres y 221 niños; y 43 paisanos ingleses.

Se les tomaron sus banderas, su armamento, 347 piezas de artillería (41 morteros y 306 cañones y obuses de distintos calibres), municiones, pólvora y otros efectos de la defensa. Se hicieron cerca de 100 presas a los británicos en el puerto y en el resto de la isla, entre ellos 14 corsarios.

Las bajas británicas fueron 59 muertos (incluyendo 2 oficiales), 149 heridos (incluyendo 15 oficiales) y 35 desertores (20 del RI irlandés Ultonia), además de los enfermos.

Las bajas españolas fueron: 4 oficiales y 180 de tropa muertos y 20 oficiales y 360 de tropa heridos.

Tras su éxito, el duque de Crillón, fue nombrado capitán-general y recibió el título de duque de Mahón y se encargó del intento de recuperar Gibraltar.

El teniente-general James Murray fue sometido a una corte marcial en noviembre de 1782, por los cargos presentados por William Draper.

Murray fue declarado culpable de solo dos delitos (el más grave de los cuales fue la emisión de una orden despectiva a su adjunto, la chispa que llevó a la suspensión de Draper en enero). En enero de 1783 fue condenado a una reprimenda y, poco después, por la intervención directa del rey Jorge III, recibió una disculpa de Draper por ciertas palabras pronunciadas fuera de la corte, que de otro modo podrían haber llevado a un duelo. En febrero fue ascendido a general completo, pero después de cumplir 60 años durante el asedio, nunca regresó al servicio activo, aunque llegó a ser coronel del RI-21 fusileros en 1789.

Para conmemorar la gesta Carlos III dictó una real cédula por la que instituyó la Pascua Militar, que desde entonces se celebra anualmente.

Gran Bretaña volvería a capturar Menorca en 1798 durante las Guerras Revolucionarias Francesas, pero fue devuelta de forma permanentemente a España en 1802 tras el Tratado de Amiens.

Entrada creada originalmente por Arre caballo! el 2020-02-24. Última modificacion 2022-09-26.
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Comentarios:

  1. Miguel TIMONER Vidal dijo el 2021/10/29 a las 8:42 pm

    Enhorabuena .Muy detallado Discrepo del número de bajas a partir de los datos que publicó en sí Disrio del Asedio el capellán castrense de uno de los regimientos de Hannover, que publicó con los números de sus bajas y las que le dijeron de las habidas entre asediadores cuando andó como prisionero hasta Alayor

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