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Sargón II (721-05 AC)
Ascendió al trono después de la muerte de Salmanasar V. Probablemente era un usurpador, aunque, de acuerdo con un texto que se ha preservado, pretendía ser hijo de Tiglatpileser III. En cualquier caso, se apoderó del trono por la violencia, y su advenimiento supuso una ruptura con el pasado, pues en ninguna de sus inscripciones se hace mención de sus predecesores.
Por malentendidos con los sacerdotes y ciudadanos de la capital decidió fundar una nueva capital, Dur Sharrukin, pero no llego a completarla.
En el 720 AC intervino en dos frentes a la vez: en Babilonia, para cortar la ayuda que Merodac-Baladan estaba recibiendo del elamita Ummanigash, y contra una coalición sirio-egipcia, reconquistando las provincias rebeldes de Arpad, Simirra y Damasco.
En el 717 AC anexiona Karkemish, que era una posición estratégica sobre el Éufrates, con el pretexto de una supuesta conspiración de sus dirigentes con el rey Midas de Frigia. Al año siguiente organizó un sistema defensivo en el este, en Parsuash, para frenar la penetración de las tribus medas, que todavía no estaban bien cohesionadas. En el 715 AC, repobló Samaria con deportados árabes, para contrarrestar la influencia de Egipto.
El año 714 AC inició la gran campaña contra Urartu, aprovechando que este país estaba siendo sometido a presión por los cimerios. En el monte Waush era una zona montañosa y escarpada por lo que la batalla se presentaba difícil. Sargon II decidió avanzar con los carros y apoyado por los «qurubti sa sheppe» o caballería de la guardia, colisionó contra la línea de batalla urartiana que se quebró frente a este asalto feroz e inesperado. Detrás de Sargon II venían los arqueros y lanceros que inmediatamente atacaron a los urartianos que desintegraron sus líneas y empezaron a retirarse.
El rey urartiano abandonó el campo de batalla dejando tras de sí a 230 miembros de la familia real, funcionarios, gobernadores, caballería y otras unidades. El rey urartiano abandonó la capital, Turushpa, pero Sargon II no tuvo intenciones de arrasar dicha ciudad y regresó a Asiria, arrasando todo a su paso (táctica de tierra quemada). De paso lanzó 1.000 jinetes contra Musasir, tierra del dios urartiano Haldi, lugar de coronación de los reyes de Urartu, Sargon II la devastó y se llevó de allí un inmenso botín. En el 710 Sargon II, logró firmar un acuerdo con los muskhis (frigios).
En el 713 AC. Sargon II se apoderó de Tabal porque este rey planeaba aliarse con los reinos de Urartu y Frigia.
Entre el 710 y el 707 AC, luchó contra los caldeos de Babilonia. Marduk Baladan huyó a Elam y finalmente Sargon II hastiado deportó a 108.000 caldeos y babilonios para terminar con los problemas en la zona.
Sargon II tuvo que ocuparse de Siria pues el gobernador de Hamath conquistó Arpad, Damasco, Samaria y ciudades fenicias. Sargon avanzó desde Til Barsip tomando Arpad y luego sitió Hamath, capturó Damasco, sofocó la revuelta en Samaria y llegó hasta Gaza. El rey de Gaza fue desollado.
En el 712 AC se levantó en armas Ashdod, pero Sargon II los venció rápidamente. Sitió durante tres años a Samaria, tomó prisionero a Oseas, el último rey de Israel, y destruyó Samaria. Deportó judíos a Asiria y asentó a asirios en Samaria.
Se erigió en rey de Babilonia en 709 AC, regresando en el 707 AC cargado con el botín y se dedicó a terminar la ciudad de Dur Sharrukin (llamada actualmente Khorsabad), ubicada a unos 16 km al noreste de Nínive, y destinada a ser su nueva capital. Al año siguiente fue inaugurada, aún no estaba terminada del todo, ni totalmente habitada.
Sargon II, cerca del final de su reinado, se dirigió contra los cimerios en Anatolia porque estos destruyeron parte de la antigua capital asiria; Kalhu. Sargon II enfrentó a los cimerios y murió en el campo de batalla en Tabal. Su cuerpo no fue enterrado porque el consejo de superiores consideró que algunas de sus acciones violaron el código de la realeza asiria.
A su muerte, Sargón II dejó un reino de bases aparentemente sólidas, pero en realidad, con graves problemas internos y rodeado de enemigos poderosos como Egipto, Urartu y Elam, que dificultaron los gobiernos posteriores.
Senaquerib (704-681 AC)
Senaquerib, como sucesor designado, había sido bien instruido por su padre, y estaba versado en las artes de la guerra, la administración y la diplomacia. Sin embargo, apenas había subido al trono cuando comenzó una seria crisis, habitual con cada cambio de monarca en un imperio despótico cuyos reinos subyugados aprovechaban la menor oportunidad para levantarse.
Campaña contra Babilonia (707 AC)
En 703 AC, un desconocido hijo de esclavos, Marduk-zakir-shumi II, expulsó a los asirios de babilonia y se hizo con el poder; sin embargo, fue destituido apenas un mes después por el ex monarca Merodac-Baladán, derrotado por Sargón en 710 AC, que había permanecido más de un lustro oculto en las marismas del País del Mar, esperando el momento de su venganza.
Merodac-Baladán se hizo proclamar de nuevo rey de Babilonia y comenzó a recabar apoyos para combatir a los asirios. Empleando con prodigalidad los inmensos tesoros de oro, plata y gemas sepultados en el templo Esagila. Se aseguró el apoyo del rey de Elam, que le envió importantes refuerzos al mando de su lugarteniente en jefe, un tal Imbappa; el segundo de este, un tal Tannanu; y diez generales más, junto con el temible caudillo suteo Nergal-nasir, al frente de unas fuerzas que los Anales de Senaquerib elevaban a 80.000 hombres.
Pronto se hicieron con el control de las principales ciudades de la Baja Mesopotamia, como Ur, Eridu, Nippur Kutha y Borsippa, así como del apoyo de las tribus cercanas.
Campaña contra Babilonia (703 AC)
Senaquerib, reaccionó movilizando su inmenso dispositivo militar y emprendiendo personalmente la reconquista de la zona. Partió de Assur el 20 de Shabâtu (enero-febrero). A la cabeza de un primer ejército, cercó, en las proximidades de Kutha, a los rebeldes babilonios. Mientras, sus generales marcharon en vanguardia sobre la antigua ciudad de Kis, para mantener a raya al grueso de la coalición. Elamitas y babilonios salieron de la ciudad al encuentro de los asirios, y trabaron combate en la llanada de Kis.
Tras tomar Kutha al asalto y exterminar a sus defensores, Senaquerib acudió a marchas forzadas en auxilio de sus generales, y derrotó en batalla a Merodac-Baladán, que huyó de nuevo al País del Mar. Los asirios tomaron prisioneros a un hijo de Merodac-Baladán, Adinu, así como a Baskanu, hermano de Yatie, reina de los árabes, y numerosos soldados. De igual modo cayó en sus manos un inmenso botín de carros, carretas, caballos, mulas, burros, camellos y dromedarios, que formaban el aparato logístico de los vencidos, y los suministros que transportaban.
A continuación, Senaquerib entró vencedor en Babilonia, apoderándose de los tesoros e insignias reales de Merodac-Baladán, así como de su esposa e hijas, harén y Corte. Sin embargo, los asirios no lograron atrapar a Merodac-Baladán, persiguiéndolo en vano durante cinco días por las marismas de la Baja Mesopotamia. En represalia, Senaquerib devastó su país de origen, Bit-Yakin. Tras someter de nuevo toda la Baja Mesopotamia al dominio asirio, esclavizando a los rebeldes, Senaquerib instaló en el trono a un nuevo rey-títere, el potentado babilonio Bel-ibni, educado en la corte asiria.
Una vez restablecida su autoridad, el monarca emprendió el retorno a su patria, deteniéndose a someter a distintas tribus arameas y a recibir cuantioso tributo de la ciudad de Hararati, a orillas del Éufrates. Retornó a Asiria con un botín que sus anales regios elevaban a la cifra de 208.000 prisioneros, 7.200 caballos y mulas, 11.073 asnos, 5.230 camellos, 80.050 cabezas de ganado y 800.100 ovejas, sin incluir el material de guerra y lo repartido entre sus soldados.
Según sus propias palabras «Quebré y destrocé sus ciudades, les prendí fuego, y las convertí en montículos olvidados«.
La campaña de los Zagros 702 AC
Aprovechando la rebelión de Babilonia, el rey Ishpabara de Ellipi, país montañés situado en la vertiente occidental de los montes Zagros y sometido a tributo, se levantó en armas, determinado a recuperar su plena independencia, al igual que los Kasitas y los habitantes de Yasubigallai. Por ello, Senaquerib emprendió una difícil y devastadora campaña en estas escarpadas regiones, en 702 AC. Primero tomó la ciudad de Bit-Kilamzakh, reconstruida y convertida en capital de un distrito, que pasó a depender del gobierno de Arrapkha. Los montañeses sometidos fueron obligados a asentarse en la nueva capital, así como en las ciudades de Hardishpi y Bît-Kubatti. Una estela conmemoró la conquista asiria.
A continuación, los asirios se dirigieron contra el corazón de Ellipi. Tras tomar sus capitales, Murubishti y Akkuddu, así como las principales ciudades y fortalezas del reino, los asirios se dedicaron a arrasar el territorio y esclavizar a sus habitantes, antes de someter a sus gobernantes a nuevos tributos. Una parte del territorio de Ellipi, la región llamada Bit-Barru, fue anexionada por Asiria y convertida en una provincia con capital en Elenzash, rebautizada como Dur-Śinakheheriba (Fortaleza de Senaquerib), e integrada en el círculo militar de Kharkhar (Kar-Sharrukín). Incluso las lejanas tribus medas rindieron tributo a los conquistadores.
Campaña en el Oeste
También en Siria y el Levante Mediterráneo la muerte de Sargón II provocó el estallido de una revuelta general entre los principados tributarios de los asirios, instigados por Egipto, que en aquel entonces estaba gobernado por el beligerante Shabitko, de origen kushita. En la ciudad-estado filistea de Ascalón, el rey Sharru-lu-dari, entronizado por Sargón II, fue depuesto y sustituido por Sidka. En las ciudades fenicias de Sidón y Tiro, su soberano, Luli también se unió a la revuelta. Asimismo, el gobernador asirio de Cilicia se alzó en armas, y con él los colonos griegos asentados en la polis de Tarso. El rey Ezequías de Judá recibió cartas de Merodac-Baladán de Babilonia, animándole a unirse a la rebelión, y convirtiéndose en el pilar en torno al cual gravitaron las fuerzas anti-asirias en Palestina. El rey pro-asirio de Ecrón, Padi, fue destronado por los egipcios y enviado encadenado a Ezequías, para mayor humillación.
Tras sus victorias en los Zagros, Senaquerib marchó hacia el Oeste para someter a los sublevados. En primer lugar, la revuelta Cilicia fue aplastada y la colonia griega de Tarso destruida. Tiro se rindió a los asirios. Su rey, Luli, se vio forzado a huir a Chipre, donde fallecería, y Senaquerib impuso a un tal Itobaal como nuevo príncipe en la ciudad-estado, que perdió el control de Sidón y de Acre, que formaron un nuevo reino.
Los reyes de las ciudades costeras fenicias, Menachem de Samsimuruna, Abdi-liti de Arvad y Uru-miliki de Biblos, se sometieron nuevamente. A continuación, el emperador asirio se dirigió hacia el sur, recibiendo el vasallaje de diversos reyes. Pero las cosas no fueron tan sencillas. Ascalón hubo de ser tomada por la fuerza, junto con las ciudades vecinas del mismo reino, Beth-Dagon, Joppa, Banaibarka y Asuru. Sidka fue tomado prisionero junto con su familia, tesoro y dioses, y Sharru-lu-dari restaurado en el trono de Ascalón. Según una inscripción asiria, la ciudad filistea de Ecrón había entregado a su monarca pro-asirio Padi a Ezequías, que le mantenía encarcelado. Temiendo las brutales represalias asirias, llamaron en su defensa al faraón de Egipto, en contra de la opinión de Isaías.
Batalla de Altaku (702 AC)
El Faraón le envió un ejército al mando de su hermano y sucesor Taharka, que tomó posiciones con los filisteos en la llanura de Eltheke. En la batalla subsiguiente, conocida como batalla de Altaku, las tácticas de los asirios prevalecieron sobre la organización estereotipada del ejército del faraón, consiguiendo una victoria completa, haciendo numerosos, prisioneros, incluyendo al estado mayor egipcio. Taharka con los restos de su fuerza se retiró más allá del istmo.
Altaku capituló, un ejemplo seguido por la fortaleza vecina de Timnath, y posteriormente por el propio Ekron, los tres sintieron la venganza de Senaquerib. “Los nobles y jefes que habían ofendido, yo maté”, comenta, “y coloqué sus cadáveres en estacas en un círculo alrededor de la ciudad; los de los habitantes que habían ofendido y cometido delitos, los hice prisioneros, y al resto que no ofendió ni transgredió, los perdoné ”.
Senaqerib dirigió su atención hacia el interior, hacia Judá, atacó objetivos específicos y finalmente comenzó una devastación sistemática del reino de Judá, tomando 46 ciudades amuralladas según registran sus anales.
Asedio de Laquis o Lachish (701 AC)
Los asirios sintieron que el gran premio fue la toma de Laquis en Judea. En el palacio de Nínive hay 13 lajas con bajorrelieves que narran con detalle el ataque a Laquis.
Laquis se asentaba sobre una colina y estaba defendida por dos murallas, una externa desde cuyas torres luchaban, y otra interna, sobre una leve elevación del terreno, que era la segunda línea de defensa. Tenía un baluarte separado de las murallas, y contra este arremetió la máquina de asedio con ariete empujada sobre un terraplén construido para desplazar esta máquina. A su alrededor tenía frondosa vegetación y viñedos. Los asirios prepararon rampas apisonadas, arietes, minas, brechas y zapas. Sobre las carreteras que conducían a la ciudad y sus cercanías se encontraron los proyectiles del ataque: puntas de flecha de hierro, piedras esféricas usados por los honderos, puntas de lanza y la cimera de bronce de un lancero asirio.
El asedio comenzó con proposiciones de los asirios a los sitiados. Les dijeron que si se rendían serían tratados con indulgencia, pero que si se obstinaban en luchar toda la fuerza del ejército asirio caería sobre ellos y serían castigados según el acostumbrado modo asirio. Cuando los sitiados se negaron a rendirse, comenzó el cerco.
El primer paso que tomaron los asirios fue rodear la ciudad para impedir que sus habitantes escaparan y después avanzaron los arqueros protegidos por gigantescos escudos, los asirios poseían un curioso escudo de junco, alto, curvo y grueso. Se manejaba por parejas, mientras uno lo sostenía por el asa, el otro disparaba flechas. Estos arqueros despejaban las almenas mientras los ingenieros iniciaban la construcción de una rampa de asedio y de una torre de asalto. Una vez completada la rampa fue pavimentada con losas de piedra para facilitar el tránsito de la torre.
Una vez completado todo ello, los asirios iniciaron el asalto en dos vías; se arrastró la torre por la rampa y se llevó el ariete hasta la sección media de la muralla enemiga. Los arqueros de la torre barrieron las murallas de enemigos, mientras la infantería se aproximaba con escalas para lanzarse al asalto de la ciudad. La lucha debió ser intensa y el asalto duraría varios días hasta que los asirios terminaron tomando completamente la ciudad.
La arqueología ha corroborado que el lugar fue saqueado y que centenares de hombres, mujeres y niños fueron pasados por la espada. Los habitantes fueron llevados cautivos y los líderes de Laquis fueron torturados hasta la muerte. La ciudad fue abandonada, pero reubicada después del regreso de Babilonia.
Asedio de Jerusalén (701 AC)
Ezequías comenzó los preparativos para proteger a Jerusalén. En un esfuerzo por privar de agua a los asirios, se bloquearon los manantiales fuera de la ciudad. Luego, los trabajadores cavaron un túnel (el Túnel de Ezequías) de 533 metros hasta el manantial de Gihón, proporcionando agua dulce a la ciudad. Los preparativos adicionales para el asedio incluyeron la fortificación de los muros existentes, la construcción de torres y la construcción de un nuevo muro de refuerzo.
El asedio comenzó con proposiciones de los asirios a los sitiados. El jefe del ejército asirio o turtannu, llamado Sin-Ah-User o Rabsaces, y que era hermano de Senaquerib fue el encargado de negociar en Jerusalén aconsejándoles a todos rendirse. Les dijeron que si se rendían serían tratados con indulgencia, pero que si se obstinaban en luchar toda la fuerza del ejército asirio caería sobre ellos y serían castigados según el acostumbrado modo asirio.
El rey judío debía entregar a sus esposas e hijas como rehenes, y comprometerse a pagar un tributo regular y desembolsar inmediatamente un rescate de 30 talentos de oro y 800 talentos de plata: solo podía recuperar esta gran suma vaciando los tesoros reales y sagrados, y derribando las planchas de oro con las que poco antes había adornado las puertas y dinteles del templo.
Los judíos no aceptaron la rendición y comenzó el asedio formal.
Senaquerib no pudo tomar Jerusalén y abandonó el asedio. Las causas según la Biblia fue la intervención divina, si no posiblemente a que sufrió una epidemia, otras fuentes citan a la escasez de agua, en realidad tuvieron que irse inmediatamente a Babilonia porque había estallado una rebelión grave.
Sin embargo, Judá perdió 46 ciudades y tuvo que someterse a pagar un tributo. Senaquerib dejó Jerusalén a Ezequías, pero dividió parte de su territorio entre Asdog, Gaza y Ecrom con lo que Judá quedó reducido a poco más de una ciudad-estado.
Más tarde, Senaquerib restituyó los territorios perdidos a Judá porque le interesaba crear un reino-tapón entre Asiria y Egipto.
Segunda campaña de Babilonia 700 AC
Aprovechando que el monarca asirio estaba comprometido junto al grueso de sus fuerzas en el Oeste, el tenaz rey babilonio Merodac-Baladán reapareció y volvió a alzar en armas al sur de Mesopotamia. Marchando sobre Babilonia en la cuarta campaña de su reinado, el monarca asirio depuso y tomó prisionero al entonces rey, Belibni, cuya lealtad era más que sospechosa, para avanzar a continuación sobre Bit-Yakin. Shuzubi el caldeo, señor de Bitûtu, huyó.
Con objeto de acabar de una vez con la revuelta, Senaquerib envió a sus tropas al corazón mismo de las marismas. Merodac-Baladán retrocedió ante el avance de las huestes asirias, pero, finalmente, fue acorralado en sus últimos reductos a orillas del golfo Pérsico. Embarcó entonces una parte de sus tropas, las estatuas de sus dioses e incluso los huesos de sus antepasados, y navegó por la costa hasta la ciudad elamita de Nagitu, donde buscó refugio. Las tropas asirias, que no pudieron impedir su huida, batieron los cañaverales y sus poblaciones, saqueando la región hasta la frontera de Elam y trajeron, entre los prisioneros, a varios príncipes reales y a los hermanos que el monarca fugitivo había dejado atrás.
A fin de solventar la irritante y siempre renaciente rebelión espoleada por la permanente traición de los babilonios; Senaquerib decidió esta vez poner en el trono de Babilonia a su propio primogénito, el príncipe heredero, Assur-Nadin-Shum, el cual ejercería un férreo dominio sobre la Baja Mesopotamia al tiempo que iba aprendiendo el ejercicio del poder.
Los asirios consideraban a Babilonia como ciudad santa y centro cultural indiscutido. En el 694 AC, lanzó un ataque anfibio con barcos fenicios con un cierto éxito en las costas de Elam. El rey de Elam en vez de enfrentarse a él, se dirigió a Babilonia y capturó al hijo de Senaqerib, y lo ejecutó. Luego puso un rey elamita en el trono de Babilonia.
En el 693 AC, Senaqerib mandó un ejército vía Der para atacar Elam, pero sin éxito. En 691 AC una coalición de elamitas, babilonios y árabes bloquearon el avance del ejército asirio en Halule, en las riberas del Tigris. La batalla de Halule es considerada como una de las más tremendas de la antigüedad; ambos contendientes reclamaron la victoria lo que hace pensar que quedaron en tablas, lo cierto es que Senaquerib sufrió muchas bajas, quedándose precisamente sin guerreros, y no pudo iniciar ninguna acción bélica por el término de un año.
Batalla de Halule (691 AC)
Achaemenes había reclutado un nuevo ejército para ayudar a los babilonios contra los asirios, bajo el liderazgo de Mushezib-Marduk. Además de los babilonios, las tribus arameas, los caldeos y el rey Khumban-umena III de los elamitas, y todos los iraníes zagros (Persia, Anzan, Ellipi, etc.) se unieron en rebelión contra los asirios. El núcleo del ejército estaba formado por carros de guerra, infantería y caballería elamitas, medos y persas.
La batalla de Halule es considerada una de las más tremendas de la antigüedad. Ambos contendientes reclamaron la victoria lo que hace pensar que quedaron en tablas, lo cierto es que ambos sufrieron muchas bajas. Mushezib-Marduk perdió a su aliado cuando el rey elamita Humban-nimena sufrió un derrame cerebral ese mismo año, una oportunidad que el rey Senaquerib aprovechó rápidamente al atacar Babilonia.
Asedio de Babilonia (689 AC)
En el 689 AC, Senaquerib, había perdido a su hijo mayor en la revuelta y también había sufrido grandes pérdidas. Antes de esto, la mayoría de los intentos asirios de castigar a Babilonia fueron indulgentes, debido a una fuerte presencia a favor de Babilonia en las filas gubernamentales asirias.
Asedió la ciudad durante 9 meses, y una vez tomada, arrasó Babilonia hasta los cimientos. Derribó el zigurat y sus pedazos los arrojo al canal Araktu. Desvió el curso del Eufrates para que todo se inundase y las construcciones de adobe se disolviesen ante la irrupción de las aguas.
«La ciudad y sus casas, desde sus cimientos hasta los tejados, la devasté, la destruí, la arrasé con fuego… para que en el futuro, incluso el suelo de sus templos se olvidase, la inundé, la convertí en pasto«.
En enero del 681 AC, murió asesinado por uno de sus hijos mientras oraba, no solo por conspiración palaciega, sino porque había atacado una ciudad santa.
Asaradón o Asarhaddón o (681-69 AC)
En el 681 AC fue exiliado de la corte por sus hermanos, quienes se cree fueron responsables del asesinato de Senaquerib el mismo año. Tras una guerra civil de alrededor de seis meses, Asarhadón se impuso como rey de Asiria, y sus hermanos huyeron a Urartu.
Se dedicó a reconstruir Babilonia que le llevó todo su reinado. Los botines que obtuvo de sus campañas en Egipto sirvieron para financiar este proyecto, y la recompensa fue que Babilonia estuvo en paz durante todo su reinado.
Asaradón logró vencer una coalición de cimerios y escitas en Tabal en el 670 AC, entonces estos se dirigieron al reino de Frigia y lo destruyeron.
La ambición de Asarhadón era Egipto. En el 675 AC se dirigió contra Egipto, pero fue frenado en Sile. En 672 AC lo intentó cruzando por el Sinaí y logró entrar en Egipto, en 671 AC ocupó Menfis y devastó varias villas del Delta. Después de tomar el botín regresó a Asiria dejando allí a un gobernador.
En el 669 AC volvió a encabezar el ejército contra Egipto, pero murió en la ciudad de Harrán, víctima de una enfermedad crónica en el camino.
Asurbanipal III (669-30 AC)
Conocido cono Sardanapale en griego, fue un gran militar, y a la vez un erudito, ya que tenía una biblioteca de 25.000 tablillas, estableció la capital en Babilonia.
Continuó con la política de invadir Egipto. En el 663 AC. dirigió su ejército contra Menfis, siguió hacia el sur, y destruyó Tebas, derrocando al faraón Tanutamón, pero lo volvió a perder en 655 AC, y ya nunca volvería al poder de los asirios.
Entre el 665 y el 655 AC. lanzó una campaña contra Media. Los asirios la subyugaron gracias a su alianza con los escitas. Estos invadieron el territorio medo y lo dominaron durante 28 años.
Batalla de Til Tuba o del río Ulai 665 AC
Teumman, un enemigo conocido de Asiria, había usurpado el trono elamita, obligando a los hijos de Urtaki a huir a Nínive, la capital asiria. Teumman exigió que fueran extraditados, pero Asurbanipal se negó. Teumman inició una campaña contra Nahid Marduk, gobernante títere asirio en el Sealand, alrededor de 675 AC. Después de acabar con las influencias asirias, Teumman colocó Nabo-usalim en el trono de Ur.
Teumman, Nab-Sallim y Samas-Sum-Ukin formaron una coalición y marcharon contra de Asurbanipal y reuniendo sus fuerzas en las orillas del Ulai.
La representación de batalla de “Til Tuba” o “del río Ulai” de Asurbanipal, contra el elamita Teumann en el río Ulai (665 AC), fue una rotunda victoria para el ejército asirio, los elamitas fueron derrotados y empujados contra el río en donde fueron masacrados. Los bajorrelieves que son bastante caóticos, puede verse a honderos y arqueros disparar sus mortales proyectiles, en intensas descargas.
Los arqueros estaban protegidos por los portadores de escudo de los proyectiles enemigos y posiblemente, de las cargas de caballería adversaria, además de ir rematando a los rivales caídos cuando el ejército asirio avanzaba. Una segunda línea de lanceros, con un pequeño escudo redondo, se lanzaba sobre el enemigo ya en retirada. Los elamitas, apenas parecen contar con arqueros como tropa principal, de este modo no se encuentran en condiciones de enfrentar a una infantería como la asiria, imposibilitados en el combate cercano.
Asurbanipal cargó con su caballería contra la adversaria, derrotándola. El carro de Teuman vuelca y le cortan la cabeza. Rotos y en retirada, los elamitas fueron perseguidos por los jinetes lanceros asirios, que hacen estragos en las filas enemigas. Los elamitas fueron de este modo arrollados y empujados al río Ulai por un ejército asirio imparable, muchos perecieron ahogados, llenando el río de cadáveres.
Asedio de Babilonia (645-648 AC)
En el año 650 AC, la hostilidad entre Shamash-shum-ukin y Asurbanipal había aumentado. Una carta de Zakir, un cortesano de la corte de Shamash-shum-ukin, a Ashurbanipal describía cómo los visitantes de la Tierra del Mar habían criticado públicamente a Ashurbanipal frente a Shamash-shum-ukin, usando la frase «¡esta no es la palabra de un rey!». Zakir informó que aunque Shamash-shum-ukin estaba enojado, él y su gobernador de Babilonia, Ubaru, decidieron no tomar medidas contra los visitantes. Quizás los factores más importantes detrás de la revuelta de Shamash-shum-ukin, fue su insatisfacción con su posición en relación con la de su hermano; el resentimiento constante de Asiria en general por parte de los babilonios y la constante disposición del gobernante de Elam a unirse a cualquiera que hiciera la guerra contra Asiria.
Shamash-shum-ukin se rebeló contra Ashurbanipal en 652 AC. Esta guerra civil duraría tres años. La rebelión no fue un intento de reclamar el trono asirio, sino más bien un intento de asegurar la independencia de Babilonia. La evidencia de la inscripción sugiere que Shamash-shum-ukin se dirigió a los ciudadanos de Babilonia para unirse a él en su revuelta.
En las inscripciones de Ashurbanipal, se cita que Shamash-shum-ukin dijo «Asurbanipal cubrirá con vergüenza el nombre de los babilonios«, a lo que Asurbanipal se refirió como «viento y mentiras«. Poco después de que Shamash-shum-ukin comenzara su revuelta, el resto del sur de Mesopotamia se alzó contra Ashurbanipal y se unieron a él.
Al principio de la guerra, Ashurbanipal intentó que varios gobernadores locales del sur se unieran a su lado, escribiéndoles con la esperanza de que algunos de ellos pudieran estar interesados en reducir la escalada de la guerra. En estas cartas, Ashurbanipal nunca se refiere a Shamash-shum-ukin por su nombre, sino que lo llama lā aḫu (no-hermano). En muchas inscripciones, Shamash-shum-ukin se identifica simplemente como el «hermano infiel«, «hermano enemigo» o simplemente «el enemigo«.
En algunas de las cartas, Ashurbanipal se refirió a él como «este hombre a quien Marduk odia» en un esfuerzo por socavar su legitimidad como rey de Babilonia.
Según las inscripciones de Ashurbanipal, Shamash-shum-ukin tuvo mucho éxito en encontrar aliados contra los asirios. Ashurbanipal identifica tres grupos que ayudaron a su hermano, en primer lugar estaban los caldeos, arameos y los demás pueblos de Babilonia, luego estaban los elamitas y finalmente los reyes de Guti, Amurru y Meluhha. Este último grupo de reyes podría referirse a los medos (Guti, Amurru y Meluhha ya no existían en ese momento) pero esto es incierto. Meluhha podría haberse referido a Egipto, que no ayudó a Shamash-shum-ukin en la guerra. Los embajadores de Shamash-shum-ukin ante los elamitas habían ofrecido regalos (llamados sobornos por Ashurbanipal) y su rey envió un ejército al mando de un príncipe elamita para ayudar en el conflicto.
A pesar de la coalición de enemigos asirios que había reunido, la revuelta de Shamash-shum-ukin no tendría éxito. Los elamitas, su principal aliado, fueron derrotados cerca de Der y dejaron de desempeñar un papel en el conflicto. Hacia el 650 AC, la situación de Shamash-shum-ukin se veía sombría, con las fuerzas de Ashubanipal habiendo sitiado Sippar, Borsippa, Kutha y la propia Babilonia. Después de haber soportado el hambre y las enfermedades durante el curso del asedio, Babilonia finalmente cayó en 648 AC, y fue saqueada por Asurbanipal.
Tradicionalmente, los historiadores creen que Shamash-shum-ukin se suicidó prendiéndose fuego en su palacio, pero los textos contemporáneos solo dicen que «encontró una muerte cruel» y que los dioses «lo enviaron al fuego y destruyó su vida«. Además del suicidio por autoinmolación u otros medios, es posible que fuera ejecutado, muerto accidentalmente o muerto de alguna otra forma.
Después Asurbanipal se dirigió al reino de Elam y su capital, Susa, fueron destruidos y conquistados en el 639 AC, siendo devastada sistemáticamente el ejército asirio. Asurbanipal dijo: «En una incursión de un mes y 25 días devasté las provincias de Elam. Esparcí sal y sihlu sobre ellas. Recogí el polvo de Susa, Madaktu, Haltemash y el resto de las ciudades para llevarlo a Asiria.»
Este esfuerzo militar agotó los recursos de Asiria, y durante la mayor parte de las siguientes décadas, el poder imperial realizó tan solo acciones defensivas y escaramuzas fronterizas. Su muerte dio inicio a guerras fratricidas entre sus hijos.