Siglo XVIII Imperio persa siglo XVIII Guerra Turco-Persa (1730-36)

Antecedentes

Tan pronto como Tahmasp II asumió el trono, exigió que todas las fuerzas otomanas y rusas evacuaran inmediatamente los territorios ocupados. El norte de Irán y el Cáucaso eran parte integral de la integridad cultural, económica y política de Irán. Azerbaiyán era una provincia clave, crucial para cualquier fuerza política que desea asumir el poder en Irán.

Los otomanos intentaron llegar un nuevo acuerdo, ofreciendo retirarse de todos los territorios iraníes en Azerbaiyán, incluido Tabri. Irán Occidental también sería devuelto incluyendo todo Luristán, gran parte del Kurdistán iraní y Hamadán en el noroeste de Irán. A cambio, el Gran Visir exigía que Tahmasp reconociera la ocupación otomana de las antiguas posesiones iraníes en el Cáucaso.

Curiosamente, el Gran Visir también insistía en que Tahmasp reconociera la soberanía otomana sobre el Shirvanshah. Nader Kan consideraba que la ocupación otomana de los territorios caucásicos era inaceptable e incluso mientras se intercambiaban las notas diplomáticas, Nader se movía para expulsar a los otomanos de la ocupación del territorio iraní. Tahmasp y Nader debían haber sido conscientes de la posición política inestable del Gran visir Damad Ibrahim y el sultán Ahmed III en Estambul. Se especula que los iraníes pudieran haber interpretado la actitud conciliadora otomana como un signo de debilidad por las disputas políticas internas de Estambul.

Nader Khan se dirige contra los otomanos

Nader Khan decidió atacar al Imperio otomano, y partió con el ejército desde Shiraz el 9 de marzo de 1730, haciendo una pausa para celebrar el antiguo Nowruz o Año Nuevo persa. Esto era para agradecer a las tropas por sus esfuerzos en haber derrotado los afganos y prepararlos para el mayor desafío que les espera.

Nader se dirigió hacia al oeste, movió su ejército de unos 25.000 efectivos rápidamente a través de Borujerd en Luristán y desde allí llegó rápidamente a la ciudad de Nahavand (en la actual provincia de Hamadán).

Los otomanos bajo Osmán pachá, disponían de unos 15.000 efectivos, esperaban enfrentarse con tropas similares a las que habían derrotado en 1722, y se encontrarían una desagradable sorpresa.

En un enfrentamiento breve pero intenso, los otomanos fueron derrotados rápidamente, siendo obligados a retirarse a toda prisa a la ciudad de Hamadán.

Batalla de Malayer (marzo – agosto 1730)

Nader fue reforzado en Qazvin con unos 5.000 efectivos y avanzó hacia Hamadán, se le opuso otro ejército otomano de más 30.000 efectivos mandados por Solimán pachá en las estepas cerca de la antigua ciudad de Malayer.

Los turcos desplegaron a la manera tradicional con la infantería en el centro y la caballería en las alas, apoyados en una corriente que fluía a través del valle, al otro lado del cual Nader desplegó a sus hombres en tres divisiones separadas, colocándose en el centro. Cuando los dos ejércitos se acercaron entre sí, se produjo un duelo de mosquetería a lo largo de toda la línea, con el humo creado por los mosquetes y los cañones disparando por encima del curso de agua poco profundo que separaba a los dos ejércitos, el humo de los disparos ocultaba a ambos otomanos y a persas. Nader, aprovechando la cortina de humo, reforzó la caballería de su ala derecha para una apuesta audaz.

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Batalla del valle de Malayer (marzo – agosto 1730)

Nader dio la orden de cargar con su caballería contra el ala izquierda otomana a través de la corriente. Los persas aparecieron de la nube de humo que ocultaba su avance y cargaron contra los otomanos, que quedaron sorprendidos por la inesperada aparición del enemigo aparentemente de la nada, en el caos. Siguieron unas intensas horas de lucha, y los otomanos intentaron salvar su izquierda en vano. La embestida de la derecha persa hizo huir el ala izquierda otomana y la muerte del jefe otomano Bannerman causó que se desmoralizaran y huyeran, con la caballería persa huida, cargaron con la retaguardia del centro cortando y encerrando a un gran número de hombres.

Nader tomó muchos prisioneros, incluyendo una cantidad de oficiales otomanos y mucho botín.

El gobernador otomano de Hamadán, al darse cuenta de que no tenía esperanzas de detener a Nader, escapó a Bagdad. Nader entró a la ciudad sin luchar y liberó unos 10.000 prisioneros iraníes.

En su prisa por huir, los otomanos cometieron un gran error al dejar atrás grandes almacenes de su excelente artillería y otros equipos militares.

Conquista de Kermanshah

Kermanshah era una ciudad muy importante, ya que sus fortificaciones eran un elemento importante para proteger las fronteras occidentales de Irán. La ciudad también albergaba una industria próspera, especialmente en la fabricación de armas Nader derrotó a las tropas otomanas locales y liberó a Kermanshah. Pronto toda la provincia había sido limpiada de tropas otomanas. La primera decisión de Nader fue la construcción de nuevas fortificaciones para la ciudad, ya que se encontraba en el camino de cualquier invasión otomana proveniente de Mesopotamia.

Nader y sus tropas descansaron durante un mes en Hamadán antes de lanzar la ofensiva crucial en la provincia de Azerbaiyán en el noroeste. Azerbaiyán fue especialmente importante como el vínculo de Irán con el Cáucaso, oeste de Irán y este de Anatolia. El ejército iraní avanzó a mediados de julio, marchando primero en el oeste de Azerbaiyán, asegurando las marchas fronterizas de Azerbaiyán cerca de la frontera otomana en Anatolia.

Campaña de Nader en Azerbaiyán

Nader marchó hacia el norte a lo largo de la frontera occidental iraní y aseguró Sanandaj en el Kurdistán Iraní antes de entrar en el oeste de Azerbaiyán donde derrotó a las tropas otomanas cerca de Mianboab (justo al sur del lago Urumiah). Parece que en este momento, las tropas otomanas se habían convertido en una masa desmoralizada por los crecientes informes del nuevo ejército iraní de Nader. También hubo informes de motines teniendo lugar entre los otomanos.

Nader y el ejército iraní aplastaron a otra fuerza otomana cerca de Tabriz en agosto, con Nader entrando a la ciudad el 12 de agosto. Muchas de las tropas otomanas que intentaban huir de Azerbaiyán hacia la seguridad de Anatolia fueron perseguidas y muertas por la caballería iraní.

Nader capturó aún más tiendas de equipos y cañones otomanos, así como un gran número de prisioneros. Nader fue magnánimo y no mostró venganza. Muchos de los pachás mayores fueron liberados, así como mujeres otomanas.

Sultán Ahmed III y Damad Ibrahim respondieron rápidamente: el embajador iraní en Estambul fue puesto en prisión y fuerzas otomanas estacionadas en Van, Kars y el Cáucaso recibieron orden para prepararse para las inminentes ofensivas iraníes. Cuando Hamadán y Tabriz fueron liberados de las tropas otomanas, los otomanos estaban haciendo sus propios planes para recuperar esas ciudades y liderar una gran ofensiva en Irán Occidental. Sin embargo, los sobrevivientes otomanos de los ataques de Nader difundieron la noticia del nuevo ejército iraní en Estambul. Esto sin duda contribuyó a la creciente ola de descontento que estalló en una revuelta abierta a a finales de septiembre, dando lugar al levantamiento de Patrona Halil en el Imperio otomano, que acabó con el Sultán y el Gran Visir derrocados, poniendo fin al llamado «Era de Tulipanes«.

Nader Kan vuelve hacia el este

Después de sus éxitos en el oeste de Irán y Azerbaiyán, Nader tenía la intención de marchar hacia el Cáucaso para expulsar a los otomanos de allí. No pudo embarcarse en esa misión, ya que después de cinco días en Tabriz, Nader recibió noticias de que los abdalíes se habían rebelado y se habían apoderado de Herat. Nader se vio obligado a llevar a su ejército unos 2.250 km al este para enfrentar la nueva amenaza afgana.

Huseín Sultán de Kandahar temía enfrentarse a Nader e intrigó a los abdalíes a rebelarse contra Nader. El designado de Nader en Herat, Allahyar Kan, permaneció leal, pero estalló una revuelta de los abdalíes en agosto de 1730 dirigido por Zolfaqhar Kan. Allahyar Kan huyó a Mashad, seguido por los rebeldes que hicieron un intento fallido de asediar la ciudad. Nader fue insultado por este ataque contra la base de su poder en Jorasán y tenía la intención de derrotar a abdalíes por última vez. También era crucial que la frontera oriental quedase completamente pacificada para evitar que el ejército iraní pelee contra dos frentes en el futuro.

Nader pasó el invierno de 1730/1 construyendo sus fuerzas y entrenando nuevas tropas en preparación para la campaña. Allahyar Kkan fue enviado al este para ayudar a fomentar la oposición contra Zolfaqhar Kan. En medio de estos desarrollos, Huseín Sultan continuó ayudando a Zolfaqhar Kan enviándole miles de guerreros ghilzais. Al mismo tiempo, trató de complacer a Nader liberando a dos princesas safávidas capturadas por los ghilzais en 1722.

A finales de marzo de 1731, después de Nowruz, Nader estaba listo para enfrentarse a los abdalíes.

Estaba a 10 km de Herat a principios de abril y ordenó a sus tropas locales asegurar las aldeas y fortalezas antes de ejercer el esfuerzo principal en Herat. Nader solidificó su control sobre las avenidas de aproximación occidentales de Herat y se apoderó de la región de Noghreh, dejando a 10.000 hombres retenerla contra posibles ataques afganos.

Cuando Nader avanzaba hacia Herat, rechazó otro ataque abdalí. Para el 4 de mayo, el asedio de Herat estaba en marcha. Nader estaba bien equipado con cañones y pacientemente apretó el cerco alrededor de la ciudad. A medida que pasaban los meses, más y más aliados ghilzais de Zolfaqhar Kkan eran muertos. Se cortaron todas las salidas de la ciudad y todos los que se atrevieron a salir eran muertos por los tofangchis o mosqueteros y la caballería. La presión finalmente obligó a Zolfaqhar Kan a lanzar un ataque desesperado contra el campamento de Nader el 22 de julio de 1731. Nader respondió rápidamente con efectividad mortal. Lanzó un ataque de flanco, liderando una carga de caballería en persona. El ataque de Zolfaqhar Kan fue rechazado y sufrió numerosas pérdidas.

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Batalla de Herat (22 de junio de 1731). Se ve al fondo las murallas de la ciudad. Los soldados presentan a Nader las cabezas de los enemigos, mientras los soldados de Nader persiguen a los afganos.

Los abdalíes estaban cada vez más desmoralizados. Saidal Kan había huido y Nader no les daba respiro. Los abdalíes pidieron que Allahyar Kan fuera reanudado su cargo. Nader estuvo de acuerdo y Zolfaqhar Kan fue exiliado a Farah. Nader no marchó de la ciudad. A pesar de la aparente paz, la situación seguía siendo inestable, especialmente a medida que surgían las historias de una nueva fuerza de 40.000 efectivos llegaba para ayudar a Zolfaqhar Kan.

Tratando de calmar las crecientes tensiones resultantes del rumor, el propio Allahyar Kan se rebeló contra Nader e incluso se atrevió a lanzar ataques contra las tropas iraníes alrededor de Herat en septiembre de 1731.

Nader respondió reanudando el asedio. Para el 27 de febrero de 1732, Herat se vio obligado a rendirse. Nader fue indulgente en el tratamiento de sus enemigos derrotados. Allahyar Kan fue exiliado y Pir Mohamed (el comandante en jefe de Sistani en Mashad en 1726) fue puesto como gobernador de Herat.

Las tropas de Nader entraron tranquilamente a la ciudad, ocupando sus torres y puestos principales, y no hubo violencia o revancha contra la población civil. El hermano de Nader, Ibrahim, persiguió a Zolfaqhar desde Farah, quien escapó a su patrón Huseín Soltan, que en lugar de darle refugio, le recompensó con prisión.

Como antes, Nader reclutó a los guerreros derrotados de sus antiguos adversarios que pasaron a su propio ejército. Los afganos, después de todo, estaban y están entre los mejores guerreros del mundo. Su inclusión en el ejército iraní haría la fuerza aún más formidable.

Fracaso del sah Tahmasp II contra los otomanos

Estambul estaba involucrado en la revuelta de Patrona Halil. Una vez que el nuevo sultán, Mahmud I (1730-54), hubiera derrotado a los rebeldes, la autoridad otomana se restableció en Estambul y las hostilidades militares se reanudaron contra Irán. El nuevo Sultán nombró a Ali Hakimoghlu pachá como sardar (comandante) del ejército frente a Irán.

Tahmasp II fue engatusado por sus cortesanos para que saliera de campaña aprovechando la debilidad de los turcos, aunque podría estar motivado principalmente por los celos causados por las incesantes victorias de su ilustre comandante en jefe. Tahmasp pretendía conquistar Armenia, Georgia y Daguestán de los turcos, para ello partió de Isfahán con 18.000 hombres hacia Tabriz (finales del invierno de 1731) y al parecer obtuvo una victoria sobre una fuerza otomana cerca de Ereván, poniendo la ciudad bajo asedio.

Hakimoghlu luego llegó al teatro de operaciones de Ereván, y de inmediato intentó romper el asedio de Ereván. Al darse cuenta de que Tahmasp no había tomado ninguna precaución para proteger su línea de comunicación hacia el sur, Hakimoghlu cortó la línea de abastecimiento de Tahmasp hacia Tabriz obligándole a retirarse del asedio y tomar el camino de regreso a Tabriz. Tahmasp entonces estaba atrapado en una situación grave. Cuando los ejércitos persa y otomano se vieron el uno al otro, se intercambiaron numerosas cartas entre Ahmed pachá y Tahmasp. El ejército persa estaba compuesto en gran parte por reclutas (los veteranos estaban de campaña en el este bajo Nader) y desplegó de forma tradicional en centro y dos alas.

En la batalla campal la caballería persa se impuso en las alas, venciendo a sus contrapartes, pero la infantería persa novata del centro, fueron derrotados fácilmente por el avance de los jenízaros que giraron para ayudar a sus camaradas montados y hacer frente a un contraataque de los jinetes persas a los que también derrotaron. Los iraníes perdieron toda su artillería y una gran cantidad de suministros.

Este éxito permitió a Hakimoghlu proyectar sus fuerzas al sur de Armenia en Azerbaiyán, capturando Urumiah el 15 de noviembre de 1731 y la capital provincial, Tabriz, el 4 de diciembre de 1731. El Sultán le concedió a Hakimoghlu el codiciado título de ghazi (héroe) del Imperio.

La situación táctica también se había deteriorado en las partes noroeste y oeste de Irán. Ahmed pachá, el gobernador otomano de Bagdad, atacó al Kurdistán iraní y capturó Kermanshah el 30 de julio de 1731. Un desastre mayor aún estaba por llegar en Hamadán, donde Ahmed pachá derrotó completamente a Tahmasp el 15 de septiembre de 1731. Hamadán cayó solo tres días después.

Derrotado y deshonrado en el campo de batalla, Tahmasp y su maltratado ejército se retiraron a toda prisa de regreso a Isfahán. Unos meses después, Ahmad pachá le ofreció a Tahmasp términos para la paz. Los términos eran virtualmente idénticos a los ofrecidos originalmente por el ex-sultán Ahmed III. Los otomanos se ofrecieron a devolver el oeste de Irán (Hamadán, Kermanshah, Ard-Alan y Luristán) y Azerbaiyán (incluido Tabriz) a cambio de reconocer el dominio otomano sobre los antiguos territorios iraníes del Cáucaso. Estos incluían Perso-Armenia (incluido Ereván), Georgia (las regiones de Kartli, Kakheti y la ciudad de Tiflis), Shirvan Nakhchevan y Ganja (ambos en la actual Azerbaiyán) y Daguestán.

Las zonas habitadas por la tribu Hawiza también serían devueltas a los iraníes. Con respecto al frente sur, el Tratado de Qasr-e-Shirin debía permanecer situando la frontera común en el río Araxes (Aras) que entonces formaba la frontera de norte de Irán con el Imperio otomano.

Tahmasp aceptó plenamente las condiciones territoriales otomanas. Los iraníes, sin embargo, estaban lejos estar satisfechos con ese estado de cosas, ya que la situación era la misma que antes de que Tahmasp hubiera exigido la salida de las tropas otomanas bajo Ahmed III. Mahmud tampoco estaba impresionado, porque sentía que Ahmed pachá había concedido demasiado a los iraníes. El Sultán estaba especialmente disgustado con la cesión de Tabriz. A mediados de marzo de 1732, el sultán Mahmud había depuesto a su Gran Visir, Topal Osmán pachá, a favor de su general favorito, Ali Hakimoghlu pachá.

Nader Kan depone al sah Tahmasp II

La noticia de la rendición del sah Tahmasp llevó a Nader Kan a marchar desde Herat hacia Isfahán. Nader estaba profundamente consternado por la desastrosa operación militar de Tahmasp II y su postura blanda en las negociaciones posteriores con los otomanos. Al ver sus ganancias ganadas con tanto esfuerzo desperdiciadas por la ineptitud militar y política de Tahmasp, se involucró en dos maniobras diplomáticas. Despachó sus embajadores a Estambúl para exigir la revocación del reciente tratado con Tahmasp y que todas las posesiones caucásicas de Irán fueran restauradas de inmediato. Nader debió haber anticipado que sus demandas serían sumariamente rechazadas. Los otomanos no parecían haber apreciado su fuerza, o sus últimos éxitos militares se debieron al menos en parte a la ausencia de Nader del campo de batalla.

La segunda acción diplomática de Nader fue escribir una carta formal a Tahmasp II criticándolo por su tratado con los otomanos y su falta de preocupación por las condiciones de los prisioneros iraníes en territorio otomano. Luego entregó el mando de Jorasán a su hermano Ibrahim Kan Zahir como dowleh (ministro) y llegó a las afueras de Isfahán con un destacamento armado que instaló sus tiendas en los alrededores de la ciudad. Gracias a su inmensa popularidad personal, Nader pudo deponer a Tahmasp II sin oposición. Tahmasp II fue enviado como prisionero a Jorasán en el 7 de julio de 1732. Abbas III, el hijo pequeño de Tahmasp, fue instalado como Sah con Nader con el título de Naeb (regente) y Vakil (primer ministro). Nader Kan era entonces el gobernante de facto del reino, después de haber colocado a sus comandantes de confianza en todos los puestos clave del gobierno. El escenario ya estaba listo para otro enfrentamiento persa-otomano.

Asedio de Bagdad por Nader Kan

La deposición de Tahmasp II del poder permitió que el ejército iraní finalmente se racionalizara bajo el comando único y efectivo de Nader. Los comandantes iraníes se mostraron satisfechos al ver que los rusos, enemigos acérrimos de los otomanos, no tenían intención de abrir acciones militares en el norte del Cáucaso. Una vez más, Nader envió una embajada a Estambul para exigir pacíficamente la devolución de los territorios caucásicos de Irán. Los otomanos ignoraron previsiblemente estas solicitudes, obligando a Nader a movilizar al ejército iraní para una nueva campaña contra el Imperio otomano.

El objetivo militar de Nader era obtener el control completo sobre la totalidad del oeste de Irán también como el Irak gobernado por los otomanos, especialmente Bagdad. Nader esperaba conquistar Bagdad como moneda de Azerbaiyán y el Cáucaso. Otra posibilidad era que la caída de Bagdad condujera a un colapso más amplio del poder otomano en el teatro mesopotámico, lo que permitiría al ejército iraní hacerse con más territorios a expensas de los otomanos.

Anticipando las intenciones de Nader en Mesopotamia, los otomanos desplegaron rápidamente sus fuerzas en los distritos poblados por los kurdos de Darna y Shahrazur, aparentemente con el objetivo de romper más al oeste y posiblemente al noroeste de Irán. Nader derrotó a estas fuerzas y luego despejó de tropas otomanas Malayir, Hamadán, Nahavand, Sanandaj y Kermanshah.

El ejército iraní entró en territorio otomano con 80.000 efectivos en diciembre de 1732, capturando el Kurdistán iraquí. Con una base de operaciones segura en el Kurdistán iraquí, Nader se avanzó hacia el sur hacia Bagdad y fácilmente aplastó a una fuerza otomana en su avance. Ahmed pachá había construido una poderosa serie de defensas para defender Bagdad, especialmente a lo largo de las orillas occidentales del río Tigris, fortificadas con artillería.

Para cruzar el río Tigris, los ingenieros y constructores de barcos de Nader construyeron 1.000 botes grandes. Estos serían unidos por grandes cuerdas para formar un puente de barcas, al igual que habían hecho los persas aqueménidas para cruzar el Helesponto. 40 ingenieros de Nader cruzaron el Tigris para asegurar las cuerdas en la orilla occidental, pero fueron vistos y disparados. Los pocos supervivientes nadaron de prisa hacia la orilla oriental.

Después de este fracaso, los aliados árabes locales de Nader le aconsejaron que seleccionara el cruce en Yengjeh como el mejor lugar para atravesar el Tigris mediante balsas. Una vez más, las resistentes palmeras se usaron para construir plataformas, que fueron adelantadas por 12.000 de caballería en la noche para ocultar sus intenciones a los otomanos. Las plataformas se unieron a pieles de animales infladas, para reforzar la flotabilidad del puente. Nader luego cruzó el río con 2.500 hombres cuidadosamente seleccionados el 15 de febrero de 1733, seguido por 1.500 al día siguiente.

Para tratar de confundir a los otomanos, Nader vistió a un oficial iraní, Imamverdi Gharakhlu, con sus ropas y sentó al oficial en su puesto de mando a la vista. Pero los exploradores de Ahmed pachá, sin embargo, pronto se enteraron de que el verdadero Nader había cruzado el Tigris. Al principio, las tropas otomanas se retiraron. Pero cuando la fuerte corriente del Tigris rompió las cuerdas destruyendo el puente, y dejando a Nader y sus tropas varadas en la orilla occidental del Tigris, Ahmed pachá envió 30.000 efectivos incluyendo artillería, caballería y jenízaros para acabar con la cabeza de puente de Nader. Las tropas otomanas hicieron su esfuerzo principal para asaltar la cabeza de puente de Nader, obligando a los contingentes turcomanos y kurdos a retirarse.

Sin embargo, los contingentes afganos resistieron el tiempo suficiente para permitir un nuevo contingente de soldados persas de caballería para reforzar las líneas de defensa de Nader. Las tropas de Nader lograron derrotar a los otomanos y capturaron su numerosa artillería atacando sus columnas en sus flancos. Al parecer la configuración del terreno pudo haber impedido a los otomanos desplegar toda su fuerza para la batalla.

Otras fuentes informan que la artillería de Nader desde la orilla oriental del Tigris había abierto un enorme bombardeo que proporcionó una cobertura eficaz contra las fuerzas atacantes otomanas. La artillería de Nader también abrió fuego sobre Bagdad, evitando que tropas adicionales reforzaran a los atacantes de la cabeza de puente de Nader. Los refuerzos permitieron a Nader erigir una pantalla defensiva mientras se reconstruía el puente de pontones y 20.000 soldados se unieron a Nader y su frente tropas de línea.

Ahmed pachá demostró ser incapaz de evitar la finalización del puente de Nader, ya que la artillería iraní en las orillas orientales del Tigris continuaba con su bombardeo. Para hacer las cosas aún peores, uno de los comandantes navales de Nader desembarcó con éxito un cuerpo de infantería armado con mosquetes que comenzó a apuntar a cualquiera que usara las puertas de Bagdad.

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Asedio de Bagdad y batalla de Samarra

Nader Kan procedió a rodear completamente a Bagdad. Los ingenieros iraníes construyeron un total de 2.700 torres, con cada una de las torres la distancia de un disparo de mosquete de la siguiente. Las vías fluviales a la ciudad fueron patrulladas por soldados persas en botes. El asedio demostró su efectividad, especialmente en su capacidad para evitar que los suministros y provisiones ingresasen a la ciudad. Esto llevó a los ciudadanos de Bagdad intentar escapar de la ciudad. Mientras tanto, las tropas iraníes habían conquistado muchos de las ciudades clave alrededor de Bagdad. Nader incluso envió tropas tan lejos como Basora al sur para apoyar rebeldes árabes anti-otomanos de allí.

Los campamentos iraníes que sitiaban Bagdad fueron completados con tiendas y zonas con capacidad para 300.000 personas, de los cuales solo 100.000 eran combatientes (80.000 de caballería y 20.000 de infantería y de artillería). La artillería de Nader no era lo suficientemente fuerte como para abrir una brecha en las murallas, debido a que la poderosa artillería de Bagdad obligaba a sus homólogos iraníes a retirarse a una distancia de seguridad. Esto no era una gran preocupación para Nader, ya que todo lo que tenía que hacer era sentarse y esperar hasta que se agotaran los suministros y provisiones de la ciudad, obligándola a rendirse por hambre.

Tan cómodos y confiados estaban los iraníes que celebraron el Nowruz (Nuevo Año) el 21 de marzo de 1733 en sus campamentos. Cuando Topal Osmán pachá, gobernador de Erzerum y saraskar (comandante en jefe) de los ejércitos orientales del Imperio otomano, movilizó 80.000 efectivos con 60 cañones de Estambul, Damasco, Egipto, Diyarbakr, Van, Tiflis y Ereván para aliviar Bagdad.

Batalla de Samarra (19 de julio de 1733)

Osmán pachá pasó a Kirkuk y se dirigió rápidamente hacia el sur hacia Bagdad. Cuando los otomanos llegaron a Samarra, Nader envió a 12,000 de sus mejores mosqueteros para proporcionar una cobertura hasta la llegada del ejército principal iraní desde Bagdad. Los mosqueteros fueron apoyados por 20.000 jazayerchis y 30.000 de caballería enviada por Jawshan. En total, Nader reunió 70.000 efectivos para enfrentar a Topal Osmán, mientras que 12.000 hombres dirigidos por Mohamed Kan Baluch continuaban con el asedio de Bagdad.

La batalla finalmente se unió el 19 de julio de 1733. Nader no logró obtener una ventaja sobre la izquierda otomana ocupando una elevación, debido a Topal Osmán envió una fuerza en secreto la noche anterior, y las fuerzas iraníes se vieron obligadas a retirarse, ya que los otomanos eran más numerosos y disponían de artillería (1).

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Batalla de Samarra (19 de julio de 1733). Despliegue de fuerzas

Nader, frustrado por este fracaso, desplegó sus fuerzas en una sola línea y desató un ataque abrumador contra la primera línea otomana, que había desplegado en dos líneas. Los turcos regresan muy cerca de sus campamentos, con algunos de sus cañones cayendo en manos persas. En esta coyuntura, la huida de 2.000 kurdos en el ejército otomano puso a los hombres de Topal Osmán en una situación muy difícil. Osmán empleó la segunda línea e incluso los servidores del campamento y restableció la situación (2).

La batalla continuó con ambos ejércitos ganando y perdiendo terreno continuamente hasta el mediodía. Debido al inteligente posicionamiento del ejército otomano en esa batalla por parte del comandante otomano, sus hombres tenían acceso al agua del río Tigris detrás de ellos; mientras que los persas estaban cada vez más sedientos a medida que la batalla se prolongaba con el calor abrasador de la tarde mesopotámica sin ninguna fuente de agua para proporcionar aguar a su ejército. La posición otomana también mostró otra gran ventaja, ya que el viento cambió y comenzó a soplar hacia el sur levantando polvo y arena contra los rostros de los persas, que se unió a una nueva desgracia, la traición de un contingente tribal árabe en el ejército de Nader.

Cuando el ejército comenzó a desintegrarse bajo tanta presión, Nader cabalgó alentando a sus hombres a realizar más esfuerzos y participó personalmente en la lucha, logrando ensartar a un soldado de caballería otomano con una lanza, pero él mismo fue arrojado de su caballo en la feroz lucha. Los rumores se extendieron a través de las filas persas de la desaparición de Nader, dando un golpe mortal a la moral de un ejército ya agotado. A medida que la resistencia organizada comenzó a desvanecerse después de un implacable enfrentamiento de 9 horas, los persas se retiraron al sur y no pudieron unirse a pesar de los mejores esfuerzos de sus líderes. Nader había sido derrotado por primera y última vez en su monumental carrera de conquistas. Los dos grandes líderes habían luchado contra sus hombres con una ferocidad increíble, pero Topal Osmán había logrado, aunque solo fuera, llevar el día ganando una victoria costosa pero aún gloriosa y decisiva.

Las bajas iraníes fueron 30.000 muertos y 3.000 prisioneros, casi la mitad de toda su fuerza, incluidas todas sus piezas de artillería; por parte otomana hubo 20.000 muertos.

Topal Osmán siguió esta victoria llegando a Bagdad el 20 de julio de 1733. El ejército otomano sorprendió y derrotó a los sitiadores iraníes restantes, capturando suministros y municiones de los campamentos iraníes que rodeaban Bagdad. Los otomanos también recapturaron a Kirkuk y Darna. El maltratado ejército iraní no tuvo más remedio que retirarse hacia sus principales bases occidentales en Kermanshah y Hamadán.

El resultado del éxito otomano nuevamente resultó efímero. La resistencia y el carácter del liderazgo de Nader Kan hizo mucho para reconstruir y reformar rápidamente el ejército iraní. Se hizo mucho esfuerzo para reemplazar las pérdidas en armas, equipos y transporte. Se impartieron 60 reformas significativas sobre la infantería, incluida la división en los jazayerchihas, gharachoorloohas y piyadegans, especialmente después de sus experiencias contra los jenízaros. Nader Kan también impuso una dura disciplina imponiendo castigos crueles contra aquellos oficiales que fallaron sus estandartes de batalla.

En solo 40 días, Nader Kan había logrado reconstruir el ejército iraní; levantando 50.000 efectivos nuevos vestidos con uniformes, así como 140.000 caballos, mulas y camellos para el transporte. Nader estaba listo para enfrentarse a los otomanos una vez más.

Batalla de Kirkuk (26 de octubre de 1733)

Estalló una rebelión en el sur de Irán bajo el liderazgo de Mohamed Kan Baluch, que reunió a una gran cantidad de descontentos a su alrededor y recibió más hombres de las tribus árabes locales en la región. La solución de Nader fue primero tratar el problema con los otomanos y luego aplastar la rebelión de Mohamed Kan.

También había dimensiones políticas, ya que Nader estaba dispuesto a rectificar su reputación, ya que las noticias de su derrota en la batalla de Samarra se extenderían en Irán, creando un terreno fértil para cualquier crecimiento de rebelión desde adentro. No está claro hasta qué punto Nader ansiaba la oportunidad de reparar su reputación al derrotar a Topal Osmán pachá, que era el único hombre (y seguiría siendo el único) que lo había superado en el campo de batalla.

Topal Osmán también estaba ansioso por reparar sus pérdidas al haber sufrido la pérdida total de 20.000 hombres o 1 de cada 4 en su ejército. Había enviado solicitudes a Estambul, también exigió ser reemplazado por un general más joven (Topal Osmán tenía aproximadamente 70 años en este momento), logró reunir un ejército de 100.000 efectivos.

Nader condujo a su ejército de regreso a Bagdad. Los espías de Nader le informaron que una fuerza de unos 12.000 efectivos se acercaba por el valle de Aq-Darband (en la zona de Kirkuk). Topal Osmán había enviado a ese cuerpo al mando de Memish pachá como una avanzada del ejército principal mandado por él. Nader también envió una avanzada bajo Haji Beg Kan para atraer a Memish hacia el ejército principal persa. Después de perseguir a Haji Beg durante un cierto tiempo, Memish marchaba directamente hacia una la emboscada preparada por Nader con dos grupos de 15.000 hombres que atacaron a los otomanos desde dos direcciones y los derrotaron con facilidad. Memish había enviado un mensaje al Topal Osmán, alegando haber derrotado a los persas y solicitaba más tropas para la persecución, pero después del enfrentamiento yacía entre los muertos.

La victoria en ese enfrentamiento, fue seguida por un rápido avance de Nader con la mayor parte de su ejército contra la principal fuerza otomana bajo Topal Osmán, que estaba a solo 5 km de distancia. Topal Osmán, sintiendo que algo estaba ocurriendo, ordenó un alto y comenzó a desplegar a sus hombres como en la batalla anterior en dos líneas. Cuando el ejército persa cerró la distancia, Nader formó su ejército con la infantería en una línea y la caballería en las alas. Mandando avanzar por delante la infantería contra los jenízaros. Comenzó un increíble duelo de mosquete entre los jenízaros y los persas durante dos horas.

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Batalla de Kirkuk (26 de octubre de 1733). Despliegue de fuerzas

Después de dos horas de fuego de mosquetería entre los jazayerchihas y gharachoorloohas con los jenízaros, Nader dio la orden de cargar a los piyadegans que permanecían atrás. Los jenízaros comenzaron a retroceder hacia la segunda línea; y Nader ordenó cargar a sus alas de caballería, cada una con unos 15.000 jinetes con Haji Beg al mando de la derecha y él mismo al mando de la izquierda, maniobró alrededor de la línea otomana y la atrapó en un doble envolvimiento.

Los otomanos estaban presionados de frente por los piyadegans que eran expertos en la lucha cuerpo a cuerpo apoyados por los jazayerchihas y gharachoorloohas que disparaban a los jenízaros que huían y por las dos alas de caballería que presionaban por ambos flancos. La situación era tan grave que Topal Osmán reconoció su triste destino y montó un caballo para unirse a sus hombres en lo que sería su última batalla, eligió morir con sus hombres en lugar de retroceder y escapar con vida. El viejo general recibió dos disparos antes de caer de su montura, de donde un soldado de caballería persa separó la cabeza de su cuerpo, llevando el objeto sangriento para presentar a Nader.

La batalla terminó con unas 20.000 bajas otomanas además de la pérdida de toda su artillería que eran unas 75 piezas y la mayor parte de sus bagajes. Nader con respecto a la persona de Topal Osmán ordenó que su cabeza se reuniera con su cuerpo, y observó el cadáver del único hombre que lo había derrotado en batalla, tal vez desconcertado por el hecho de que fuera un viejo tan frágil. Con todos los honores, Nader envió el cuerpo de Topal Osmán a Bagdad, donde fue enterrado.

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Batalla de Kirkuk (26 de octubre de 1733). Nader Kan contemplando el cuerpo de Topal Osmán pachá.

Esto permitió a Nader marchar nuevamente a Bagdad para asediarlo. Justo cuando el éxito parecía inminente en Bagdad, las noticias llegaron al campamento de rebeliones de Nader en Irán.

Esto lo obligó a buscar un acuerdo con Ahmed Kan pachá, el gobernador de Bagdad. El resultado fue la ratificación del Tratado de Bagdad el 19 de diciembre de 1733. El tratado acordaba que los otomanos debían respetar las fronteras de Irán como lo eran antes de su invasión de Irán en 1722.

Con ese fin, Ahmed pachá dio órdenes a los gobernadores otomanos de Ereván, Shirvan y Georgia para evacuar esos territorios. El sultán Mahmud, que no había ratificado el tratado, lo revocaría. El tratado también estipula que los otomanos no hostigarían a los peregrinos chiítas iraníes que se dirigieran a Karbala y Najaf y que ambas partes deben intercambiar prisioneros y cañones capturados. Nader regresó a Irán para derrotar a los rebeldes en Fars y en el oeste y sur de Irak.

Devolución por Rusia de los territorios ocupados

El ex-sah Tahmasp II había convencido a los rusos para que finalmente evacuaran el territorio iraní en Saliyan y el río Kura bajo un acuerdo conocido como el Tratado de Rasht en febrero de 1732. Las tropas rusas permanecieron firmemente en Bakú, Darband, Gilan y Mazandarán. Sin embargo, la nueva emperatriz Ana Ivanovna sabía que Rusia ya no estaba lidiando con el ineficaz sah Tahmasp II. Tan pronto como Nader Kan depuso a Tahmasp, Rusia trabajó para llegar a un acuerdo con él. La principal preocupación de Moscú era evitar la paz entre Irán y los otomanos.

El príncipe Sergei Dmitrievich Golitsyn visitó a Nader en mayo de 1734 para ofrecerle ayuda contra los turcos. La oferta fue rechazada por Nader, quien estaba especialmente enojado por la sugerencia del Príncipe de que la devolución de Rusia de Bakú y Darband dependía de la capacidad de Irán para liberar todo su territorio de los turcos. Incluso amenazó con establecer una alianza con los otomanos contra Rusia. Al ver el ejército iraní recién reconstituido derrotando a los otomanos, Rusia finalizó formalmente su promesa de volver a las tierras iraníes ocupadas (Transcaucasia Oriental, Gilan, Mazandaran) a lo largo de la costa sudoeste y sur del mar Caspio a Irán en 1735. El tratado se formalizó en Ganja donde los rusos acordaron entregar todas las conquistas de Pedro el Grande. A pesar de haber prometido desalojar todo el territorio iraní, cierto número de tropas rusas se mantuvieron en su lugar, obligando a Nader a expulsarlos militarmente.

Después de la devolución de Bakú, Darband, Gilan y Mazandarán a Irán, las relaciones ruso-iraníes se caracterizaron por una relativa tranquilidad durante las siguientes cinco décadas.

Nader Kan recupera el Cáucaso

Con las revueltas reprimidas, Nader pudo reanudar su guerra con los otomanos. Esta vez su objetivo era el norte: tierras iraníes en el Cáucaso que estaban bajo la ocupación otomana desde 1722. Los otomanos en Estambul también estaban ansiosos por una nueva guerra, ya que habían rechazado el Tratado de Bagdad. Habían enviado un representante a Isfahán para informar a Nader que Abdollah Köprülü pachá era el nuevo saraskar legalmente habilitado para hacer las paces con Irán. Nader respondió rápidamente que el Cáucaso tenía que ser evacuado. A mediados de agosto, cuando Nader estaba en Ardabil preparándose para su operación en el Cáucaso, recibió una nueva nota de Abdollah que le pedía que la cuestión de devolver el Cáucaso a Irán se postergase por otros dos años.

Esto era insatisfactorio para Nader, quien finalizó sus preparativos para la campaña.

El primer objetivo fue el Kanato de Shirván. Shirván había tenido considerables dificultades para reprimir a los rebeldes daguestaníes a lo largo de la costa del Caspio. Aprovechando esto, Nader entró en Shirván y capturó su capital local Shamakhi en agosto de 1734. La campaña de Nader había sido facilitada en gran medida por la asistencia brindada por los chiítas qizilbashs locales. El Shirván era y vulnerable, ya que la mayor parte de su ejército estaba compuesto de hecho por tropas chiítas de Qizilbash, todas probablemente desertores al ejército iraní. Esto puede explicar por qué solicitó asistencia militar del gobernador de Tiflis y a los tártaros de Crimea antes de enfrentarse al ejército iraní. Sus esfuerzos resultaron inútiles: Nader derrotó al Kan dos veces. La destrucción de las fuerzas pro-otomanas permitió a Nader Kan hacerse con todo el Shirván y Daguestán.

Nader luego se dirigió hacia el Cáucaso Occidental y llegó para asediar Ganja el 3 de noviembre de 1734. El objetivo principal era la poderosa fortaleza, guarnecida por 14.000 otomanos liderados por Ganjali pachá. Los otomanos se habían preparado para la llegada del ejército iraní acumulando grandes reservas y el asedio de Ganja demostraría ser una de las batallas más difíciles libradas por Nader y sus tropas.

La resistencia otomana fue feroz porque sabían que Ganja, junto con Ereván, Kars y Tbilisi, eran estratégicamente cruciales para sostener el Cáucaso. Si estas caían en manos iraníes, entonces todo estaría perdido.

Al ver que el asedio de Ganja no terminaría fácilmente, Nader revisó sus tácticas. Dejó una fuerza allí para continuar el bloqueo y luego procedió a bloquear Tbilisi (con asistencia georgiana) y Ereván. Hasta ese momento, Köprülü se había negado a llevar a sus fuerzas principales a la batalla, pero con Shamakhi capturado y tres ciudades sitiadas, entonces no tenía otra opción.

Batalla de Yeghevārd o de Baghavard (19 de junio de 1735)

Köprülü partió con una fuerza masiva de 50.000 de caballería, 30.000 jenízaros y 40 cañones para encontrar y llevar a la fuerza principal de Nader a la batalla con el propósito de levantar los asedios de las ciudades otomanas en la región. Ambas fuerzas se encontraron en Yeghevārd o Baghavard en el norte de Evarán el 18 de junio.

Nader que contaba con unos 55.000 efectivos, envió una avanzada de unos 15.000 efectivos. Esa noche, Nader acampó en un terreno alto con vistas a la llanura cercana a un bosque.

La avanzada iraní se replegó ante el avance otomano, dejando unos 3.000 efectivos escondidos en el bosque. Los otomanos desplegaron frente al ejército iraní que ya estaba desplegado.

Consciente del poder de la artillería otomana, Nader ideó una ingeniosa estratagema para eliminarlos del orden de batalla de Köprülü. Estaban asentando una importante batería en una pequeña colina delante y a la izquierda de su despliegue. A las dos de la tarde, ordenó a unos 3.000 jazayerchis (mosqueteros de élite) asaltar una pequeña colina donde estaba la artillería otomana. La brillante estrategia de Nader no solo eliminó la artillería otomana en los momentos iniciales, sino que dañó severamente la moral otomana.

Mientras contemplaban la caída de su artillería en su izquierda y trataban de recuperarla, Nader envió otra unidad para neutralizar la otra batería de artillería otomana en su derecha, después de lo cual se dio la orden de disparar contra el centro persa.

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Batalla de Yeghevard o de Baghavard (19 de junio de 1735). Despliegue de fuerzas

Las tropas de Köprülü quedaron expuestas a la artillería iraní, apoyadas por hasta 500 zanbouraks, que causaron estragos en las líneas otomanas. A lo largo de la batalla, los cañones otomanos solo logró disparar dos o tres veces antes de ser silenciados, mientras que los cañones iraníes realizaron más de 300 disparos sin incluir los zanbouraks.

Tras el fuego artillero, cuando las líneas otomanas comenzaron a perder su cohesión, Nader mandó avanzar a los mosqueteros que avanzaran, al mismo tiempo que la caballería cargaba en ambas alas y los emboscados atacaban la retaguardia.

El ejército otomano estaba completamente abrumado y comenzó la desbandada general.

Köprülü pachá fue atacado durante la derrota por un soldado persa llamado Rostam que lo derribó de su caballo, dejándolo inconsciente y decapitándole para llevar el mórbido trofeo al campamento para presentarlo a Nader. Muchos otros generales de alto rango también fueron muertos y a sus tropas les fue aún peor, siendo perseguidos y masacrados hasta el río Arpachay. La masacre de los soldados otomanos fue tal que el propio Nader más tarde escribió (con un poco de exageración) que «hicimos una carnicería de todos los jenízaros; ninguno de ellos pudo salvar su vida y que un número abrumador de la caballería otomana … casi todos fueron muertos por la gracia de dios«.

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Batalla de Yeghevārd o de Baghavard (19 de junio de 1735). Vista de la batalla entre el iraní Nader khan y el otomano Köprülü Abdullah pachá.

La derrota en la batalla de Yeghevārd fue tan aplastante que apenas unos 8.000 soldados otomanos regresaron a Kars del número original de 80.000, mientras que las bajas persas fueron minúsculas.

A medida que los restos del ejército otomano se retiraron, el ejército iraní completó su conquista del el Cáucaso, Ganja finalmente se rindió a Nader el 9 de julio de 1735.

Una fuente dice que Nader ordenó a todos sus jazayerchis, tofangchis y cañones disparar simultáneamente para distraer a la guarnición de Ganja mientras sus unidades de élite irrumpieron a través de un túnel hacia la ciudad.

La caída de Ganja fue seguida por la capitulación de Tbilisi el 2 de agosto. La última región en ser limpiada de tropas otomanas fue Ereván, que cayó a principios de octubre.

Los otomanos se dieron cuenta de que Irán había recuperado su fuerza militar y que Nader Kan era un líder militar a tener en cuenta. El sultán Mahmud acordó hacer las paces y aceptó los términos del Tratado de Bagdad. Los otomanos también estaban ansiosos por hacer las paces, ya que se enfrentaban a las amenazas de Rusia y Austria, que envalentonados por las desastrosas derrotas de los otomanos a manos de Nader y aprovechando el pretexto de ataques de tártaros en territorio ruso, capturando Azov. Austria también eligió este momento para unirse simultáneamente a una guerra contra Estambul.

Nader Kan se convierte en Nader Sah

Habiendo restaurado completamente las antiguas posesiones caucásicas de Irán, tanto otomanas como rusas, Nader celebró un consejo en la tradición mongola y turcomana conocida como Qurultai en las llanuras de Mughan de la provincia iraní de Azerbaiyán en enero de 1736. Al Qurultai asistieron los más altos nobles y líderes militares de Irán. Nader propuso que debería convertirse en Sah en su lugar del infante Abbas III, una decisión que todos los presentes aceptaron. Nader Kan luego se convirtió en Nader Sah el 8 de marzo de 1736 en Mughan en Azerbaiyán. Había llegado allí el 22 de enero de 1736, después de convocar a los nobles de todo Irán para consultar con él sobre el futuro del gobierno y monarquía del país.

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Coronación de Nader Kan como sah de Irán en la llanura de Moghan el 8 de marzo de 1736. Lleva el gorro Naderi diseñado por él, y está flanqueado por sus tres hijos y rodeado por los jefes del ejército los jefes del ejército y nobles del Imperio. Fuente Manuscrito de Mohammad Mahdi Astarabadi, Jahangushay-e Naderi.

Mientras que su nominación como sah de Irán fue ciertamente apoyado con mucho entusiasmo, cualquiera que pudiera tener simpatías pro-safávidas, ciertamente no las expresó, sin duda, por temor a la ira de Nader.

La aceptación de Nader del trono de Irán fue con la condición de que la secta chiíta del Islam en Irán sería reemplazada por la doctrina sunita.

Esta demanda nunca se afianzó en Irán, debido a siglos del gobierno safávida. Pero la lealtad firme de Nader al histórico estado iraní y «su impulso a restablecer la gloria y los límites del antiguo Imperio persa» le ganó la admiración, lealtad y respeto a sus tropas y a una agradecida población iraní, aliviados de presenciar el fin de años de caos e invasiones extranjeras. Desafortunadamente, a pesar de su brillante carrera militar, Nader demostró ser menos talentoso en las artes del gobierno político justo y la buena gestión económica.

Entrada creada originalmente por Arre caballo! el 2020-04-06. Última modificacion 2022-08-26.
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