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Rómulo (754 -715 AC)
Fue el primer rey de Roma, se le atribuye un incremento de la población de Roma, mediante la incorporación de una gran parte de la población sabina (el famoso rapto de las sabinas). Es probable que se produjera la llegada de un importante número de sabinos en la Roma de los comienzos en el Quirinal. Esta comunidad acabó probablemente fusionándose con la comunidad presente en el Palatino. De esta forma, algunos ritos, cultos y costumbres sabinas como el culto al Dios Quirino pasaron a formar parte del patrimonio cultural romano desde épocas antiguas.
A Rómulo también se le atribuye la apertura de un asilo o refugio en la colina del Capitolio para recibir a emigrantes de otras comunidades, como gentes marginadas y comerciantes extranjeros. También creó las primeras instituciones como las tribus, las curias y el Senado (el primer ordenamiento político de la ciudad). Asimismo, se le atribuye el fijar los límites sagrados de la ciudad asentada en el Palatino mediante el pomerio. El pomerio que equivalía al postmurum, era el límite de la inicial ciudad palatina, que debía estar señalado por algún tipo de muro o fortificación, ya que ha conservado el recuerdo de dos puertas de la ciudad: la Mugonia y la Romana.
Rómulo llevaba siempre a su alrededor y como guardia personal los eternos adolescentes llamados céleres o veloces, que llegaron a ser 300 individuos y eran jinetes, pero que en un principio combatían a pie, el nombre de céleres era por la rapidez con que se movían, posteriormente combatieron a caballo.
Se le atribuyó el título de Pontifex Maximus que significa »maximo constructor de puentes», título que se concedió al Sumo sacerdote y que el propio Papa lo ostenta actualmente.
Rómulo, según las antiguas leyendas romanas, gobernó hasta el 716 AC. Luego desapareció en una tormenta, y se supone que había sido llevado al cielo para convertirse en Quirino el dios de la guerra. A su muerte, la ciudad de Roma se había expandido desde el Palatino hasta el monte Capitolino y el monte Quirinal, al norte.
La leyenda más conocida sobre el reinado de Rómulo se refiere al problema de los primeros colonos, quienes se hallaron ante el hecho de que los hombres afluían a la nueva ciudad, pero no las mujeres. Por ello, los hombres decidieron apoderarse de las mujeres de los sabinos, grupo de pueblos que vivía al este de Roma. Lo hicieron mediante una mezcla de engaño y violencia. Naturalmente, los sabinos lo consideraron causa de guerra, y Roma se encontró empeñada en la primera de la que sería una larga serie de guerras en su historia.
Los sabinos bajo el mando de Metio Curcio pusieron asedio al monte Capitolino, y entrevieron la posibilidad de la victoria gracias a Tarpeya, la hija del jefe romano, que dirigía la resistencia contra ellos; otras fuentes dicen que era una vestal.
Los sabinos lograron persuadir a Tarpeya a que les abriera las puertas a cambio de lo que ellos llevaban en sus brazos izquierdos, (aludiendo a los brazaletes de oro que ellos portaban). Una noche ella abrió secretamente las puertas, y los primeros sabinos que entraron arrojaron sobre ella lo que llevaban sobre su brazo izquierdo, no los brazaletes sino sus escudos, siendo aplastada hasta la muerte debajo de tal peso. Su cuerpo fue entonces lanzado desde una roca que formaba parte del monte Capitolino, en lo sucesivo se llamó roca Tarpeya y se usó como lugar de ejecución, desde donde se arrojaba a los criminales.
Después de la pérdida del monte Capitolino, la lucha entre sabinos y romanos siguió muy equilibrada. Finalmente, las mujeres sabinas, quienes entre tanto habían llegado a amar a sus maridos romanos (según la leyenda), se abalanzaron entre los ejércitos e impusieron una paz negociada.
Los romanos y los sabinos convinieron en gobernar juntos en Roma y en unir sus tierras. Después de morir el rey sabino, Rómulo gobernó sobre romanos y sabinos.
Rómulo al dividir la población en tres tribus palabra latina que significa »tres» y cada una de estas en 10 curias. A continuación se crearon tres centurias de jientes, los ramnes (compañeros de Rómulo), los Ticies o sabinos de Tacio y los Luceres o etruscos de Lucerus.
Numa Pompilio (715-672 AC)
Era de origen sabino. Dio leyes y potenció los derechos y acuerdos de paz entre Roma y el resto de las ciudades. Fue además el creador de las principales instituciones religiosas, y se dice que mandó edificar el templo de Jano, al pie del monte Argileto. Se ocupó también de reformar el calendario dividiéndolo en doce meses lunares.
Según Plutarco, Numa Pompilio fue el primer rey que organizó una corporación de artesanos. Instituyó ocho clases: flautistas, orífices, carpinteros, tintoreros, zapateros, curtidores, broncistas, alfareros. Se ocupó asimismo de organizar la religión romana, tanto en el terreno público como en el oficial. Cada familia tenía su culto llamado Sacra y el sacerdote y dirigente de este culto era el pater familias.
Del mismo modo, cada curia tuvo su culto dirigido en cada caso por un curión. Las familias romanas (las gens) tenían entre ellas un vínculo de unión que eran los sacra gentilicia, que estaban administrados por un sacerdote al que llamaban flamen. La sacra gentilicia se sostenía por la aportación de las stips, que era una contribución ofrecida por el conjunto de las familias. Abolió la guardia personal de los 300 céleres.
Se le reconoce a Numa la instauración del templo de las Vestales, templo sagrado donde unas sacerdotisas vírgenes mantenían el fuego sagrado, ya que la religión veía en el fuego el comienzo de la vida. Numa dedicó mucho tiempo a fortalecer la religión romana y el culto a los dioses, así como el luto y las costumbres. Plutarco indica que la autoridad de Numa estaba legitimada por la relación que tenía este rey con la ninfa Egeria.
También estableció el culto al dios Jano, o dios de las puertas, lo cual es más importante de lo que parece a primera vista, pues las puertas simbolizan las entradas y salidas y, por ello de los comienzos y finales. Habitualmente, Jano era representado con dos rostros: uno que miraba hacia el fin de las cosas y el otro hacia el comienzo. Sus santuarios consistían en arcos por los que se podía entrar o salir. Un santuario particularmente importante estaba formado por dos arcos paralelos, unidos por muros y con puertas. Se suponía que esas puertas estaban abiertas cuando Roma estaba en guerra y cerradas cuando estaba en paz.
Las puertas permanecieron cerrados durante el pacífico reinado de Numa, pero a lo largo de los siete siglos siguientes de existencia de la ciudad las puertas de Jano solamente estuvieron cerradas cuatro veces, y por breves períodos de tiempo.
Tulio Hostilio (673 – 642 AC)
También era de origen sabino, al contrario que su antecesor, fue un rey belicoso cuyo su reinado duró 32 años. Aumentó la caballería a 600 jinetes, volvió a introducir la guardia personal de los 300 céleres con un sueldo, y aumentó a otros 300 reclutables. El jefe de los céleres desempeñó a partir de entonces un papel muy importante hasta llegar a ser el dirigente de todas las tropas de a pie y a caballo. Era él quien tenía el derecho de hacer las levas de los soldados y de reunir los comicios.
Bajo su gobierno, Roma se expandió a una cuarta colina, el monte Celio, al sudeste del Palatino. En el Celio construyó su palacio.
Durante su mandato hizo la guerra contra Alba Longa sin ningún motivo claro, pero en vez de luchar ejército contra ejército, batallaron tres hermanos de Roma llamados Horacios contra los tres de Alba Longa llamados Curiacios. En el primer choque murieron dos de los Horacios, sin embargo, los tres Curiacios resultaron gravemente heridos. Acto seguido, el Horacio superviviente echó a correr, siendo perseguido por los Curiacios, pero debido a las heridas de estos, corrían a velocidades diferentes, separándose, lo que aprovechó el Horacio para volverse súbitamente y atacarlos por separado, dándole muerte a los tres. Mecio Fufecio, rey de Alba Longa se sometió al poder de Roma.
Poco después, la ciudad de Fidenae (Fidenas), que estaba sometida a Roma como colonia, planeó rebelarse con apoyo de Veyes. Mecio se ofreció como aliado secreto a la rebelión, prometiendo traicionar a los romanos al momento de combatir. Tulio Hostilio llamó a los albanos como apoyo. Para la batalla, Tulo Hostilio formó a los romanos frente a las tropas de Veyes, y a los albanos frente las de Fidenae. Pero Mecio alejó a los albanos subiéndoles a unos montes contiguos, abandonando a los romanos y esperando intervenir en favor de quien tomara ventaja en la batalla. Entonces Tulio Hostilio anunció a gritos a su ejército (para que lo escuchara también el enemigo) que Mecio no estaba abandonando el campo, sino siguiendo órdenes suyas para atacar por retaguardia a los fidenos.
Con esto dio confianza a los romanos y los lanzó contra los fidenitas, que temiendo verse rodeados se replegaron. Después de vencer a los fidenitas atacó el ala de Veyes y la venció. La batalla fue la más cruenta que Roma había librado hasta el momento. Mecio reincorporó su ejército al de Roma y Tulo Hostilio fingió recibirlo de buen ánimo. Pero al día siguiente convocó asamblea de ambos ejércitos. Los albanos acudieron desarmados, sin embargo, fueron rodeados por los romanos. Tulio Hostilio acusó al jefe albano de traición y mandó que le descuartizasen atándolo a dos cuadrigas.
A continuación dispuso que Roma y Alba Longa volvieran a reunirse como un solo pueblo y ciudad, trayendo a Roma a los albanos, dando ciudadanía romana a su pueblo y el cargo de senadores a sus dirigentes. A continuación Alba Longa fue destruida en su estructura urbana, y sus habitantes reubicados en Roma.
Tulio Hostilio construyó un nuevo hogar para el Senado, la Curia Hostilia, que sobrevivió hasta el 82 AC cuando Julio César después de un incendio la cambió de lugar y pasó a llamarse Curia Julia.
Anco Marcio (641 – 617 AC)
Nieto Numa Pompilio, fue el último rey de origen sabino. Prosiguió la conquista del Lacio, e instaló en Roma a un cierto número de colonos latinos, en la colina del Aventino, que sería la quinta colina de Roma. Los recién llegados, desde luego, no fueron puestos en un pie de igualdad con las viejas familias, pues estas no deseaban compartir su poder. Las nuevas familias no podían enviar representantes al Senado ni aspirar a otros cargos gubernamentales. Fueron los plebeyos, de una palabra latina pleb que significa gente común.
En obras públicas, llevó a cabo numerosos proyectos. Fortificó el Janículo uniéndolo a la ciudad incluyéndoo dentro de sus muros; construyó un puente de madera sobre el río Tíber, el Puente Sublicio (Pons Sublicius); fundó el puerto de Ostia, para proteger el estuario del Tíber; construyó unas salinas en Ostia; erigió la primera prisión de Roma, para encerrar a los acusados hasta decidir qué hacer con ellos (hasta entonces, el castigo habitual era el destierro o la muerte).
El gobierno de estos reyes durante el primer siglo y medio de la existencia de Roma no era absoluto. El rey era aconsejado por una asamblea de cien de los representantes más viejos de los diversos clanes que constituían la población de la ciudad, representantes de quienes, a causa de su edad y experiencia, cabía esperar que aconsejasen bien al rey. Este grupo de hombres viejos formaba el Senado, llamado así por la palabra latina senatus que significa anciano.
El Senado estaba con respecto al resto de los romanos en la misma posición que el padre con respecto a su familia. Como un padre, el Senado era más viejo y más sabio, y se esperaba que sus órdenes fuesen obedecidas. Por ello, los senadores eran los patricios, de la palabra latina que significa padre. Este término fue luego extendido a sus familias, pues los futuros senadores fueron elegidos en esas familias.
El ejército de los reyes latinos
Los 4 primeros reyes latinos realizaron el reclutamiento de los soldados se hacía las tribus que eran 3: Ramnes, Tities y Luceres (según algunos autores serían los romanos, sabinos, y etruscos o latinos), cada tribu aportaba 1.000 infantes (de aquí el nombre de miles con el que se denominaba a los soldados romanos) al mando de un tribuno militum y 100 jinetes al mando de un tribuno célere.
Las tribus se dividía en 10 curias, cada una de las cuales aportaba una centuria de 100 soldados al mando de un centurión, que desplegaban en dos filas de 50 hombres, y 10 jinetes al mando de un decurión.
Así pues el ejército estuvo compuesto de 3.000 infantes (miles) y 300 céleres o jinetes. El armamento lo aportaba el soldado, no la ciudad, de ahí que los infantes se diferenciaran según su fortuna: los mejor equipados serían los ricos. Cada año se procedía al licenciamiento y a la movilización ya que el ejército no era permanente, las guerras comenzaban en primavera y acababan normalmente en otoño; terminada la campaña volvían a sus actividades cotidianas. Los jinetes o céleres (caballería ligera) en un principio no combatían a caballo, solo lo utilizaban para desplazarse con rapidez, de ahí el nombre de céleres, luego desmontaban y combatían y flexuntes (caracoleadores que atacaban en círculos arrojando jabalinas).
La formación del ejército era de tipo hoplita, es muy probable que formasen cada curia en tres secciones (posteriormente manipulo) de 300 hombres, manteniendo una centuria para la defensa del campamento, cada sección desplegaría en profundidad en tres centurias, y estas a su vez en dos líneas de 50 hombres.