¡Ayúdanos a mejorar el blog!
Si ves alguna palabra mal escrita, o frase que no tenga mucho sentido, es muy fácil hacérnoslo saber. Sólo tienes que seleccionar las palabras que te resulten sospechosas y pulsar las teclas CONTROL y ENTER. Se abrirá un formulario con el texto seleccionado, y con pulsar enviar recibiremos tu notificación.
También puedes abrir el formulario pulsando el siguiente botón
La legión Manipular de Camilo
Marco Furio Camilo, el vencedor de Veyes, después de la derrota de los galos, realizó la reestructuración del ejercito romano, empleando como unidad táctica el manipulo, cuyo nombre tuvo su origen en un puñado de heno atado a la punta de una lanza y alzado en el campo de batalla como enseña para agrupaciones de 100 hombres de cada clase, que formaban las acies o grupos de filas de la falange, con el fin de poder evolucionar.
Al recibir los soldados una paga, se pierden en importancia las clases de soldados y adquiere mayor importancia la veteranía, con estas condiciones y buscando un ejército mucho más flexible se creó la legión manipular.
A partir de entonces la legión quedará formada por manípulos cada uno formado por dos cuadros de 12 soldados de frente por 5 de fondo, con excepción de los últimos o triarios que eran de 10 x 3. Los manípulos estaban compuestos de soldados de la misma clase, denominados velites, astados o hastati, príncipes y triarios o triari:
- Vélites que eran infantería ligera (sustituyeron a los accenti y leves), seguían siendo 1.200 cubrían todo el frente de la legión en 20 cuadros de 12 x 5, estos soldados procedían de las clases sociales más bajas y de los soldados más jóvenes. Como armamento principal llevaban un haz de venablos (hastae velitares) de 90 cm de largo que arrojaban al enemigo a distancia; tenían una punta metálica de unos 25 cm de largo, para el cuerpo a cuerpo llevaban una espada de larga de unos 75 cm, como protección llevaban un escudo circular (rodela) de unos 40 cm; se les proporcionaba un yelmo acolchado (galea) aunque algunos preferían protegerse con una piel de lobo u otro animal. Su empleo era acabar con los escaramuzadores rivales antes de comenzar el combate. En batalla, estaban destinados a hostigar a las tropas enemigas mediante escaramuzas, para minar su moral y romper la formación. También cubrían el avance de los astados o hastati. Tras arrojar sus jabalinas, se retiraban a través de los huecos abiertos entre las líneas de hastati, hasta retaguardia.
- Astados o hastati, eran jóvenes de menos de 24 años, formaban en 10 manípulos de 12×10, divididos en 2 cuadros de 12×5, estaban armados con dos lanzas cortas, o hastae, (de aquí recibieron su nombre) de hasta 1,8 metros de longitud, posteriormente evolucionaron en las pilum, para el cuerpo a cuerpo, usaban la espada que se acortó hasta imponer la gladius hispaniensis de 40 a 50 cm de largo, que se llevaba en el lado derecho. Como protección llevaban el escudo ovalado o scutum, casco de bronce, a menudo con un número de plumas o penacho de color blanco fijados en la parte superior para aumentar la estatura. Llevaban armadura ligera, la forma más común eran pequeñas placas rectangulares, llamados «protectores del corazón». Posteriormente fueron adquiriendo mayor protección. Eran los más jóvenes de la infantería pesada, y podían acometer acciones de ataque y repliegue rápidos mejor que los soldados de más edad y menos condiciones físicas. Su forma de ataque cuando el enemigo se encontraba a unos 20 m lanzaban primero la hasta o pilum ligera y a continuación la más pesada y a la carrera acometían la formación enemiga.
- Principes, tenían entre 24 y 35 años formaban en 10 manípulos de 12×10, en dos cuadros de 12×5, estaban armados con dos lanzas o pilum y una gladius, constituían el punto fuerte de la legión, sustituían a los antiguos falangistas, y como protección llevaban casco de bronce, cota de malla, un equipo muy superior al de sus enemigos. Llevaban sobre el yelmo plumas o penachos de color rojo.
- Triarios o triari, eran los más veteranos, formaban 10 manípulos de 10×6, en dos cuadros de 10×3, eran los más veteranos y su equipo eran parecidos al de los príncipes, llevaban una lanza o hastae y una gladius. Llevaban sobre el yelmo plumas o penachos de color negro. Tito Livio los describe: »con la pierna izquierda adelantada, los escudos apoyados en el hombro y las astas clavadas en tierra y apuntando en diagonal hacia delante, de manera que formaran una densa empalizada para protegerse».
Cada manipulo estaba mandado por un centurión prior que mandaba la derecha o la vanguardia, ayudado por un segundo centurión elegido por el prior y que mandaba la izquierda o la retaguardia, cada uno estaba ayudado así mismo por un ayudante denominado optio, un signifer que llevaba la enseña, un cornicen y un tesserario (encargado de la tessera o contraseña para la seguridad).
El armamento sufrió importantes cambios, copiando lo que les interesaba de sus enemigos, de los galos copiaron el escudo alargado (scutum), las carrilleras del casco, y sobre todo la cota de malla. De los hispánicos copiaron la espada corta o gladius hispana, las armas arrojadizas como el soliferrum y la falárica se deformaban al chocar con el objetivo, impidiendo volver a ser utilizada, con las que desarrollando la pilum, también copiaron el cuchillo pequeño al que llamaron pugio.
La legión estuvo en constante evolución, aunque en un principio tenía 4.200 infantes, después de Cannas fueron 5.000, Escipíon en África 5.200 y Emilio Paulo en Macedonia 6.000.
El mando de la legión correspondía a 6 tribunos militares organizados en parejas que uno hacía de jefe y el otro de segundo jefe, rotando las parejas y el resto hacía de estado mayor. En un principio eran elegidos por los cónsules, posteriormente las curias elegían la mitad.
Funcionamiento de los manípulos
Es muy posible que la legión formase inicialmente en las tres lineas (triplex acies) las centurias unas junto a las otras para que las distancias entre las centurias fuesen las correctas, a continuación las centurias de los prior se quedaría en su lugar, mientras que las segunda centuria retrocederían a retaguardia, las hastati quedarían a tresbolillo para permitir el repliegue de los vélites, mientras que las de los príncipes y triarios situarían una detrás de la otra una de tras de la otra , la anterior o situada más a vanguardia sería la prior.
El combate lo iniciaban los vélites contra la infantería ligera adversaria, cuando se les daba la orden, se replegaban por entre los huecos dejados por las centurias priors, estos una vez que hubiesen pasado, retrocedían hasta alcanzar a la centuria posterior cerrando la línea.
Una vez cerrada la línea, cargaban contra el enemigo, mientras los vélites se dirigían a retaguardia, algunos eran empleados para replegar a los heridos y suministrar a los legionarios con agua y comida.
Cuando los astados o hastati tenían dificultades o tenían que ser relevados por el cansancio, retrocedían hasta los príncipes, que estaban a tresbolillo, las centurias priors hastati que estaban frente a los huecos de los príncipes, se mantenían en sus posiciones para permitir el repliegue de la otra centuria, una vez que ésta se replegaba, los prior retrocedían ocupando el hueco y replegándose a continuación a retaguardia, donde volvían a formar a retaguardia de los triarios, organizando de nuevo los manipulos.
Una vez replegados las centurias priors de príncipes retrocedían para cerrar la línea, una vez cerrada cargaban todos a la vez contra el enemigo. Cuando estaban en dificultades o estaban cansados, y tenían que replegarse se repetía el proceso sobre los triarios.
Caballería
En el 403 durante el asedio de Veyes se instituyó por primera vez en Roma que los ciudadanos que servían como soldados recibieran un salario (tanto infantes como jinetes), siendo el sueldo de los equites más alto que el de los pedites, casi el el triple, un denario por día.
A partir de entonces dentro de la caballería legionaria podía haber tanto individuos con caballo pagado por el Estado (equites equo publico) como individuos que se costeaban el caballo (equites equis suis). Sin embargo no hay razones para creer que el tipo de origen implicaba algo a efectos militares. Eventualmente se haría un censo con todos ciudadanos los romanos que podían ser reclutados como jinetes en función de su nivel de renta.
El servicio en la caballería era altamente prestigioso. Además del honor de pertenecer a la caballería y el hecho de ser un primer paso para poder desarrollar después una carrera política, los equites se veían favorecidos por un periodo obligatorio de servicio más limitado que el de la infantería: estaban obligados a servir un máximo de 10 años (en diferentes campañas) frente a los 16 de la infantería; siendo el tramo de edad de entre los 17 a los 46 años.
Asignada a cada legión, había un destacamento de caballería llamada ala mandada por un prefecto (praefecti equitum), compuesta por casi 400 jinetes divididos en 10 turmas de 40 jinetes cada una; mandadas por un centurión asistido por un tesserarius (oficial de seguridad, encargado de la tessera o contraseña) y un duplicarius (lugarteniente, el nombre viene porque cobraba el doble de un jinete) y un signifer (porta estandarte o vexillum). Cada turma se dividían a su vez en tres decurias compuestas de 10 jinetes más el decurión y el optio que actuaba como segundo jefe.
Los jinetes no tenían al principio nada más protección que un casco, un escudo de cuero de buey y por arma ofensiva solo una lanza o azagaya. El encuentro con las tropas de Pirro rey de Epiro les hizo comprender su utilización y valía en el campo de batalla aprendiendo a conocer las ventajas que se pueden obtenerse de una buena caballería como elemento decisorio de las batallas.
A partir de entonces copiaron el material de la caballería tesaliana, usando el mismo casco, la misma lanza de acometida o kontos con doble punta a la que denominaron contus, en caso de romperse, usaban el otro extremo, usaron una espada tipo celta larga (espatha) apropiada para atacar con el filo en vez de la punta, cota de malla (lorica hamata) y un escudo circular convexo (parma equestris).
En su forma más simple, la caballería se usaba en el ejército consular para proteger los flancos, la caballería romana en el flanco derecho y la aliada en el flanco izquierdo. Escipión consiguió la victoria da Zama gracias a la superioridad en Caballería.
Aliados o socii
A parte de las legiones los romanos disponían de aliados o socii, estos eran de dos tipos latinos e itálicos,
- Latinos procedían de 30 colonias situadas estratégicamente en la península (Cremona, Plasencia, Brindisi, etc.) eran capaces de proporcionar 80.000 infantes y 5.000 jinetes.
- Itálicos procedían de pueblos que ocupaban la península (etruscos, sabinos, umbríos, samnitas, etc.) eran capaces de proporcionar hasta 260.000 infantes y 34.000 jinetes, proporcionaban hombres en función de la fórmula togatorum, es decir la lista hombres adultos.
Ambos pueblos actuaban bajo sus propios jefes y empleaban unidades tipo legión con unos efectivos en torno a los 5.000 efectivos divididos en cohortes empleándolas antes que los romanos, eran unidades de 450, 500 o 600 infantes, divididas en 3 manípulos cada una. Cada unidad era de un mismo pueblo o cantón.
La caballería aliada era el doble o el triple que la romana, estaban formados en turmas y decurias, normalmente desplegaban en el ala izquierda a las órdenes de un prefecti equitum romano.
Existía una unidad llamada extraordinari que eran un tercio de caballería y un quinto de la infantería elegidos entre las mejores tropas aliadas que acampaban cerca del cónsul (pretorium) y estaban a su inmediata disposición.
Auxiliares o auxilia
Eran tropas no itálicas que apoyaban a la legión y suplían el defecto de ésta en armas especiales, de las más conocidas son la caballería númida, los honderos baleares y los arqueros cretenses. Mantienen la estructura propia del país de origen y se agrupan en cohortes. Eran, en su mayoría, tropas de carácter mercenario, bien por alistamiento individual o por medio de un príncipe o jefe de los lugares de origen.
Ejército consular
El ejército consular estaba mandada por tribunos consulares nombrados por en Senado, posteriormente por uno de los dos cónsules que se elegían anualmente, uno era representante de los patricios y otro era representante de los plebeyos, al cónsul le ayudaban 6 prefectos militares. El ejército consular normalmente se componía de dos legiones romanas (numeradas pares o impares) que se situaban en el centro; y en los flancos alas sociorum o legiones aliadas mandadas por un prefecto sociorum, se denominaban ala dextra (derecha) y ala sinistra o laeva (izquierda), en total unos 20.000 infantes.
En las alaes (alas) del ejército se situaba la caballería. A la derecha la caballería romana mandada por un prefecto equitum tenía 800 (600 posteriormente) jinetes se situaba en el ala derecha, en el ala izquierda también mandada por un prefecto equitum romano se situaba la caballería aliada que era mucho más numerosa, llegando a ser el triple (1.600 a 2.400). En algunas ocasiones se dividió la caballería legionaria y la caballería aliada, poniendo la mitad en cada ala.
Adicionalmente, a estas subunidades paritarias, se reclutaba un contingente de aliados itálicos cuyo número variaba dependiendo de las circunstancias, denominado los extraordinarios (extraordinarii). En total, un ejército consular comprendía alrededor de 25.000 infantes y 1.800 jinetes, aunque su tamaño variaba en función del número de integrantes que tuviera una legión o ala en cada período y del volumen total de extraordinarios incorporados.
Cuando existía un gran peligro o cuando había desavenencias entre los cónsules, se nombraba un dictador ayudado por un magister equitum que hacía de lugarteniente. Normalmente, el cargo tenía una duración de seis meses.
También podía existir un ejército proconsular bajo el mando de un pretor o un proconsul, estaba formado por dos legiones (una romana y una aliada) con sus respectivas alaes.
Campamento romano
Distribución del campamento
No se sabe cómo eran los campamentos de marcha de los romanos, lo que se conoce es que en las guerras contra Pirro rey de Épiro, quedaron impresionados por la organización del campamento epirota, que a su vez, lo habían copiado de los egipcios.
El lugar de asentamiento del campamento de marcha romano se elegía cuidadosamente, teniendo en cuenta un terreno favorable (elevado) con un suministro de agua y pasto adecuado. El tamaño, la distribución y la construcción del campo de marcha romano en el campo estaban bastante estandarizados. El campamento de marcha se dispuso en un rectángulo (o cuadrado) según el terreno y el número de soldados que se alojarían.
El campamento tenía esquinas redondeadas y, en lugar de accesos con puertas, tenían aberturas protegidas por un título (montículo transversal, a veces en forma de media luna). Había 4 accesos que daban a las dos principales avenidas en forma de cruz. La vía pretoria (entre las puertas pretoria y decumana), y vía principales (puertas dextra y sinestra), en el cruce de mando se situaba el pretorium (tienda de mando).
Las puertas eran:
- La porta praetoria (puerta pretoriana), que miraba hacia el enemigo o hacia el Este. Las tropas cuando formaban para la batalla generalmente salían el campamento a través de esta puerta.
- La porta decumana (puerta trasera), que miraba hacia el otro extremo o el Oeste, esta puerta también era llamada puerta maldita, porque los soldados sentenciados eran sacados por esta puerta para su ejecución.
- La porta principalis sinistra (puerta principal izquierda), que miraba hacia el norte.
- La porta principalis dextra (puerta principal derecha), que miraba hacia el sur.
Las fossas (zanjas exteriores) tenían 1,5 metros de profundidad por 1 metro de ancho, o más anchas si se consideraba que el enemigo era bastante formidable.
El agger (terraplén, la base de tierra para la empalizada) de un campamento de marcha, se construía a 18 o más metros de las tiendas más cercanas. Tenía aproximadamente 2,4 metros de ancho por 1,8 metros de altura, su misión era impedir la entrada y proteger a las tiendas de proyectiles lanzados por el enemigo. Se convertían en la base del vallum (empalizada). La empalizada se construía uniendo las sudis (estacas llevadas por cada legionario) o utilizando madera local recolectada para este propósito.
El espacio entre la empalizada y las tiendas más cercanas, llamada intervallum y en él había una vía llamada singularis cuya misión era facilitar el acceso a la empalizada en caso de ataque.
Si el campamento era muy grande, había otra la vía llamada quintana, paralela a la vía principalis. Las puertas del campamento tenían aproximadamente 12 metros de ancho. En caso de ataque, había materiales disponibles para cerrarlas.
Montaje del campamento
La construcción del campamento completo (fossa, agger, vallum, caminos, puertas, etc.) no era obligatoria todos los días a menos que estuviera en territorio enemigo. Sin embargo, incluso las legiones que realizaban la guarnición de la ciudad tenían el mandato de realizar al menos una marcha forzada por mes y construir un campamento después de completar una marcha de 20 millas romanas (30 km).
La marcha de 20 millas se completó en 5 o 6 horas y se suponía que la construcción del campo estaría terminada en 3 horas. El campamento iba a ser desmontado cuando la legión estuviera lista para partir.
Los legionarios encargados de preparar el campamento estaban compuestos por un «grupo de color» de diez hombres separados de cada uno de los manípulos. Estos 600 hombres viajaban a la vanguardia de la legión bajo el mando del prefecto del campo o praefectus castrorum. Este era un ex-primus pilus que estaba encargado de la infraestructura de un campamento: su construcción, las instalaciones del campamento, el mantenimiento, la atención médica, las comidas, el agua, suministro, fabricación y almacenamiento de materiales de construcción, etc. Los hombres asignados portaban, además de su propio equipo, banderas de colores para identificar las distintas zonas del campamento.
Los agrimensores colocaban cuatro grandes banderas para demarcar el límite exterior del campamento. A continuación, se marcaron las posiciones de las cuatro puertas.
Luego, el lugar era despejado y nivelado, se determinaba la ubicación de la tienda del comandante (pretorium) y el resto del campamento se disponía utilizando banderas para marcar varios sitios. El cuerpo principal del ejército cuando llegaba, dejaba su equipo en los lugares asignados y completaba la construcción del campamento. Se asignaban hombres para cavar las zanjas exteriores, y la tierra de esas zanjas se utilizó para construir el agger (terraplén). Finalmente, se construía el vallum (empalizada).
Por lo general, se tardaba de 3 a 5 horas en completar la excavación de la zanja.
Las primeras tiendas que se erigían eran las de los oficiales: el Pretorium (3,55 x 3,55 x 3,66), el Quaestorium (3,55 x 3,55 x 3,66), que era la tienda del cuestor (se situaban el botín y los suministros), las tiendas de legados y tribunos, y todas las tiendas de centuriones (2,96 x 2,96 x 2,40), todas estas eran de color rojo.
Finalmente, se erigían las tiendas de los legionarios, llamadas contubernios (2,96 x 2,96 x 1,48), con capacidad para 8 hombres (hay que tener en cuenta que ¼ de la fuerza estaba de guardia). Se erigía la tienda del centurión en la vía principal y a continuación sus 10 contubernios alineados ocupaba un área de 9 x 54 metros, cada turma ocupaba un área de 9 x 36 metros.
Si el tiempo fuera tormentoso, se instalarían tiendas de campaña antes de que comenzaran los trabajos en las zanjas y las empalizadas.
Seguridad
Si el enemigo estuviera amenazando, toda la caballería, los vélites y la mitad de los legionarios serían colocadas en orden de batalla; mientras el resto de la legión terminaba de cavar las zanjas, construir las zanjas y erigir las empalizadas, el convoy y la impedimenta se situaría detrás de la zanja (fossa).
Tanto el día como la noche se dividían en guardias de 3 horas; el final de cada guardia se señalaba con el sonido de una bocina.
Las puertas del campamento estaban vigiladas y la valla estaba cubierta por centinelas separados por una distancia de unos 10 metros.
La forma en que aseguran el paso de la tessera (contraseña) para la noche es la siguiente: el tesserarius del décimo manípulo de cada legión y caballería; que es el que está acampado en el extremo inferior de la calle, asiste todos los días al atardecer a la tienda del tribuno de guardia, y recibe de él la tessera (contraseña). Esta es una tablilla de madera con la palabra inscrita en ella, y al regresar a sus aposentos transmite la contraseña y la tablilla ante testigos al tesserarius del siguiente manípulo. Este a su vez se la pasa al siguiente. Todos hacen lo mismo hasta llegar a los primeros manípulos, los acampados cerca de las tiendas de los tribunos. El último tesserarius es el encargado de entregar la tablilla al tribuno de guardia antes de que oscurezca. De modo que si se devuelven todas las emitidas, el tribuno sabe que la consigna ha sido dada a todos los manípulos, y ha pasado por todos en su camino de regreso a él. Si falta alguna de ellas, indagaría enseguida, por qué no ha regresado la tablilla, y el responsable de la interrupción recibiría el castigo que merece.
Una vez recibidas todas las tesseras, las volvía a entregar para que durante los relevos, se las pasen al siguiente.
El deber de hacer las rondas estaba confiado a la caballería. El primer prefecto de caballería de cada legión debía dar órdenes temprano en la mañana a uno de sus optios para que envíe un aviso antes del desayuno a cuatro soldados de su propia decuria que deberán ir a las rondas. Se presentan al tribuno de guardia y reciben órdenes escritas de él indicando qué estaciones debían visitar y a qué hora. Después de eso, los cuatro se colocaban junto al primer manípulo de los triarios, porque es deber del centurión de ese manípulo hacer sonar una corneta al comienzo de cada guardia.
La última ronda al amanecer recogía las tesseras y se las entregan al tribuno de guardia, si faltaba alguna, llamaría al centurión del manípulo que deberá acudir con los hombres que estaban de guardia. Con el fin de investigar lo sucedido y aplicar el castigo correspondiente.