Edad Antigua Cartago y las guerras Púnicas El ejército cartaginés o púnico

Generalidades

Los cartagineses eran un pueblo de comerciantes que no sentían ninguna devoción hacia la guerra, solo la empleaban como último recurso. Como toda sociedad comercial no había ciudadanos disponibles para alistarse en el ejército, dado que conseguían mucho más dinero como comerciantes, por lo tanto tenían que recurrir al servicio de mercenarios.

Los púnicos, como todos los comerciantes, no estaban interesados en conquistas territoriales, sino en tener puntos estratégicos fácilmente defendibles y desde donde podían llevar a cabo su comercio.

Los estrategos o generales eran miembros de la Asamblea o Senado Púnico; a partir del siglo III eran elegidos por la Asamblea y en casos excepcionales por las propias tropas como fue el caso de Aníbal y sus hermanos, si bien debían estar sometidos a las órdenes del gobierno de Cartago, siendo este el que controlaba las campañas y tomaba las decisiones.

Los generales podían ser cesados después de una derrota e incluso en los primeros tiempos de Cartago, ser crucificados. En los tiempos de la Segunda Guerra Púnica dejó de suceder y los estrategas derrotados eran solo apartados del mando.

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General púnico. Se trata de Anibal antes de la batalla de Cannas, lleva el ojo vendado, tiene puesta una coraza o tórax de bronce y las carrilleras del yelmo levantadas, junto a él un portaescudo de una tribu libia sujetándole el caballo, detrás un general con linotórax y encima un pectoral de triple disco, detrás la falange libio-fencicia se ve los guiones con media luna sobre un disco que significa el puño de Baal. Fuente Revista Focus Storia

Sus fuerzas armadas tenían dos pilares fundamentales: la marina de guerra y el ejército.

La marina de guerra cartaginesa

Los datos parecen indicar que el tamaño medio de la flota era de unas 150 unidades, llegándose a equipar en casos de extrema necesidad hasta 200 barcos de combate (el puerto de Cartago llegó a tener capacidad para algo más de 200 barcos). Se puede diferenciar entre dos tipos de flotas:

  • La flota de combate, que son las que hasta ahora se han comentado, compuestas por buques de guerra y cuya misión era el enfrentamiento con una flota enemiga análoga, o el bloqueo de lugares estratégicos.
  • La flota de invasión, correspondiente a acciones mixtas, donde además de la supremacía marítima se pretende obtener el dominio en tierra mediante el desembarco de infantería y caballería.

En cuanto al tipo de barcos empleados había cuatro tipos:

  • Penteconteras (Monorreme/birremes) tenían 25 m de longitud y empleaban 50 remeros en dos niveles, además tenían 10 marineros, se emplearon desde su fundación hasta el siglo VI AC.
  • Trirreme fue diseñada por los fenicios, se generalizó en el Mediterráneo entre los siglos VII y IV AC. Era un barco de 36 m de eslora, y llevaba una tripulación de unos 180 hombres: 170 remeros, ocho o diez para manejar velamen, y un grupo de soldados. Al estar los remeros colocados en tres alturas, se triplicaba la fuerza sin ampliar la longitud del barco y sin que se estorbasen unos a otros.
  • Tetrera o cuatrirreme, a partir del siglo IV AC, en los astilleros de Cartago se transforma en la tetrera, que dispone cuatro remeros para cada remo en un mismo banco, de ahí el nombre. Tenían una longitud de 40 m y una anchura de 6 m, con un calado no superior a los 2 m. La máxima velocidad posible era de cinco nudos, aunque la de crucero era de dos a tres nudos. La tripulación era de 240 hombres, respectivamente, manejando los treinta remos por lado, además de los marineros destinados a las velas.
  • Pentera o quinquerreme tenían la misma longitud que la tetrera unos 40 m y una anchura de 6 m. La máxima velocidad posible era de seis nudos, aunque la de crucero era de tres nudos. La tripulación era de 300 hombres, respectivamente, manejando los treinta remos por lado, además de 50 marineros destinados a las velas y 120 hoplitas.
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Trirreme cartaginés, fue la nave más empleada por la armada cartaginesa

La flota cartaginesa desarrolló sus técnicas de combate durante las guerras con los romanos. Disponían de varias escuadras de doce barcos y podían formar flotas de ciento veinte barcos.

  • El Dieciplus. Era una táctica que consistía en una salida simultánea y veloz de toda la Armada, dispuesta en línea para atravesar la flota adversaria entre barco y barco, dar un rápido giro y atacar con el espolón la popa de los barcos enemigos.
  • El Periplus. Consistía en una táctica ofensiva, donde se colocaban al costado de un barco enemigo y viraban de repente para atravesar su costado con el espolón, de un golpe.

Se navegaba costeando el litoral de día y acampando en las playas para pasar la noche. En caso de necesidad, durante la noche se utilizaban tablas de distancia además de guiarse por las estrellas. También se usaban palomas mensajeras para ayudarse en caso de niebla.

El ejército cartaginés

El ejército reclutaba tres tipos de fuerzas: Las fuerzas propias, fuerzas aliadas y fuerzas mercenarias.

Las fuerzas propias

Incluía a los ciudadanos, que estaban obligados a ejercer el servicio militar para defender a la propia ciudad en caso de amenaza directa.

El reclutamiento local fue desapareciendo paulatinamente debido a la impopularidad del servicio militar entre ellos; prefiriendo pagar impuestos a servir como soldados de leva, con el dinero de los ciudadanos que no querían combatir se contrataban mercenarios, pero cuando no hubo más remedio se reclutaron a la fuerza como en la batalla de Zama y en la Tercera Guerra Púnica.

Los libio-fenicios eran la única etnia bajo el dominio cartaginés, y estaba obligada por ley a suministrar soldados a la metrópoli. Tenían interés en mejorar su status social, ya que hasta cierto punto eran considerados ciudadanos de segunda, siendo también interesantes para ellos los beneficios económicos que obtenían de la paga y sobre todo del botín de guerra. En la península Ibérica, a los descendientes de los fenicios y locales, también se les denominó libio-fenicios y se les concedieron los mismos derechos.

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Soldados cartagineses. Izquierda oficial bebiendo agua, guerrero adyrmachidae de Marmáric una región de Libia, lleva caetra y falcata así como una cresta trenzada, detrás jinete de los ciudadanos. Derecha infante con cota de malla, infante con linotórax y un jinete con pectoral de discos todos son libio-fenicios.

Las fuerzas aliadas

Los contingentes aliados, como la famosa caballería númida, eran aportados por pueblos o sus príncipes y permanecían agrupados por naciones, combatiendo según sus propios métodos y costumbres. Desde las primeras guerras de Sicilia, tropas aliadas, que no en pocas ocasiones eran incluso griegas, combatieron bajo el mando de un general cartaginés, y aún antes los etruscos aparecen como aliados de los cartagineses en la batalla de Alalia. Cartago tuvo aliados en Hispania, galos e itálicos, pero combatían bajo las órdenes de sus reyes y oficiales cada uno con sus sistemas de combate propios, por lo que los generales púnicos necesitaban de intérpretes para transmitir sus órdenes.

Los mercenarios

Desde mediados del siglo VI AC, como consecuencia de la reforma militar de Magón, contingentes de mercenarios habían sido incorporados al ejército cartaginés. Los mercenarios desempeñaron un papel notable en muchas de las guerras y su número aumentó con el tiempo, siendo su origen muy diverso: libios, ligures, corsos, etruscos, griegos, itálicos, iberos y galos. Los romanos tenían un juicio muy negativo de estos soldados de fortuna. Su lealtad no era hacia Cartago sino hacia el general que los mandaba. Este era un motivo por el cual los estrategas cartagineses no cambiaban todos los años como así pasaba con los romanos, ya que hubiera afectado muy negativamente a la combatividad de las tropas.

Los reclutadores púnicos recorrieron todos los confines del Mediterráneo atrayendo a los dominios cartagineses una pléyade de guerreros, aventureros y esclavos fugitivos. Los mercenarios junto con los pueblos aliados, un ejército plural que consiguió su mayor efectividad cuando un mando decidido y con ascendiente sobre la tropa fue capaz de conjugar grupos tan heterogéneos para combatir siguiendo los parámetros de la guerra compleja de grandes formaciones que requerían. Las unidades de mercenarios eran auténticas torres de babel, por lo que se agrupaban con otros similares. Se reclutaban individualmente o por grupos, y recibían una paga. Algunos llegaron a ser buenos soldados al servir durante años.

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Mercenarios cartagineses: Izquierda Johnny Shumate de pie infante libio, de rodillas infante turdetano y celtibero, detrás jinete númida y jinete galo. A la derecha Richard Hook representa mercenarios itálicos: infante sammita con pectoral de discos, jinete campano e infante lucano

El ejército estaba compuesto de infantería, caballería, e ingenieros para el sitio de ciudades y cruce de ríos.

Infantería cartaginesa

La infantería cartaginesa comprendía la infantería pesada y la infantería ligera.

Infantería pesada cartaginesa

La infantería pesada fue una copia de la infantería helenística, hasta Jantipo usó unidades de hoplitas similares a las griegas. A partir de este momento adoptan la falange macedonia con sus sarissas. Aníbal, en su experiencia contra los hispanos, habría abandonado la falange empleada por su padre Amílcar, pasando a usar unidades menores similares al manípulo romano. Dentro de la infantería pesada contaba con el Batallón Sagrado, la infantería libio-fenicia, los íberos scutati, los celtíberos, infantería celta, ligures, y al final brucios, apulios y lucanos del sur de Italia.

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Infantería pesada: íberos scutati

Batallón Sagrado

Era la unidad más famosa, un cuerpo de élite similar al Batallón Sagrado de Tebas, que habitualmente no combatía fuera del territorio africano. Se situaba en el centro de la formación del ejército, inmediatamente detrás de los elefantes y protegido en las alas por los auxiliares mercenarios y la caballería. Eran adoradores del dios Baal, antiguo dios fenicio de la guerra. Estaba constituida por hijos de nobles de Cartago y poseían una gran preparación para el combate. Dada la condición social de sus integrantes, probablemente disponían del mejor equipamiento posible.

Su armamento y formación eran similares a los de los hoplitas griegos: lanza larga como arma principal, espada corta, escudo redondo de 90 cm, casco de bronce, grebas y coraza musculada de gran calidad, posteriormente linotorax de origen griego.

Combatían a pie y ejercían las funciones de guardia personal del general o del comandante cartaginés del ejército. Esta fuerza contaba con unos 2.500 hombres; en la batalla del Crimiso, en el año 341 AC, cuando el ejército cartaginés fue vencido por el de Timoleón, que mandaba al ejército siracusano, el Batallón Sagrado fue aniquilado. Aníbal llevó a unidades del Batallón Sagrado a Italia, y tras catorce años de campaña, dos tercios de aquellos hombres seguían luchando, es posible que fuesen utilizados como su guardia personal.

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Soldados del Batallón Sagrado Cartaginés siglo IV AC divirtiéndose: Se ve a uno de ellos con coraza o tórax, el del medio desnudo y el de la derecha con linotórax. Autor Giuseppe Rava
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Batallón Sagrado escoltando a Hannón durante la Revuelta de los Mercenarios en el 240 AC. Se observa a Hannón el Grande dirigiéndose a los mercenarios protegido por soldados del Batallón Sagrado, llevan coraza o tórax sobre túnica roja o blanca, casco tipo boecio con carrileras; uno de ellos parece un oficial y lleva cota de escamas. Autor Steve Noon para Osprey

Infantería libio-fenicia

Anteriormente a la Primera Guerra Púnica, los libio-fenicios iban equipados con yelmos y corazas de hierro. Portaban grandes escudos blancos que protegían la mayor parte de su cuerpo, y marchaban en formación lenta y ordenada (muy probablemente al estilo de la falange griega). Les apoyaban contingentes de carros de guerra de diseño semita, muy utilizados en los conflictos coloniales.

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Infantería cartaginesa en acción siglo III AC. En primer término el Batallón Sagrado, al fondo la falange libio-fenicia y a vanguardia honderos e infantería ligera o lonchoporoi. Autor Andrei Karaschuk (А Каращук)
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Falange libio-fenicia después de Jantipo. Autor Luca Tarlazzi

A partir de Jantipo, formaban como los falangistas macedonios. Llevaban una pica pesada de unos 5 metros de longitud, con punta y contera de hierro, que se manejaba con ambas manos. Como armamento secundario portaban una espada larga para el combate a corta distancia. Como protección, un escudo redondo de 60 cm de diámetro y forma cóncava, que tenía con una empuñadura (antilabé) en su extremo y una correa (telamon) que permitía transportarlo con comodidad, al tiempo que, enrollada en el brazo izquierdo y pasada alrededor del cuerpo, permitía fijarlo mejor durante la carga. Estaban generalmente pintados de blanco. Los motivos decorativos más característicos eran la estrella, la palmera o el caballo, símbolos de la ciudad de Cartago, como demuestran sus monedas.

Como protección adicional llevaban un casco tracio con o sin carrilleras, con cimera metálica y cogotera saliente. Para proteger el dorso empleaban una placa pectoral de triple disco de bronce, en el que el disco inferior llevaba el rostro de Tanit; también llevaban linotórax de origen griego, que en el siglo III AC sería sustituida por las cotas de malla de procedencia itálica. Tambien llevaban grebas de bronce decoradas de caña alta que protegían la pierna desde el tobillo hasta por encima de la rodilla, y se aseguraban con correas de cuero. Bajo la armadura llevaban túnicas de color rojo, y calzaban sandalias.

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Infanteria pesada cartaginesa

Infanteria celta

Los celtas sirvieron como mercenarios en los ejércitos cartagineses desde, al menos, el siglo V AC.

Aníbal reclutó gran cantidad de infantería celta entre las tribus galas al norte del río Po. Los romanos llamaban a los celtas galos. Constituyeron el grupo de soldados más entusiasta entre las tropas de Aníbal, ya que se encontraban en guerra con los romanos, desde un siglo antes de que el cartaginés invadiera Italia.

Organizados en clanes, estas tropas actuaban como infantería pesada y vivían para la guerra, la gloria y el saqueo.

Su arma principal era una espada larga de doble filo, un arma cortante que podían blandir de lado a lado sobre su cabeza, dejándola caer después como si de un hacha se tratara. Durante la guerra de Breno contra Roma, esta técnica partía los escudos romanos. Para contrarrestar esto, los armeros romanos rediseñaron el escudo, añadiendo un forrado de metal al borde del mismo.

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Guerreros galos de ejército púnico: izquierda a derecha: jefe galo cisalpino; guerrero con cota de malla;  guerrero con acolchado; guerrero con lanza de hierro en Iberia era llamada Soliferro. Los romanos copiaron el escudo ovalado, el casco  tipo monteforino y la cota de malla de los galos.

Originalmente, los galos no llevaban armadura y en ocasiones combatían completamente desnudos, mientras cargaban en tromba contra las formaciones enemigas, pues luchar sin armadura era para ellos signo de valor.

Los galos del ejército de Aníbal representaban a menudo casi la mitad de sus tropas. Luchaban individualmente y era prácticamente imposible hacerles maniobrar o adoptar formaciones de combate ordenadas.

Aníbal les usaba habitualmente como tropas de choque, para desgastar al enemigo, reservando su valiosa infantería africana. Esto tenía como consecuencia grandes cifras de bajas entre las filas galas, que aun así resultaban fácilmente reemplazables. Para los galos, sin embargo, la posibilidad de lanzarse al más arriesgado de los ataques era la mejor medalla que podían recibir, de modo que no se reducía su lealtad ni ferocidad.

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Infantería celta o gala atacando a los romanos. Autor Angus McBride

Ligures

Los ligures eran un pueblo de origen íbero que habitaba al norte del golfo de Génova. Estaban muy influenciados por los pueblos galos que los rodeaban, e hicieron su aparición tardíamente en la Segunda Guerra Púnica (207 AC). No formaron parte del ejército de Aníbal, pero sí lo hicieron con los hermanos del héroe púnico. Como los hispanos y galos, ofrecían buenos guerreros con características de infantería de línea, y son referidos en las fuentes como más disciplinados y mejor dispuestos que los galos. Su armamento era varias jabalinas que lanzaban antes del choque, una espada tipo celta, un casco sencillo y un escudo alargado.

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Mercenario ligur del noroeste de italia, no cambatieron con Anibal, pero si con sus hermanos. Autor Johnny Shumate

Brucios, apulios y lucanos

Tras la batalla de Cannas, muchas ciudades del sur de Italia se pasaron al bando cartaginés. Los brucios fueron de los primeros pueblos en jurar fidelidad a Aníbal.

Existen pocos datos sobre el armamento y la armadura de los apulios. En Conversano, localidad cercana a Bari, se halló una panoplia, que consta de cnémidas o grebas y coraza musculada griega, cinturón samnita y casco de tipo etrusco-corintio, con alas de bronce y plumas. El origen de este casco no era cubrir el rostro, sino que se utilizaba como tocado, y es probablemente del siglo VI AC. Los celtas, que invadieron la Italia central en el siglo IV AC, influyeron en el equipamiento militar apulio, como se desprende del hallazgo en una tumba de un casco y una coraza musculada celtas.

En cuanto a la indumentaria militar de los lucanos, se conserva en la Torre de Londres una panoplia que consta de una coraza de dos piezas, con el peto y el espaldar cuadrados, un casco ático con portaplumas de muelle, grebas con trabillas para las correas y un cinturón samnita. Otra armadura hacía del 300 AC, hallada en Paestum, consta de una coraza formada por un espaldar y un peto de tres discos, un casco ático similar al de Londres, grebas y un cinturón samnita.

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Infanteria pesada: brucios, apulios y lucanos

Infantería ligera

La infantería ligera se desplegaba delante de la pesada y se dedicaba a hostigar a las fuerzas enemigas. Se replegaban cuando avanzaba la infantería pesada. También se colocaban en los flancos en apoyo de la caballería. Los infantes ligeros que empleaban eran los lonchophoroi, honderos de Baleares, e iberos caetrati.

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Honderos de Baleares, reclutamiento durante la campaña de Magón en el 206 AC, el reclutador está sentado y protegidos por guerreros libios. Autor Steve Noon para Osprey

Los lonchophoroi

Eran tropas ligeras procedentes de tribus libias, entre las que destacan los adyrmachidae de Marmárica, los garamantes e incluso infantes númidas, que eran muy capaces en este tipo de combate. Su equipo estaba compuesto por un escudo ligero, aunque con posterioridad adoptarían uno ovalado que proporcionaba mayor protección; un casco de fibra o de bronce; un puñado de jabalinas y espada. Combatían en orden abierto, siendo muy eficaces en las emboscadas, sabiendo sacar provecho de los accidentes del terreno. Los pueblos bereberes también aportarían tropas ligeras al ejército cartaginés, siendo sus armas más comunes la jabalina y el arco.

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Infantería lígera: lonchophoroi

La caballería Cartaginesa

La caballería cartaginesa incluía los carros de guerra, elefantes de guerra, la caballería ligera y la caballería pesada

Carros de guerra

Aunque no se han encontrado ilustraciones de carros de guerra púnicos, existen relieves de vehículos fenicios y chipriotas, que se pueden asumir como similares. Según estos datos, los carros púnicos tenían un estilo similar, tanto en construcción como en tácticas de combate, a los carros asirios de los siglos VII y VIII AC.

Diodoro menciona el desplazamiento a Sicilia de 300 carros de guerra, más 2.000 pares de caballos de «reserva» durante la guerra contra Dionisio I de Siracusa.

Durante la expedición del 341 AC contra Timoleón, las cuadrigas cartaginesas avanzaron al frente del ejército y desempeñaron un papel decisivo para rechazar un ataque por sorpresa de la caballería siracusana, mandada por Damareto, sobre las tropas púnicas que cruzaban el río Crimiso. La movilidad de los carros, dotados de cuchillas en las ruedas, desbarató e hizo retroceder a la caballería siracusana. Para contrarrestar el embate de dichos vehículos, Timoleón atacó frontalmente con sus tropas de élite, venció y capturó 200 carros.

En los primeros combates, tras la invasión de África por el tirano Agatocles de Siracusa (310 AC), el ejército púnico alineó hasta 2.000 carros y 1.000 jinetes frente a los siracusanos, que carecían de tropas montadas. Pese a tal desproporción de fuerzas, la carga inicial de la caballería y los carros se estrelló contra la infantería enemiga, que minimizó el impacto de jinetes y vehículos. Sumado a ello, los arqueros y honderos les hostigaron con lanzamientos masivos de proyectiles, forzándoles a retroceder sobre su propia infantería, desbaratándola. El carro de guerra cartaginés dejó de utilizarse de forma generalizada después de esta campaña.

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Carro de guerra púnico

Elefantes de guerra

El ejército cartaginés utilizó los elefantes de guerra en su guerra contra Pirro (278 AC), siendo estos elefantes de origen hindú.

Cartago obtuvo inicialmente algunos elefantes asiáticos a través del Egipto Ptolemaico, que también le proporcionó conductores indios, base del futuro cuerpo de mahouts. Estos elefantes, de gran tamaño y de alrededor de 3 m de altura, podían ir equipados para el combate con una estructura de torre en la grupa, aunque no todos ellos solían llevarla. En este caso, su guarnición estaba formada por cuatro hombres: El mahout o conductor, generalmente de raza númida. Abrazaba al elefante protegiéndose con sus grandes orejas. Contaba con una aguja para espolear al animal, que podía clavar en su nuca si el paquidermo enloquecía. En la torre viajaban otros tres soldados: un arquero, un lancero equipado al modo hoplita y un oficial. Algunos comandantes púnicos gustaban de dirigir la batalla desde lo alto de un elefante, como el propio Aníbal al inicio de su campaña italiana.

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Elefante de guerra asiatico cartaginés, lleva una torre con tres tripulantes

Pero los púnicos no podían abastecerse permanentemente de animales indios, y capturaron elefantes africanos, en el área del Sáhara. Se trataba de la especie de elefante forestal denominada Loxodonta africana pharaonensis, hoy extinguida, de menor tamaño que los asiáticos. Su pequeño tamaño solo permitía la colocación de una pequeña torre en la grupa, en la que iban dos tripulantes un arquero y un lancero que iban bastante apretados. También se destinaron a labores de choque, siendo entonces controlados por un único mahout. Los romanos capturaron durante las décadas siguientes los pocos ejemplares que quedaban para que lucharan en el Coliseo de la capital o los circos romanos, en los espectáculos.

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Elefante de guerra africano. A la izquierda con una torreta encima con dos tripulantes, a la derecha solo con el conductor o mahout. Autor Guiseppe Rava

Los cartagineses emplearon por primera vez estos animales contra los romanos el año 262 AC y obtuvieron su primer triunfo en 255 AC, en la llanura del Bagradas. Allí, los 100 elefantes dispuestos por Jantipo al frente de la formación púnica, aplastaron a la infantería de Marco Atilio Régulo, en el que puede considerarse el mayor éxito de la fuerza de elefantes cartaginesa. Los romanos rechazaron a los mercenarios cartagineses que peleaban en la vanguardia, que chocaron con los elefantes y el resto de las líneas de su ejército.

Esta fase de la batalla de Agrigento (262 AC.) nos indica la forma de combatir que adoptó Hannón (que no tenía por qué ser la más común): los mercenarios luchaban en vanguardia, una decisión lógica, en cierto modo, pues así se evitaban deserciones y traiciones. Lo extraño es que los 60 elefantes combatieran en segunda línea. Esto hace pensar que quizá se utilizaran como plataformas de arqueros más que el choque, pues en segunda línea no podían embestir al rival, y, sin embargo, permitían a los arqueros situados en su grupa una línea de tiro directa hacia el enemigo.

Aníbal cruzó los Alpes con 37 elefantes africanos de los cuales solo sobrevivieron 2 para la batalla de Trebia. Sin embargo en la batalla de Zama presentó 80 elefantes.

Como en muchas ocasiones, constituían un arma de doble filo, puesto que al ser heridos, o morir su guía, podrían volverse incontrolables y cargar contra sus propias filas. Por ello, Asdrúbal Barca, hermano de Aníbal, incorporó para los guías un martillo y un cincel, para matar a los elefantes en estampida atravesando su espina dorsal.

Caballería pesada

La caballería pesada incluía la caballería de los ciudadanos, caballería libio-fenicia, y caballería celtíbera. Nunca llegaron a tener unidades parecidas a los catafractas de oriente.

Caballería de los ciudadanos

Los ciudadanos configuraron una parte significativa de la caballería púnica, diferenciada de los jinetes de otras caballerías. Estaban inspirados en los Hetairoi o Compañeros de Alejandro, y constituían una auténtica caballería pesada. Iban armados de forma similar a la infantería del Batallón Sagrado, eran reclutados entre las filas de la nobleza, que costeaba su caro equipamiento: cota de malla, yelmo y grebas, además de un pequeño escudo, dos lanzas (una corta para ser arrojada y otra más larga), y una espada corta de filo ancho. Se caracterizaban por llevar anillos de oro, uno por cada campaña en la que habían servido. No está claro si estos jinetes formaban parte del Batallón Sagrado, aunque probablemente formaran una entidad independiente de aquel. Constituían una mezcla de guardia personal y escuela de oficiales.

Caballería libio-fenicia

La caballería libio-fenicia constituía un cuerpo reducido, pero bien armado y organizado. Luchaban como caballería pesada, armados con lanza de acometida y espada para el combate cerrado, y protegidos con armadura de lino, casco de bronce y grebas. Al parecer, también portaban un escudo redondo. Por su parte, el caballo también estaba protegido por una pechera. Formaban en cuadro, consistiendo sus ataques en cargas controladas, pudiendo aguantar largos combates gracias las protecciones de jinete y caballo.

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Caballeria pesada cartaginesa: de los ciudadanos y libio-fenicia
Caballería gala

Actuaba como caballería pesada en el ala izquierda junto a la hispana, y estaba compuesta por los príncipes y nobles. Solían llevar cota de malla, de la que se supone fueron sus inventores. Portaban un escudo redondo, lanza de acometida y una espada larga que llegaba a tener 90 cm y algunos portaban hachas. El yelmo era de lo más variopinto y profusamente adornado y un pantalón hasta el tobillo que sería posteriormente copiado por los romanos.

Las tácticas de la caballería celta eran muy sofisticadas, disparando jabalinas sobre el enemigo antes del contacto, atacándolo luego mediante cargas controladas, las cuales además podían concentrarse en un punto con el fin de romper las filas enemigas. Si una primera carga no surtía efecto, era seguida de otros con intervalos para descansar.

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Caballería gala en acción. Autor Giuseppe Rava

Caballería ligera

Como caballería ligera los cartagineses emplearon fuerzas reclutadas como los númidas, y la caballería íbera.

Caballería númida

Los jinetes númidas estuvieron presentes en todos los enfrentamientos importantes de las Guerras Púnicas hasta la derrota final de Cartago. Normalmente se situaban en el ala derecha de la formación. Fueron utilizados de forma masiva por Aníbal, que llegó a alinear más de 4.000 jinetes en Cannas y Escipión 6.000 en Zama.

Excelentes como caballería ligera, montaban sobre pequeños, ágiles y muy resistentes acostumbrados al clima duro de las estepas al norte del Sáhara. No usaban ni brida ni bocado y cabalgaban sin silla; guiando a sus caballos únicamente con el uso de una vara, una cuerda alrededor del cuello y el movimiento basculante del peso de su cuerpo.

Cumplían misiones de exploración, enlace y persecución de las tropas vencidas para aumentar el número de bajas. Estas características se pusieron de relieve en la batalla de Cannas, donde fueron incapaces de romper por sí solos las líneas de la caballería latina. Una vez rotas estas por la caballería pesada hispana, sin embargo, fueron los encargados de iniciar la persecución, con un éxito notable al incrementar en gran manera el número de bajas. Debido a su movilidad y rapidez para replegarse eran usados como cebo en las emboscadas.

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Caballería númida al servicio de Cartago

Tito Livio refiere que llevaban dos caballos y saltaban del caballo cansado al fresco, muchas veces en lo más encarnizado de la refriega. No empleaban bridas y guiaban sus caballos con la presión de sus piernas y con las lanzas tal y como se guían los asnos en algunos países. Sin embargo, Estrabón afirma que pasaban cuerdas en torno al cuello del caballo, a modo de brida.

Usaban un escudo circular embrazado y jabalinas. Vestían, por regla general, una túnica corta sin ninguna protección corporal, algo problemático ante la acometida de una caballería pesada. Estrabón les retrata semidesnudos, exceptuando una piel de leopardo, que podían enrollar alrededor de su brazo izquierdo para que hiciera las funciones de escudo.

Su táctica principal consistía en el acercamiento al enemigo sin trabar combate en proximidad, hostigarle lanzándole dardos y atraerle a un terreno desfavorable para ser derrotado por el grueso de la caballería y los infantes púnicos.

Entrada creada originalmente por Arre caballo! el 2014-04-30. Última modificacion 2022-01-25.
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Comentarios:

  1. Luis Agustin Morillo Tamayo dijo el 2022/03/13 a las 2:48 pm

    Excelente información , muy detallada ,felicitaciones.

  2. Jorge Luis becerra dijo el 2024/02/04 a las 1:49 am

    Excelente información ,solo pediría que las imágenes pudieran agrandarse para ver mejor los detalles, felicidades, he aprendido muchísimo

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