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Irán bajo los ejércitos de ocupación
Los otomanos habían completado sus conquistas del oeste de Irán y Azerbaiyán en el verano de 1725. Ashraf envió un emisario al sultán otomano en Estambul pidiendo que estos fueran transferidos a la jurisdicción afgana. El rechazo de estas demandas significaba que la guerra era inevitable y el conflicto comenzó en serio en mayo de 1726. Ahmed pachá, gobernador otomano de Bagdad, marchó sobre Isfahán con un enorme ejército de 70.000 a 80.000 hombres, aunque muchos de ellos no deseaban pelear contra sus compañeros sunitas en el ejército de Ashraf.
Ashraf llegó para luchar a la cabeza de solo 12.000 hombres. Un destacamento avanzado otomano de unos 6.000 efectivos cerca de Isfahán, fue aniquilado por los ghilzais. Una vez que comenzó la batalla se unieron, un número de guerreros kurdos otomanos desertaron a Ashraf, quien luego repelió a tres ataques otomanos antes de que Ahmed pachá se retirara a Bagdad. Ahmed pachá y Ashraf acordaron que las conquistas otomanas en el oeste y noroeste de Irán serían reconocidas a cambio de que Ashraf fuera reconocido Sah en el resto de Irán. Esto fue un gran golpe para la soberanía iraní, ya que Estambul estaba reconociendo a un ocupante como el Sah de Irán. El prestigio de Ashraf estaba ahora en su apogeo, y el ejército afgano parecía invencible después de derrotar a un número superior de tropas iraníes y otomanas en el campo de batalla.
La población de Irán se irritó bajo el yugo de los ejércitos de ocupación. En zonas bajo la ocupación del ejército otomano, como Azerbaiyán, las casas fueron destruidas y la confiscación de medios de subsistencia era común. La guerra, el hambre y las enfermedades habían paralizado la economía iraní, a los soldados turcos se les permitió vender mujeres y niños iraníes como esclavos hasta que esta práctica puesta a prueba finalizó con un edicto de Estambul el 5 de diciembre de 1725.
Las condiciones fueron aún peores en las zonas bajo ocupación afgana. Después de que muchos de la nobleza safávida, y el último Sah, fueran ejecutados, Ashraf introdujo una «ley racial» que asignaba a los iraníes como la más baja de todas las razas. El embajador otomano en Isfahán, Mohamed Rashid, observó que los ciudadanos iraníes morían de hambre y temían constantemente una ejecución arbitraria o (en el mejor de los casos) que sus afganos robasen, saqueasen y quemasen sus casas.
Ashraf no se dio cuenta de que políticas tan duras eventualmente conducirían a una reacción devastadora contra los afganos.
Derrota de los abdalíes y la sumisión de Herat
A fines de 1726, Mashad había sido liberado y Fathali Kan Qajar ya no estaba vivo para presentar un desafío contra la creciente autoridad militar de Nader. Nader era entonces el comandante en jefe del nuevo ejército iraní, con Tahmasp y sus propias tropas reales jugando un papel militar de apoyo o secundario. Nader sabía que tenía que limpiar a Irán de los ocupantes afganos antes de poder tratar con los otomanos y los rusos al noroeste y oeste de Irán. La estrategia de Nader era aplastar primero a los abdalíes, luego los más poderosos ghilzais, seguidos por los otomanos y los rusos. Mientras que los abdalíes eran más débiles que los ghilzais, seguían siendo una fuerza poderosa y peligrosa. Mientras su poder militar permanecía sin control, siempre tendrían el potencial de asaltar Jorasán, especialmente si Nader estaba involucrado en guerras contra los otomanos al oeste.
Después de reconstruir el ejército iraní, Nader y Tahmasp II partieron en el verano de 1727 con 8.000 efectivos con una doble tarea: someter a Huseín Sultán de Sistán y aplastar a los afganos de Abdali en Sangan Khaf y Behdadin. El jefe Huseín Sultán de Sistán y Sangan Khaf de Abdali fueron sometidos fácilmente, mientras que los abdalíes en Behdadin resistieron durante dos días antes de someterse. La paz no duró, ya que los abdalíes en Sangan Khaf se rebelaron en la retaguardia de Nader, lo que lo llevó a asegurarse artillería adicional de Mashad. Una petición de ayuda de los abdalíes dio como resultado 20.000 efectivos abdalíes marchando desde Afganistán hacia Sangan.
Nader y Tahmasp llegaron a Sangan Khaf antes de que llegaran los refuerzos abdalíes. Sangan Khaf fue golpeado por la artillería iraní y finalmente obligado a rendirse después de la carga de caballería de Nader que capturó un puente crucial que conducía a la ciudad.
Poco después de la destrucción de Sangan Khaf, llegó un ejército afgano de unos 8.000 abdalíes. Nader Kan organizó sus fuerzas para la batalla y tomó posición en el centro. Tahmasp estaba destacado con sus tropas, que incluían 2.000 mosqueteros. La batalla fue especialmente sangrienta y en un momento, uno de los flancos del ejército iraní cedió bajo la presión afgana, pero la situación fue rescatada por un ataque de 1.000 efectivos reales liderados por Tahmasp, que mataron a 500 afganos. Aunque esta acción fue ganada decisivamente por los iraníes, los afganos se negaron a rendirse.
Hubo más enfrentamientos sangrientos durante los siguientes cuatro días, hasta que los abdalíes se retiraron apresuradamente, abandonando el equipo a los iraníes.
A pesar de las victorias en Sangan y la seguridad de Jorasán, Nader pensaba que tenía que romper el núcleo del poder Abdali en su retaguardia antes de que se puedan hacer intentos para liberar a Isfahán .
Se acordó que Tahmasp procedería contra Nishabur y Nader contra Mashad. Las dos fuerzas se unirían en Sultánabad para hacer su ataque contra los abdalíes en Herat.
La intriga y la política de la corte aseguraron que el plan saldría mal casi desde el principio. Tahmasp y los ministros de la corte lo persuadieron para que fuera a Mazandarán en el norte en lugar de unirse a Nader. Tahmasp luego le sugirió a Nader que procediera contra los abdalíes solo. También hubo informes de que Tahmasp estaba atacando a los aliados de Nader y ordenando que los mandos de Nader que ignoraran sus órdenes. Esto era inaceptable para Nader, quien regresó a Mashad. Entonces estaba claro que antes de iniciar cualquier nueva campaña contra los afganos, el tema de la autoridad entre Tahmasp y Nader tenía que ser resuelto.
Cuando Nader marchó con sus fuerzas para enfrentarse a Tahmasp, este último se retiró a la ciudad de Sabzevar, Nader obligó a Tahmasp a rendirse el 23 de diciembre de 1727 después de someter a Sabzevar con fuego de artillería pesada. La cuestión de la autoridad de Nader ya estaba resuelta. Tahmasp se convirtió básicamente en la cabeza del Sah en el exilio, con el verdadero poder militar descansando en Nader. Nader a su vez se dio cuenta de que Tahmasp, como príncipe de la casa de Safávida, era un activo valioso para reunir la lealtad del pueblo iraní en su búsqueda para liberar a Irán de sus ocupantes extranjeros.
Lo que ocurrió exactamente a continuación varía un poco según las fuentes. El embajador ruso en Irán en ese momento, Avramov, afirmó que Nader y Tahmasp habían unido fuerzas para hacer una campaña sin éxito contra 200.000 abdalíes en Herat en el verano de 1728. Sin embargo, los abdalíes no se hacían ilusiones y se dieron cuenta de que el ejército de Nader regresaría para combatirlos y, para prepararse, enterraron sus diferencias. Zulfaqhar Kan se convirtió en el gobernador de Farah con Allahyar Kan asumiendo el gobierno de Herat y mandaría el grueso de las tropas abdalíes, listas para el inevitable enfrentamiento en Herat.
Antes de que Nader pudiera emprender una campaña masiva contra los abdalíes, liberó a los rebeldes de Mazandarán y Astarabad a finales de 1728. Los rebeldes eran supuestamente pro-Tahmasp, aunque este último negaba cualquier conexión. Nader, por supuesto, desconfiaba de Tahmasp, pero por entonces lo retenía como Sah.
El ejército iraní dirigido por Nader y acompañado por Tahmasp finalmente partió de Mashad hacia Herat el 4 de mayo de 1729. El enfrentamiento iba a ocurrir cerca de un fuerte llamado Kafar Qaleh (actual Islam Qaleh) a unos 100 km al oeste de Herat. Para los iraníes, la siguiente batalla sería de gran importancia militar y psicológica, porque en el mismo lugar, solo una década antes, Mohamed Zaman Kan (el padre de Zulfaqhar Kan) había aplastado a las fuerzas safávidas de Safi Qoli Kan.
Nader rodeó sus tropas con artillería, con la caballería estacionada en un ala. Esto permitiría a Nader manejar toda su caballería como una fuerza de ataque móvil, así como una reserva en caso de que las cosas salieran mal en los flancos de la infantería. Los abdalíes lanzaron el primer ataque importante que obligó a los mosqueteros iraníes a retroceder, pero luego fueron aplastados por la carga de caballería de Nader.
Los abdalíes se retiraron a toda prisa a través del río Hari-Rud, tomando posiciones en Kusuya, a unos 120 km al norte de Herat. Nader persiguió y se produjo otro enfrentamiento con los abdalíes en Kusuya Nader, saliendo salió victorioso y los abdalíes quebrado. Esta vez se retiraron tan apresuradamente que abandonaron las armas, las tiendas, y trenes de municiones y la artillería. Los abdalíes retrocedieron destrozados a Herat, pero en poco tiempo se reorganizaron para luchar contra los ejércitos de Nader que avanzaban.
Los abdalíes marcharon a Ribat a unos 12 km al norte del río Hari-Rud y a Parian unos 30 km al noroeste de Herat. El resultado de la batalla de un día fue otra derrota para los abdalíes que dejaron al menos 1.000 muertos mientras se retiraban. Allahyar Kan, al darse cuenta de que no podía resistir en Herat contra Nader, ofreció condiciones de paz.
La respuesta de Nader fue que Allahyar Kan y sus comandantes tenían que ir al campamento iraní y ofrecer sus propuestas de paz personalmente. Justo cuando Allahyar Kan estaba decidiendo ofrecer su sumisión a Nader le llegó la noticia de que Zulfaqhar Kan marchaba de Farah para ayudarlo. Zulfaqhar Kan llegó con el cuerpo principal de sus fuerzas a Shakiban, aproximadamente a unos 50 km al oeste de Herat.
Nader envió una parte de sus fuerzas para encontrar y destruir a Zulfaqhar Kan en Shakiban, pero logró evitarlos. Allahyar Kan luego atacó a Nader y su fuerza principal justo cuando Zulfaqhar Kan atacaba a las fuerzas que habían sido enviadas contra él. Nader envió una fuerza de alivio para detener Zulfaqhar mientras él y su fuerza principal se defendían de los abdalíes de Allahyar Kan.
Las batallas duraron hasta el día siguiente, con Nader triunfante contra Allahyar Kan y Zulfaqhar Kan. Al darse cuenta de que todo estaba perdido, los abdalíes ofrecieron propuestas de paz a Nader, quien una vez más exigió que fuera a él mismo y le ofreciera su sumisión en persona. Los jefes de abdalíes luego cumplieron llegando a Nader con regalos y su sumisión. Los abdalíes declararon su lealtad a Irán y prometieron unirse al ejército iraní para participar en futuras batallas contra sus rivales históricos, los ghilzais. Nader y Tahmasp trataron a los abdalíes generosamente y aceptaron su oferta. Allahyar Kan fue nombrado gobernador de Herat en nombre de Tahmasp.
Habiendo derrotado con éxito a los abdalíes, Nader y Tahmasp partieron hacia Mashad, a donde llegaron el 1 de julio de 1729.
Derrota de los ghilzais y la liberación de Isfahán
Los iraníes habían aprendido la importancia de coordinar y agrupar sus fuerzas como un requisito para el éxito militar. En contraste, los ghilzais se habían vuelto peligrosamente confiados en sus capacidades e igualmente despectivos hacia sus adversarios. Se dice que Ashraf se jactaba de que estaba más que feliz de hacer que Tahmasp fuera a Isfahán, ya que esto le ahorraría el esfuerzo de tener que perseguirlo por las montañas. Los guerreros ghilzais de Ashraf llamaron a Tahmasp «Sag-Zadeh» (hijo de perra).
A pesar de su valentía, Ashraf finalmente se dio cuenta de que efectivamente existía una amenaza mortal contra su gobierno, especialmente cuando recibió noticias de los éxitos de Nader en Herat en mayo de 1729. Alarmado ante la perspectiva de un avance de Tahmasp-Nader hacia Isfahán, Ashraf envió tropas para reforzar sus fuerzas en Qazvin.
Luego partió de Isfahán con 30.000 soldados el 2 de agosto de 1729, y pronto llegó a Teherán. Desde allí esperó la llegada de refuerzos antes de marchar a Sangan.
Batalla de Mehmandoost o de de Damghan (29 de septiembre de 1729)
No fue hasta el 12 de septiembre de 1729 cuando Tahmasp y Nader comenzaron su avance hacia la antigua capital safávida, pasando por Nishabur y Sabzevar. Ashraf, que entonces lideraba unos 45.000 efectivos, fue a sitiar Semnan más al oeste a principios de septiembre. Cuando se enteró de que el ejército de Nader estaba avanzado hacia Isfahán, Ashraf dejó atrás una parte de sus fuerzas para continuar asediando a Semnan y marchó para enfrentarse al ejército iraní. La vanguardia del ejército ghilzai dirigida por Mohamed Saidal Kan intentó atacar a las fuerzas de Nader y capturar su artillería en Bastam, pero fueron derrotados decisivamente; obligándolos a huir hasta la aldea de Mehmandoost, a unos 23 km al noreste de Damghan, en el enfrentamiento 14 afganos fueron hechos prisioneros y llevados a Nader para ser interrogados. Este enfrentamiento era una presagio de lo que pronto sucedería a los ghilzais.
Ashraf al darse cuenta de la gravedad del peligro a que enfrentaba, decidió unirse a su derrotada avanzada en Mehmandoost para hacer su parada allí.
Nader y Tahmasp no perdieron el tiempo, continuaron presionando hacia delante hasta el anochecer, desde donde comenzó a acampar al este de una oscura aldea llamada Mehmandoost. Esa noche Tahmasp le prometió la mano de su hermana en matrimonio si Nader lograba la victoria en la batalla al día siguiente.
Nader envió su retaguardia de unos pocos miles de jinetes para proteger su despliegue a la izquierda, hacia las colinas de Tal. Elementos de la izquierda afgana entraron en contacto con la retaguardia persa, pero ambas partes pronto se separan para reunirse con sus respectivos ejércitos (1).
Las fuerzas estimadas del ejército de Ashraf eran de unos 43.000 efectivos. Desplegó a 20.000 en el ala izquierda y otros 20.000 en el ala derecha, y unos 3.000 de sus mejores tropas en el centro. Ashraf confiaba tanto en la victoria que había apartado de dos a tres mil de sus jinetes para perseguir y capturar a Tahmasp y Nader después de su victoria.
Nader formó su ejército de la manera tradicional en cuatro formaciones separadas que componen el ala izquierda, centro en dos divisiones y ala derecha, la artillería de campaña delante de la infantería y a retaguardia en unas elevaciones los zanbouraks (cañones sobre camellos) en las laderas de la misma.
La batalla tuvo lugar el 29 de septiembre de 1729. Nader había dado órdenes estrictas a los mosqueteros y artilleros de no hacer fuego hasta que no se diera la orden y que la infantería se mantuviera tranquila y no se moviera a menos que Nader lo ordenara.
Los ghilzais montaron el asalto tradicional afgano de atacar en tres ejes simultáneamente, lanzándose hacia el centro y las alas iraníes.
Cuando la el ataque central llegó al alcance eficaz de los cañones, Nader entonces ordenó abrir fuego que destrozó las filas compactas de los ghilzais, matando unos 400 en la primera descarga, entre ellos varios de los principales comandantes de Ashraf justo en frente de él. No obstante siguieron avanzando y cuando estuvieron al alcance eficaz de los mosquetes, desencadenaron un fuego devastador y preciso, matando cientos de atacantes. Cuando los afganos abatidos caían al suelo, sus camaradas que los seguían tropezaban con ellos, causando más bajas y caos. Ashraf hizo todo lo posible para reorganizarse, pero los cañones y mosqueteros iraníes descargaron su fuego mortal.
En las alas, los jinetes iraníes simularon retirarse, pero los afganos en su persecución fueron conducidos a la zona donde se encontraban los zanbouraks (cañones giratorios sobre camellos), con el porta-estandarte de Ashraf también destrozado por los cañones iraníes.
Con los ataques de los ghilzais aplastados, Nader ordenó a sus mosqueteros y sus jazayerchis avanzar hacia el centro de Ashraf. Estos y la caballería Qizilbash destrozaron los restos de la artillería ghilzai, desgarrando a toda la oposición. La infantería de Nader avanzó hasta el centro ghilzai, y se produjo una lucha cuerpo a cuerpo con espadas y lanzas. Dándose cuenta de que había perdido, Ashraf y sus guerreros restantes tuvieron que huir. Se estima las pérdidas iraníes en 4.000 muertos y los afganos el triple, unos 12.000.
Batalla del paso de Khwar
Las diferencias de Tahmasp con Nader habían surgido una vez más después de la batalla de Mehmandoost, pero se llegó a un entendimiento que permitió reanudar la marcha hacia Isfahán . Ashraf y los maltratados los restos de su ejército habían vuelto a Varamin y habían pedido todas las tropas afganas restantes unirse a él en Teheran. Con estos refuerzos, Ashraf se desplegó al este de Varamin para establecer una emboscada en el paso de Khwar. Ashraf sabía que el ejército iraní tendría que pasar Khwar y era allí donde esperaba cambiar el rumbo de la guerra. Sin embargo, Nader descubrió los planes de Ashraf y envió un grupo de sus jazayerchis o mosqueteros a caballo para caer sobre la retaguardia de Ashraf mientras él atacaba frontalmente. Esta acción en pinza tomó a Ashraf por sorpresa, aplastando sus fuerzas una vez más. Cuando Ashraf y sus ghilzais huyeron, abandonaron grandes tiendas de suministros y cañones que fueron tomados por Nader. Con este nuevo desastre, Ashraf no tuvo mas elección que huir a Isfahán para hacer su parada allí.
Mientras tanto, Nader había convencido a Tahmasp de ir a Teherán. Este fue un movimiento sabio, ya que aseguraba esa importante ciudad, entonces evacuada por los afganos, para revivir el reino iraní.
También puso a Tahmasp «fuera del camino» y le permitió a Nader concentrar completamente su atención en acabar con los afganos. Ashraf, al darse cuenta de que su posición en Irán estaba en peligro, envió una frenética petición de ayuda a los otomanos. Ahmad pachá de Bagdad se vio obligado a enviarle una brigada de artilleros otomanos para ayudar a los ghilzais en Isfahán. Esta compensaría la artillería de Ashraf perdidas en las batallas de Mehmandoost y el paso de Khwar que habían sido fuertes.
También es posible que Ashraf estuviera preocupado por el pobre desempeño de su artillería en relación con la de Nader y esperaba que sus aliados otomanos podrían ayudarle. Ashraf dejó a Isfahán con las fuerzas combinadas ghilzais-otomanas para dirigirse al pueblo de Moorcheh-khor a unos 70 km al noroeste de Isfahán. Pero antes de irse, Ashraf se comportó con una brutalidad especial contra la población de Isfahán.
Batalla de Moorcheh-khor (12 de noviembre de 1729)
Nader había estado marchando hacia Isfahán a través de la ruta más larga de Kashan-Natanz, más adecuada para el transporte que la ruta de montaña. Cuando Nader se acercó a Moorcheh-khor, decidió fingir que se dirigía directamente hacia Isfahán. Había buenas razones para no atacar a Ashraf directamente en Moorcheh-khor, ya que sus posiciones defensivas eran formidables. Al «pretender» marchar directamente sobre Isfahán, Nader esperaba atraer a Ashraf. Pero Ashraf decidió quedarse e imitar las tácticas de Nader. Reunió a su ejército en un solo cuerpo, en lugar del método tradicional de ataque afgano de tres ejes. Al igual que Nader, situó su infantería en el centro, caballería en las alas. Ashraf desplegó las 250 piezas de artillería otomana que habían sido enviadas por Ahmed pachá de manera circular alrededor de su cuerpo principal de tropas, protegido por sus mosqueteros. Lo que Ashraf no se dio cuenta era que esa imitación de las nuevas tácticas iraníes, estaban lejos de ser suficientes; sus tropas necesitarían años para desarrollarse al nivel de los hombres de Nader en instrucción y disciplina.
Nader decidió ir a la ofensiva el 12 de noviembre de 1729 en las cercanías de Moorcheh-khor. Le dijo a sus tropas que obedecieran a sus comandantes, y la caballería recibió órdenes específicas de desmontar (para evitar emboscadas sorpresa). Los mosqueteros fueron colocados en primera línea.
Estos avanzaron como lo habían hecho en Mehmandoost, disparando volea tras volea a los ghilzais, que se refugiaron en trincheras. Se estima que unos 7.000 a 8.000 afganos pudieron haber perecido en las primeras horas de lucha debido al fuego implacable de los mosqueteros de Nader, jazayerchis, y artillería. Los ataques de los jinetes afganos en los flancos y retaguardia iraníes demostraron ser ineficaces. La infantería iraní entonces irrumpió en las trincheras, derrotando a los ghilzais. El centro de Ashraf se derrumbó con los hombres de Nader capturando mucha artillería, aplastando a los mosqueteros y jazayerchis afganos. Entre los prisioneros se encontraban los artilleros otomanos enviados por Ahmad Pasha. Nader los perdonó la vida y los envió a casa.
Con la batalla en Moorcheh-khor perdida, Ashraf y sus hombres se retiraron a Isfahán . No se quedaron allí por mucho tiempo, y se retiraron a Shiraz el 13 de noviembre de 1729, solo un día después de la batalla.
Cuando Nader y sus tropas entraron a Isfahán tres días después, fueron recibidos por una población jubilosa agradecida de ver al odiado Ashraf expulsado para siempre. Nader aseguró el palacio real y envió mensajes a Tahmasp para que fuera a Isfahán a asumir el trono. Nader ordenó que todos los afganos escondidos que se habían comportado brutalmente fueran apresados y ejecutados. Tahmasp entró en Isfahán el 9 de diciembre y se sentó en el trono imperial en la tradición safávida. La restauración de la casa Safávida resultó ser efímera.
Nader consolida su poder político
Tahmasp quería que Ashraf fuera capturado lo antes posible, pero Nader insistió en descansar y reagrupar sus tropas primero, un movimiento prudente que pagaría dividendos. Pero Nader también no tenía prisa por acabar con Ashraf, ya que primero quería arrebatarle el mayor poder político posible a Tahmasp. Tahmasp ya había otorgado los títulos «Tahmasp Qoli Beg» y «Etemad al-Dawla«a Nader. El último título señalaba la confianza del Sah (Etemad) en Nader. Pero Nader quería algo más que solo títulos honoríficos. Antes de la batalla de Mehmandoost, Tahmasp había aceptado conceder a Nader el feudo de las provincias de Mazandarán, Jorasán y Kermán. Tahmasp II había asegurado a Nader eso legalmente por escrito.
Para simbolizar más esto, a Nader se le permitió usar el Jiqqeh en el lado derecho de su cabeza, un emblema de la realeza iraní. Nader entonces amenazó con regresar a Jorasán (sabiendo muy bien que sin su ayuda. Tahmasp podría hacer poco para repeler a los rusos, otomanos o Ashraf), hasta que Tahmasp y sus ministros convencieron a Nader para que se quedase como general y cumplimentaron su demanda con el derecho a cobrar impuestos para su ejército.
Nader partió de Isfahán el 24 de diciembre de 1729 con un ejército de unos 25.000 efectivos. Marchó a Zarghan a 40 km al noreste de Shiraz, donde Ashraf le estaba esperando con 20.000 efectivos. Al final de la batalla, unos 10.000 ghilzais habían sido capturados.
Con la destrucción de sus fuerzas restantes, Ashraf huyó una vez más, incluso cuando los nobles afganos suplicaron piedad a Nader. Nader persiguió con 500 de su vanguardia y derrotó la retaguardia de Ashraf, pero Ashraf había huido hasta Lar, donde encarceló a 25 de ayyans (nobles) locales. Nueve días después, los ayyans mataron a sus guardias y lo llevaron a Lar. Ashraf huyó de nuevo, y desapareció. Algunas fuentes afirman que Ashraf fue asesinado y decapitado, y otras afirman que recibió un disparo en la cabeza por las fuerzas de su primo de Kandahar. Los iraníes habían vengado la derrota de Safi Qoli Kan y la autoridad de los ghilzais en Irán había sido completamente destruida. Sin embargo, continuaron siendo una amenaza para Irán.