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Asurbanipal II o o Ashur-nasirpal (883-59 AC)
Marcó el cambio en las estrategias de guerra y las armas, hizo avances militares sistemáticos, llevó al esplendor el poder militar asirio.
Apenas tomado el trono, recibió noticias de que Suru en la región del Jabur se había rebelado. Obligó al ejército a una marcha forzada de 320 km para sofocar la rebelión en pleno verano, por terrenos desérticos y con temperaturas insoportables. Esta táctica de rapidez sorprendió a los jefes de Suru y el impacto psicológico de la llegada en forma fulminante de todo el ejército asirio los aterrorizó. Era una táctica asiria que podríamos denominar vulgarmente: “no dar tiempo” a sus enemigos.
Varias de estas campañas se dirigieron hacia el norte contra el Estado arameo de Bit Zamani en el sureste de la actual Turquía que por dos veces se rebeló y que fue arrasado por las tropas asirias. Para afianzar su dominio sobre la zona se favoreció el asentamiento de colonos asirios en Tushhan, situada en la ruta de la ciudad de Amedi la capital de Bit Zamani (cerca de la actual Diyarbekir) y donde hizo construir un templo. Hacia el este y partiendo de la ciudad de Kilizi, se consolidó el dominio asirio sobre las estribaciones de los Montes Zagros construyendo una fortaleza en Dur Assur (Fortaleza de Assur). Babilonia al sur y Bit Adini en la cuenca media del Éufrates, incitaron a la rebelión a pequeños Estados fronterizos con Asiria, que Asurbanipal II aplastó sin piedad, concentrándose posteriormente en atacar al poderoso reino arameo de Bit Adini.
Lanzó una campaña hacia el oeste sorprendiendo a los estados neo-heteos y arameos del norte de Siria, alcanzando la costa mediterránea en el 877 AC. Ocupó la ciudad de Aribua donde estableció a más colonos asirios y posteriormente siguiendo por la costa hacia el Líbano estableció diversas alianzas con las ciudades fenicias deseosas de establecer relaciones con el poderoso vecino, al que le entregaron tributo.
Recibió tributo de Sidón, Tiro, Biblos, Amurru y Arvad (Chipre) entre otros. Controló de esta forma las rutas comerciales hacia el Mediterráneo, por la cual obtenía metales y caballos de Anatolia, maderas de Fenicia, y mano de obra para construir en la capital, Kalhu. Usó una de las prácticas de presión psicológica más efectivas: lavó todas las espadas en el mar, es decir, el efecto era teñir las aguas con sangre frente a la vista de los sometidos.
Aunque la mayor parte de los reinos conquistados mantenían su autonomía nominal, la Asiria interior se encontraba dividida en cinco circunscripciones dirigidas por funcionarios designados por el rey. Con el paso del tiempo, este cuerpo de funcionariado adquirió una gran autonomía, lo que se tradujo en una profunda crisis interna.
Pero Asurbanipal II no solo fue un rey bélico. También hizo otras acciones que pasaron a la posteridad, como la de restaurar los templos de Assur y Nínive, además de construir una residencia real en la ciudad bíblica conocida como Calah, llamada a su vez Kalkhu, la cual pasó a ser la capital del reino. Este palacio, de una superficie de 24.000 metros cuadrados, se dividía en tres partes. La primera parte estaba destinada para alojar las habitaciones de ceremonial (la gran sala de recepciones y el salón del trono). Sus entradas principales estaban flanqueadas por grandes figuras llamadas Lamassu, o grandes hombres toros alados. La segunda parte del palacio era donde estaban las habitaciones reales, el harén y las salas de las abluciones. Y la tercera era una gran cantidad de habitaciones agrupadas alrededor de un patio, en donde estaba el sector administrativo de su séquito. Este palacio fue descubierto y excavado entre 1845 a 1851 por Layard. Durante este período, la mayoría de los bajorrelieves acabaron en el actual Museo Británico, aunque en la actualidad se ha restaurado con fines turísticos.
Respecto al resto de la ciudad, construyo sólidas murallas fortificadas con veintenas de torres, un palacio real y varios templos, entre los que se contaba un zigurat de 38 m de altura. Las investigaciones indican que la ciudad tenía una extensión de 358 hectáreas, Y no solamente había en ella palacios, templos y casas, sino también jardines y huertos, regados por un canal llevado del río Zab. Hizo traer poblaciones de los territorios conquistados para que se establecieran en la ciudad, que finalmente contó con unos 16.000 habitantes.
Se dice que en el banquete que preparó para la inauguración de su nueva capital, se invitó a todos los habitantes de la ciudad, además de a dignatarios visitantes, un total de 69.574 personas. Según la estela del banquete, se sacrificaron 1.000 bueyes, 1.000 terneros, 14.000 cabritos, 1.000 corderos, 500 ciervos, 500 antílopes, y un gran número de aves, posiblemente fue el mayor banquete de la antigüedad.
Cuando se excavaron las ruinas de Kalkhu (Nimrud), aparecieron ejemplos excepcionales de arte asirio, como los colosales leones alados con cabeza de hombre, los toros alados, numerosos bajorrelieves de gran tamaño que adornaban los muros de palacio y una gran cantidad de objetos bellamente tallados en marfil. Se descubrió una estatua del rey Assurbanipal en excelente estado de conservación.
Salmansasar III (858-24 AC)
Estuvo en guerra 31 de los 35 años de su reinado. Su reinado se caracterizó por el enfrentamiento de Asiria con los estados de la zona de Siria, el levante y el sur de Anatolia, coaligados entre sí para poner coto al control asirio de las vías de comunicación mercantiles. Atravesó el Éufrates veinticinco veces, invadiendo Cilicia cuatro veces, y sometiendo pueblos del norte y del este, de los que sus antecesores habían ignorado hasta el nombre.
Campañas en Siria
La primera de esas coaliciones estaba formada por Bit Adini, Karkemish, Hilakku, y Pattin (todos situados en el norte de Siria y Cilicia). Ya en su primer año de reinado, recorrió el norte de Siria, en donde obtuvo un cuantioso botín al derrotar a una coalición de reyes neohititas, entre ellos, el rey Sangara de Karkemish. Al año siguiente, comenzó su política de conquistas, centrada en más de treinta campañas. Sometió, tras costosas luchas, al reino de Bit Adini en la curva del Éufrates, controlando desde su capital, Til Barsip (que rebautizaría como Kal-Salmanasar), toda la zona septentrional, a la que impuso fuertes tributos. Otro objetivo fue la sumisión del reino de Aram y de sus Estados satélites en torno al Orontes.
Batalla de Karkar o Qarqar (853 AC)
Esto obligó a al rey Hadadezer o Ben-Hadad de Damasco a formar una coalición de doce reyes, entre ellos Irkhuleni de Hamath, Acab de Israel, y Osorkon II de Egipto; para presentar batalla a Salmanasar III.
La inscripción de Salmanasar describe detalladamente las fuerzas de sus enemigos (puede que estos números estuviesen inflados:
- El rey Hadadezer comandó 1.200 carros, 1.200 jinetes y 20.000 soldados de a pie;
- El rey Iruleni de Hamath comandó 700 carros, 700 jinetes y 10.000 soldados de a pie;
- El rey Acab de Israel envió 2.000 carros y 10.000 soldados de a pie;
- Cilicia envió 500 soldados;
- Osorkon II de Egipto envió 1.000 mercenarios;
- Los arameos enviaron 1.000 camellos;
- La tierra de Arwad envió 200 soldados, 10 carros de Irqanata, y 30 carros de Sianu.
En total 3.940 carros, 1.900 jinetes, 1.000 camellos y unos 45.000 infantes.
Las fuerzas asirias se estiman en 6.000 infantes, 7.000 jinetes y 2.000 carros. Salmanasar Avanzó a través del Tigris y el Éufrates y entró en Siria, dejando de lado la resistencia en el camino. Después de saquear la ciudad de Qarqar, se encontró con las fuerzas de la alianza liderada por Siria cerca del río Orontes.
Salmanasar III, fijó al adversario con su infantería y colocó los carros y jinetes en el ala derecha que atacó el flanco izquierdo adversario, desorganizándolo.
Los relieves asirios sugieren que los jinetes lucharon en parejas, uno al lado del otro, con un hombre sujetando las riendas de ambos caballos mientras el otro disparaba su arco compuesto. La infantería, con mucho el elemento más numeroso, estaba formada principalmente por arqueros y lanceros. Estos hombres probablemente también lucharon en parejas, el lancero defendiendo al arquero con su arma y escudo. Al igual que los asirios, la alianza liderada por Siria muchos más carros, pero considerablemente menos jinetes, aunque contaba con un contingente de camellos, proporcionado por el rey de Arabia, que combatieron posiblemente con un conductor y un arquero detrás.
Salmanasar reclamó la victoria diciendo “Luché con ellos con las poderosas fuerzas de Ashur, que Ashur, mi señor, me ha dado, y con las fuertes armas que Nergal, mi guía, me ha donado, les infligí una derrota entre las ciudades de Karkara y Gilzau. Maté 14.000 soldados suyos con la espada, al caer sobre ellos como Adad cuando envía un aguacero. Esparcí sus cadáveres, llenando la llanura con sus diseminados soldados. Durante la batalla hice correr su sangre por el Hur-pa-lu del distrito. El llano resultó demasiado pequeño para que sus almas descendieran, el vasto campo se agotó para enterrarlos. Con sus cadáveres llegué a uno y otro lado del Orontes antes de que hubiera un puente. Incluso durante la batalla les arrebaté sus carros, sus caballos habituados al yugo.”
La realidad es que Salmanasar regresó rápidamente a Asiria, lo que hace pensar que sufrió un revés en la batalla. Además, si fue un triunfo, fue solo pasajero o de menor importancia, ya que no pudo quebrantar la resistencia de la liga ni ocupar sus territorios por lo menos hasta la época de Hazael. Aparte de que los asirios no añadían derrotas o fracasos en sus inscripciones.
Como consecuencia de tal batalla, los Estados sirios dejaron temporalmente de tributar a Asiria. Salmanasar III prosiguió, sin embargo, sus luchas contra Aram, que en otras tres ocasiones pudo hacerle frente con éxito. A partir del 841 AC, y asesinado el rey Hadadezer (Ben Hadad II), Salmanasar III pudo pasearse por toda la zona de Damasco, pero sin conquistarla, logrando que muchos Estados le pagasen tributo, entre ellos Tiro, Sidón e Israel (tributo de Jehú).
En 849 y 848 AC el ejército asirio se enfrentó de nuevo con las fuerzas de la coalición, los derrotó y capturó sus carros y caballería.
Por dos veces se encontró Salmanasar con una terrible resistencia siria antes de emprender la campaña definitiva en 845 AC. Reclutó para la ocasión un ejército de más de 120.000 efectivos, pero el resultado fue el mismo. Tuvo que esperar cuatro años para dar el golpe definitivo gracias a los errores de sus adversarios, quienes no habían solventado sus querellas internas, rompiendo la unidad que le daba la fuerza necesaria para resistir al invasor.
Se sabe que en 841 AC, Salmanasar III derrotó Hazael, rey de Damasco, que era entonces el jefe de la coalición siria, los asirios capturaron 1.121 carros y 470 jinetes en el campo del enemigo. Cuando se dirigió a Damasco se valió de los cadáveres para cruzar el Orontes antes de que hubiera puente, pero no pudo tomar la ciudad.
Una inscripción en la estela de Salmanasar III dice que tenía caballos para 2.002 carros y equipados 5.542 jinetes para el servicio en esa zona. Ese mismo año sometió a Tiro, Sidón y al rey Jehu rey de Israel.
Se conoce de una de sus inscripciones que Thekin capturó 9.920 caballos y mulas durante sus primeras veinte campañas.
Campañas en Anatolia
Solo después de la victoria en el levante pudo Salmanasar III reforzar su dominio en la zona de Anatolia, donde los estados neohititas de Malatya, Que y Tabal o Tubal habían proporcionado ayuda a los adversarios de Asiria en la batalla de Qarqar. Las tropas asirias atravesaron los montes Tauro donde en el monte Amanus Salmanasar III colocó una estela al lado de la que otro rey hurrita, Anum-khirbi, había colocado un milenio antes.
Campañas en Babilonia
Babilonia tenía con Asiria un antiguo un tratado de paz que fue renovado entre Salmanasar III y Nabu-apla-iddina. Sin embargo, en el intervalo de sus luchas acudió en ayuda del nuevo rey Marduk-zakir-shumi I, que había sido despojado de la mitad de su reino por su propio hermano con la ayuda de los arameos. Salmanasar III, trató con toda benevolencia a Babilonia, ofició en sus templos y pudo traerse de la zona caldea enormes tributos, según sabemos por los relieves de la base del trono de Nimrud.
En el año 834 AC, sintiéndose viejo, cedió el mando de las tropas y la iniciativa de las campañas a su fiel turtanu, el general Dajjan-Assur, quien llevó las armas por todo Urartu y el Elam.
Rebelión de su hijo
En el año 827 AC, uno de sus hijos, Assurdan-apli, contando con el apoyo de diferentes ciudades asirias (entre ellas Nínive, Arrapha y la propia Assur) se rebeló contra él, y Salmanasar III no pudo hacer nada por sofocar la situación. A su muerte, el trono pasó a su hijo Samsiadad V.
Tiglat Pileser III (745-27 AC)
Después de casi 80 años de debilidad, después de un sangriento golpe que eliminó a la familia real, el general Pulu, gobernador de Kalhu (Nimrud) tomó el trono con el nombre de Tiglat Pileser III.
Comenzó una serie de reformas para reforzar el poder central y anexionar los territorios conquistados al Imperio convirtiéndolos en provincias. Comenzado un periodo de esplendor caracterizado por las campañas militares y la expansión territorial.
Se creó un ejército permanente reforzado temporalmente por un sistema de reclutamiento de levas. Esta maquinaria de guerra estaba formada por: la guardia real, el ejército permanente formado por soldados profesionales que incluía a los mejores soldados del Imperio y de los territorios subyugados, y la leva en masa para tiempos de crisis.
Retomó la política de deportaciones en masa practicada por reyes anteriores. En el 745 AC deportó a 30.000 personas de la zona de Hamath en Siria y los asentó en los montes Zagros, luego en el 744 AC deportó desde la meseta irania a 65.000 personas y las estableció en las riberas del río Diyala.
En el 743 AC avanzó sobre Siria, y Sardur III rey de Urartu movió su ejército para socorrer a los sirios y se entabló la batalla cerca de Samsat, en Kummuh (alto Eufrates) y los asirios tuvieron un severo enfrentamiento con los urartianos. Invadieron parte del territorio de Urartu, pero no pudieron sitiar la capital, Turushpa.
Dispuesto Tiglat a acabar con la amenaza aramea, derrotó del arameo Mati’ilu de Bit Agusi, y sitió su capital Arpad durante tres años, finalmente cayó en el 740 AC, la anexó como provincia (sobre la cual colocó a uno de sus eunucos como gobernadores) y sometió a Hamat a tributo.
En el 738 AC marchó contra Azarías (Uzías), rey de Judá y destruyó los reinos de Israel y Judá. Grabó sus campañas en relieves de Kalhu. Entre el 734 y 732 AC, Tiglat tuvo que intervenir en Palestina, su intervención motivó la captura de varias ciudades fenicias (Tiro, Ascalón y Gaza), y la toma de Damasco, poniendo aquí fin a tal reino arameo, y la invasión de Israel, en donde recibió la sumisión del nuevo rey Oseas. Las poblaciones de estos territorios fueron deportadas y el país fue organizado en provincias.
En 736 AC, Tiglat Pileser III marchó hacia el norte y conquistó los medos y los persas, expandiendo su imperio hasta el actual Irán. En este punto su imperio abarcó toda la Mesopotamia y el Levante, un área que se extiende desde el golfo Pérsico hasta hoy en día Irán, a través del mar Mediterráneo y a través de Israel.
En 729 AC, una rebelión estalló en la ciudad de Babilonia después de la muerte del rey Nabonasar, quien había sido un leal vasallo, y Tiglat Pileser III marchó sobre la ciudad, redujo la revuelta y ejecutado el pretendiente al trono. Así que se proclamó rey de Babilonia en 728 AC, con el nombre de Pulu o Pul, logrando la adhesión del clero de Marduk. Él era entonces el rey de Asiria y Babilonia y estaba a la altura de su reinado.