¡Ayúdanos a mejorar el blog!
Si ves alguna palabra mal escrita, o frase que no tenga mucho sentido, es muy fácil hacérnoslo saber. Sólo tienes que seleccionar las palabras que te resulten sospechosas y pulsar las teclas CONTROL y ENTER. Se abrirá un formulario con el texto seleccionado, y con pulsar enviar recibiremos tu notificación.
También puedes abrir el formulario pulsando el siguiente botón
Victorias vendeanas
Después de reunirse en Varades, los vendeanos avanzaron sobre Laval, en las antiguas tierras del príncipe de Talmont. Estaba convencido de que su influencia haría alzarse a toda la región. El 20 de octubre los católicos ocupaban Cande y el 21 de octubre Château-Gontier con poca resistencia. El 22 de octubre tomaron Laval tras una breve lucha. Los generales decidieron dar a sus hombres unos días de descanso. Sin embargo, ese mismo día los republicanos del ejército del Oeste cruzaron el Loira por Angers y Nantes, decididos en su persecución de los brigands (bandidos) dejando solo a Haxo con su división en la Vandée para enfrentarse a Charette. El 25 de octubre, una vanguardia de 4.000 republicanos dirigidos por Westermann y Beaupuy entraron en Château-Gontier. Los republicanos estaban agotados, pero se negaron a esperar al grueso del ejército y avanzaron sobre Laval, siendo derrotados, perdiendo 1.600 hombres.
El 26 de octubre, Westermann se unió a Léchelle y la mayoría de los republicanos en Villers-Charlemagne, convenciendo a Léchelle de atacar Laval inmediatamente. Los republicanos con 20.000 efectivos se enfrentaron a los vendeanos y chouanos que disponían de 26.000, resultando vencidos en el pueblo vecino de Entrammes y tuvieron que huir a Lion d’Angers después de tener 4.000 bajas, entre ellos el general Beaupuy, que resulto muerto, y perder 19 cañones frente 1.600 de sus enemigos. Los vendeanos recuperaron Château-Gontier.
Unos días más tarde el general Léchelle, que estaba bajo arresto por orden de Thionville, fue enviado a Nantes, donde se suicidó el 11 de noviembre. El día después de la batalla, mientras los vendeanos retenían Laval, Kléber decidió volver con su ejército a Angers a reorganizar sus fuerzas. Los representantes nombran a Chalbos general en jefe interino.
Los chuanes
En Bretaña y Maine, el ejército Católico y Real recibió refuerzos que rápidamente llegaron de Laval, Fougères y zonas cercanas. Al comienzo del viaje, George Cadoudal, tras luchar durante meses en la Vandée, reclutó insurgentes en Morbihan y a principios de noviembre se unió a los vandeanos en Fougères con 150 hombres. La población al norte del Loira era mayoritariamente realista y la llegada de los vandeanos promovió el alzamiento masivo. Los generales realistas esperaban sumar 50.000 chuanes a sus filas, pero solamente unos 7.000 les apoyaron.
Del mismo modo, una minoría de favorables a los girondinos, hostiles a la monarquía comprometidos con las insurrecciones federalistas y perseguidos por los montañeses decidieron unirse a los católicos realistas.
El 22 de octubre, mientras los vendeanos tomaban Laval, el general girondino y conde Joseph-Geneviève d’Puisaye, derrotado en la batalla de Brécourt durante la revuelta federalista, envió una carta al ejército Católico y Real afirmando disponer de 50.000 seguidores dispuestos a unírseles. En realidad, el conde de Puisaye apenas tenía un puñado de seguidores ocultos en el bosque de Pertre.
De cualquier manera, la carta no fue tomada en serio y Léscure respondió que de disponer un ejército de ese tamaño, no necesitaba unírseles. Puisaye no volvió a contactar con los vendeanos pero un año más tarde sería uno de los principales dirigentes de los chuanes.
Sin embargo, el 24 de octubre 800 bretones y manieses estaban en las inmediaciones de Fougères, Vitre y Laval mandados por Jean Cottereau, más conocido como Jean Chouan, y Aimé Picquet du Boisguy emboscaron a 1.200 republicanos del general Augustin de Lespinasse en la ciudad de La Gravelle, entre Vitre y Laval. Los realistas no podían mantener a los prisioneros en su poder, así que los liberaron después de jurar no volver a tomar las armas contra ellos. En Laval Cottereau y Boisguy se unieron a los vendeanos, destacandose por sus actuaciones en Croix-Bataille y Entrammes. También se sumaría Jean Luis Treton.
Estos refuerzos fueron llamados “pequeños vandeanos”(petites vendées), pero poco a poco ellos se autodenominaron “chuanes” (chouans), en referencia al apodo de Cottereau. En total, unos 10.000 chuanes se unieron al ejército Católico y Real, principalmente en Laval y Fougères. Sin embargo, las cifras seguían siendo muy inferiores a las expectativas de los generales católicos. Para empeorar la situación, la mayoría venía de comarcas vecinas a la Vendée, pero la insurrección no se extendió. Los chuanes combatirían en primera línea en la mayoría de las batallas.
Marcha sobre Granville
El 28 de octubre, La Rochejaquelein se reunió con su ejército, que con los refuerzos chuanes sumaba de 30.000 a 40.000 combatientes. El comandante en jefe quería aplastar al ejército del Oeste para recuperar la Vendée, pero sus oficiales estaban divididos. Algunos querían ir sobre Rennes y alzar la provincia de Bretaña; otros, encabezados por Talmont y Stoffiet, querían seguir la propuesta inglesa y tomar un puerto para que desembarquen los prometidos refuerzos. Finalmente, en un consejo celebrado en Saint-Malo se eligió la última alternativa.
El 2 de noviembre, los vendeanos llegaron a Mayenne sin haber combatido, pero viéndose mermados por epidemias, especialmente por disentería. En sus filas había muchos heridos, enfermos, ancianos, mujeres y niños, haciendo lentos sus movimientos y difícil conseguir suministros. Esa misma noche, 3.000 vendeanos aplastaron un RIL en Ernée y 400 republicanos fueron muertos. Luego atacaron la ciudad, obligando a los republicanos a retirarse a Rennes, Vitre o Avranche.
Los 800 prisioneros fueron puestos en libertad después de jurar no volver a combatir en el oeste. Al día siguiente el general Lescure murió por sus heridas en un carruaje cerca de La Pèlerine. Su cuerpo sería enterrado en secreto por su viuda, la marquesa Victoire de Donnissan de La Rochejaquelein, cerca de Avranches por temor a ser profanado por los republicanos. Su cuerpo no volvió a ser encontrado.
Los vendeanos tomaron unos días de descanso en Fougères, aprovechando para reclutar nuevas tropas. Es entonces que el médico Hippolyte Putod, oficial renegado del ejército republicano, persuade al Consejo Vendeano de atacar Granville en lugar de Saint-Malo. Afirmaba conocer el lugar, pues había participado en la construcción de sus fortificaciones. El Consejo aprobó su plan, a pesar de la oposición del girondino Bougon, quien abogaba por atacar Cherburgo, cuyas defensas no estaban preparadas para un ataque desde tierra.
El 8 de noviembre, los realistas dejaron Fougères, atrás quedaron cientos de heridos en los hospitales de la ciudad. Un día más tarde llegaron a Dol y tras otra jornada a Pontorson, mientras los republicanos dejaron a Lyrot en la Vandée avanzaron sobre Rennes. El día 13 de noviembre, los católicos dejaron a sus familias en Avranches bajo la custodia de Royrand y Fleuriot. En el camino Forestier y un escuadrón de caballería encontró en Mont-Saint-Michel con 300 sacerdotes refractarios, pero solo un quinto se les unió, el resto volvió a esconderse por miedo a represalias.
El 14 de noviembre, 25.000 realistas mandados por La Rochejaquelein atacaron Granville, defendida solo por 5.500 dirigidos por el general André Pacifique Peyre. Sin embargo, los soldados de Peyre se defendieron con ferocidad y rechazaron dos asaltos, obligando a los vendeanos a retirarse. Con la llegada de la noche y los vendeanos se atrincheraron en las casas de los suburbios.
Sin embargo, los republicanos temían que sus adversarios intentaran un ataque por la noche, realizaron una salida aprovechando la oscuridad, y prendieron fuego a las casas. El fuego se extendió rápidamente por todo el suburbio y expulsó a los vendeanos. Sin embargo, los republicanos también tuvieron que luchar contra el fuego para evitar que se extendiera dentro de la ciudad.
A la mañana siguiente, los vendeanos intentaron un segundo asalto. Liderados por La Rochejaquelein, aprovechando la marea baja, se dividieron en dos grupos y evitaron las fortificaciones. El primer grupo, el más importante, atacó las murallas, el segundo llevaba a la retaguardia republicana a través de la orilla; sin embargo, fueron retenidos por dos lanchas cañoneras republicanas de Saint-Malo que habían llegado como refuerzos. A pesar de todo, un pequeño grupo de chuanos liderados por Boisguy y Jambe d’Argent, había logrado entrar en la fortaleza, pero el puñado de soldados vendeanos repentinamente se asustaron y huyeron.
Al no tener equipo de asedio, decidieron no continuar. La flota inglesa tampoco apareció, seguía en Jersey, donde su comandante Francis Rawdon-Hastings desconocía de las actividades de sus aliados franceses. Al día siguiente los vendeanos retrocedieron a Avranches tras perder 2.000 hombres. La Rochejaquelein no se daba por vencido y planeó caer sobre Caen y Cherburgo pero su ejército estaba desmoralizado, envió un millar de soldados de la vanguardia a Villedieu-les-Poêles, pero el grueso de sus fuerzas se negaron a seguir, estaban más interesados de volver a sus tierras en Vendée con sus familias.
El 16 de noviembre dieron la vuelta y su comandante se vio obligado a seguirlos. En Avranches dejaron 800 heridos y rezagados que serían capturados por los republicanos y ejecutados por orden de Jacques Léonard Laplanche cinco días más tarde.
Batalla de Dol (18-21 de noviembre de 1793)
Mientras tanto, los republicanos estaban reorganizándose en Rennes, donde se reunieron el 12 a 17 de noviembre, los 16.000 hombres del ejército de Occidente de Chalbos y Kelber con los 4.000 del ejército de la Costa de Brest de Rossignol; además de los 6.000 refuerzos del ejército de las Costas de Cherburgo al mando de Charles William Sepher desde Normandía y 10.000 soldados del ejército del Norte, enviados por orden del Comité de Salud Pública el 12 de noviembre. Sin embargo, también se ordenó la disolución de las mejores tropas allí presentes: los RIs profesionales de Maguncia. Finalmente, también se nombró sin unanimidad a Rossignol jefe de ambos ejércitos.
El 18 de noviembre, mientras sus enemigos seguían en Rennes, 4.000 vandeanos de Tribout salieron de Pontorson y ocuparon Dol-de-Bretagne. El mismo día, Canuel recupera Fougères y dos centenares de realistas heridos que permanecían en los hospitales fueron torturados y asesinados, incluyendo gran número de mujeres.
Después de esto los republicanos se decidieron a lanzar un ataque para intentar arrinconar a los vendeanos contra el mar. El 20 de noviembre la vanguardia de Westermann 1.200 jinetes, principalmente desertores alemanes, lanzó un ataque que fue rápidamente repelido, poco después los monárquicos ocuparon Pontorson. Por su parte, el general Marceau tomó posiciones en Antrain.
El 21 de noviembre, a las 01:00 horas, Westermann y Marigny con 6.000 soldados marcharon sobre Dol, mientras que Marceau con otras 6.000 avanzaba desde Antrain. Rossignol quedaba en esta última localidad con 10.000 combatientes como reserva. El avance republicano fue en silencio, pero de todas formas fueron detectados por los vendeanos. Los monárquicos se dividieron en dos: algunos marcharon con La Rochejaquelein contra Westermann mientras Stoffiet se enfrentaba a Marceau.
A las 04:00 horas, Marceau finalmente forzaba a Stoffiet a retirarse a Dol, pero los republicanos, obstaculizados por la niebla matutina, no pudieron perseguirlos. La llegada de los combatientes fugitivos produjo el pánico entre las mujeres y niños que estaban en Dol. Fueron las exhortaciones de las mujeres y, después, de los sacerdotes lo que hizo que los realistas fugitivos volvieran al combate. Así, 2.000 soldados vendeanos hicieron un contraataque.
Marceau se vio abrumado y tuvo que regresar a Rossignol, mientras Westermann había sido derrotado y tuvo que retirarse a Antrain, ciudad que abandonaran el 22 de noviembre para volver a Rennes. En Antrain algunos, tal vez cientos, de prisioneros republicanos fueron fusilados sumariamente en represalia por lo sucedido en Fougères, otros 150 fueron liberados por orden de La Rochejaquelein. La batalla había durado tres días y había costado la vida a 10.000 hombres, dos tercios de ellos republicanos. Fue la mayor, pero a la vez la última gran victoria de los vendeanos en esta guerra.
Regreso al Loira
Con la retirada de los republicanos la región del Loira queda en manos de los monárquicos. El 23 de noviembre, en Antrain, La Rochejaquelein propuso atacar Rennes y completar la destrucción de las fuerzas republicanas para luego regresar por Nantes a Vendée. Pero Talmont quería volver a atacar Granville y su opinión pesaba más en el consejo. Sin embargo, el plan fue rechazado por las tropas que se negaron a obedecer. Bajo el mando de Stofflet, los hombres decidieron regresar por el camino más corto, la ruta de Angers. Así, durante la noche del 23 a 24 de noviembre, recuperaron Fougères y el 25 Laval, lugares evacuados por los generales Canuel y Danican respectivamente.
Pero el viaje fue dramático para los monárquicos, que se vieron incapacitados para detener los ataques furtivos de la caballería del RC-14 de Westermann, quien no paraba de acosarlos, mientras el invierno hacía estragos. Muchos murieron de hambre, cansancio, o como el general Royrand, herido en Dol, o enfermedades como el tifus, la disentería o el cólera. Para empeorar su situación, la mayoría de los combatientes estaban afectados de sarna. Ellos, a diferencia de los republicanos, no podían reemplazar sus bajas, especialmente las pérdidas de oficiales y soldados entrenados. Los insurgentes monárquicos capturados o que se rendían eran ejecutados en el acto como exigía la ley del 19 de marzo de 1793. Los pocos sobrevivientes eran enviados a cárceles republicanas.
Los vendeanos se vieron obligados a robar a la población local para sobrevivir, ganándose el odio de quienes inicialmente les apoyaban, pero que estaban hartos de los combates, saqueos y epidemias. Algunos grupos de vendeanos capitularon como en Laval el 15 de diciembre, o fueron masacrados como en Sable-sur-Sarthe el 18 de diciembre. Por su parte, los chuanes desaprobaban la retirada a Vendée e instaban a sus líderes a atacar Rennes, convencidos de poder alzar toda Bretaña con ese éxito; al no ser escuchados y comprobando la debilidad del ejército Católico, abandonaron gradualmente a sus aliados.
Entre tanto, en Rennes, Rossignol dimitió, aunque conserva nominal y oficialmente el mando del ejército por la confianza depositada en él de parte del Comité de Salud Pública y Kléber reorganizó las fuerzas republicanas, debilitadas por las deserciones. Sin embargo, pronto les llegaron 6.000 refuerzos de las costas de Cherburgo al mando de Sefer. También se despidieron a muchos funcionarios contrarios a Kléber para facilitar su trabajo.
El 27 de noviembre, tras enterarse de la derrota de Dol, el Comité nombró a Loius Marie Turreau comandante del ejército del Oeste, pero él rechazó el cargo momentáneamente para servir en el ejército de Mosela. Kléber quedaba así como jefe interino no oficial, ya que no contaba con la confianza del Comité. Se propuso el nombramiento de François-Séverin Desgraviers-Marceau como jefe el ejército, a Westermann como comandante de la caballería y a Jean Louis Debilly para la artillería. Las propuestas fueron aceptadas por el Comité.
El 3 de diciembre los vendeanos llegaron a Angers, les quedaban solo de 40 a 50 mil combatientes y civiles. El lugar contaba con 4.000 defensores liderados por Louis Michel Auguste Thevenet y Jean-Pierre Boucret. El general Armand-Michel Bacharetie de Beaupuy, aunque herido, participó en la batalla. El ataque vendeano no fue mejor planificado que el de Granville y tampoco tenían artillería de asedio. El 4 de diciembre, la vanguardia republicana de Jean Fortuné Boüin de Marigny entraba en el campo de batalla, causando pánico entre los realistas, que se retiraron a La Flèche dejando 800 muertos. Marigny murió por una bala de cañón al final de la batalla. Por orden del representante François Joachim Esnue-Lavallée, los cadáveres de los monárquicos vencidos fueron exhibidos en las murallas de la ciudad.
Batalla de Le Mans (12-13 de diciembre de 1793)
Los vendeanos siguieron su avance, seguidos de cerca por Westermann. Después de pasar por Baugé el 5 de diciembre, llegaron a La Flèche el 8, pero la encontraron defendida por 1.500 republicanos de Chabot. Tras dejar a su retaguardia, liderada por Piron de La Varenne, defendiendo de un posible ataque de Westermann, La Rochejaquelein vadeó el Loira y atacó a las tropas de Chabot por la retaguardia, poniéndolas en fuga.
Los vendeanos habían conseguido un respiro gracias a la habilidad de su comandante, poco después logran reparar el puente y ayudar a Piron para rechazar un ataque de Westermann. Tras dos días de descanso los vendeanos pusieron rumbo a Le Mans, sin embargo, entre la gente de la región entre ambas ciudades había tantos monárquicos como republicanos, lo que les impidió conseguir ayuda.
El 10 de diciembre ocuparon Le Mans tras una breve lucha, pero las tropas, desmoralizadas, se emborracharon y se negaron a salir y a obedecer a sus jefes. Dos días después Westermann llegó a la ciudad y de inmediato lanzó un nuevo ataque, repelido por La Rochejaquelein y 3.000 hombres, la mayoría chuanes, que salieron de la ciudad. Sin embargo, poco después llegaron los soldados de Tilly, luego los de Marceau y finalmente los de Kléber cuando la batalla acababa. Para entonces ya no existía defensa organizada de los monárquicos y los combates se siguieron en medio del caos con la población civil aterrada hasta la noche.
De todas formas, La Rochejaquelein consiguió que el grueso de sus hombres escapasen a Laval pero otros pequeños grupos quedaron aislados en la ciudad, cuando esta cayó se produjo una carnicería de los refugiados, principalmente mujeres y niños, que acompañaban a los vendeanos. Kléber y Marceau intentaron vanamente detener las atrocidades, Westermann salió el búsqueda de los vendeanos y mató a miles de rezagados entre Le Mans y Laval. Se estima que diez a quince mil vendeanos fueron asesinados y muchos otros capturados; los republicanos solo contaron 30 muertos y un centenar de heridos. La batalla de Le Mans sería la más mortífera de toda la guerra.
Batalla de Savenay (23 de diciembre de 1793)
Después de Le Mans, casi todos los chuanes con sus principales dirigentes abandonaron a los vandeanos y volvieron a sus tierras. El 14 de diciembre 20.000 supervivientes monárquicos entraron por tercera vez en Laval, las tropas republicanas entre tanto se concentraron hacia el sur, por lo que el camino del Loira estaba expedito de nuevo.
A pesar de la fatiga, los vendeanos sabían que no tenían tiempo para descansar. El mismo día llega a Craon, el 15 de diciembre a Pouancé y el 16 a Ancenis, a orillas del Loira. Cerca de su objetivo se apoderan de todos los barcos que pudieron encontrar y construyeron balsas improvisadas, pero la otra orilla seguía en poder republicano. Por eso entre el 16 y el 17 de diciembre, 1.200 realistas al mando de Rochejaquelein y Stoffiet cruzaron el río para establecer una cabeza de puente, pero el mismo 17 dos cañoneras llegaron de Nantes para dificultarles el tránsito. Más de 400 soldados monárquicos se ahogaron.
Mientras tanto, Marceau tomó posiciones en Cheteaubriand, al norte, y Westermann llegar por el este, acorralando a los vendeanos contra Ancenis. Estos intentaron huir hacia la zona de Nort-sur-Erdre, sin controlar por el enemigo, evitando Nantes, una ciudad bien defendida. El día 19 de diciembre Westermann atacó su retaguardia en Nort-Sur-Erdre, matando a 300 o 400 rezagados. Una jornada más tarde los realistas llegaron a Blain, les quedaban de 6.000 a 7.000 hombres, pero el Consejo de la Vendée decidió elegir un nuevo comandante en jefe: Fleuriot.
Talmont furioso, se separó con tres seguidores y formó en Maine la Petite Vendée (la Pequeña Vendée). Al mismo tiempo Kléber y Marceau tomaron control del bosque de Gâvre, dejando sin más opción a los vendeanos que dirigirse a Savenay.
En la mañana del 22 de diciembre, después de que 150 republicanos opusieran una resistencia simbólica, los vendeanos ocuparon la ciudad ya evacuada. Quedaban apenas 6.000 soldados monárquicos acompañados por otro tanto de heridos y civiles.
Durante esa noche 18.000 republicanos llegaron del norte y rodearon a los vendeanos. A la mañana siguiente la infantería republicana al mando de Marceau, Kléber, Tilly y Canuel se lanzaron al ataque, los vendeanos fueron sobrepasados con una desesperación tal que muchas mujeres llegaron a unirse a sus hombres en los combates cuerpo a cuerpo. Cadoudal y 300 jinetes consiguieron hacer retroceder a los asaltantes momentáneamente, pero rápidamente fueron puestos en fuga por un contraataque; sin embargo, consiguieron huir de la trampa. No así la mayoría de sus compañeros que, presionados hacia el oeste, intentaron hacer un último intento de resistencia para cubrir la huida de mujeres y niños. Lyrot murió en la batalla. Sin embargo, Gaspard Augustin René Bernard de Marigny consiguió mantener su posición durante una hora y luego escapar por las marismas.
La victoria republicana fue completa. Apenas tuvieron 30 muertos y 200 heridos. Mientras que los vendeanos perdieron de 4.000 a 7.000 y muchos otros fueron ejecutados sumariamente, otros miles fueron encarcelados en la iglesia local.
Kléber, entre tanto, decide volver con el grueso de sus fuerzas a Nantes. Marceau y Westermann, al mando de la caballería, salieron con jaurías de perros a cazar a los sobrevivientes prófugos. Algunos miles fueron llevados a Savenay, pero 500 o 600 soldados y civiles vendeanos fueron asesinados por Westermann en Prinquiau. Durante los ocho días siguientes se ejecutaron a 2.000 prisioneros, incluyendo a sospechosos de serlo, cumpliendo la sentencia de los representantes Prieur de la Marde, Turreau y Bourbotte de poner fin a la vida de todo que tomara las armas contra la nueva república. Las mujeres y niños, 1.679 en total, fueron enviados a las prisiones de Nantes, todos morirían fusilados o ahogados por orden del representante Jean-Baptiste Carrier.
Con la ayuda de contrabandistas, cerca de 2.500 fugitivos, entre ellos el abate Bernier y Victoire Donnissan de Lescure, lograron cruzar el Loira en los días posteriores a la batalla. De las 60.000 a 100.000 personas que comenzaron la campaña, habían muerto de 50.000 a 70.000, solo 4.000 habían cruzado el Loira antes de la batalla, otros fueron capturados o se refugiaron entre los chuanes al norte del Loira.
La represión
Con su decisiva victoria de Savenay las fuerzas republicanas pusieron fin a la expedición militar. Sin embargo, Marceau, disgustado con la guerra civil y las masacres solicitó el traslado para enfrentarse a las fuerzas de la Primera Coalición. El 30 de diciembre el general Turreau recibió el mando del ejército de Occidente en Chateaubriand, organizando las tristemente célebres columnas infernales, con las que reiniciaría la guerra, con unos 100.000 soldados, incluyendo gran número de caballería y de artillería.
Kléber, que abogaba por ocupar Vendée mediante la construcción de fuertes, fue enviado a Vitre a combatir a los chuanes, pero logró oponerse con éxito a Rossignol para que las columnas infernales actuaran también en Ille y Vilaine, Bajo Loira y Mayenne. Kléber permaneció en Bretaña hasta mayo de 1794 para luego trasladarse al ejército del Norte.
La represión fue feroz, particularmente en Nantes, donde el representante Carrier organizó el fusilamiento y ahogamiento de 8.000 a 11.000 prisioneros de un total de 12.000 a 13.000 de muertos, incluyendo hombres, mujeres y niños, si se suman los fallecidos por las epidemias entre noviembre de 1793 y febrero de 1794. En Maine y Loira los representantes Adrien Francastel y Nicolas Hentz tenían de 11.000 a 15.000 personas en sus manos en Angers, Saumur, Avrillé, Doué-la-Fontaine, Sainte-Gemmes-sur-Loire, Le Marillais y Les Ponts-de-Cé, fusilaron y guillotinaron de 6.500 a 7.000, otros 2.000 murieron en prisión.
En noviembre de 1793 el Comité había votado un decreto que condenaba cualquier ciudad tomada sin resistencia por los “ladrones” debía ser incendiada. Fougères y Laval estaban amenazadas, pero al final no se les aplicó el decreto.
Las comisiones militares establecidas en Ille y Vilaine para la Vendée ejecutaron en Rennes y Fougères a 553 personas durante 5 meses, dirigidas por Brutus Magnier y Gabriel Vaugeois.
Por su parte, el príncipe de Talmont, que intentaba contactar con Puisaye, fue arrestado en Pont-dom-Guérin con tres de sus compañeros por la Guardia Nacional de Le Loroux. Encarcelado en Fougères, Rennes y Vitré en pésimas condiciones, fue sometido a un largo interrogatorio. Enfermo de tifus, finalmente se le envió a Laval donde fue guillotinado ante las puertas de su castillo el 27 de enero de 1794.
Algunos insurrectos fueron muertos cuando intentaban cruzar el Loira. Donissan fue capturado en Ancenis y fusilado en Angers el 8 de enero. La Varenne se ahogó en el cruce del río cuando su barco fue hundido por una cañonera republicana el 10 de mayo de 1794.