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Marcha de Asdrúbal desde Hispania a Italia
Tras la batalla de Baecula en el 208 AC, Asdrúbal Barca se dirigió a Italia con su ejército, posiblemente cruzó Despeñaperros y se dirigió a San Sebastián (Donostia) y desde aquí inició el camino para cruzar los Alpes, sorprendiendo a propios y ajenos. Solo dos meses le llevo al Bárcida atravesar la cadena montañosa, contra los cinco que le había llevado a su hermano Aníbal.
Las manifestaciones de terror en Roma iban en aumento desde que se supo que Asdrúbal había partido desde España. Llegaron a un punto máximo de nerviosismo cuando el pretor Porcio informo que el general cartaginés y su ejército ya pisaban suelo italiano, y mercenarios de Liguria y la Galia aumentaban considerablemente el número de sus efectivos.
En el 207 AC, Cayo Claudio Nerón fue elegido cónsul por parte de los patricios, y Marco Livio Salinator fué elegido por los plebeyos que había conseguido un triunfo luchando contra los ilirios en el 219 AC. Ambos generales se odiaban, lo que era una clara invitación al desastre. Los dos cónsules echaron a suertes sus destinos. A Salinator le tocó dirigirse hacia el norte con sus tropas, a tratar de bloquear el paso del ejército de Asdrúbal por los Alpes, mientras que Claudio Nerón se dirigiría hacia el sur, contra Aníbal.
Pero Asdrúbal burló completamente a Salinator, como antes había burlado a Publio Cornelio Escipión »el Africano». Escipión había bloqueado con sus tropas los pasos de los Pirineos, por el este, para impedir el paso de las tropas de Asdrúbal. Pero Asdrúbal había cruzado los Pirineos por el oeste (San Sebastián), y pasó el invierno en la Galia, reclutando nuevos mercenarios.
Roma sabía que cuando llegase la primavera, Asdrúbal y su ejército cruzarían los Alpes como anteriormente Aníbal, y entraría en Italia, para tratar de unirse a su hermano. Salinator pensaba que Asdrúbal tardaría en cruzar los Alpes el mismo tiempo que había tardado Aníbal, dándole tiempo a bloquear los accesos a Italia. Pero se equivocó. Asdrúbal salió de sus campamentos en la Galia cuando el invierno aún no había acabado y se movió mucho más deprisa que Aníbal, y llegando a los pasos de los Alpes antes de que lo hiciesen las tropas de Salinator.
Debido al intenso frío, muchos de los elefantes de Asdrúbal murieron en el cruce de los Alpes, sobreviviendo 15 de los que salieron de Hispania. Así que el ejército de Asdrúbal llegó a la llanura del río Po antes de lo que el mismo Aníbal esperaba.
Asedio de Placentia (297 AC)
Asdrúbal aparte de los galos reclutados durante su marcha, reclutó en Italia 8.000 ligures y posiblemente 10.000 galos. Sus fuerzas totales sumarían unos 35.000 infantes, 8.000 jinetes, y 10 elefantes. Con estas considerables fuerzas, Asdrúbal inició el asedio de Placentia (Piacenza). Su idea estratégica era buena, si conseguía tomar la plaza, los cartagineses contarían con una magnífica base en plena Galia Cisalpina, para asegurar el futuro ingreso de más fuerzas cartagineses desde España, y como centro de reclutamiento de galos y ligures.
Mientras Asdrúbal asediaba Placentia demorando su partida, Aníbal había salido de sus cuarteles y avanzaba hacia la reunión de ambos ejércitos. Aníbal se encontró con Nerón en Grumentum (en Lucania), donde tuvo lugar una serie de enfrentamientos, en los que el púnico sufrió fuertes de bajas, viéndose obligado a retirarse a Metaponto, en donde se reunió con Hanón. Una vez reunidos se dirigieron a Canusio, con Nerón siguiéndoles los pasos.
Comunicaciones entre Asdrúbal y Aníbal
Tras haber levantado el asedio de Placentia, Asdrúbal organizó una serie de correos con el fin de coordinar el encuentro con su hermano, mientras avanza hacia el sur. Cuatro jinetes galos y dos númidas fueron despachados con cartas para Aníbal. Consiguieron pasar en medio del enemigo y recorrer casi toda Italia, para ir al encuentro de Aníbal en Metaponto, se perdieron por el camino y llegaron a Tarento. Aquí fueron sorprendidos por un grupo de forrajeadores romanos y llevados ante el propretor Quinto Claudio. Los seis prisioneros junto con los correos intactos, fueron llevados por el tribuno Lucio Verginio y una escolta de caballería a Nerón.
El Nerón evaluó la información y evaluó la gravedad del asunto. Decidió acudir con una fuerza bajo su mando a marchas forzadas para reunirse con el otro cónsul Salinator; mientras que el resto de su ejército consular quedaba al mando de Quinto Catio para vigilar a Aníbal. Remitió entonces las cartas al Senado e informó de su plan. Las órdenes de Quinto Catioeran de no enfrentarse con el cartaginés, y evitar que no detectaran su partida. Para mantener el secreto informó a sus hombres que tenía intención de apoderarse de la ciudad más cercana de la Lucania con guarnición cartaginesa, por lo que todos debían estar listos para marchar, partiendo de noche. Solo cuando se aseguró de haber puesto suficiente distancia con Aníbal, Nerón informo a sus hombres del verdadero destino de su marcha. Sus fuerzas consistían en 6.000 infantes y 1.000 jinetes de sus mejores fuerzas.
Nerón avanzó hacia el norte recorriendo unos 440 km en 7 días, realizando una medía de 63 km al día, marchando sin mochilas ni bagajes. En el camino, recibió incluso voluntarios que aumentaron aún más su número. Además, intercambió correspondencia con su colega, con el cual acordó llegar de noche para no ser descubierto por Asdrúbal, y sobre las disposiciones en el campamento que lo recibiría.
Encuentro entre los dos cónsules
Nerón alcanzó a Salinatore, que estaba acampado en Senigallia (Sena Gallica) con el pretor Porcio acampado al lado. El ejército de Asdrúbal estaba ubicado aproximadamente a un km al norte y, sin embargo, como Nerón había llegado por la noche, no se notaría su presencia hasta el día siguiente. Las tropas recién llegadas no montaron sus tiendas, sino que se ocultaron en las tiendas de las tropas acampadas. Para que Asdrúbal no detectase el aumento de fuerzas, se emitió una orden secreta en la que disponía que no se ampliase el campamento ni se realizasen actividades que pudiesen delatar este aumento de fuerzas.
Esa misma noche se celebró un consejo de guerra, y se decidió, que a pesar del agotamiento de las tropas de Nerón, no esperar un instante y presentar batalla al día siguiente. Dilatar el enfrentamiento era dar tiempo a Asdrúbal a que detectase el refuerzo de tropas y a Aníbal para descubrir la ausencia del cónsul y de las tropas en el campamento de Apulia. El plan era formar los dos ejércitos romanos como si fuera uno solo, y en el último momento, poner a vista las dos enseñas consulares, que indicaría que los dos cónsules estaban en el campo de batalla.
A pesar de las medidas de seguridad, los romanos cometieron un error, el clarín de órdenes sonó una vez en el campamento del pretor y dos veces en el de cónsul; esto perturbó al veterano comandante, conocedor como era de los hábitos de los romanos. Llegó a la conclusión de que ambos cónsules estaban allí.
A la mañana siguiente, los romanos se prepararon para la batalla. Asdrúbal también desplegó sus tropas, pero después de una evaluación más cuidadosa de las fuerzas desplegadas contra él, observó que el ejército de Salinator parecía haber crecido considerablemente y que tenía mucha más caballería. Esto confirmó la sospecha de que los dos cónsules se encontraban allí. Desanimado, retiró sus tropas al campamento fortificado.
El resto del día transcurrió sin que pasara nada porque los romanos no se atrevieron a acercarse a las fortificaciones de Asdrúbal. Pero cuando llegó la noche, condujo silenciosamente a su ejército fuera del campamento con la intención de retirarse a la Galia, donde podría establecer comunicaciones con Aníbal sin peligro. Sin embargo, poco después del inicio de la marcha, los guías, que no habían sido mantenidos bajo estrecha vigilancia, lo traicionaron y escaparon. La columna marchó sin rumbo por el campo y no supieron encontrar un vado para cruzar el río Metauro para llegar a la Vía Flaminia. En esta ocasión, la suerte se alió con los romanos. Porque el río corría caudaloso, posiblemente por las lluvias de primavera y el derretimiento de las nieves de invierno.
La noche también transcurrió sin acontecimientos significativos, pero a la mañana siguiente Asdrúbal encontró a su ejército inseguro y confuso y con un gran número de tropas galas ebrias. Con la caballería romana acercándose rápidamente y las legiones mandadas por los dos cónsules un poco más lejos, Asdrúbal se preparó de mala gana para la batalla.
Batalla de Metauro (22 de junio de 207 AC)
Los romanos detectaron la salida de Asdrúbal, pero prefirieron no aventurarse a una persecución nocturna, y esperaron a que amaneciera. Nerón, con la totalidad de la caballería fue el primero en salir. Detrás de él iba Porcio con la infantería ligera y ambos comenzaron a hostigar a los cartagineses. Asdrúbal no tuvo más opción que detener la marcha y comenzar a fortificarse sobre una colina que dominaba el río, pero en ese momento Livio Salinator llegó con las legiones.
La idea o planteamiento táctico para la batalla era presentar a los romanos un frente lo más extenso posible para obligar a estos mismos, a responder con una longitud similar, pudiendo ejercer el esfuerzo principal con los hispanos.
Despliegue inicial
El 22 de junio Asdrubal desplegó su ejército en el terreno elegido. En su ala derecha situó toda su caballería (8.000), a continuación situó a sus veteranos hispanos (15.000) con una profundidad mayor de lo habitual con el fin de incrementar su potencia para romper la línea enemiga en ese sector (la izquierda romana). En el centro ubicó los ligures (8.000) y delante los 15 elefantes, cubriendo a los hispanos y ligures, situó la infantería ligera y honderos (5.000). En la izquierda situó a los galos (10.000) en una colina frente un barranco (posiblemente en barranco de San Ángelo).
Los romanos tenían 7 legiones y unos 8.000 jinetes, desplegaron toda su caballería en el ala izquierda, a continuación las 4 legiones del cónsul Salinator, las 2 legiones del pretor Porcio y finalmente una legión de Nerón junto al río. Por delante a los vélites para cubrir el despliegue.
Primera fase
La batalla lo más probable es que la iniciasen los romanos, dado que Asdrúbal había elegido el terreno y tenía una mejor posición. Como siempre la batalla comenzó con las cargas de la caballería, que al intentar envolverse mutuamente, se alejaron del campo de batalla, sin que produjesen resultados definitivos. A continuación avanzaron las legiones con los vélites por delante. Estos se enfrentaron a la infantería ligera y honderos púnicos, pero fueron rechazados.
Segunda fase
En el flanco derecho y el centro, Asdrúbal mando avanzar a los elefantes, y detrás a los hispanos y ligures. Estos arremetieron con furia contra las legiones de Salinator y las hicieron vacilar. El combate aquí fue encarnizado y muy violento. La primera carga de los elefantes sembró el desconcierto en las primeras líneas romanas, obligándoles a retroceder. Conforme creció la confusión, se perdió el dominio de los animales, que iban de un lado a otro entre las dos líneas sembrando el caos, muchos tuvieron que ser sacrificados por sus propios conductores. Los romanos finalmente logran equilibrar el combate, pero aún estaba indeciso para ambas partes. En el flanco izquierdo, la configuración del terreno impedía la toma de contacto.
Tercera fase
Entonces ocurrió lo inesperado. Nerón que estaba inactivo y viendo la pasividad de los galos protegidos por el barranco, decidió dejar una fuerza de cobertura (posiblemente los vélites y hastati) y marchar con parte de sus fuerzas (príncipes y triarios) por detrás de las líneas romanas. Irrumpió en el otro flanco donde estaban los hispanos, atacándoles por el flanco y por la retaguardia, empujándoles hacia los ligures. Se estaba en el momento álgido de la batalla, consiguiendo inclinarla a favor de los romanos.
Asdrúbal mantuvo la formación todo el tiempo que pudo, replegándose lentamente hacia las alturas, alentando a sus hombres y reagrupando a sus unidades para devolverlas al combate. Hasta que, finalmente, murió en el combate. La formación se desarticuló y se produjo la consecuente matanza. Los galos que estaban en la colina apenas ofrecieron resistencia y se rindieron, pero fueron masacrados.
Consecuencias
Las bajas se estiman en 10.000 hombres y 6 elefantes muertos por el bando púnico y 2.000 por el bando romano. Fueron capturados 5.500 hombres y 4 elefantes.
Muchos huyeron e intentaron retornar a sus países, Livio Salinator decidió dejarlos ir diciendo: »Dejad que algunos sobrevivan para que lleven la noticia de su derrota y de nuestra victoria».
Nerón después de la batalla regresó a su campamento de Apulia, donde se encontraba Aníbal, forzó la marcha al igual que la ida, en seis días. Cuando llegó al campamento, mandó arrojar la cabeza de Asdrúbal por encima de la empalizada del campamento. Dos oficiales cartagineses capturados fueron liberados y enviados al campamento púnico, para que le relaten al púnico todo lo ocurrido.
Al conocer la derrota y muerte de su hermano, Aníbal se retiró a Brutium, y los romanos no se atrevieron a enfrentarse con él.