Edad Media Los árabes Final del Califato Omeya

Antecedentes

El califa omeya Abd al-Malik heredó un califato caótico y fragmentado y lo transformó en un imperio efectivamente gobernado que se extendía desde España hasta Afganistán. A pesar de algunos reveses militares durante el reinado de su hijo Hisham, el cuarto hijo de Abd al-Malik en ocupar el califato, el corazón del Califato permaneció intacto y estable a su muerte en 743.

Hisham fue sucedido por su sobrino al-Walid II, a quien muchos consideraban no apto para gobernar, ya que era un mujeriego, un borracho y un holgazán. Inmediatamente, intentó obtener el reconocimiento de sus hijos pequeños como sus sucesores designados. A esto se opusieron amargamente otros miembros de la familia omeya y el mujeriego se convirtió en tirano; arrestando, torturando y desterrando a quienes se oponían a él, incluidos sus propios primos.

La oposición no tardó mucho en construirse, asesinó a al-Walid II el 16 de abril del 744, siendo sustituido por su primo Yazid III. El nuevo califa era una perspectiva mucho más prometedora, pero a los seis meses en septiembre, murió por la peste, dejando a su mucho menos efectivo hermano Ibrahim ibn al-Walid.

Ibrahim tomó el título de califa. Su autoridad solamente fue reconocida en el sur de Siria, pues se sospechaba que estaba detrás del envenenamiento de su hermano. En el norte, la ciudad de Homs, que no lo reconoció, y fue asediada.

Guerra civil Omeya

El gobernador de Armenia y Azerbaiyán, Marwan ibn Muhammad, que era nieto de Marwan I, estaba al mando de un ejército de veteranos endurecidos por años de lucha contra los jázaros. Dirigió su ejército a la frontera norte y derrotó a Ibrahin en Ayn al-Anjar, cerca de Damasco en diciembre de 744. Luego marchó sobre Damasco y pronto derrocó al régimen de Ibrahim y se proclamó Califa. Marwan inmediatamente trasladó la capital al norte, a Harran, en la actual Turquía.

Pronto estalló una rebelión en Siria, tal vez debido al resentimiento por el traslado de la capital y en 746 Marwan arrasó las murallas de Homs y Damasco en represalia.

Hizo frente a los perennes alborotadores kharijitas y alids en Irak, quienes formaron una alianza poco probable en su contra. Estos apelaron a los diversos adversarios, primero a Dahhak ibn Qays y, a continuación, a Abu Dulaf como rivales en el califato. En 747, Marwan logró restablecer el control de Irak, pero en ese momento se había presentado una amenaza más seria en Jorasán.

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Ejército de la revolución Abásida: (1) guardia arabe-corasmio; (2) jinete árabe-corasmio; (3) jinete de Farganá. Autor Angus McBride

Abu Muslim, un liberto leal y cliente de la familia que había sido enviado hacia el este para velar por sus intereses y coordinar a sus partidarios. Abu Muslim se había aprovechado de las divisiones tribales dentro del ejército y del sentimiento anti-omeya que ya había llevado a una rebelión contra el gobernador de Merv en el actual Turkmenistán. Cuando la causa rebelde se estaba apagando, había reavivado el conflicto iniciando un levantamiento popular bien planeado.

La facción Yamani dentro del ejército, muchos de los cuales eran de origen iraquí y, por lo tanto, no tenían amor por el califa omeya Marwan II o sus seguidores Qaysi, se unieron voluntariamente a la causa abasí. Habiendo agregado a sus filas un cuerpo numeroso y experimentado de combatientes, Abu Muslim dirigió a sus seguidores contra Merv, expulsando al gobernador. Luego, su ejército marchó hacia el oeste para desafiar a las fuerzas del califa.

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Campañas del califa omeya Marwan II. En azul continuo la campaña de Marwan contra los rebeldes, en discontinuo contra los abasies, en puntos la retirada tras la derrota de Zab y muerte en Egipto. En rojo las campañas de los abasíes

Alzamiento Abasí

Los abasíes reprochaban a los omeyas no podían alegar ser descendientes directos de Mahoma, mientras que ellos sí podían hacer tal afirmación, ya que se consideraban descendientes de Abbas Ibn Abd al-Muttalib, el tío del Profeta Mahoma, del clan Hashimita de la tribu Quraysh en La Meca.

La revuelta Abasí fue apoyada principalmente por los árabes khurasanis que habían estado viviendo en el lejano Irán y Transoxiana durante casi una generación después de que los primeros ejércitos árabes conquistaron las regiones en el siglo. Los abasíes también apelaron a los musulmanes no árabes (o mawalis), especialmente a los persas culturalmente avanzados, que generalmente habían sido marginados por los gobernantes omeyas.

La oposición al gobierno omeya, culminó en una rebelión instigada por Abu al-Abbas , que era cuarto en la línea de sucesión de Abbas. El levantamiento rápidamente se convirtió en una revuelta abierta bajo el liderazgo del carismático Abu Muslim, que era posiblemente de origen persa. Así, decenas de miles de seguidores, con algunos soldados experimentados entre ellos, se agruparon bajo el Estandarte Negro de los abasíes, y barrieron a los omeyas en el este.

Hacia 747, Abu Muslim, en nombre de la familia Abbas, aprovechando las luchas internas del Califato, se hizo con el control del Jurasán, expulsando a su gobernador omeya, y envió un ejército hacia el oeste. Aunque el ejército omeya logró aplastar a los levantamientos de los kharajis de Irak y después los de Arabia en 748, parecían incapaces de detener a los abasíes.

La genialidad de la revolución abasí radicaba en que se declaró en nombre de la familia del Profeta pero sin nombrar a un candidato concreto al califato. Esto tuvo el efecto de ampliar el atractivo de la causa de los abasíes y su base de apoyo, sin alejar a ninguno de sus posibles partidarios que favorecieran a un reclamante en particular. Las fuerzas abasíes marcharon bajo estandartes negros en duelo por aquellos miembros de la familia del Profeta que habían sido martirizados por los usurpadores omeyas.

En agosto de 748 Rayy cayó en manos de Qahtaba Ibn Shabib, el comandante de las fuerzas abasíes en Irán. Nihawand siguió en mayo de 749 y, unos cinco meses después, Kufa en Irak.

El 28 de octubre del mismo año, Abu al-Abbas fue reconocido como el nuevo califa en la mezquita de Kufa, adoptando el nombre de al-Saffah.

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Enfrentamiento entre fuerzas árabes siglo VIII

 Batalla del Gran Zab o del Zab (750)

En ese momento Marwan movilizó a sus tropas de Harrán (en la actual Turquía) y avanzaron hacia Irak.

Ambos ejércitos se enfrentaría en la Batalla del Gran Zab o Batalla del Zab tuvo lugar en las orillas del río Gran Zab en lo que actualmente es Irak el 25 de enero de 750.

El ejército de Marwan II era, al menos sobre el papel, más grande y más formidable que el de sus oponentes, pues contenía a muchos veteranos de las campañas omeyas anteriores contra el Imperio Bizantino, pero su apoyo al califa era tibio. Puede decirse razonablemente que su moral había quedado dañada, mientras que la de los ejércitos abasíes había aumentado, por la serie de derrotas infligidas a los omeyas en momentos anteriores de la rebelión.

El ejército abasí era una fuerza combinada de persas, chiítas y soldados abasíes, formó un muro de escudos de los que sobresalían las lanzas. La caballería omeya cargó, posiblemente creyendo que con su experiencia podían romper la muralla de lanzas. Esto, sin embargo, fue un error por su parte y fueron masacrados. El ejército omeya se batió en retirada, con su moral definitivamente rota. Muchos fueron perseguidos por los celosos abasíes o fueron ahogados en el río Zab.

El propio Marwan II escapó del campo de batalla y huyó hacia Levante, perseguido sin descanso por los abasíes. 300 miembros de la familia Omeya fueron asesinados. Marwan II huyó al final a Bushir, que es una pequeña ciudad en el delta del Nilo egipcio. Fue allí, finalmente asesinado. Acabando así con el gobierno omeya en Oriente Medio.

Los vencedores no se arriesgaron y decidieron purgar por completo la antigua casa gobernante. Habiendo ocupado Damasco y profanado las tumbas de todos los gobernantes omeyas con la excepción de Omar II, quien era respetado por su piedad, los conquistadores abasíes declararon una amnistía e invitaron a todos los miembros masculinos de la familia omeya a un banquete para enterrar el hacha de guerra. Setenta y dos miembros destacados del clan fueron lo suficientemente tontos como para aceptar la invitación y fueron masacrados. Otros 300 familiares omeyas incluyendo mujeres y niños fueron asesinados.

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Guerra civil entre árabes siglo XVIII

Abd al-Rahman llega a Al Andalus

El único superviviente de los Omeyas, Abd al-Rahman (Abderramán I), nieto del califa Hisham, logró salvarse gracias a que en aquellos momentos no se encontraba en Damasco. Abd al-Rahman con su hermano y un liberto, erraron de incógnito a través de Palestina y Egipto, en algún lugar fueron descubiertos, y su hermano fue asesinado, Abd al-Rahman consiguió cruzar un río y ponerse a salvo. Se dirigió a Ifriqiya (norte de África), lugar donde encontró refugio temporal en el seno de la tribu de los Nafsa, de donde era originaria su madre.

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Huida de Abd al-Rhamán (Abderramán I). A la izquierda guerreros abasíes matando al hermano menor; a la derecha Abd al-Rhamán cruza el río y se salva

Acompañado tan solo de su liberto Badr, Abd al-Rahman se instaló en Qairawan, gobernado por al-Fihri. Como éste temía los posibles disturbios que provocaría la presencia de tan molesto huésped, comenzó a incordiar a Abd al-Rahman para que se marchara, llegando incluso a atentar contra su vida, por lo que el joven príncipe dirigió sus ojos hacia el cercano Al-Andalus, por aquel entonces sumido en una feroz guerra civil entre los dos clanes más poderosos, los qaysíes y los yemeníes.

Abd al-Rahman envió a la Península a su liberto Badr en una misión exploratoria, en 754, de la cual regresó con noticias favorables para Abd al-Rahman; ya que los recién vencidos yemeníes, llenos de resentimiento contra sus enemigos, decidieron brindar su apoyo incondicional al príncipe omeya, por lo que equiparon un barco con veinte hombres para trasladarle a la Península. En el otoño del año 755

Entrada creada originalmente por Arre caballo! el 2015-02-11. Última modificacion 2023-04-30.
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